sábado, marzo 01, 2008

Españoles


No se me había ocurrido pensar seriamente en ello hasta el otro día en que nuestro Diario publicó la composición de pasajeros llegados por el aeropuerto. Y me quedó confirmado con la publicación del origen de las estancias hoteleras.
No es lo mismo, pero ambos factores nos explican el mismo fenómeno: el primer turista de Ibiza por origen es el español. Bueno, esto es una revolución demográfica de la isla, porque aquí siempre habían venido españoles y muchos se quedaban. Les llamábamos pijos o peninsulares y enseguida aportaron fuerza de trabajo y casaron en Ibiza, afortunadamente.
Cuando en Ibiza hablábamos de turistas sobrentendíamos extranjeros. Nunca decíamos, por ejemplo, «ya están a punto de llegar los primeros turistas extranjeros a Ibiza». ¿Por qué? Pues porque era innecesario, era una redundancia. No había otros turistas que no fueran alemanes, ingleses o franceses.
Entonces, ¿qué eran los españoles? Nada. Los españoles no venían en verano o bien porque no había aviones o porque no había habitaciones.
Además, el español nunca ha sido un turista, sino un veraneante.
Malo para Ibiza, que quiere turismo todo el año y no sólo en verano. El español veranea, da por amortizado el verano en su economía familiar y se dedica a la siesta y al botijo.
Hagamos memoria: se hizo necesaria la crisis alemana y la inglesa para liberar habitaciones hoteleras para los españoles, que además recibieron con buenos ojos la lluvia de vuelos charter.
Este fenómeno, que explico a toda velocidad en clave casi humorística, es muy lento. Y sin embargo los fenómenos demográficos en Ibiza suceden a la velocidad de la luz, no en vano siempre decimos que Ibiza es un laboratorio sociológico; en consecuencia, un sitio muy inhóspito para vivir... ¿Quién quiere habitar siempre, toda la vida, dentro de un laboratorio encerrado? Ni una pitón. O peor, dentro de una discoteca.
Ahora los españoles suponen la primera nacionalidad que nos aporta turistas. ¿Y los extranjeros? Muy curioso, siguen viniendo veraneantes nocturnos y adictos al sudor del éxtasis desde el Reino Unido o Alemania.
Pero tengo la impresión de que se ha invertido todo.
En los 70 y los 80, los peninsulares venían y muchos se quedaban a vivir, se compraban un apartamento o una parcela, y en verano la isla se llenaba de extranjeros.
En el siglo XXI, los extranjeros han venido y se han quedado a vivir, se han comprado un apartamento o una parcela, y en verano la isla se llena de veraneantes españoles.

A Mariano Digital... >>