domingo, julio 29, 2007

Pues menos mal que estamos en un perfil tranquilo

Lo único tranquilo de las Pitiusas de junio y de julio es el ritmo de llegadas de los panzudos charters en el aeropuerto de Es Codolar. Parece que vienen, pero sin apreturas, poco a poco, lánguidamente. Nos llegan ya cansados.

La temporada no quiere arrancar, pero hay un tránsito y una actividad diabólica: nadie se está quieto.

Dicen que es por ello que la economía de Ibiza crece algo y que ha multiplicado la venta de asfalto por cinco. Pues vaya una economía más negra.

Cada comienzo de temporada nos obsequia con un susto: un avión que frena tarde y se va a pastorear por las praderas, un barco de pasajeros que le pega una rascada algún bajío de Es Freus, una lancha que se estrella por Es Gorrinets o algún barco mercante que parece cansado y aburrido de dar vueltas.

Cansancio, despiste, ignorancia son mortales en la entrada de Ibiza. Lo sabían hasta en Bizancio, en Génova, en Venecia. Sus cartas de navegación alertaban sobre las entradas de San Antonio, que era el Puerto Grande o Portus Magnus (Portmany) y la rada de la ciudad.

Entrar al puerto de Ibiza sin estrellarte exigía estar en posesión de la combinación de las puertas y conocer las contraseñas del fondo. Muchos caían.

Menos mal que estamos manejando un comienzo de temporada con perfil bajo, porque las amenazas de bomba, los mercantes embarrancados y hundidos, los accidentes en general, nos están haciendo una promoción fantástica.

No es la primera vez que ocurre ni los accidentes ni la crisis.

Era conseller Jaume Cladera cuando se intentó reorganizar la oferta hotelera. No creo que se consiguiera nada o muy poca cosa. Esto sería en 1988 y 1989. Se hablaba del esponjamiento de plazas turísticas.

Veinte años después no sólo no nos hemos esponjado sino que, al contrario, nos hemos amazacotado aún más. Y todos contentos.

Pero esta vez es mucho peor, porque los destinos emergentes atacan desde al menos cinco países distintos, y la isla de Ibiza ya es consciente de que ha perdido el aura.


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sábado, julio 28, 2007

Crecer a costa de la propia piel


De economía cada vez entiendo menos, pero me llama la atención que según la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), nuestro archipiélago crecerá en 2007 en torno al 3,4% lo cual está muy bien y más o menos en línea con la media nacional.
Ibiza ha subido una barbaridad, crecerá un tres por ciento.
Esto es inexplicable para quien se acuerde de los datos de hace tres o dos años.
Menorca tiene una previsión del 1,5% y eso me ayuda a explicarme el subidón de Ibiza.
¿Por qué crece tanto el PIB de Ibiza y Formentera? Por las obras públicas, por la economía intervenida, a la que se insufla y se inyecta actividad a la fuerza. Actividad perversa.
Cuando digo a la fuerza quiero decir que es a costa del propio futuro de la isla.
Ya ha quedado demostrado, aunque seguirá habiendo gente (algunos constructores, hoteleros y algunos más), que lo negará. La desmesurada y extenuante política de despliegue general para hacer obras públicas, pese a quien pese, cueste lo que cueste -dejándolas a deber a cargo de un contribuyente que en ningún momento ha sido consultado al respecto- ha sido simplemente a costa de cargarse todavía más algunas de las posibilidades turísticas de la propia isla.
Ha venido menos turismo y cada vez vendrá menos turismo, aunque repunte en algunos momentos. Y será mucho peor.
A los que venimos diciéndolo desde hace una veintena de años nos hace gracia que ahora salgan estos políticos diciendo que no saben por qué han perdido. Hombre, como se decía en tiempo, algo habrá hecho.
Aunque hubieran perdido por un sólo voto, uno solo, una isla de derechas de toda la vida ha mostrado su sentida queja.
La agresión ha sido brutal. Ibiza no crecía; al revés, decrecía. Y con estas obras se ha aumentado un punto y medio (si tomamos a Menorca de referencia) pero el crecimiento ha derrumbado la demanda turística.
Por muchas vueltas que le den. Otra paradoja, pero se explica fácil: vivimos del turismo, no de las grúas.
La amenaza de bomba, el hundimiento de un carguero, el reventón de las plantas depuradoras y de los emisarios (en ses Figueretes, cuando no es mierda es fuel, deben estar contentos los empresarios. Sólo les falta un puerto deportivo y ya están acabados) sólo son algunos de los sucesos terribles que pueden ocurrir. Nos callamos los sucesos fatídicos, humanos, accidentes de tráfico injustificables, un trasiego de drogas, puñaladas, peleas que no se pueden describir, piernas sajadas, turistas voladores...
Todo esto resume nuestros graves problemas. Instalaciones sobre-utilizadas y un tipo de turismo bestial, residual, gamberro, polarizado en las discos... Y una isla que quiere crecer a lo loco. Esto no tiene pies ni cabeza.


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miércoles, julio 25, 2007

La fascinación de Polanski por la muerte



Roman Polanski siente una fascinación infantil por la muerte. Todo el mundo, quizás. Pero Roman pudo escapar de muy niño de los nazis, y más adelante de los comunistas: unos y otros masacraban y asesinaban a mansalva.
En otra ocasión, cuando su mujer murió en Hollywood asesinada por la gentuza de Manson, Polanski salvó la piel porque llevaba un cierto tiempo en Londres. Y se negaba a regresar.
Hace unos años no salvó la vida, pero se salvó de la cárcel por huir a toda prisa de Estados Unidos.
Pero ¿qué puede hacer un hombre, una persona cuando no puede huir y se siente fatídicamente marcado por el dedo índice de la Parca? Esta es la situación, diría yo, que le ha entusiasmado en torno a los últimos días, mejor dicho, las últimas horas de la ciudad romana de Pompeya.
En estos momentos, Polanski está rodando en la Ciudad Luz de Alicante, unos estudios de los más modernos del mundo. No han soltado muchos datos a la prensa.
Se sabe que se enamoró de la historia leyendo el libro de Robert Harris, una novela muy perseguida por los productores. De alguna manera, Polanski se entrevistó con el inglés y acabaron la reunión con el compromiso de Harris de escribir el guión en ocho semanas. No está mal. Ya están rodando.
La historia es magnífica: Pompeya y Herculano quedaron sepultadas por las cenizas vomitadas por el Vesubio.
Los pompeyanos no temían en exceso aquellas sacudidas, terremotos y explosiones. Eran viejos amigos. Pero 48 horas antes del gran final, el acueducto que servía toda el agua a la ciudad había quedado ocluido. El ingeniero (uno de los protagonistas principales) avisa a los ciudadanos de lo que ha visto: un espanto se avecina sobre la gran urbe.
Nadie le hace caso. Pero el 24 de agosto por la mañana sucede una gran explosión. Muy grande: se dice que equivalente a cien veces la bomba atómica lanzada en 1945 sobre Hiroshima.
A partir de ahí, el delirio. Era la una de la tarde del 24 de agosto del año 79.
Polanski ha preparado una gran selección de efectos especiales. No puedo hablar de lo que no he visto, pero es de esperar algo muy distinto a las anteriores películas.
Que nadie piense que el cataclismo no afectó a Ibiza. La isla había pasado a ser Flavia Augusta, pues en el año 70 Vespasiano concedió papeles a todos los ciudadanos del Imperio, Ius Latium. Hasta entonces Ibiza sido una isla confederada, y es más que seguro que durante aquel otoño la fruta y los producto ebusitanos fueran muy buscados por los romanos.

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domingo, julio 22, 2007

Los comienzos explosivos del Pacto


No crean que me ha pasado por alto: los comienzos del Pacto han sido hasta ahora muy explosivos.

Recuerdo que yo venía en avión en 1999 (¿lo digo bien?) cuando vi desde el aire unas tiendas militares de campaña. Desde el aire pensé que ya había vuelto Tejero.

En realidad era inexplicable desde el aire y más tarde, en tierra. Resulta que unos señores conductores, después de cuatro mil años de conducir, descubrieron que tenían que ponerse en huelga a comienzos de aquella temporada. Tampoco recuerdo qué consiguieron con aquel gesto de gamberrismo senil: que no volviera nunca más a la isla el tipo de turismo familiar que tuvo que transportar sus maletas a lo largo de varios kilómetros.

En Ibiza no hay taxis suficientes. Los buses en huelga… Ibiza, el paraíso.

Ahora la realidad ha vuelto a las andadas.

Un aviso certero de una o varias bombas (falsas) en las instalaciones del aeropuerto. Bueno, todavía no han detenido a nadie.

Cuando la policía no sabe quién o quiénes han sido desde el principio, ya puede darse por perdido el caso.

Dado que no encuentro ninguna explicación satisfactoria, sólo quiero decir una cosa: Yo pienso que no ha sido ETA. Y no digo más. Pensar, de momento es barato.

Así que ya podemos afirmar que, siempre que el Pacto comienza su etapa de Gobierno en Ibiza y Formentera, se preparar un hermoso follón. Nunca ha fallado.

¿Qué se quiere conseguir con esto? La Eta obtendría la misma publicidad con un aviso de bomba en Ceuta, en La Coruña, en Madrid o en Valencia (Barcelona está pactada, mientras no se demuestre lo contrario). Y no es que quiera dar ideas. Pero me suena todo bastante alejado de la lógica del terrorismo ético (uy, perdón, etarra).

Sólo faltaba este palo: Una temporada que no quiere arrancar, un turismo cada vez más polarizado en la noche y las discotecas, un turismo de Todo Incluido que está dejando fuera del mercado a gran parte de la oferta complementaria. Esta bomba es una simple redundancia.


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sábado, julio 21, 2007

Una ley nueva, otra multa más para España


Los organismos de la Unión Europea nos tienen expedientados por todas partes. Se supone que las multas nos dejarán acribillados, pero todo esto parece darle exactamente igual al gobierno Zapatero, que hace aguas por todas partes.
Da igual, el dinero del Estado no es de nadie, como dijo Pixie-Dixie, la inefable ex ministra de Cultura. Pues bien, ya tenemos ahora una ley más que afecta a Ibiza y que dudo mucho que pueda cumplirse.
El Consejo Europeo, en el último Consejo de Ministros de Pesca, ha prohibido el uso de medios aéreos para el avistamiento de los bancos de atunes en el mar, según informa nuestro Diario. Este plan tendrá una duración de 15 años y viene por las exigencias y quejas formuladas desde distintos puntos y gremios afectados por esta brutal campaña o campañas de capturas del atún rojo (bluefin).
En realidad, el Consejo ha hecho suyo el conjunto de medidas aprobadas en noviembre de 2006 por la Comisión Internacional para la Conservación del atún rojo. Se ha fijado una talla mínima para los atunes capturados para el engorde en jaulas. Se han reducido las cuotas de capturas. Los pescadores de recreo sólo podrán cobrar un atún por pescador.
Dicen que se reforzarán los controles y se amplían los períodos de veda: para los palangraneros de más de 24 metros será del uno de junio al 31 de diciembre; para los arrastreros pelágicos, del 15 de noviembre al 15 de mayo. La talla mínima se incrementa de 10 a 30 kilos.
Mucho dicen querer controlar, desde la captura al engorde en las granjas en jaulas marinas. Se prohibirán los traspasos de atunes en el mar.
Si se consigue seguir los movimientos de las avionetas y de los barcos de acoso en alta mar se habrá resuelto un problema grave. Desde el año 2000 se emplean estas avionetas para detectar exactamente la ubicación de los bancos de pesca. Después, las jaulas de estas flotas van arrastrando por los fondos y destrozan todo lo que sale a su paso. Estas flotas, en general francesas, habían escogido Ibiza y Formentera como puntos estratégicos para sus fechorías.
¿Quién controlará? La policía española que se determine a tal efecto. O sea, nadie. Las fuerzas de seguridad ya están desbordadas con el narcotráfico y las pateras, sólo les faltaba ahora seguir la ruta de los atuneros.
Lo dicho al principio: la idea es muy buena, pero saldrá muy cara al contribuyente español. Cosidos a multas. Ojalá me equivoque.


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miércoles, julio 18, 2007

Un demonio en la antigua Roma

Roman Polanski ha huido siempre del compromiso que obliga a permanecer fiel a una persona o a un sitio. Y quizás odie amar en demasía a persona, objeto o idea algunos.
Quizás sea por espíritu de supervivencia. Su familia fue masacrada por los nazis en Polonia (Polanski nació en 1933, el año en que Hitler ganó las elecciones y se hizo cargo de Alemania) y su vida no fue mucho mejor cuando, después de 1945, Polonia quedó bajo la bota de la dictadura comunista soviética.
Ya en París, logró entrar en contacto con un productor americano que, además de presentarle a la jovencísima Sharon Tate, le pagó la producción de `El baile de los vampiros´. Y ya era 1967 cuando consiguió contratar los derechos de `Rosemary´s Baby´ , una obra que obtuvo un éxito total en taquilla.
O sea, que hace cuarenta años que Polanski inició aquella relación fija con Sharon. Pero Polanski era difícil de atar, mujeriego y muy inquieto. De modo que cuando Manson y sus adeptas comenzaron a asesinar a todos los que encontraron en aquel momento en la casa del Cielo Drive. Sharon Tate estaba de nueve meses, a punto de dar a luz.
Polanski estaba en Londres y salvó la piel por no estar ahí, por abrirse, por caminar, por huir, algo que ya le había salvado la vida desde muy niño. Unos años más tarde tuvo que volver a emprender la fuga, esta vez de verdad, cuando un juez le acusó de haber mantenido relaciones sexuales con una menor.
Y desde ahí (París, Londres) a Ibiza. Sin compromisos, buena vida nocturna, contactos asiduos con París... hasta que ni de esta forma pudo resistir la bochornosa transformación de Ibiza.
El demonio (como le llama Carlos Ruiz Zafón) salió huyendo de Ibiza. En la isla y en París consiguió cerrar los tratos y el guión para una película extraña, irregular y aburrida: `Piratas´. Mejor la hubiera titulado `Pirados´.
El tiempo ha respetado el prestigio profesional de Polanski. No son todos los creadores que pueden decir lo mismo. Incluso tuvo tiempo en la isla (y en París, repito) de culminar su biografía, titulada `Roman´, en el doble sentido que obtiene esta palabra en francés (novela).
Una vida de novela que no parece muy propensa a perder el tiempo con los norteamericanos. No quiere saber nada de televisiones ni documentales que le persiguen para narrar su caso de pedofilia. Sólo se concentra en su trabajo.
Me comentan que está trabajando intensamente en los estudios de Ciudad Luz de Alicante, donde rueda una de romanos. Probablemente supere el desafío con notable, pero lo que es Ibiza ya parece asignatura pasada. Y cuando dice adiós a un tema o lugar suele ser para siempre.

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domingo, julio 15, 2007

Bautismo de fuego para la isla


Bautismo de fuego para la isla

En términos reales, ya hace cientos de años que nuestras islas han recibido el bautismo de fuego, pero si hablamos de los últimos meses, parece que esta amenaza de bomba en el aeropuerto es una señal añadida a un estado de cosas caótico.

Ibiza lleva años descarnándose, perdiendo sustancia. Perdiendo incluso el aura (por eso han regresado los bichos como las medusas y las serpientes). Las Pitiusas han perdido calidad de vida, seguridad en un turismo sostenido y de cierta textura que respete los valores autóctonos.

Ibiza lleva ya varios lustros deshinchándose.

Por mucho que ahora ya quieran echar la culpa al Pacto o al Cambio. No han empezado y ya avisan de una temporada negra. Ya lo sabían en diciembre: Ibiza estaba enferma y las obras públicas emprendidas la dejan endeudada para siempre, perpleja y herida hasta un punto en el que no cabe hablar de recuperación.

¿Puede imaginar alguien que el día cuatro de julio se hable de una temporada que aún no ha comenzado? Los avisos tantas veces proclamados se han cumplido.

Pero eso no es lo malo. Puede ser peor. Ahora quedan las deudas y las obras ni siquiera están en su fase intermedia. Ignoro el turismo que vendrá a Ibiza dentro de quince años, pero a nadie se le escapa que los ingleses y los alemanes están eligiendo otros destinos.

Nos quedan los españoles, papanatas mesetarios que se tirarían por un barranco detrás de una mochila: pertenecen al país mundial que más se droga con cocaína, que más arremete contra sus mujeres y que más se divorcia. Y más operaciones de cirugía estética se paga.

El español está como Ibiza, en fase de auto-reconocimiento, operándose la nariz, buscando soluciones mágicas a la vida prosaica.

La bomba en el aeropuerto casi da lo mismo: Ibiza sigue teniendo suerte. ¿Por? Porque en el mismo momento en que se desalojaban cuatro mil pasajeros en Ibiza, los bomberos de Glasgow estaban apagando terroristas islamistas convertidos en teas humanas.

O sea, nos queda lo más duro, pero ánimo.



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sábado, julio 14, 2007

Un informe tan demoledor como inútil


Sigo por encima el informe anual de Greenpeace sobre el estado general de las costas españolas.¿Para qué profundizar? Con una simple mirada a vista de pájaro ya sobra para estremecerse. En Ibiza, a vista de avión o de avioneta, preferiblemente en algún vuelo madrugador o al caer la tarde, cuando los contrastes de sombras muestran con toda su fiereza la extensión irracional de edificios sobre la faz de la tierra pitiusa.
A veces miro las fotografías de la costa almeriense, malagueña, algo de Granada, de la tarraconense, castellonense, murciana, valenciana... pero la de Ibiza está igual o peor que la peor de la Península. Para qué comparar.
Si será extremada nuestra situación que ya ha alarmado hasta a la ONU, otro organismo inútil si no es para derrochar el dinero de los países aportadores.
La construcción como actividad económica ha levantado todas las luces rojas de todos los informes de cuantos organismos internacionales se conocen. Y hasta al Banco de España, si es que todavía queda esta cosa.
Pero a la construcción sigue su reverso o sea sus consecuencias: el destrozo, la destrucción de las costas.
Lo mismo. El estado de las costas españolas (y las de Baleares, especialmente Mallorca e Ibiza, o al revés) es lamentable. Nuestras costas han sufrido la devastación de las grandes empresas nacionales o internacionales, con la connivencia o la complicidad de los políticos, sobre todo los ediles municipales. De paso, como no podía ser menos, ha dado lugar a niveles de corrupción y mafia insospechados.
Pero da igual. Es inútil. En sesenta años hemos tenido que esperar a un tal Julián Muñoz para descubrir una parte del iceberg de la corrupción inmobiliaria-municipal española.
Da lo mismo, igualmente, que la prensa haya dado algo más que indicios, que distintos grupos, en general minoritarios hayan denunciado prácticas ilegales. No se consigue nada.
En Ibiza estamos en las mismas. Desde 1960 ¿cuántas sociedades anónimas, administradores, alcaldes han pasado por el juzgado para responder ante la ley de obvias prácticas ilegales?
Y de los que han pasado... ¿cuántos han sido condenados?
Releo lo referente a Ibiza (y Formentera queda al margen, ellos sabrán por qué). Nada nuevo bajo el sol. Que hable la justicia, que se intente al menos hacer justicia. Aunque Ibiza ya ha quedado tal cual está. Y encima con serpientes y con medusas, porque esos ladrones nos han robado el aura.



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miércoles, julio 11, 2007

Miles de millones para las chapuzas


Parodiando a Dalí, podría decir que me causa un placer inenarrable, casi próximo al éxtasis, el ver cuánta razón tenía hace un año y pico al decir que además de caras las obras presentarán deficiencias y defectos dignos de figurar en un libro de efemérides. Y que no resuelven la situación. Pero no.
Estamos ante el espíritu chapuza de siempre. Puedes gastar mil euros o puedes gastar quinientos millones: los peraltes se construirán al revés, los túneles son trampas mortales y las acequias de desagüe desembocan en cualquier sitio menos donde deben.
Un poco cansado ya de tantas chapuzas, del tema mismo de la vedette y de sus autopistas, paso a admirar rendida pleitesía a este atracador que tiene al menos la decencia de salir huyendo en bicicleta.
Eso es un ciudadano ejemplar, y si no fuera por este cuchillo que, inexplicablemente, apareció en sus manos en el momento en que iba a sacar dinero de la ventanilla del banco, yo le daría estas medallas o lazos color orina que otorga Zapatero, en una de sus muchas burlas del pobre ser humano, sobre todo si es español y militar.
Aquí está todo Dios en su sitio menos los políticos y quienes deben impartir justicia y lógica desde cualquier ángulo que se analice. Veinte años otorgando licencias podridas y ahora resulta que no sé qué, que han prescrito y no sé cuántos.
Me acuerdo de esta pobre chica -hace dos o tres años- a la que menos fusilarla la condenaron a todo porque había comprado una parcelita y quería construirse una casita. Qué rapidez y que contundencia en la justicia. Admirable. Y los políticos y la oposición, pero qué valientes.
Ahora comprendo que el país lo aguantan, entre otros, los honrados atracadores que huyen en bicicleta por educación y por no despertar al vecino. Los grandes atracadores de cuello blanco arman bulla, compran lanchas motoras y están moralizando todo el día desde el periódico.
Un atracador civilizado, pedáneo, silencioso, no tiene precio. Yo me los pido para Ibiza, y les dejo los rumanos y los peligrosos rusos a los catalanes, que tienen una tendencia admirable a sufrir barbaridades.
Aquí, todo lo más, aguantamos que nos saquen de casa, que nos construyan el peralte al revés y que nos cobren justo el doble en el supermercado de lo que el mismo hipermercado (de la misma compañía) cobra en Cuenca, en Navalmoral de la Mata o en Lérida.
Al menos se agradece gente como este señor que hace unos años quería sembrar melones en el Parque de la Paz o este atracador, un humanista del gremio, que atraca para comer pero odia molestar al vecindario con los pedardeos de la moto en fuga.

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domingo, julio 08, 2007

Los animales de las Pitiusas como síntoma


Quizás porque hemos sido siempre y yo mismo provengo de lo más profundo de una sociedad rural, me gusta mucho hablar de los animales. Es el viejo recurso que ya empleaban los clásicos griegos (grandes animadores y fundadores de la polis, la ciudad, pero provinentes ellos mismos, como todos, de la sedentarización de las sociedades agrarias): las fábulas como método de ilustrar y de mostrar.

Si les prestáramos más atención seguirían en el centro de toda pedagogía, pues ellos tienen otros recursos biológicos que el ser humano ya no tiene o ha olvidado.

Ellos son un termómetro de la salud circundante. Y en Ibiza vamos apañados si empleamos la observación de los animales para descubrir síntomas. Quiero decir que hemos traginado mucho, hemos trastocado el orden de las cosas y hemos dejado las islas hechas un caos que no hay por donde coger.

Ahora se pretenden aplicar apaños y soluciones de urgencia. Pero hemos alterado el orden cósmico, o sea el orden ordenado y nuestros pájaros no se reproducen o han desaparecido. Tenemos problemas en los acantilados y en el mar, como en el caso de la pardela y otras aves que desconozco.

Hemos roto el equilibrio de los fondos y de las grutas: incluso los murciélagos, que mira que es gente discreta y benéfica, pues les hemos desahuciado y se encuentran pasando apuros por la invasión intrusiva de la gente. Se está echando a los murciélagos de las torres y de las cuevas.

Ya sólo nos hace falta exterminar todavía más si cabe a los búhos y a las lechuzas para que esta isla recupere los tiempos en que el paludismo nos mataba.

Me refiero a una isla en la que nadie cazará mosquitos ni ratas. En tierra firme nos comerán los parásitos, pero si intentamos moderar nuestros calores en el mar, nos encontraremos con una pantalla gelatinosa provinente de una generación enfermiza de medusas.

Nada más. Ni nada menos.

Ahora que cada cual le añada el grado de exageración que quiera. O que haga chistes con el tema.



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sábado, julio 07, 2007

El Mediterráneo pierde Posidonia

El fenómeno está detectado desde hace lustros, pero no se ha encontrado un sistema eficaz para atajarlo o estabilizarlo: el delicadísimo y hostigado mar Mediterráneo está perdiendo superficie de praderas de posidonia a un ritmo devastador.
Según el último estudio realizado en agosto del año pasado por la agrupación Oceana, se pierde un 3 por ciento de la superficie de estas plantas (en realidad no son algas, sino plantas con las mismas funciones que las plantas superiores terrestres). Esta merma es irreversible y acumulable, de manera que en los últimos cuarenta años, la superficie se ha reducido en una 50 por ciento.
El Ranger Oceana, el catamarán del trabajo de campo, estudió intensamente las zonas de Valencia, Murcia y Andalucía. No es necesario aportar los conocimientos de las Baleares, un archipiélago que está sufriendo de manera continuada una gran presión humana sobre el medio.
Precisamente es la actividad del hombre la causa primera de destrucción, en especial las redes de arrastre, la barra y el anclaje continuado de embarcaciones de recreo.
De eso sabemos mucho en Ibiza, Formentera y s´Espalmador.
Estos tesoros marinos son un pulmón oxigenante y limpiador, que fijan las arenas de los fondos, pero también cobijan el origen de numerosas especies que depositan sus huevos y sus crías y permiten el desarrollo de la cadena trófica.
Pero en Ibiza, las praderas de posidonia se convirtieron en un elemento singular que se debe sumar a la argumentación que permitió el nombramiento de Ibiza como Patrimonio de la Humanidad.
Posiblemente Ibiza sería patrimonio mundial sin la aportación de estas plantas que dan vida, valor y variedad a nuestros fondos litorales. Quizás bastaría con los monumentos púnico-fenicios (sin contar los que se han destruido), la iglesia y la torre de la catedral, el fabuloso conjunto defensivo de la Real Fuerza de Iviça o, dicho de otro modo, de nuestras murallas terminadas en pleno Renacimiento, cuando la Humanidad abre la mirada a las estrellas. En plena época de las luces, aquí acumulamos piedra para defendernos de un pirata que ya ha enfermado.
Y pensar que estos empresarios (ibicencos, benefactores, han llegado lejos, blablablá) siguen, erre que erre, con sus proyectos de clubs náuticos, puertos deportivos... Proyectos y más proyectos absolutamente destructivos que borran cuanto vestigio de singularidad y de valor natural se les ponga por delante.
Vergüenza, caballeros. Vergüenza.
Aunque pusiéramos todo el empeño en defender la posidonia, la planta se encuentra en regresión, víctima de la agresión humana.


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miércoles, julio 04, 2007

Campos de golf municipales


Por regla general no estoy en contra de nada, pero hay cosas que ya nacen viciadas y deformadas desde el principio, por ello mejor abstenerse de tratarlas.
Además de mis artículos en el Diario, mi propio blog y otros trabajos esporádicos que se editan fuera de Ibiza, suelo perder tiempo y dinero trabajando en algunos libros. Bueno, todo ello supongo que me convierte en destinatario de muchas peticiones, textos, letras, cartas, mensajes que no he solicitado. De verdad, uno no puede leerlo todo, ni siquiera intentarlo.
De todas formas, como estos días se habla y se seguirá hablando de los campos del golf, me llama la atención un extenso mail de M. C. pidiendo más campos de golf en Ibiza (dos o tres).
Miren, yo no sé si es mejor un campo de almendros que un campo de golf, pero seguramente es mucho más rentable un campo de golf. Además, los almendros lucen durante diez días como mucho y el campo de golf ofrece una sensación radiante durante todo el año.
M.C. se ha comprado una casa en Ibiza. Pero echa de manos los campos de golf (¡y los precios muchísimo más baratos!) de la Península. Ruega que me extienda en la petición.
Que se tome como ejemplo Madrid y otras zonas donde los verdes han asesorado y se han reutilizado zonas destruidas (¿canteras? ¿vertederos?) y los greens se han regado con agua depurada. De una zona desahuciada se ha pasado a otra hermosa, cuidada y rentable.
O sea, todo lo contrario de Ibiza, donde se han pretendido usar tierras fértiles usurpadas y expropiadas y en un paisaje especialmente útil para otras cosas.
Sugiere que los campos sean de propiedad, uso y explotación municipal, para evitar los grandes pelotazos especulativos y que en realidad sean encubridores de grandes operaciones inmobiliarias.
Y por esto decía al principio que en Ibiza, entre la corrupción, la perversión y la especulación ya no puedes fiarte de nadie. Y puedes perder el tiempo defendiendo campos de golf que en realidad son tapaderas para alguna urbanización diseñada desde Suiza o por la mafia gallega, rusa o ucraniana.
Hay una forma inteligente y aplastante de hundir de forma contundente a esta codiciosa ralea de especuladores que corrompen cuanto tocan: autorizar cinco campos de golf municipales, sin apartamentos adyacentes y que cumplan las condiciones antes expuestas: tierras indómitas, agua depurada. Si esto se logra, se acabará con la presión, porque se habrá desactivado el mecanismo que mueve a los especuladores: el negocio fácil.

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Debemos volver al mar


Muchos isleños pasan media vida en el mar, en la barca. Para ellos no va este artículo, aunque quizás sí, porque todo lo que ocurre en la isla les afecta en primer grado.

Hemos acabado con la costa, a pesar de que los destructores de la isla exhiban a menudo esta estrambótica estadística que dice que la costa de Ibiza es la menos estropeada del litoral español. Supongo que este tipo de gente estará muy orgullosa de haberse conocido.

Hemos destrozado las costas hasta donde son accesibles, incluso en sitios donde no lo son. Hemos iniciado un proceso -gracias al capital ibicenco, suizo, alemán, de la mafia gallega y de la mafia rusa, etc.- de colonización urbanístico del interior.

Sólo nos faltaba aportar nuestro granito de arena al destrozo de las profundidades del mar. Ya estamos en ello. Submarinistas que conozco me explican que hoy sería imposible filmar las películas de los increíbles fondos de las Pitiusas de hace 20, 30 ó 40 años. Los fondos han quedado rotos, abrasados, tapados o simplemente llenos de basura.

Las avionetas y los barcos atuneros a la luz de todo el mundo son un insulto a la autoridad policial, a la autoridad europea y a todos los habitantes del mar.

Estos proyectos de puertos deportivos en Figueretes, Punta Xinxó, Portinatx son un insulto a los ibicencos. Cada vez que un grupúsculo económico presenta un plan de estos me siento agredido. Siento que me agraden.

Las elecciones han pegado una patada a los promotores de tales iniciativas. De momento. Pero nunca descansan. El capital es como las cluecas, que van incubando los huevos hasta que nace la serpiente o el polluelo.

Tenemos el mar hecho un desastre: sin pesca, repleto de salitre (desaladoras), destrozando las praderas de posidonia, con infestaciones de medusas, con alteraciones biológicas que afectan al ciclo de las aves y seguramente de los peces, de las tortugas, de los delfines, de los atunes.

Yo ya paso de hablar en futuro: hemos machado la isla y ahora estamos machacando el mar. ¡Ay, no vienen turistas! nos quejamos.



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