miércoles, julio 04, 2007

Campos de golf municipales


Por regla general no estoy en contra de nada, pero hay cosas que ya nacen viciadas y deformadas desde el principio, por ello mejor abstenerse de tratarlas.
Además de mis artículos en el Diario, mi propio blog y otros trabajos esporádicos que se editan fuera de Ibiza, suelo perder tiempo y dinero trabajando en algunos libros. Bueno, todo ello supongo que me convierte en destinatario de muchas peticiones, textos, letras, cartas, mensajes que no he solicitado. De verdad, uno no puede leerlo todo, ni siquiera intentarlo.
De todas formas, como estos días se habla y se seguirá hablando de los campos del golf, me llama la atención un extenso mail de M. C. pidiendo más campos de golf en Ibiza (dos o tres).
Miren, yo no sé si es mejor un campo de almendros que un campo de golf, pero seguramente es mucho más rentable un campo de golf. Además, los almendros lucen durante diez días como mucho y el campo de golf ofrece una sensación radiante durante todo el año.
M.C. se ha comprado una casa en Ibiza. Pero echa de manos los campos de golf (¡y los precios muchísimo más baratos!) de la Península. Ruega que me extienda en la petición.
Que se tome como ejemplo Madrid y otras zonas donde los verdes han asesorado y se han reutilizado zonas destruidas (¿canteras? ¿vertederos?) y los greens se han regado con agua depurada. De una zona desahuciada se ha pasado a otra hermosa, cuidada y rentable.
O sea, todo lo contrario de Ibiza, donde se han pretendido usar tierras fértiles usurpadas y expropiadas y en un paisaje especialmente útil para otras cosas.
Sugiere que los campos sean de propiedad, uso y explotación municipal, para evitar los grandes pelotazos especulativos y que en realidad sean encubridores de grandes operaciones inmobiliarias.
Y por esto decía al principio que en Ibiza, entre la corrupción, la perversión y la especulación ya no puedes fiarte de nadie. Y puedes perder el tiempo defendiendo campos de golf que en realidad son tapaderas para alguna urbanización diseñada desde Suiza o por la mafia gallega, rusa o ucraniana.
Hay una forma inteligente y aplastante de hundir de forma contundente a esta codiciosa ralea de especuladores que corrompen cuanto tocan: autorizar cinco campos de golf municipales, sin apartamentos adyacentes y que cumplan las condiciones antes expuestas: tierras indómitas, agua depurada. Si esto se logra, se acabará con la presión, porque se habrá desactivado el mecanismo que mueve a los especuladores: el negocio fácil.

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