sábado, agosto 29, 2015

Estos difíciles alemanes


Ibiza y Formentera (un poco menos) tienen una historia traumática con los turistas alemanes de los últimos veinte años. De ser uno de los países mayoritarios, junto con Gran Bretaña, pasó a disolverse súbitamente mientras su presencia ascendía en Mallorca.
Se pensó que era debido a cuestiones técnicas por la manipulación optimizada de los operadores turísticos, pero a la postre la pérdida de turistas alemanes coincidió con la gran batalla ecológica de la ejecución de las autovías. Más o menos.
Los turistas compraban sus vacaciones en Mallorca e iban llenando la isla y cuando ya la tenían colmada empezaban a reenviarlos hacia Ibiza.
Era aquel divertido ´efecto rebose´. Ni más ni menos, Ibiza recibía turistas germanos siempre y cuando Mallorca ya no los necesitara.
Una situación enojosa que ha hecho poco por mejorar las relaciones interinsulares, pero intuyo que los mallorquines tienen poca culpa en esta mecánica comercial. Simplemente, los aviones y los hoteles se someten a la servidumbre de una política de bajo coste y solo se consiguen beneficios llenándolos a tope. Atiborrándolos.
Hasta donde se ha podido saber, muchos alemanes que visitaban las Pitiusas eran y siguen siendo muy sensibles a los temas de conservación y sostenibilidad. Todos conocemos historias de residentes que han vendido su casa y se han largado a vivir a otra zona más accesible, más tranquila. Y los que venían para pasar sus quince días también dejaron de hacerlo ante el amazacotamiento grisáceo de los últimos cinco años.
De hecho, la vorágine empieza en diciembre de 2010 con las revueltas saharauis de El Aaiún; después prendió la mecha en Túnez y ya siguieron el resto de países islámicos mediterráneos. Sabemos que el exitazo de Ibiza se ha multiplicado de un forma alarmante en los últimos cuatro años.
Pues bien, los hoteleros de Ibiza ya se han quejado del bajón sustancial del turismo alemán. Otra vez. Otra vez los alemanes dan la espalda a Ibiza.
Si investigáramos cuándo empieza el nuevo divorcio de los germanos puede que encontráramos parte de la respuesta. Que conste que yo no le he hecho porque escribo sin archivos a mano. Yo diría que en 2012 los alemanes ya detectan esta masificación y este desbordamiento totales. En 2013 se pronunciará la fuga. Y en 2014 y en 2015 ya se hará tan palpable que ha alarmado a los hoteleros.
Estos saben que desde enero a julio de este año, el descenso de alemanes en las llegadas del aeropuerto de Ibiza está en un 9,96% menos. Un diez por ciento menos.
Me gustaría insistir ante los podemitas y los socialistas: no hagáis planes para reducir el turismo de las islas. Los turistas ya los han hecho antes que vosotros. Yo me centraría en solucionar problemas, no en crearlos para tapar la realidad con cortinas de humo. Sí, me refiero a la ecotasa, por ejemplo.

miércoles, agosto 26, 2015

Más caramelos

Como decía Elliot Paul en ´Vida y muerte de un pueblo español´ al referirse a las Caramelles, hoy tocan caramelos.
Dicen que el galán George Clooney ha fascinado a media Ibiza con su tequila. Para nada. Las bebidas blancas, como sabemos los más expertos, te vuelven majara. Tequila, ron, wodka, solo tomadas con mucha moderación, pero claro, allá cada cual. Mejor que la tequila, la elegante señora de Clooney, la morena Amal, dicen que abogada incisiva e incordiante. Como casi todas las esposas del Planeta.
Que me dicen que solo en ses Salines ejercen su profesión de comerciantes, una de las más antiguas del mundo, más de cien vendedores ambulantes. Y pregunto yo: ¿cuántos policías municipales hay en San José? No me molesta que de Ibiza viva media África ni que los ibicencos ganen en tres meses para todo el año, siempre y cuando no me hagan pagar a mi estos precios.
Un desprendimiento de rocas corta el camino costero de s'Argamassa en Santa Eulalia. El mar viene a por nosotros y parece enfurecido. Mientras nos envía miles de toneladas de plásticos desde Argelia, a la menor ocasión pega algunos mordiscos considerables a nuestras costas. El agua reclama su terreno, la del mar y la de las lluvias. El agua tiene escrituras, se suele decir.
El precio del petróleo se desploma literalmente por un exceso de oferta y nadie quiere cerrar el grifo. Los transportistas podrían bajar tarifas. Y siendo así ¿por que los precios de Ibiza y de Formentera se han disparado como un cohete? Ya llueve sobre mojado, con perdón. Lo de siempre: carrera de listos, granujas y aprovechados.
Cien negros vendiendo solo en ses Salines y quizás otros vendedores de color lorquiano. No lo sé. Y ¿cuántos taxistas pirata? ¿Dos mil? No lo sé.
Pero la comisión de chárter náutico de la Asociación Provincial de Actividades Marítimas (Apeam) sí que se atreve a dar una cifra de piratas en los chárters marítimos de Baleares. Unos mil. Mil. Las empresas legales y que pagan sus impuestos –se quejan– están a punto de la quiebra porque no pueden competir con los modernos corsarios muchos de los cuales vienen incluso de Italia, EEUU, Caribe, etc. Para forrarse en Baleares, llevárselo calentito y no pagar ni un solo impuesto.
¿Se han fijado con qué facilidad el Mester de Progresía Pitiuso (tate, me ha salido otro PP, aparte del PPP, Pacte de Progreso de Perdedores) se pone a clavarnos tasas y más impuestos? Lo llevan en la sangre. Cuando todo va bien, llegará un progresista del Pacte III y te fastidiará el futuro. Te ecotasará tu futuro.
Han soltado lo mejor de su escudería para hostigar a los hoteleros ya desde el título: «¿Los hoteleros contra la mejora del turismo?» Y a continuación dice lo que han de hacer los pobres hosteleros si no quieren ser tildados de boicoteadores del turismo.

sábado, agosto 22, 2015

Nada de mudanzas

A finales de agosto, con el plumaje calado por las lluvias torrenciales, con los senegaleses que quieren saltar la valla del Ayuntamiento de San José –o de su retén municipal, mejor dicho–, con una espeluznante lista de accidentes, ahogamientos, agresiones, accidentes de tráfico y por sobredosis, Ibiza se encuentra bajo el manto de la confusión y del cansancio.
Para evitar caer en la ofuscación, que es la oscuridad de la que cuesta salir, nos podemos acoger a la experiencia de gente que sabía mucho de las zozobras del espíritu humano: San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, recomendaba a los hermanos de su congregación no hacer mudanza en tiempos de tribulación. No solo se refería a los muebles y a los carruajes, también a les tempestades anímicas y a las luchas entre miembros de la Iglesia. En tiempos de luchas fratricidas y de dudas del alma no te embarques en grandes decisiones.
Apenas queda una semanita para enterrar agosto, del que ya teníamos precedentes sobre su crueldad. Da lo mismo. Aguantaremos con firmeza el embate de los vientos, las inundaciones de argelinos y de subsaharianos, aun sabiendo que hay otros 1.200 millones que quieren huir de África y venir a Ibiza y comprarse un pisito a plazos.
Mientras tanto, la avanzadilla ha llegado entrenada en las lides de Ceuta y Melilla y sabe como tratar a la Policía, sabe que puede devolver los golpes tribales y que la justicia española está en proceso de retiro espiritual, como los que recomendaban los jesuitas. No hacen en Marruecos lo mismo que hacen en Salou, Magaluf o Ibiza. Tampoco lo hacen en Brasil. Y no me explico el porqué.
Inútil entrar ahora en valoraciones sobre el grave pero comprensible comportamiento del jefe de policía al soltar a un africano detenido, ante la presión coactiva intolerable de una pandilla de compañeros, con toda seguridad liderados por algún sujeto bien entrenado que los aglutina. Difícilmente puede seguir ejerciendo de policía ni los subsaharianos hacen ninguna falta en Ibiza si se dedican a la violencia, a la extorsión, el robo, a la venta de drogas y de productos falsificados, etc. Todo aquel que delinca, ha de ser fulminantemente expulsado siempre que la ley lo permita.
Es posible que una vez hayan pasado las andanadas implacables del mes de agosto, a algunos políticos les toque ponerse a trabajar a fondo para hacer mudanza. Y no bastará con un viajecito pagado a Madrid para tranquilizar a sus jefes.

miércoles, agosto 19, 2015

Mantener el coco frío


Comprendo que los ibicencos vivan esta sudorosa avalancha de gente con innegable confusión, por mucho que estuviéramos avisados y supiéramos de antemano el alcance de lo que se nos venía encima.
El fenicio iba a redactar estas notitas fenicias, cuando lee la portada del Diario de Ibiza digital: encuentran una patera en una cala de San José. Vacía. Hasta los moros sin papeles se apuntan a Ibiza en pleno agosto. Ya es el colmo, nunca mejor dicho.
«La irrupción de lanchas que se saltan el sistema de vigilancia marítima SIVE no es habitual. La criba es eficaz, pero no es perfecta», escribí en mi artículo del 4 de julio, donde comentaba la remota posibilidad factible de que entraran a Ibiza lobos solitarios con aviesas intenciones, en analogía sangrienta con los hechos de Túnez.
Que lleguen pateras con 8 o 12 personas presumiblemente argelinas es una posibilidad real. Lo he contado muchas veces. De Ibiza a Argelia hay una distancia abordable, como saben muchos ibicencos que a partir de 1939 o antes huyeron de la guerra civil de Ibiza para refugiarse en África, donde algunas docenas rehicieron su vida, en la Argelia francesa. Ahora las cosas han cambiado y son los magrebíes quienes buscan cualquier forma posible de huir de los estados fallidos musulmanes.
El acontecimiento pone en evidencia a todo el mundo: a estos mismos estados bajo la férrea e ineficaz mano del Islam, que no consiguen articularse como una sociedad capaz de generar sus propios medios de supervivencia, ya no digamos una cierta libertad. Han fracasado en su casa y muchos de ellos vienen a Europa con la obsesión de exportarnos su fanatismo, su estéril y enfermiza incapacidad para organizarse en una sociedad moderna, donde quepan todos.
Pero estas pateras ponen también en evidencia el sistema imperfecto de vigilancia marítima que tantos millones nos cuesta a los contribuyentes españoles. El SIVE falla tanto o más que una escopeta de feria.
Y finalmente pone en evidencia el sistema de seguridad, obsoleto o insuficiente de nuestra Ibiza, que cada año sufre una difícil prueba, lo admito. Lo dije en mayo: necesitamos ayuda. Pero nadie escucha, ni en Mallorca ni en Madrid.
Solo nos queda mantener el coco frío y los pies calientes, no convertir esta diabólica mecánica en ofuscación. Y sí, seguimos necesitando ayuda urgente.

sábado, agosto 15, 2015

´Tourist don´t go home´

No me asombran los disparates que van perpetrando los políticos como Ada Colau, ni siquiera la situación a la que se han desplomado los catalanes en general desde 1978. Suelo hacer la precisión entre catalanes y catalanistas, pero ya casi ha quedado obsoleta, ya que desde 1982 al menos ellos van votando a los catalanistas. ¿En 35 años no han tenido tiempo de votar a políticos no nacionalistas? Con los resultados a la vista por todo el mundo. De ser una región española de un alto nivel económico, superior a la media europea, y una capital que acogía a pintores y a escritores de talla mundial, ha pasado a ser un chiringuito sectario, arruinado y con dejes totalitarios, que están llenando de negativo asombro a la Unión Europea.
Y en estas que ha habido elecciones autonómicas y en las Baleares han vuelto a ganar las terminales mediáticas del catalanismo, el PPP (Pacto Progre de Perdedores). Tres legislaturas han gobernado y en las tres han dejado a las islas en una estado de quiebra y postración inigualables. Ya han vuelto. Ahora mucho peor, arrasando con la labor positiva en muchos campos del PP (Partido Popular) que puso sobre la mesa un intento de racionalidad y solo recibió pedradas, y no solo en sentido figurado. Han borrado del mapa la ley del funcionario, mediante la cual cualquier funcionario (médico, abogado, profesor, juez, policía) español podía ejercer en Baleares sin necesidad de conocer el catalán. Y además han consolidado la ilegal inmersión lingüística en los colegios. Y otras cosas.
El conseller de Cultura ya ha avisado que todo trabajo de investigación que se presente al premio ´8 de Agosto´ solo será admitido si es en catalán. Nada de español, el idioma oficial de Ibiza. Como esta, vendrán una tras otra en la labor de adoctrinamiento e imposición del catalán estándar, o sea, el barcelonés. El Instituto de Estudios Baleáricos ha quedado relegado para reengancharse al Ramon Lull, un núcleo de poder catalanista que usa el dinero de los baleáricos para... relegar la cultura de Baleares. Tiempo habrá para ir desgranando las cacicadas catalanistas de David Ribas, que va camino de superar al pastelero Marià Torres, Rafal, consejero del anterior Pacto de infausta memoria para la cultura ibicenca. No es la primera vez que lo digo: cada vez que Ibiza ha querido seguir las directrices de Cataluña, en Ibiza las cosas nos han ido de una forma catastrófica y lo digo con suavidad. Lo recuerdo con un fin concreto: ahora en Barcelona se las han dado en contra del turismo.
Lo de Cataluña ya está teniendo repercusiones en la prensa especializada internacional. Una cosa es estudiar los problemas creados por el turismo de masas –y yo lo hago casi cada semana– o por el turismo de cruceros y otra es enviar a las cuadrillas de descerebrados a pintarrajear las ciudades con pintadas contra los turistas, como está ocurriendo en Barcelona. Están creando una atmósfera rara contra el turista y esto tendrá consecuencias. En Ibiza no podemos caer en la trampa catalanista. Ellos son una calamidad para ellos mismos. Los ibicencos no somos catalanes. Somos fenicios. Nos comportamos de otra manera.Y haría muy bien el presidente Vicent Torres en controlar a sus monaguillos y no fomentar antiespañolismo ni, por supuesto, excluir a nadie de la política del Consell. Como han hecho, nada más empezar.

miércoles, agosto 12, 2015

La muerte violácea a la salida del sol

Los problemas de Ibiza llevan años existiendo y siempre son los mismos y como aquí practicamos la alternancia política, cuando llega uno, derrumba lo que ha asentado el otro y viceversa. Es una buena táctica para pasar por político activo y conseguir que así nada cambie en realidad en el tejido social.
Ahora vienen con la murga de los horarios de las discotecas y sabemos que, se haga lo que haga, al final casi nadie los cumplirá. Ibiza seguirá siendo una burbuja ruidosa insoportable. Y en octubre se repartirán los awards al club más escandaloso.
Toda la isla es una gran discoteca. Alguien ha dicho que el ruido hace vender bikinis, copas, pastillas y hay música hasta en las farmacias y en las funerarias. No es extraño que nadie pegue ojo en todo el solsticio de verano.
Peor que el ruido es el estado desmembrado de los consumidores consumidos cuando salen de la disco al alba, al despuntar el sol por Talamanca. No hacen ruido, apenas tienen energía para eructar, el peligro es que se reúne un millar o mas de zombies que deambulan por la cuneta, o en plena carretera. Cada año caen varios clubbers cazados en el asfalto, poniendo la gota violácea y triste en la que debiera haber sido una hermosa noche de verano de rocío cristalino en la Ibiza húmeda.
Nosotros podemos contarlo, pero es redundante, porque lo sabe todo el mundo. Hasta en el aeropuerto se puso el espacio dedicado al pinchadiscos de turno. Ya es el colmo. A partir de este hito, toda la isla es una tenebrosa y paradójica discoteca llena de luz solar alternada con los destellos químicos trajinados por camellos y pistoleros.
Incluso las compañías aéreas han tomado cartas en el asunto. Ya basta de bromas. Quien meta mano a las azafatas y azafatos (hay mucho gay salido) o trajine botellines de licor quedará apeado en Birmingham o en Liverpool. Tampoco nos sirve de consuelo que Ibiza sea tan solo una de sus estaciones de paso etílico. Tienen otros reservoir dogs donde evacuar sus excesos.
Una vez domados los relojes blandos de las discotecas, llegarán los party boats (que no debieran ni de poder operar en estas islas) y los beach clubs o cualquier antro con un nombre en inglés y desandarán por una parte lo que se haya andado por la otra.
Son muchos años de Ibiza, uno conoce el percal y la comedia interesada de los politicastros. Ibicencos, perded toda esperanza. Solo rezad para que llegue octubre.

sábado, agosto 08, 2015

Formentera bloqueada

(Foto mallorcayates.com)
Formentera multiplica su población por cuatro durante los tres meses álgidos, pero álgido no en su primera acepción de la RAE (muy frío), sino en la tercera, dícese del momento crítico o culminante de algo. Eso, el momento crítico es cuando la isla se ve colapsada en una marea de humos y de gasolina que cubre las cortas rutas en forma de serpiente ondulante. Momento culminante de la temporada, cuando las dunas, las arenas y las costas están literalmente tomadas por vehículos y los litorales por las lanchas, barcas y yates que incumplen las más elementales normas de cortesía o de preservación ecológica.
Los que hemos conocido Formentera con 2.000 habitantes, no nos sorprendemos del agobio que afecta a los isleños, hasta hace poco unos 7.000, pero que ya han pasado de los 12.000 censados. Para hacernos una idea, pensemos que Ibiza tienen 572 km2, por 80 Formentera. Dato importante. Si multiplicamos los 150.000 empadronados en Ibiza, nos encontraríamos con 600.000 habitantes. La densidad de Formentera es alarmante, así que la desproporción es evidente. Es fácil entender que en un espacio limitado como Formentera, la sensación de ratonera es muy palpable e irritante.
Una vez sabido y aceptado este hecho, aún entendiendo los deseos restrictivos de Silvia Tur Ribas y de otros políticos locales que se manifiestan, debo sugerir moderación, paciencia y reflexión. Estoy de acuerdo en que se ha terminado lo del eslogan del 'último paraíso' (por cierto ¿adivinan quién lo inventó o popularizó?) y que Formentera ya no es paraíso y en caso de haberlo sido no hubiera sido el único ni el último.
Pero en los años ochenta me pareció importante realzar en mis escritos la naturaleza y la belleza de la isla, frente a la masificación balear y peninsular. Formentera ya ha sido campo de prisioneros (no de concentración, como dicen algunos erróneamente), ya ha sido base estancada de hidroaviones, ya ha sido un universo cerrado por la dureza de las condiciones naturales. No se debe regresar a esto. Cuidado o el daño que se puede inferir al turismo puede ser irreparable. La solución me parece más efectiva contemplada desde el prisma libertario y liberal. Quiero decir, prohibido prohibir. El mercado regulará con sus altos precios de verano a muchos miles de turistas que preferirán los meses de temporada baja (repito, más baratos).
En los vehículos lo mismo: ellos mismos ya llevan matrícula y otras numeraciones y con una rapidez pasmosa se pueden pasar por el lector del código de barras las tarjetas que habrán obtenido al comprar el billete. Exentos los residentes. Quien quiera ir a Formentera con su vehículo lo repensará. Cualquier idea es válida siempre que no perdamos áreas de libertad como ciudadanos, aunque para ello se tenga que promocionar un paraíso a dos velocidades, o sea, a dos precios, o sea, a dos estaciones: verano e invierno. En último extremo, ambas Pitiusas sufren el mismo cáncer y podemos pensar juntos lo que ya sufrimos conjuntamente.

miércoles, agosto 05, 2015

El paraíso huele a demonios

Lluvias torrenciales que se llevan media Huesca y parte de los Pirineos por delante, pero amaga en Ibiza en una tumultuosa pelea de nubes con el útero reseco y al final solo caen unas gotas misérrimas que incendian más el ambiente cargado de humedad y pestilencia. Retumban dos truenos, caen dos benditas gotas y se acabó la embestida. Qué año, el 2015. La isla desecada, la vegetación esperando la chispa liberadora y los acuíferos otra vez asalitrados en su mayor parte. No hay salida. No hay agua, no hay espacio.
Veo que los sorprendidos turistas sentados en el puerto deportivo notan las aguas sucias del puerto mojando sus sandalias. El mar ha subido de nivel, dicen. No, que va, es que Ibiza, sometida al peso de casi 400.000 turistas semicocidos –en su punto, sagnants, en realidad– se va hundiendo. Ibiza se sumerge. Y las aguas saladas vienen bautizadas con una extraordinaria aportación de nutrientes que huelen fatal. Ibiza recupera la pestilencia orgánica, que a los multimillonarios les encanta. Es la pátina biológica de la historia: una película de mierda recubre las aguas de todo el espejo del puerto.
Y no solo en Ibiza. En toda la isla, rebosan los líquidos negros, porque las depuradoras no tienen suficiente hígado para filtrarlo todo. Y el aire no huele a pino ni a romero, como sugieren estos fabricantes de colonia con nombres rurales de Ibiza: huele a eso, a la materia fecal que lo tiñe todo. Ibiza, mientras huela a mierda, tiene el futuro asegurado. Ya que no puede oler a napalm por la mañana, al menos desprende esta profunda fetidez que impregna los yates de quienes sienten nostalgie de la boue. La nostalgia del barro que es de donde proceden muchos dineros de estos ladrones y traficantes, reciclados en turistas de lujo.
Ibiza recupera así una de las características de sus dos mil años de historia: la fetidez implacable, un hedor a autenticidad histórica, desde las factorías del múrex en Botafoc para fabricar la púrpura, hasta los almacenes medievales y los secaderos de pescados putrefactos. Un puerto que no oliera a muerte es que no tenía vida. Ibiza tenía vida y olía fatal. Hoy recupera su identidad histórica cartaginesa. Los yateros y desfalcadores se lo cuentan por el whatsapp: qué mal huele Ibiza, no se cabe, todo está por las nubes. Pero no se va ni uno. Se quedan a disfrutar del desastre desde el palco de su yate, como el cabroncete de Nerón ante las llamas de Roma. Incluso la Savina tiene su olorcito de acequia fenicia. No se salva nadie. La única buena noticia es que ya llegará octubre y toda esta turba viciosa partirá a freír espárragos. Supongo.

sábado, agosto 01, 2015

Y aquí un gran amigo: agosto

La luna de agosto fotografiada por el fotógrafo polaco Bartosz Wojczyński
A todos quienes hayan sabido o podido esquivar el mes de julio, aquí les presento a un gran amigo de Ibiza: se llama agosto. Ya saben, el mes terrorífico en el que siempre suceden grandes desgracias gestadas por los humanos en distintas partes del Planeta.
En Ibiza misma, si marzo marcea, en agosto el sol solea en las solanas y deja la vegetación mustia y amaderada, propicia a las chispas del infierno. También las personas llevamos acumulados un desgaste de energía y de nervios. Solo nos mantiene serenos la esperanza de llegar vivos a septiembre, un mes más bondadoso.
En los años de sequía, especialmente crueles cada once años más o menos, incluso muchos frutales aprovechan el ferragosto para despedirse. No pocos pinos amanecen con un color amarillento, que se convertirá en marrón en unas semanas.
Estos árboles ya son irrecuperables y usan una estrategia para salvar a la especie: mueren para salvar al grupo. Higueras y almendros, olvidos y algarrobos han de pasar esta prueba durísima cada verano, pero acentuada en años de sequía prolongada, como es el caso.
Sin renunciar a los adelantos aquel que pueda pagarlos –me refiero más bien a la abusiva factura de la energía– es tiempo de aprender a usar el botijo, (sa baldraca), el sombrero y el abanico.
Inevitable recordar la alarmante situación de nuestras infraestructuras. Pagaremos caro las tonterías (o sea su ineptitud, su servilismo a las altas instancias de los respectivos partidos) de los políticos ibicencos, pero también de los mallorquines.
Harían bien en tomar estos asuntos en la agenda de importante y urgente, sin dilaciones ni demoras pueriles. No está el horno para más bollos precocinados entre esta estirpe de políticos que han venido –presuntamente o no– a servirse del presupuesto y a forrarse sin dar golpe.
Estamos al tanto, sabemos sus nombres, y vamos a intentar que quien no se gane el sueldo y cuide de Formentera y de Ibiza lo pague caro. No vamos de bromas. Sonrían, les estamos filmando.
Mal estábamos con los dos millones y medio de turistas. Ahora con tres y pico, estamos a punto de irnos todos a pique, y no con la orquesta del ´Titanic´, sino con un fétido olor a depuradora clueca que pringa toda la isla entera, pases por donde pases.
Trabajen con diligencia y déjense de chorraditas identitarias e ideológicas. Por favor.