sábado, agosto 29, 2009

Fidelizar


Cuando haces un ingreso de treinta mil euros en un banco y te dan unas ollas, un llavero y un saquito que nadie sabe explicarte para qué puede servir, se dice que te están fidelizando, cuando debieran decir simplemente que te están tomando el pelo. Pulling your leg, en inglés.
Cuando en un restaurante te cobran dos platos de más, una botella de vino extra y a unos precios exorbitantes y desorbitados y encima te dicen que te invitan a un chupito, se dice que te están fidelizando. No lo dudes.
En realidad fidelizar, hacerse con la fidelidad del cliente para que repita comanda y siga consumiendo tus productos, es la meta principal de toda empresa astuta. Conservar a los clientes es un gran negocio.
Ibiza tiene muy buenos balances en este tema. O tenía, porque me temo que perdemos a muchos clientes por no haberlos sabido fidelizar, o sea, por haberlos tratado regular, por no haber sabido conectar con sus necesidades o simplemente porque muchos ya vienen a Ibiza a comprobar si es verdad todo lo que se cuenta de la isla y de su gente y de su gentuza.
Es lo que tienen los reportajes repugnantes de Antena 3: atraen a mucha gente que no se lo puede creer o que por lo menos si no lo ve no se lo cree. Mucho papanatas. De otro modo no se entiende que se detenga a decenas de novatos traficantes de droga que trajinan un kilo de polvo en su maleta o en su chaleco. Pero de verdad ¿creen que en Ibiza no tenemos policía, servicios de información, chivatazos, informes de la Europol?
No lo sigas intentando, forastero, no cruces el Canal de Valencia cargado de mierda ni de crack: serás detenido y debidamente fidelizado en la saturada cárcel de Ibiza, cuyo lema es ´donde cabe uno, caben cuatro´.
«Me robaron la cartera el primer día», dice una jovencita italiana. A saber, pero yo me la creo. Este verano me han llegado numerosos testimonios de primera mano: en tiempos de recoger el trigo, los melocotones, las picotas, los albaricoques y la uva, ha habido una cuadrilla de temporeros que se han dedicado a recolectar carteras ajenas.
No me privaré de decirlo: en Ibiza hay mucha gente tranquila, buena y formal, pero a partir de junio se llena de los mejores carteristas, trileros y descuideros de toda Europa. Muchos son de Italia, de Argelia, de Marruecos, de Barcelona, de Valencia… aunque no llegan necesariamente desde estos sitios. Saben distraer muy bien la atención.
Estos robos son demoledores para nuestra imagen turística. Así no fidelizamos más que la mala leche, y eso lo he vivido en Río de Janeiro, en Salvador de Bahía, en La Habana y otros en sitios. El turismo no repite, no se siente gratificado, no disfruta.
Bueno, pues Ibiza ya ha entrado en esta senda, tan conocida en Benidorm, Marbella, Lloret, y otros sitios calentitos. El turismo necesita cariño, no que le levanten la cartera. Fidelicemos, hermanos, fidelicemos.

miércoles, agosto 26, 2009

En Formentera no hay pistachos


Cierto, en Formentera no hay pistachos, me refiero al árbol. Si vas a Turquía, pregunta por los pistachos y verás unos árboles abundosos de madera dura y hoja de sombra flexible y tacaña.
¿Es raro esto que digo? Pues la misma sensación me da esta italiana que en el Diario nos evidencia una terrible verdad: en Formentera no hay estancos. Que yo recuerde, se compraba esa droga legal (una de las más nocivas que se conocen) en algunos bares. No sé ahora.
La misma sensación de extrañeza me produjo enterarme a posteriori de que el único pistacho de Ibiza estaba en la terraza de la galería de Ivan Spence, donde más de una vez comí patatas hervidas con col y nada de carne en compañía de Zush y otros invitados que se iban apuntando. Siempre eché de menos unas orejas y un morro de cerdo, casi con la misma intensidad que la italiana buscaba un estanco. Nunca resolví el misterio: ¿quién plantó un pistacho en Dalt Vila?
Es interesante descubrir cómo nos conocen. Conociéndoles nos conocemos de otra forma.
Añade la chica que Formentera es Italia y eso ya es una certeza y un tópico. Hogaño los españoles, que somos tan papanatas como los italianos, hemos quedado prendados de un anuncio de una cerveza y hemos seguido como ratitas que seguían al flautista de Hamelin las rutas prohibidas de la isla.
Así que los españoles han ido mucho a Formentera y esto ha soliviantado a Mariscal y a algunos otros antiguos residentes y veraneantes asiduos.
A mí que no me esperen para cenar, pero Mariscal, Philippe Starck, García Alix, la Poliakov y tantos otros debieran haberlo pensado antes. Yo lo pensé antes y no he vuelto más.
Además la masa que sigue al flautista o al anuncio son desesperantemente selectivos: sólo quieren ir en julio y en agosto. No lo entiendo o sí lo entiendo: si tanto les gusta Formentera ¿por qué no se quedan un mes de otoño o de invierno? Ahí se demostraría esta vocación del aguerrido peninsular que viene a descubrir las islas y a escribir una guía sobre la magia o un libro sobre lugares demoníacos… ¡qué tarde llegáis al botín, botarates! Este filón está más que trillado: jubilado centroeuropeo que se pierde, libro sobre Ibiza que te crío. Claro, salen libros copiados y muy mediocres.
Quizás sea cierta una cosa: todo lo que no sea biografía es plagio, y me temo que muchas biografías también son plagio, porque muchos escritores, como muchos turistas, no saben lo que han vivido o no saben transcribirlo y elevarlo a la categoría de literatura. Es decir, no son escritores. Otros son escritores y no tienen ideas. Van y las copian, caminando o en velero.
Pretender descubrir Ibiza y Formentera a estas alturas y más proviniendo de las resacas de Marbella, sólo indica como mínimo una temible verdad: estamos ante gente superficial que no aporta nada a la película. Pero una cosa está clara: sarna con gusto no pica y si pica que se rasquen.

sábado, agosto 22, 2009

Ibiza, entre Marbella y Benidorm

Foto del puerto deportivo Ibiza Nueva, por gentileza de El Mundo-Baleres.


Siempre pensé que Ibiza tenía una fuerza especial que la hacía resistente a la vulgaridad de la jet veraniega, pero me equivoqué. Ibiza no es mágica ni tiene ninguna fuerza especial, lo único que nos preservaba era la distancia, la falta de comunicaciones y una humedad casi tórrida que nos tiene agallinados.
Cuando alguien quiere indicar que Ibiza se ha devaluado y que ha perdido originalidad nos compara con Benidorm, pero ya vamos perdiendo, porque ya quisiera yo disponer de las vías de acceso a la ciudad turística alicantina.
Por lo demás, tenemos el mismo tipo de turismo y una manada que viene a buitrear, sólo que con unos precios demencialmente más elevados. Y ahora se dan cuenta de que Ibiza es cara.
Cuando el sofocón imperdonable de las autopistas, alguien escribió sobre la casilla que las piquetas estaban derribando: Ibiza=Marbella. En realidad, Ibiza ha heredado toda esta legión de personas y de personajillos que veraneaban en el famoso municipio reinventado por Jesús Gil.
Aquel Gil que no cabía en ninguna camisa más que en la suya, llegó amenazando a los pobres freaks y colgados con amargarles la vida, y empezó la misma noche en que tomó posesión. Se dirigió con cuatro ‘porreros’ (de porra, no de porro, y aquí está bien empleado este adjetivo patentado en Ibiza) a perseguir jovenzuelos colocados que no entendían nada.
Acabó en una noche extática, exclamando que limpiaría Marbella de delincuentes. Al margen de que esto no podía ser cierto, porque de serlo tendría que haberse marchado él en primer lugar, la cruda verdad es que Jesús Gil fue de manera indirecta el gran promotor de IBZ-siglo XXI.
Muchos de estos caras, caritas y carotas que ahora pululan por Ibiza, diciendo después en televisión que han inventado la isla, comenzaron a dejar Marbella ante el temor de que Gil cumpliera su amenaza.
Y los tenemos a casi todos en Ibiza, patroneados por un productor de música, otro productor de cine (¡gracias a Zp, y gloria en las alturas!) y a menudo por el mismo Segura. Si este cáustico director se propusiera rodar Torrente V o Torrente en Ibiza, le saldría gratis la película, porque tiene a todos los figurones aquí sisando canapés y a buen seguro que estarían encantados de hacerle otro cameo.
¿Para qué dar nombres? La tumultuosa multitud que se desperdigaba en Marbella, Torremolinos, Puerto Banús, ahora se concentra en 1500 metros cuadrados de Ibiza, todos se colocan… al menos para la foto, y los fotógrafos están entusiasmados porque se acabó el montar guardias interminables para captarles.
Es tanta la avalancha de clases pasivas de papel cuché que ya corre un cruel rumor en Madrid: para saber si alguien es importante sólo has de constatar que no se exhibe en Ibiza. A Ibiza sola parecen ir las waana-be, manqués, cocottes o viejas glorias decrépitas. Ya me lo advirtió Vicente Ribas Ribas.

miércoles, agosto 19, 2009

La corrosiva telebasura


Por si no fuera suficiente la avalancha de basura en todos los sentidos que toma los veranos mediterráneos, ahora vienen las cadenas de telebasura a multiplicar la imagen y a magnificar las sensaciones, tan brutas como brutales.
Lo de España es de manual: una sociedad ágrafa, semi-analfabeta pero con una cierta intuición y una astucia natural muy peligrosas; un país que grita pero no escucha y por ello tienen tanto éxito las tertulias de la radio, que vienen a ser los corros de la portería o de la plaza de siempre; un país eternamente dañado y lesionado por numerosos gobernantes indignos y ladrones (al menos por derrochadores y malversadores); un país que se siente gratificado revolcándose en la mierda, que simboliza la riqueza, se entrega ciegamente a las loterías, al puterío, o al ala romántica del nacionalismo: un país así se entrega por delante y por detrás a quien controle las televisiones.
En Ibiza todo empezó por los programas chillones de Tele5, bajo la mano grosera del recientemente fallecido Valerio Lazarov, que conocía muy bien España, no tan distinta de su Rumania natal.
Desde el paseo marítimo empezaron a emitir sus musicales y programas de verano. Eran de mal gusto, pero mucho mejores que los de ahora, lo cual da una idea de la continua degeneración de la televisión en España. Y no es un sarampión: la telebasura ha venido para quedarse, aunque uno de sus apóstoles, Jesús Mariñas, diga que la prensa rosa es la única seria. La prensa rosa es otra porquería y no encuentro excepciones.
Y como es mi tema, que para algo me ha de servir la licenciatura en Ciencias de la Información, hace muchos años deduje enseguida que Ibiza acababa de vender su alma al diablo, aunque la hemos vendido varias veces. Pero ya nos han pillado la medida. Y expliqué que Ibiza es un bombón para las cadenas: sin apenas inversión (hacer televisión es muy costoso) tienes un plató ambulante y gratuito, con famosos, freaks, majaras, raros y excéntricos encantados de salir en pantalla, y casi siempre relacionados con el enfermizo exhibicionismo del variopinto universo gay.
La gente tiene miedo o no tiene dinero para meterse en el ajo y no le falta razón, pues hay sitios muy peligrosos. ¿Y qué? Somos un país de chafarderos y nos gusta complacernos en la mirada de aquello que tanto tememos: mendigos, yonkies, prostitución, submundo gay, trileros, barrios bajos… tenía que llegar y ha llegado.
Todas las cadenas ya están rentabilizando Arena Mix, Callejeros, Comando Actualidad, España directo y cosas así. La gente quiere calle, la calle no cobra y las televisiones están dispuestas a ofrecer unos programas de bajo coste que les salen muy rentables. Claro, enfurecen a los políticos y responsables por donde quiera que pasan: Benidorm, Sitges, Lloret, Canarias, Ibiza… ¿Demandarles? No, para nada. Dejadles, que se hiervan en su propio jugo. Y tampoco estoy seguro de que mostrar nuestras miserias no acabe por ser un atractivo para los turistas pendientes y afectos de masoquismo, que suelen ser legión.

sábado, agosto 15, 2009

Drogándose a todas horas


Parece un verano de lo más normal: ruidoso, húmedo, mucha droga y ruidos con patente de corso. Sin embargo es cualquier cosa menos normal.
De hecho los turistas entrevistados por el Diario cuando abandonan la isla no tienen empacho en decir la verdad, sin filtros ni cortapisas.
«He visto gente drogándose a todas horas», dice un tortosino. Pues claro, no querrás que vengan los guiris a quitarnos el empleo: que se coloquen y que se apareen.
Uno de cada cuatro trabajadores no consigue desconectar del trabajo. Pero en la encuesta, los que más desconectan somos los baléaricos. Sin olvidar que muchos trabajadores no consiguen conectarse ni cuando están en su oficina. Otros, como el sector de restauración, las vemos pasar y nos quedamos mirando, incrédulos y sin seguro de desempleo para el invierno.
Sí, hay mucha droga, toneladas. De algún sitio viene, y es obvio que la Policía de Ibiza no da abasto, lo cual no parece quitar el sueño a ZP: las Baleares es la comunidad que menos dinero recibe de España y la que más paga por habitante. Esto desde que existe esto que llamamos democracia y que dista mucho de serlo. ¿Para cuándo un plante general del millón largo de habitantes?
Vienen muchos actores emergentes, yo casi no los conozco. «Tanto hablar de la crisis nos hunde en la mierda», dice un tal Fele Martínez bien adoctrinado. Este triunfará en la legión de titiriteros si va repitiendo que la crisis no existe o que hablar de la crisis hace antipatriota. Socialismo cañí.
En la otra página, la recauchutada Marlene Morreau hace unos estiramientos que convierten Ibiza en digna heredera de la Palma pija (ay, el Club de Mar de las corbatitas y de los güiskis…) y de la Marbella inolvidable, pero que ahora todos quieren olvidar. La jet de Marbella pretende borrarse la pátina nocturna de Marbella, como algunos socialistas de relumbrón pretenden borrarse el franquismo de su biografía.
Fue una de las últimas frases que me dijo Vicente Ribas Ribas, a quien algunos llamaban ´la sonrisa balear´ hasta su último minuto: «Mariano, ahora sí que ya te doy la razón con el final de Ibiza: nos hemos convertido en una sucursal de la vulgaridad marbellí». Y es cierto, basta mirar las yolas, los mochilones de Pocholo, el Jimmy siempre metido en peleas, las nenas de Interviú y los famosillos de artificio traspasados a Ibiza.
Algo no cuadra en esta Ibiza que apenas interesa a nadie interesante.
No es que uno tenga nada personalmente contra nadie, pero todos estos rostros (y tan rostros) se convierten un poco en la voz y la imagen de Ibiza. ¿Quién se lo ha pedido? Más les valdría ni intentarlo o la venganza de Baal caerá sobre ellos. Quizás ignoren que la isla Escorpión no hace rebajas y cuando se pone a cobrar no se detiene ni ante el mejor cirujano plástico.
Sólo respeta a Cayetana, la gran duquesa de Alba, discreta, au-dessus de la melée y que viene a Ibiza mucho antes que toda esta legión de oportunistas mediocres. Soy testigo.

miércoles, agosto 12, 2009

Las palabras del verano


Al principio me irritaban un poco estas necedades que sueltan los entrevistados en las páginas de verano de Diario de Ibiza. Pero ya me lo tomo de otra manera, como la telebasura, y siempre tengo presente que todo puede empeorar y de hecho lo hace.
Ibiza ahora es uno de los principales escenarios de la telebasura: somos cómodos, los famosillos o lo que sean se colocan juntos, al mismo tiempo y con unas horas de rodaje te puedes hacer la producción de toda la semana.
Aunque siempre vienen los mismos: famosos de Ibiza por venir a Ibiza. Son los mismos que iban antes al Club de Mar de Palma de Mallorca o a Marbella. Ahora se reajuntan en Ibiza y apatrullan las discotecas mientras haya algún fotógrafo.
Viven de eso.
Lo mejor son las frases del verano: descomunales y chiringuis. Como las consultas que reciben las chicas de las oficinas de información turística. ¿Y en qué pueblo están las praderas de posidonias? ¿Dónde actúa Lily Allen?
Estamos en el peor mes de la historia de nuestro turismo, pero los cretinos no se agotan. De hecho, en Ibiza ya no cabe ni uno más. Me dan ganas de volver, para sentirme en mi propia salsa. Pero… como decía un afamado actor muy mujeriego, «como lejos de mi casa, en ningún sitio».
¿Qué plato de nuestra gastronomía ha probado?
– La ensaimada.
Me quedo con la duda: ¿la habrá comido con ketchup, como aquella mejicana novia de Xavier Cugat se comía la paella? ¿O una ensaimada al pil-pil?
Siete mil parados el 30 de julio. Los bancos hacen acopio de depósitos, no prestan ni a Dios. Zapatero se ha ido con 100 acompañantes a Canarias. Se presenta en el incendio de La Palma, pero le recuerdan que todavía no ha pagado lo prometido en el incendio de 2007. España cañí. ZP ganará siempre, nos gustan este tipo de políticos. Pues eso, a disfrutarlos.
Pero en Can Misses siguen sin personal, hable o no hable catalán. La gente extendida en los pasillos. ¿Urgencias? ¿Y ezo que ez lo que ez?
Lara Dibildos va a la disco. Dicen que hay tenistas, futbolistas, grandes triunfadores, pero en España nos estamos quedando sin enfermeras, profesores, médicos, porque el trabajo no está recompensado, sólo el puterío, o llevarás luto por mí o el hacer el figura en la telebasura.
La España de hoy, una España entre Almodóvar, la Logse y una ignorancia secular barnizada por las frases muletilla sacadas de la tele, las suficientes para vender politonos para los móviles, otro timo (comparen los precios de Francia, Alemania, Gran Bretaña y los de España). Y ellos de vacaciones.
A disfrutarlas, aunque en otoño las ensaimadas sean a la vinagreta.

sábado, agosto 08, 2009

Asombroso verano


Un verano muy asombroso, aunque se repite el tipo de visitante: asombrados de ver engendros, pero cuando no los encuentran se los inventan, como esta chica que se ha gastado 600 euros en dos días de fiesta. Bueno, en general quien se gasta esta cantidad no suele decirlo, y quien lo dice no suele gastarlo.
Otros son más freaks y esta es una hermosa cualidad que hemos acuñado en Ibiza. No sé si vienen a la isla con alto poder adquisitivo o si vienen posthippies que han abandonado la ejecutiva del PSOE de algún pueblo de Zamora o los estudios de permacultura, pero es evidente que vienen los más extraños. Al final, tanta gente que viene a ver rarezas nos convierte en un sitio único e insoportable.
Pasan los años y las Pitiusas no suben de prestigio, pero expanden la fama de locos, excéntricos y recompuestos en todo el Planeta. ¿Y de eso se vive?
Quiero decir que si estás trabajando en Ibiza en una cocina, de camarero, de policía, celador, sanitario o algo así, lo más probable es que para el mes de septiembre necesites ayuda psiquiátrica y quizás de la otra.
«Vi a tres chicas desnudas paseando por el puerto», dice uno. Pues claro, no hacemos otra cosa en todo el día. El otro, a un perro que iba de paquete en una moto y con el casco como el piloto. Eso, ¿no lo manda la DGT? Ponga un casco homologado a su acompañante, sea perra o sea un genovés.
Algo ha cambiado: no es cierto que en San Antonio vayan a prohibir las puestas de sol, porque carecen del preceptivo informe de impacto ambiental, pero sí que es cierta una cosa: están crujiendo a multas a todos los locales que se pasen un milímetro. Y no cederán, porque se avecinan malas noticias para las arcas municipales. No me gustaría pagar los impuestos en la villa de Portmany. Incluso algunos se preguntan por qué se concedieron tantas licencias de venta a los artesanos.
Esto nos ocurrirá a todos y en varios sectores: hay demasiados proyectos, demasiada gente haciendo lo mismo. La crisis aclarará por si sola el sistema, aunque dudo que aprendamos ahora la lección que tampoco aprendimos en 1992-96.
Desde luego no tendrá ningún efecto la inversión de cien mil euros en The Daily Telegraph. Le irá bien a la prensa inglesa, pero nada, esto es fer cadufos, tirar bengalas a la desesperada, más cuando sabemos ya lo que anticipamos a finales del 2008: la libra esterlina tiene un cambio muy desfavorable con el euro. Y esto nos daña mucho. Lo sabíamos hace ya ocho meses.
La patronal de hostelería –también se sabía– tiembla sólo de pensar que apenas quedan dos meses de temporada y a un ritmo muy suave. Pero tiembla sobre todo al pensar que en el 2010 habrá más ´todo incluido´.
Un verano en el que nada nos viene de nuevas, pero incluso así duele.

Diario de Ibiza

miércoles, agosto 05, 2009

Cuando Ibiza era una isla sin cemento

Almuerzo en el rascacielos, de Charles Ebbets. Gran parte de losobreros eran indios, muy reputados por su agilidad y carencia de vértigo.


Nueva York vuelve a movilizar mi frágil sentido de la envidia: el museo de Historia de la Ciudad muestra cómo era Manhattan hace 400 años, más o menos en el momento en que la descubrió Henry Hudson en 1609.
En la isla-ciudad se ubica el estado de Nueva York, son coextensivos. Ahora es la ciudad y el Estado con mayor densidad de población de EEUU y uno de los mayores del mundo. Vive más de un millón y medio de habitantes, con casi 26.000 por kilómetro cuadrado.
Pero la extensión es de unos 87 km2, algo más que Formentera, contando la parte acuática o ganada a las aguas de los ríos que la rodean.
Claro que pensé en Ibiza, porque el fenómeno connota todos los paralelismos que se quieran exponer en una islita amazacotada por el cemento. Con una salvedad básica: el destrozo de Ibiza, aun siendo mucho mayor con sus 572 km2, es muchísimo más vertiginoso.
La urbanización de Manhattan comenzó en 1609 y todavía no ha cesado. La de Ibiza en 1969, por poner una fecha. En estos 40 años hemos destrozado mucho más Ibiza proporcionalmente que los europeos esa tierra de los indios Lenapes, que poblaban la isla de las ´muchas colinas´ y donde abundaban el agua, los riachuelos, las truchas, los castores, osos, pumas y todo tipo de cérvidos.
Claro que no han crecido igual: no pueden. En NY han debido inventarse y reinventarse una ciudad que crece en vertical, cultivando una mentalidad desarrollista de finales del siglo XIX y posteriores, donde no era ningún defecto el crecimiento demencial hacia las nubes. Seguramente en aquel momento estaban bien equipados en su ideología de desarrollo de hierro forjado, cristal y nuevos materiales. La prueba de que la solución puede ser eficaz es que desde entonces se ha seguido desarrollando donde le han dejado las estructuras políticas y donde el suelo urbanizable ha sido escaso.
En Ibiza no ha sido necesario, al considerar que la oferta de suelo sería infinita. Salvo unos cuantos edificios de Vila y dos o tres de San Antonio Abad, el crecimiento en vertical, aun siendo excesivo, no es tan escandaloso como en NY.
Sin embargo, eso mismo nos ha traído de cabeza. Los 123.000 habitantes de Ibiza dispersos por todas las colinas crean muchos más problemas que el millón y medio largo que vive en NY. Todos los habitantes de Ibiza cabrían en 4 kilómetros cuadrados de NY. Animo, pues, a los constructores pitiusos a crecer en vertical y sin timideces: para empezar un rascacielos que tenga la base donde ahora está el actual Ayuntamiento, si consiguen cimentar los fondos de la base.
Esta exposición neoyorquina tiene el aspecto de ser un caramelo. No podré ir, pero al menos la disfrutaré por Internet: http://themannahattaproject.org/
Y mientras tanto, vamos a seguir creciendo, hacia arriba y hacia abajo.

Diario de Ibiza

sábado, agosto 01, 2009

La gripe A y la ETA B nos atragantará el verano


Las cosas suelen cambiar, sobre todo los presidentes de gobierno españoles cuando ganan una segunda legislatura. Les cambia hasta el cerumen.
Como Javier Bardem, Rodríguez Zapatero, nada más ver la bandera de las barras y las estrellas, pega un ágil brinco cual canguro austral y acto seguido a ambos les sigue un crujido de espalda al inclinarse, tal es la reverencia que llevan ensayada cuando nadie les mira.
Ya han ganado las elecciones, ahora adoran Hollywood y todo lo que sea norteamericano. Atrás queda el pancartismo, la algarabía del agit-prop (un arma que la izquierda usa con demostrada habilidad) y los días de ayuno.
Los responsables del Prestige han sido totalmente absueltos de cualquier responsabilidad, pero nadie dice nada, porque este tema ya es prescindible.
¿Y aquel ´no a la guerra´? A la única guerra que ha existido nunca, que es la de Irak, pero la segunda, no la primera cuando Felipe González mandó a los soldaditos de reemplazo y a Marta Sánchez a tocarles lo del soldadito del amor y cuando el miope y pies planos Narcís Serra casi se nos hunde en las procelosas y apetroladas aguas del golfo.
Nada, la agitación contra la guerra sólo era una pura fachada. Jamás había habido –y se pueden contar uno por uno con nombre y apellidos– tantos soldados recibiendo leña, tiros y bombazos en el exterior. Bardem ya tiene el Oscar por hacer un papel de malo que le salió bordado por cierto y los gays están alborotados pero no se les nota ni parecen muy proclives a casarse, al menos entre sí.
Descrito este paisaje con cierta ironía y bastante ternura, de repente avisa otra vez la ETA en Burgos, arrasando una casa cuartel y causando 70 heridos. Sin apenas tiempo de informarse, me sorprende el otro atentado en Mallorca, en una ciudad turística.
Por mucho que digan no es la primera vez que ETA se pasea por las Baleares como Pedro por su casa. Aparte del fallido atentado contra nuestro Rey, a finales de los 90 se detuvo una camioneta averiada no recuerdo si en Zaragoza o en Huesca cuyo destino fijo era la bodega del rápido Almudaina, que atracaba al menos una vez diaria en Ibiza. Un barco que yo solía usar con relativa frecuencia. Pueden apostar que ha habido media docena más de incidentes.
Una semana después de la estéril iniciativa de ZP de regar con mil millones al sector hotelero, con esta pueril política de gestos, ocurrencias y sacarse la foto (Miquel Barceló, Pedro Almodóvar, Ferrán Adrià y otros), ETA pone sus deseos de diálogo sobre la mesa (Mayor Oreja dixit).
No estamos repuestos de los reportajes en la prensa alemana narrando los casos de gripe A en Ibiza y en Mallorca. Ni repuestos del escaso consumo en la oferta complementaria. Ni de una crisis como no se recuerda. ¿Qué más nos espera?