miércoles, octubre 29, 2014

Ojos de fuego en la noche de difuntos


Comparado con la escandalera del verano, los juguetones berridos de la chiquillería en estos días de Todos los Santos y Día de los Difuntos, se nos antojan un remanso apacible. Ellos lo llaman Halloween o algo parecido y en estos días se ponen muchas pelis de zombies destrozados, amoratados y semipodridos o sangrientos y amenazantes. Les gusta lo truculento. 
Esta morralla de fechas señaladas por los comerciantes suelen ser importaciones de los Estados Unidos, aunque ellos a su vez las trajeron consigo de la vieja Europa hace unos cientos de años. Pero da igual, son celebraciones feas, pero no originales. En México -y otros sitios- se mezclan las tradiciones cristiana y pagana en auténticos festivales dedicados al culto a la muerte y al más allá. Pero siempre se busca un efectismo estético, aun dentro de lo macabro.
Desde el final de la II Guerra Mundial, Occidente se ha empeñado en explorar la faceta disonante, la fealdad creativa, el escándalo tétrico cercano a las experiencias con la muerte. Miren el arte contemporáneo. De hecho, el surrealismo -de factura impecable, bellísima, aunque turbadora- quizás haya sido la última vanguardia emparentada con la hermosura que nos hace la vida más llevadera. Ya en los 60 se impone el Feísmo, el Arte Povera, el Abstracto, el Informalismo, el arte matérico, el art-brut, que parece una gran deyección sin retorno, como es lógico. A partir de ahí, la moda, la música se han dedicado a dignificar la fealdad.
Y sin embargo yo conservo una simpatía irrenunciable por estas festividades que en Ibiza se vivían con discreción y recogimiento: la música en los bares no molestaba a nadie del exterior. Existía un respeto exquisito por las visitas al camposanto, donde se depositaban unas palabras, unas oraciones y quizás unas flores.
En las mesas sobrias de las casas de campo se cenaba con parquedad y se desgranaban las granadas, un estallido casi sangriento y dulzón, la ambrosía de los muertos, la fruta de los púnicos. Por esto la mesa no se quitaba en toda la noche. Es más, se dejaban piñones, castañas, avellanas y nueces sobre la madera para que si algún difunto visitaba a la familia pudiera abastecerse para el camino. La dulce granada resucitaría a un muerto. Era un vínculo sutil con el Más Allá.
Todo transpiraba respeto, en algunos casos, temor. No era bueno caminar perdido por los caminos oscuros de la isla en la noche de difuntos. Hasta podía salirte de camino Sa Por. Ibiza fenicia, pero con incrustaciones romanas y judías. Sin desechar posibles filtraciones de la época musulmana (más breve en Ibiza que en la Península). Hoy, ellos, los imbatibles jovenzuelos, saldrán ardientes con el calzoncillo de cuello alto, los pantalones muy bajos, rapados, brincando algún rapeo e invocando a los muertos vivientes. Pocas bromas con el tema en Ibiza. A más de un valiente se le volvió todo el cabello cano cuando le salió al paso un perro negro con los ojos brillantes de color rojo. Un perro que no sabía ladrar pero que te acompañaba un trecho en silencio con sus ojos como linternas.
Pisa la tierra con respeto, algún día será tu cama para la eternidad, dice el viejo proverbio. Una oración en cualquier religión por los ausentes.
En Twitter @MarianoPlanells

sábado, octubre 25, 2014

Cifras prodigiosas sobre el turismo


Cuando acaba el verano, los formenteranos y los ibicencos solemos estar saciados, hartos, embafats, encuniats (no me lo corrijan) del turismo. Pero se hace difícil obviar que vivimos casi íntegramente de esta actividad y que ahora mismo ya estamos inmersos en la feria de Londres y en muchas otras tareas que se cuecen en secreto para preparar la temporada de 2015, a excepción de esta proliferación de concejales y políticos prescindibles que nunca resuelven nada. Por esto mismo voy a esmerarme en este folio fenicio para contar algunas cosas maravillosas, casi prodigiosas sobre esta noble actividad. Por ejemplo ¿cuántos sabrían explicar que España lleva muchos años en el podio de países más visitados por los turistas extranjeros, junto a EEUU y Francia?
Hemos ocupado el tercer puesto porque si lo pensamos bien, Estados Unidos es un enemigo muy difícil de batir con visitantes de todo el planeta y durante todo el año (69,8 millones en 2013). ¿Qué decir de Francia? (84,7 millones) Se han ocupado en afirmarse en la gastronomía, las bellezas paisajísticas, urbanas, el gran París, la música, patrimoniales, la moda, sexo, espectáculos... Francia ha conseguido incluso convertirse en un bastión inexpugnable en el mundo de la cultura, del que extrae auténticas fortunas. Y tiene turismo durante el año. Si en Ibiza hubiera habido algún político que supiera esto y entendiera del tema, habríamos potenciado el productivo mercado de la cultura, en vez de hundirlo bajo toneladas de alcohol y drogas. Hoy la situación de producción cultural en las Pitiusas es patética. No inexistente, porque existir existe, pero en una interminable agonía. Mientras, desde las concejalías se siguen planificando y potenciando más discotecas. 
Hasta septiembre España había recibido 52,4 millones de turistas extranjeros, un 7,4% más que en el mismo período del año pasado (Total: 60,7 millones en 2013).
A finales de octubre ya estamos viendo que se han cumplido las mejores expectativas previstas a finales de 2012. O como decía ayer, Ibiza siempre acaba flotando por alguna extraña carambola o por una guerra en algún país vecino. Otros datos que llaman la atención: la consolidación de Baleares como un mercado muy firme entre los turistas extranjeros, pero también entre el turismo nacional. Solo los primeros supusieron el 19,4% de los turistas que llegaron a España. O dicho de otra manera más convincente, uno de cada cinco extranjeros eligió Baleares. La afluencia la hemos tenido, mantenido y aumentado en los últimos tres años. Lo cual no demuestra que se tenga que disparar el número de discotecas (tampoco prohibir nuevas), sino diversificar la oferta de Ibiza y Formentera y mejorar mucho la calidad.

miércoles, octubre 22, 2014

Ibiza siempre flota

Como este leve madero que acaba dando vueltas en los remolinos del mar sin llegar a hundirse, tal es Ibiza. Así cavila el fenicio, que no consigue prescindir de sus símiles y metáforas marítimas. Fenicios, gente de mar. Ibiza, gente fenicia, por mucho catalán en vena que le metan a sus niños en las escuelas o por mucho que se catalanice en algunos medios la forma de hablar de los ibicencos. Ibiza no se hunde, inexplicablemente, en los remolinos de la historia y del contexto.
Siempre hay una guerra cercana que sale en defensa de nuestro turismo, tan mal organizado, pero tan rentable para algunos. Desde 1960 hasta 2014 la suerte de Ibiza y Formentera ha sido blanca. Amenazaban, a veces, negros nubarrones en el horizonte, pero al final ha terminado por escampar y hemos logrado sobrevivir mediante el turismo durante estos cincuenta años. Con tal suerte que, de nuestro éxito nacerá nuestra muerte, o sea, tanto ha sido el éxito que nos hemos sentido tentados a repetir la fórmula indefinidamente, sin caer en la cuenta de que nuestros recursos son finitos. Hemos vaciado el agua potable de nuestras entrañas, hemos vaciado cinco montañas de durísima piedra. Y hemos tapiado la isla maravillosa. Hemos cubierto el oro con una cáscara oscura de cemento y asfalto, por mucho que la hayamos embadurnado de blanco.
Pero el fenicio duda que la suerte de Ibiza sea eterna. Cuando nos llegue el golpe frontal, echaremos en falta no haber sido más moderados y flexibles. Y se nos prepara otra larga cuaresma. Quizás se traduzca en una reducción de turistas. Quizás sea peor. La suerte de Ibiza siempre acaba por salvarnos del caos y la crisis definitiva. Veremos 2015 como se presenta. Prometo estar vigilante para ir comentando las noticias o reflexiones que se nos ocurran.Se trata de la misma crisis, jamás se fue, pero a nosotros nos gustaba imaginar que es cierto esto de los brotes verdes, como a algunos catalanistas les gusta creer las barbaridades independentistas sobre una Arcadia feliz y lejos de España, o en otro orden, a muchos españoles les gusta creer que votando venganza con Podemos ya se nos arreglarán las cosas. No. No será así. Ni en un caso ni en el otro.
La recesión terrible (dicen que es la tercera) se cierne de nuevo sobre los países motores de la Unión Europea. De algún modo son quienes nos mandan los dos millones de turistas en tres meses: Gran Bretaña, Alemania, Italia, Francia, la propia España.Ahora mismo, el escandaloso caso del ébola no significa nada (aunque unos turoperadores británicos nos han pedido explicaciones. Ya les vale) comparada con la crisis brutal que está de nuevo en las puertas de Europa. Hasta ahora han esquivado la realidad mediante el expeditivo método de patada hacia adelante. Pero ya han llegado al muro. Y el muro no va a moverse. Nos gustaría saber si el cuarto trimestre de 2014 ha bajado sensiblemente respecto al 2013. Lo sabremos pronto. Será la señal definitiva. Aunque siempre digo que dos millones de consumidores de pastillitas color de rosa se sacan de cualquier parte, en estos momentos no lo veo nada claro. Mañana será otro día.

Diario de Ibiza

sábado, octubre 18, 2014

Benditos sean los malditos turistas

Después de un verano demencial, unos de los más pesados de nuestra historia, seguro que quedan pocas ganas de recordarlos. Ni en pintura. Pero ellos son quienes posibilitan llenar nuestra despensa para el invierno, así que benditos sean los estruendosos visitantes.
Hoy me he tomado cierto tiempo ojeando prensa de procedencias muy dispares. Menos mal que el turismo tailandés acogerá a nuestros ibicencos con los brazos abiertos y las armas al hombro. Aseguran que la tranquilidad es total, 24 horas al día y en todo el país. Sigue vigente la ley marcial tras el golpe de Estado de marzo de este año. Tras el asesinado de dos jóvenes británicos en la paradisíaca isla de Tao, el ambiente se enrareció con casos denunciados de violaciones de turistas, robos y asaltos. Hace unas semana han detenido a dos birmanos, acusados del doble asesinato. El hecho es que el turismo significa el 7% del PIB de Tailandia y harán cualquier cosa por reconducir la situación. Alegrará mucho a los cientos de ibicencos que cada invierno se largan a sus maravillosas playas para pasar uno o dos meses.
Marruecos es otro país vecino que acoge a cientos de pitiusos, a cientos de miles de españoles cada año. Como país cercano maravilloso, emblemático, tiene a sus fijos discontinuos, que suelen elegir ciudades de la costa atlántica o del interior, donde la vida lleva otra cadencia y los precios son mucho más asequibles. Pero también tienen problemas. La reciente decapitación de un turista francés en la vecina Argelia ha atemorizado a los galos, que precisamente suponen el turismo mayoritario en el Magreb, de modo que han sido afectados Marruecos, Argelia y Túnez. Libia ya sabemos que está bajo el volcán ardiente, incluso esperando una posible intervención bélica de Occidente. Y Egipto solo se recupera por zonas.
Túnez perdió en 3 días un tercio del turismo francés esperado. En Marruecos han sufrido anulaciones por un 50%, cifra escandalosa si sabemos que el turismo galo significa el 35% del total. El yihadismo está causando daño profundo a estos países y todo parece calculado para manejar los tiempos y para extorsionar a todo los niveles. Es decir, aquello que más teme el turista. Solo en 2014, Túnez lleva 1.600 detenciones de yihadistas, pero no parecen suficientes. Tenemos suerte en Ibiza, de momento.
A salvo del yihadismo, sin el terrorismo de ETA que intente poner explosivos en los ferries, como ocurrió en su día con el Almudaina, ni algaradas callejeras que causen 30 muertos, como en Tailandia. Nuestro máximo peligro es que nos salga el ideólogo local del PSOE y compile unas decenas de fotos de borrachos, las edite en video y las saque como precampaña de choque. Pero incluso esta maniobra de estrategia pedestre ha sido neutralizada por la costumbre: ya conocemos a los socialistas de Ibiza y los turistas extranjeros ya conocen a los suyos propios. Quiá. Benditos sean nuestros turistas.
En Twitter: @MarianoPlanells

miércoles, octubre 15, 2014

Tiempo de granadas

El fenicio recibe con resignación las lluvias intensas y las primeras nieblas. Revolución en el ropero. La ropa huele a regreso inesperado. Y el púnico cae en la cuenta de que estamos llegando casi sigilosamente a los tiempos de granadas, Punica granatum. Otoño. Pensamiento.
Reflexión para repensar lo veraneado desde el punto de vista de los esclavos, no de los veraneantes. Piñones, nueces, castañas, avellanas, tardes oscuras y pajarillos que buscan un refugio de urgencia. El aire huele a invierno, la crisis nos sigue crujiendo. El fenicio se recrea porque la vida es circular y los problemas son más una obsesión que una carga. Un fardo que siempre regresa a nuestras vidas ahumadas. Y mientras desgrana una Punica granatum (usted ya puede imaginar porque se llama así: somos fenicios, cartagineses, púnicos, que en nuestro caso es lo mismo) ojea el panel de disparates, deseos y recreaciones que nos afectan:
Contra las abejas: La consejeria del Gobierno balear no ha encontrado o no ha buscado otra solución que la fumigación para erradicar o controlar a la voraz oruga procesionaria. La plaga sigue medrando, pero las abejas melíferas han sufrido una merma alarmante. ¿Cuántas veces habrá que pedirle sentido común al Govern y que proteja nuestras colmenas en vez de arrasarlas?
Nacras: Otro ser vivo maravilloso, un fenomenal indicador de la buena salud de la aguas, está siendo masacrado. Hace años que lo sabemos. La nacra, como tantos miles de peces y crustáceos, nace y se desarrolla bajo la protección de las praderas de posidonia. Pero ésta a su vez es arrancada de cuajo por el garreo de las anclas. Y la cadena de destrucción se extiende. Los efectos colaterales son inevitables. Decía el 20 de febrero de 2013: «En nuestras aguas no hay perlas, ya no quedan ni nacras, enclochas. Quedan muchas medusas en unas aguas no siempre muy plausibles».
El fenicio nada en un mar de desconciertos: ¿Quedará algo vivo en estas islas sin agua potable? Por cierto, la extracción de los bivalvos está prohibidísima.
Despilfarro: hay que limitar el despilfarro de las autonomías, titula un editorial de nuestro Diario. Lo suscribo, pero sé que es imposible y desde el primer momento quedó claro que estos engendros venían a resucitar el nefasto caciquismo local y a constituirse con el paso del tiempo en pequeños gobiernos o reinos de taifa. Mientras el bipartidismo se ha repartido la sabrosa tarta (PP, PSOE, IU junto con los diversos nacionalistas, sin olvidarse de los sindicatos) la situación parecía llevadera. No lo era, de hecho las autonomías son insostenibles y han sido financiadas –como todo– con emisiones de deuda, cada vez más gravosas para le economía nacional. Hasta el default inevitable. O sea, la quiebra final.
El fenicio se rasca la cabeza, desgrana un gajo de granada púnica y recuerda ahora la sentencia: Memento homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris. En traducción libre, no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista.
En Twitter: @MarianoPlanells

sábado, octubre 11, 2014

Más hoteles en los faros

Casi 20 proyectos para 11 faros baleáricos (vía mallorcadiario)

No sé si estoy seguro de querer turismo en invierno. En vista de lo que viene casi es mejor dejarlo para Benidorm, Cataluña o Canarias, que son buena y paciente gente. A veces pienso si no será mejor soportar los dos meses de verano como quien va al dentista: todo de golpe y después dedicarse a la holganza o a leer a Quevedo y a Cervantes, mientras la naturaleza restante intentará sortear las hormigoneras y a recuperarse.
Aquí nadie procura un programa para el invierno. La conjura de los necios, necios pero interesados. Por Ibiza y Formentera no trabaja nadie y mucho menos los políticos, agarrados al sueldo como garrapatas y cuya mejor intención es intentar la reeleción.
En el ínterin hacer el menor ruido posible y tratar de no salir en las páginas del Diario por el gasto de la tarjeta o del móvil.
El otro día me sorprendía del vaciado de cinco enormes montañas de Ibiza para usar el relleno sobre las costas. Todo para el verano. Aquí nadie procura ni trabaja para el invierno. Cinco enormes montañas, cinco muelas arrancadas de cuajo y sin cicatrizar.
¿No es suficiente ya para mantener los miles de millones de nivel de media docena de familias pitiusas? Quiá. Quieren más, los señores quieren más, por supuesto arrasando por donde quiera que pasen. Están creando las condiciones para el colapso perfecto de Ibiza. Pero eso, allá ustedes.
Para los locos veranos la Autoridad Portuaria de Baleares acaba de enviar a Madrid 15 proyectos hoteleros para 11 faros del archipiélago balear. Hoteles y restaurantes. Por lo que he leído, va en serio. Una casta de políticos insoportables, con unos niveles de gasto desmesurados necesita extraer de cualquier parte la liquidez que ellos con tanta facilidad despilfarran.
Ahora van a por los faros, edificios de un valor relativo, pero con ubicaciones de fantasía que de estar en el mercado alcanzarían precios astronómicos: en la costa misma, sobre precipicios y roquedales de indescriptible belleza. Van a por ellos. En Menorca se ofertan dos, el de Favàritx y el de Ciudadela.
En Mallorca hay el faro más solicitado. Miren las fotos del Cabo Blanco (Cap Blanc) en Internet y gozarán, con unas vistas casi como las del Hotel Hacienda en na Xamena. Tres proyectos de hotel quieren este faro. No me extraña.
Formentera oferta dos, el de la Mola y el de Cap de Barbaria, para restaurantes. Ibiza no ofrece sorpresas: Faro de Botafoc; el ya conocido de sa Conillera (Empresas Matutes) e incomprensiblemente se incorpora Tagomago con un hotel. Un islote que debiera ser intocable se convertirá en un pequeño Manhattan.
¿Para mejorar la calidad de nuestro turismo a lo largo de todo el año?


Diario de Ibiza

miércoles, octubre 08, 2014

Descuartizamiento y relleno

Primero hemos descuartizado la isla, ahora ya solo se trata de rellenar los pocos huecos que vayan quedando y si la costa ya no admite más mazacotes, vamos a atiborrar los faros de los islotes. Con lo cual se cargarán los faros y, consecuentemente, los islotes. Por supuesto, dirán que las instalaciones hoteleras sirven para todo lo contrario.
Toda la cadena trófica, la secuencia de vida natural y la belleza sana de la isla ya se ha ido al carajo, aunque, por sorprendente que parezca, todo puede empeorar. Desde el espacio físico, ahora un horror en el cual todo el mundo molesta a todo el mundo y donde no cabe nadie con cierta flexibilidad. Pero también empeorará nuestra salud mental, con jornadas agotadoras, contratos basura y una mayor presión y vigilancia por parte de los controles tan sibilinos del Estado y sus corruptos socios.
Por supuesto, empeorará nuestra salud, nuestra salud a secas. Estos achaques de alergia inexplicables muchas veces pueden deberse a una combinación infernal entre el polen y el diésel y otros agentes químicos contaminantes: vehículos, barcas de recreo, ferries e industriales, emisiones de gases de industrias, la planta central eléctrica y etc. En este aspecto no se va a salvar nadie. No he mencionado los ruidos, una de las contaminaciones más agresivas que terminan por minar la salud física y mental. Ibiza es uno de los sitios europeos que se las da de civilizado pero que genera la mayor polución acústica imaginable. Con la generosa ayuda de los políticos que han sido votados por sus víctimas desgraciadas. San José es un paradigma.
Por fin, después de varios años de desoír las quejas del vecindario de San Jorge y Platja d´en Bossa, parecen decididos a dar la cara y marcarán como zonas de locura ruidosa las mencionadas. «Zona de máximo ruido». Toma del frasco, Carrasco. Pero no entiendo a qué ruido se refieren si el ayuntamiento lleva años diciendo que no existe tal cosa. ¿Lo ven? Son así.
Mientras, siguen los récords de la vergüenza, los récords apocalípticos.Hemos vaciado cinco montañas, hemos desdentado la isla y todavía queremos más. No es el ébola, no es el sida: es la codicia, la estupidez y la ceguera en maridaje suicida. Cinco grandes montañas fundidas. Ahora van a por el relleno final de los faros. Al islote de Tagomago, un prodigio natural virgen, ya se lo han pasado por la piedra, nunca mejor dicho. ¿Van a quedar así las cosas? El mismo día que nos cuentan estos traumáticos recuentos al menos nos enteramos de que los propietarios forestales de Ibiza confían en instalar pronto los depósitos anti-incendios. Lo cual significa que todavía no están construidos. Harán como el Gobierno balear, que destina una partida para limpieza de torrentes, cuando las lluvias torrenciales ya han arrasado media Ibiza. A buenas horas. Miren, ustedes sobran. 

@MarianoPlanells

sábado, octubre 04, 2014

Procesionaria y culebras

A las culebras y a la procesionaria, especias extrañas que han colonizado el territorio insular, se les podría aplicar aquel refrán ibicenco de «més val matar un home que posar un mal costum». Es preferible matar a una persona antes que introducir una mala costumbre, porque como ya sabemos, las malas costumbres son como las subidas de tasas o de impuestos: vienen para quedarse.
Por lo mismo decimos de las culebras y las víboras que han venido para quedarse y como son el depredador dominante –salvo posibles contingencias con gatos, ginetas o algún halcón– no tienen rival. Al menos de momento. Se sabe que además de los mencionados, las grullas, búhos, las cigüeñas y los erizos no les hacen ascos. Pero en Ibiza no abundan ni duran las aves rapaces predadoras, entre otras razones porque se pueden escapar volando de un entorno ingrato. Incluso en Tagomago han construido una estruendosa urbanización, en un recinto sagrado para la cría de halcones y otras especies en peligro de extinción. Las obras de Tagomago son inexplicables y no se entiende como no se derriban de inmediato, con la debida batería de multas añadidas y con las investigaciones pertinentes.
La procesionaria es otro ser repugnante que se ha autoinvitado. Repugnante y peligroso –siempre lo repito, hacedlo correr– pues el menor contacto con sus pelos causas daños de envergadura. No pocos perros juguetones han caído víctimas de su vitalidad, al menos han dejado parte de la lengua o del labio.
Pero pueden tener otras consecuencias maléficas: acabar con las abejas de Ibiza y de Formentera. Indirectamente. Llevo años denunciando los daños que suelen causar los productos químicos al actuar indiscriminadamente en el complejo ecosistema donde los insectos tienen un papel preponderante. No solo las abejas melíferas. Los insectos son los ingenieros y los obreros de la polinización, aparte de servir de alimento a numerosas especies y a los pájaros. Todo en un equilibrio perfecto. Pero he aquí que llega la consejería del Gobierno balear y desde un helicóptero arroja el baño químico que deja a la naturaleza rendida y para el arrastre, como estos toros que arrastran hasta la sala de despiece.
Los apicultores, el GEN y toda persona sensata pide que cese el riego diabólico proviniente del cielo. Dimilín, le llaman. Bueno, el nombre es dulzón, pero las consecuencias son amargas. Y los apicultores desesperados porque ven mermar sus colmenas, tan imprescindibles para la agricultura, para los frutales, para la vida.Los políticos saben que existen otras medidas, seguramente más baratas (¿es por esto, han de comprar los productos más caros? ¿Por qué?) y seguros, como el control biológico. Será de resultados más lentos, pero ya ¿qué prisa tenemos si la procesionaria ha venido para quedarse? Podremos controlarla, pero jamás la venceremos, entonces ¿por qué acabar con las beneficiosas abejas?

miércoles, octubre 01, 2014

Los peligros de la dulce Tailandia

La isla de Koh Tao, centro del Buceo en Tailandia, foto MundoNómada
La escandalosa e inasumible escalada de precios de la cesta de la compra ha impuesto en los últimos años la costumbre de las cigüeñas: la emigración estacional. Al finalizar cada otoño cientos, quizás miles de ibicencos salen de las Pitiusas para invernar (que no hibernar) en lejanos destinos. Quien tiene familia o casa en Valencia, Madrid, Sevilla, Granada, Extremadura o Barcelona se cobija en suelo nacional, pero no son pocos los que recalan en la India, Marruecos, Tailandia, Vietnam, Nepal, Corea o algún país americano. Y no solo los torrescosta o ribasvingut: muchos hippies fosilizados en nuestra isla han recuperado la necesidad del viaje que habían abandonado en los años 70. On the road again. Han recuperado la mochila y ahora, equipados con su tableta y su teléfono, reconquistan las altas montañas de la India.
Ya ni siquiera van a la tradicional Goa, que también ha subido los precios. Conozco varios casos, algunos de los cuales se están instalando en la India profunda, donde no les va a encontrar ni el diablo. Pero en estos momentos, numerosos ibicencos están cambiando de planes. Saben que Tailandia es un destino muy peligroso, al menos desde el 22 de mayo, en que el general Prayuth Chan-Ocha dio un golpe de Estado, tras un año de violencia callejera que ya había perjudicado enormemente el flujo habitual de turistas. Hace un mes, una pareja de jóvenes británicos fue asesinada brutalmente en una isla paradisíaca, Koh Tao. Fue la gota que colmó el vaso. Todas las alarmas saltaron en Australia (principal país emisor de turismo en Tailandia) y en Europa.
Los turistas creen que pueden hacer lo que quieran, vestidos de cualquier manera o en bikini», comentó el gorila antes mencionado en un programa televisado. Desde entonces la demanda de plazas turísticas se desplomó. Varios países, entre ellos España, recomendaron no visitar el 'País de las Sonrisas' bajo ningún pretexto. Incluso los más avezados decidieron darse un respiro y salir de inmediato. Pero no solo los hippies mineralizados, también los visitantes del paquete turístico –en gran parte de Ibiza y de Baleares– han anulado las reservas. Tailandia quedará en el programa de visitas pendientes, mientras los tailandeses observan con desesperación como el mundo se hunde bajo sus pies y no es un tsunami, sino la ineptitud de las actuales autoridades y la inseguridad, celebrada incluso por los mismos que gobiernan. O esto parece. No pocos ibicencos hacían su temporada con las inevitables compras de bisutería, quincalla, y otros productos artesanales que embarcaban por toneladas hacia las Pitiusas, donde se venden en verano como genuina creación de los hippies en Ibiza. Ahora, en busca de alternativas, viendo como incluso el país de las sonrisas lleva años cabreado. Siempre nos quedará Vietnam.