miércoles, agosto 31, 2011

Necesitamos el mar

Me reconforta y me alegra ver cómo algunos ibicencos pueden cumplir sus sueños en actividades que por razones obvias no pueden desarrollar en Ibiza. Me dan hasta un poco de envidia.

He leído algunas entrevistas a la investigadora médica Estela Matutes Juan, que ha dedicado años y esfuerzos a la investigación sobre el cáncer. Mi felicitación y mis ánimos.

En otros casos, vemos como algún isleño se abre paso en el competitivo mundo del deporte, a besos o a codazos, pero siempre con enormes sacrificios de orden personal y familiar. En la música, en la danza, en el ballet, etc.

Lo primero que uno constata es la necesidad de irse de Ibiza, la isla que te ha nutrido y te ha pagado los estudios, pero aquí no tenemos el magma demográfico, las especializaciones ni el ambiente. Ibiza es turismo, ruido, drogas, discotecas y solo cinco meses; el resto mejor olvidarlo o enclaustrarse en la música, el deporte y la lectura, cuando no se pueda hacer algún viaje cuanto más lejos mejor.

Esta introducción era para dejar paso a Mariana Ribas Ribas (Diario de Ibiza, 15 agosto 2010), una científica, investigadora nacida en Ibiza en 1982 que cursó Ciencias del Mar, una carrera que siempre recomiendo, pero por lo excitante y completa que la encuentro (hay que tener buenos conocimientos de física, náutica, química, biología, idiomas, etc.) más que por las posibilidades de desarrollar un trabajo en Ibiza.

En la entrevista, Mariana dice que Ibiza es un buen laboratorio, después de haber contado su periplo por todo el globo, analizando muestras en Groenlandia, en China o México. Lo de Mariana son más de 20.000 leguas de viaje marino. Pero Ibiza, no nos engañemos, ofrece pocas posibilidades, como no sean tomar anotaciones de las estaciones de control o realizar algún estudio ocasional por encargo, y ello suele resultar mas rentable contratándolo con algún gabinete de Vigo, Valencia o Barcelona.

Pero los ibicencos, cuando nos preguntan sobre la isla, nos sentimos impelidos y obligados a inventarnos una fantasía para poder decir algo amable. Bueno. Todos sabemos de qué vivimos aquí y haríamos bien en respetar escrupulosamente la calidad de nuestras aguas y de nuestras costas, aunque ya es muy tarde para ponernos ahora en los buenos propósitos.

Porque en Ibiza necesitamos el mar. Hoteles podemos construir aquí o en Soria, los hay en todo el mundo. Nuestra singularidad, por la que nos pagan un cierto dinero dos millones de turistas al año, es la transparencia de nuestras aguas, la facilidad de los accesos a las playas, los buenos precios de nuestra cerveza, nuestra amabilidad y, por la noche, las discotecas.

Duele un poco la codicia de algunos ibicencos que van de salvadores de la patria y siguen intentado rellenar todos los huecos de la isla con sus puertos deportivos y grandes grupos de apartamentos, que de eso se trata. Lo han conseguido todo de Ibiza, la han ordeñado a conciencia. Todavía no tienen bastante.

Este nuevo PP tiene la obligación de oponerse con claridad a esta inercia letal para la riqueza de Ibiza.

sábado, agosto 27, 2011

La máquina del tiempo

Cuando uno ve comparadas las cifras de crecimiento de los últimos 20 años, por ejemplo, toma conciencia de la magnitud del tsunami demográfico que nos ha afectado a los pitiusos. Y aun dando por aceptado que habrá unos miles de residentes que son empadronados flotantes que vienen en verano y lo mismo les da estar censados aquí que en Teruel o en Soria, las cifras finales de habitantes son impresionantes, así como el ritmo de crecimiento.
Pero hay otra circunstancia que nos pone ante los ojos este mismo fenómeno: la explosión urbanística.
Estas dislocaciones espaciales o temporales son sorprendentes y hacen saltar un mecanismo automático en el ibicenco: la nostalgia. Cuando el Diario publicó seis fotografías comparando la bahía de Ibiza, el puerto de San Antonio y La Savina de Formentera –eso fue el 26 de febrero de 2010– en unas fotos tomadas por el Ejército del Aire en 1956 con las equivalentes actuales, los comentarios de la edición digital echaron humo. Es normal que haya seis comentarios, pero ya es más raro que haya varias decenas. La gente se moviliza, ve con sus propios ojos la expansión de la onda explosiva del urbanismo y hace cálculos en el tiempo. Estas islas son asombrosas.
Lo hacen los psicoterapeutas, los entrenadores personales, los directores de marketing: para mostrar la virulencia o el alcance de una situación hay que conseguir visualizar el asunto. Nada mejor para visualizar el destrozo caótico de Ibiza y Formentera que ver unas cuantas fotos de 1956 y poder compararlas con unas fotos actuales. Quien tenga sensibilidad y sentido común queda anonadado.

Ocurrió algo parecido en el Diario del 11 de abril de 2010: «De casi 10 carros al día a 7.500 coches», titulábamos para visualizar esta gran dislocación espacio-temporal que nos afecta. El reportaje trata sobre los planos y los documentos de los antiguos proyectos de las carreteras de San Juan (de 1873) y la de San Miguel (de 1903). Para culminar las actuales ampliaciones y modificaciones de las vías hay que basarse en esos documentos, pues tienen plena vigencia legal y son los que se emplean para delimitar las zonas expropiadas y las expropiables hoy o mañana.
A mí me encantan estos saltos en la máquina del tiempo. Es un truco que, aunque muy conocido, siempre resulta eficaz. De hecho lo he empleado en mi ´Rondaia de sa Història d'Eivissa´, en algunos reportajes y en otros libros suelo conjuntar las paradojas temporales entre lo arcaico y lo actual.
Por lo visto, la única forma de que veamos la monstruosa transformación de la isla es que nos la pongan visualizada en fotos, en croquis, en cromos delante de nuestra vista.
Hace mucho tiempo que Ibiza y sus ayuntamientos en bloque debieran de haber decidido un crecimiento cero. Pero no caerá esta breva. Parecen preferir un suicidio lento.

miércoles, agosto 24, 2011

Los fenicios se orientaban como las abejas



«Los fenicios conocían un mineral que abunda en Ibiza: la calcita, que en capas finas, como cristal polarizador podía encontrar el foco de luz solar»




Vamos a imaginar unas posibilidades, pero usando informaciones correctas y contrastadas. Dejémoslo como un juego cultural estimulante de la mente, porque siempre hay gente que cree lo que escribo en términos de probabilidades y mitológicos y, lo que ya es el colmo, algún día me lo cuentan a mí, ignorando que he sido el artífice del juego o de la broma (o eso espero).

Todo sabemos que las hormigas, las abejas y otros insectos son de un un eficacia implacable para orientarse. ¿Cómo diablos lo hacen? Parece que no desdeñan la luz del sol, o de la luna si son nocturnos, aparte de otros medios que llenan de asombro. Ahora unos investigadores han descubierto que pueden usar la luz solar incluso en días nublados, o sea cuando no hay sol al que anclarse. Pero los bichos tienen capacidad para regirse por la luz polarizada, lo cual les indica dónde está el astro rey, o sea, ellos ven el sol, pero con un ojo distinto.

Me lo he preguntado muchas veces con respecto a los fenicios. Bien, ya tengo la respuesta, una respuesta, que es sólo una posibilidad más, porque es sabido que conocían diversas técnicas de navegación. Los fenicios conocían un mineral que abunda en Ibiza: la calcita, que en capas finas en forma de cristal polarizador podía encontrar el foco de luz solar.

La polarización oculta el paso de la luz, salvo en un punto de incidencia y de potencia determinado. En días muy nublados, el cristal servía para hacer un barrido en los 360 grados del cielo, hasta que descubrían el sol, exactamente. De ahí ya era fácil deducir la hora y la orientación. No tenían ni un pelo de tontos los fenicios... y disponían de mucha calcita en Ibiza y en Formentera (por ejemplo, en la Cueva d´en Jeroni, que tiene tres millones de años de antigüedad).

La calcita parece cristal opaco y desde antiguo se ha usado para crear cristales mágicos. Los hay con tonalidades rosa, verde o azul. Aparte de su uso en ceremonias y rituales, los fenicios pronto descubrieron otras ventajas si se conseguía en tallas delgadas en forma de lentes.

Esta teoría la encuentro ahora en la explicación de una saga, donde sale nuestro viejo conocido Sigurd, el que robó el botín a los moros que lo escondían en sa Cova des Fum (Formentera).

En el transcurso de una navegación problemática, el rey Olaf requirió los conocimientos de Sigurd para que le localizase el sol. Nuestro Sigurd hizo uso de las piedras solares y no tardó en satisfacer a su rey. ´Solarsteinn´, piedra solar, les llaman en Islandia, donde abunda la calcita.

La teoría es muy sugestiva, porque cuando un descubrimiento funciona es lógico que los use la naturaleza (los insectos, por ejemplo) y que se descubra o reutilice en diversas culturas y distinta época, como es le caso de los fenicios y de los vikingos. Y a saber quién más.

Ha sido un placer contarlo.

sábado, agosto 20, 2011

La salud del mar

Caulerpa racemosa un peligro en aumento imparable.


Las algas (posidonia) no solo son un bien en sí mismas por cobijar los alevines de los peces, oxigenar y clarificar la aguas, también las podemos usar como un termómetro o un indicador para deducir la salud de nuestras costas.

Hace al menos diez años que no he hablado con ningún buzo ni pescador, pero las últimas noticias que tengo sobre la salud de las aguas costeras pitiusas no son halagüeñas. Los destrozos de los campos de posidonia superan cualquier expectativa, tanto por factores mecánicos (anclajes de barcos de recreo, según hemos comprobado estos días en Formentera) como por factores químicos como la eutrofización de las aguas (contaminación por exceso de nutrientes).

Dedico unas horas a buscar algo sobre el tema y la hemeroteca no me deja mentir. Ya sabemos que las aguas costeras emiten CO2 a la atmósfera, mientras que las oceánicas la reciben y la fijan. En nuestras costas ocurren otras cosas muy negativas, tanto en los fondos arenosos cuanto en los rocosos: Caulerpa racemosa, Caulerpa taxifolia, eutrofización, etc. Demasiados vertidos orgánicos y demasiados detergentes, y el mar, aunque es una depuradora muy eficaz, no consigue regenerarse.

Por ello «prolifera un alga filamentosa que ahoga la posidonia en el Parque Natural de Ses Salines» (17 agosto 2010). La acinetospora se encuentra confortable cuando hay calor y los barcos limpian sus letrinas en los fondeaderos, aunque esté prohibido. Como si fuera una telaraña o un mucus, va envolviendo las hojas de posidonia y las deja sin posibilidades de recibir la luz y el oxígenos necesarios. ¿Para cuándo un control de yates? Existen instalaciones para el vaciado en los puertos deportivos Marina Ibiza y Marina de Formentera y encima es gratis. Se les da un tíquet de control con la fecha, y nada más sencillo de controlar, pero hay que tener voluntad de hacerlo. De momento, ses Illetes, s´Espalmador y otros puntos se están quedando sin grandes zonas de posidonia y esto se pagará en claridad de las aguas y en otras cosas.

Miles de toneladas de mierda se evacuan durante cinco meses en nuestras costas. Nos estamos disparando en nuestro propio pie. Y todavía quedan buitres que quieren seguir rellanando los pocos huecos que queden con más puertos y clubes náuticos. Ya les vale.
Más: en 2009 (Diario de Ibiza del 22 abril) los científicos advierten de que la posidonia sufre una regresión continuada desde hace diez años. Hacia atrás sin cesar. Datos más recientes, creo que muy optimistas: un 45 por ciento de las praderas de posidonia de Baleares crece y el 15 por ciento está en regresión. ¿Cuáles en regresión? Todas son zonas de Ibiza y Formentera. ¿Alguien se extraña?

En los fondos rocosos de es Vedrà hay otro peligro: parece que la temida y temible Caulerpa taxifolia, que fue la primera en arraigar, ha estabilizado su crecimiento. Ahora el peligro viene de la Caulerpa racemosa, mucho más agresiva y con un ritmo de crecimiento que no parece tener límites. Se detectó su presencia en el Mediterráneo en el año 1991 y desde entonces no ha parado de extenderse. El problema es que se lleva por delante la Posidonia y la rica zona vegetal y animal de las aguas de nuestros islotes.

Así que la situación de nuestras aguas costeras está en un perfecto estado de mala salud. Demasiados políticos y funcionarios, pero resultados pocos o ninguno.

miércoles, agosto 17, 2011

Maravillosa geología de Ibiza



Por desconocida que sea y aunque no pueda comercializarse de una manera muy patente, la Ibiza geológica esconde algunos tesoros que hasta ahora no habían sido puestos en conocimiento, y todo gracias a los sondeos y los avances tecnológicos, que han facilitado radiografiar los fondos marinos.
Como dije en un anterior artículo, el Govern ya tiene a su alcance estos estudios y tiene planes de protección especial para los montes submarinos y también para los volcanes adyacentes. Vamos a esperar noticias.
En otro terreno más concreto y a menos profundidad, ya se ha dirimido una cuestión que ocupa al Govern, a los consells y a los ayuntamientos: ¿quién debe regular y velar por el buen estado de salud de las praderas de posidonia? Según un informe jurídico del Govern, es el Estado quien tiene responsabilidad sobre estas riquezas botánicas naturales, no es la Administración local. Sin duda, el informe clarifica las pretensiones del Ayuntamiento-Consell de Formentera que pretende intervenir en la gestión del Patrimonio de la Humanidad.

Sinceramente, viendo con cierta perspectiva el muy deficiente funcionamiento de las autonomías, uno casi prefiere que los políticos locales alejen sus torpes manos de la gestión de estos temas.
Y para acabar estas pinceladas sobre la Ibiza mineral, sobre la geología de la islas, no puedo olvidar los avances conseguidos en el proyecto de catálogo de lugares de interés geológico, del cual se derivarán presumiblemente medidas de cierto alcance para su protección. A estas alturas, ya veremos la importancia real de esta protección si llega a cuajar la totalidad del catálogo.
Son zonas en la costa o en el interior de marcado carácter peculiar y singular. Son estos accidentes geográficos los más espectaculares de las Pitiusas, los que hacen de nuestro archipiélago un grupo reconocido en el mundo entero.

Copio la relación de la noticia del Diario de 30 de abril 2011, que daba cuenta de que en Ibiza se han localizado 16 accidentes geográficos susceptibles de entrar en este compendio geológico. El listado aportado por el Ejecutivo regional señala: las barras cretácicas y acantilados del Penyal de s´Àguila; Pla de Corona; Pla de Sant Mateu; la espectacular cueva de Can Marçà; sa Foradada-Cap Nunó; depresión del terreno en Cala Aubarca; es broll de Buscastell, con su paisaje tan dulce y sus aguas generosas en etapas prolongadas de lluvias; s´Aigua Blanca en su conjunto; mioceno postectónico de Portinatx; Port de ses Caletes (cerca del anterior); las minas de s´Argentera, en Sant Carles, que fueron explotadas desde tiempos de los fenicios y los romanos; playa y dunas de es Cavallet, un icono en el mundo turístico; playa de es Codolar y acantilado de es Puig des Falcó; sa Talaia de Sant Josep; es Vedrà y acantilados de es Cap Blanc, y serie jurásica de Cala Llonga.
O sea, la Ibiza brava, descomunal, bellísima.
En Formentera se han localizado otros seis puntos: sucesión cuaternaria de Cala en Baster; s´Estany des Peix; s´Espalmador; cuaternario de Can Marroig; rasa y acantilado de la Mola y acantilado de es Cap de Barbaria.
Como siempre, además de la protección genérica que merecen me pregunto cómo se definirá una protección más específica. Esperaremos.

sábado, agosto 13, 2011

Geología: una Ibiza escondida y fascinante

A todos nos gusta Ibiza, la isla y sus paisajes. A todos, recién llegados y residentes. Pero solo podemos admirar la parte visible del mensaje. Como si estuviera escrita con tinta simpática, existe una Ibiza invisible que sigue su curso desde hace cientos de miles de años –mejor dicho, millones de años– en los fondos ignotos del mar. Son joyas escondidas que ahora se van desvelando a nuestros ojos, al menos a los ojos de quienes no estén dormidos por la inercia de la vida.

Esta Ibiza mineral se hace a la velocidad de las rocas en un fondo marino de quietud infinita, donde las cosas ocurren pero en otro tiempo y en otro espacio. Lo que decía aquel investigador: «Hay otros mundos pero están en este».

Hay otras ibizas, pero están en esta. Muy en el fondo, donde a pesar de la quietud apaisada, los vértigos son en horizontal interminable. Da igual que los volcanes, los crustáceos y otras especies estén a mil metros de profundidad. Allá están, haciendo su vida.

Aunque no lo vemos directamente, nuestros actos tienen consecuencias sobre este paisaje marino, casi siempre negativas y acumulativas. Estos fondos son los que se verán en gran parte deteriorados y contaminados por unas perforaciones que ha autorizado el PSOE, el Gobierno de España, por mucho que ahora digan –y es cierto– que también las autorizaron los gobiernos anteriores.

Por cierto, no lo había soñado y he encontrado la información a la que yo aludía en un anterior artículo: «Una empresa de Texas vende los datos de las investigaciones petrolíferas entre Valencia e Ibiza» (Diario de Ibiza, 14 de octubre de 2008). De manera que mientras tengamos memoria y voluntad debiéramos defendernos con uñas y dientes y no permitir que borren Ibiza del mapa turístico y humano, porque si contaminan nuestras costas se acabó el turismo y se acabó la pesca.

La información de los tejanos fue conseguida durante años de investigación, pruebas y prospecciones en el Mediterráneo. Yo lo sabía y por esto lo dije en su momento: llevamos décadas soportando los zarpazos de estos buscadores de petróleo. Después nos quejamos de la deforestación del Amazonas y nos quedamos tan tranquilos sin querer saber que se está esquilmando el Mediterráneo y encharcándolo de mierda tóxica no biodegradable.

Ahora cualquiera que tenga proyectos de extraer petróleo puede hacerse con esta información. Está en el mercado. El mismo Diario, bajo la firma valenciana de José Sierra, explica que las exploraciones para encontrar petróleo han sido negativas hasta el momento. Totalmente falso. ¿Quién va a comprar una costosa información obsoleta? Hay petróleo, mucho petróleo y lo hay más al Este, más al Sur, más al Norte y más al Oeste.

No lo puedo embuchar todo en un artículo de un folio, pero no quiero acabar sin antes hacer una pregunta: el Govern balear está trabajando para la protección de los montes y los volcanes submarinos ¿Cómo pretenden compatibilizar ambas cosas?

Ahora tenemos que seguir rodando y mostrar nuestros fondos en los colegios, las televisiones y en la prensa. Nosotros, como los indios, queremos proteger nuestras praderas.

miércoles, agosto 10, 2011

Taxis y pinos

Lo más feo de Ibiza es que sólo hay pinos», contestan unos turistas de Salamanca en nuestras divertidas páginas de verano. Podrían haber contestado: «Lo más feo de Ibiza es que sólo hay pinos y nunca encuentras un taxi, como no sea un taxi corsario». Ambas conclusiones parecen ajustadas a la realidad.
El problema muy gordo de nuestra Ibiza de hoy son los interminables pinares invasivos, que se están tragando los nutrientes de lo que antaño fueron tierras de cultivo en secano. Pero a cambio, el pino es la única planta realmente adaptada a nuestro terreno, que a su vez es preservado de un desgaste y de una erosión que serían inevitables.
Sobre los taxis parece revolotear el mismo problema: un exceso de ejemplares excedentes han tomado los territorios baldíos o en barbecho para rellenar un vacío.
Con la gente que hay en Ibiza cavilando sobre este problema y no se haya encontrado una salida es que... no se busca en realidad. A todo el mundo conviene esta situación caótica, donde por milagros de la técnica y de la política, los taxis ni siquiera llevan GPS.
Por supuesto, quien paga las consecuencias son los ibicencos, los residentes y los propios turistas, que a menuda aguardan con paciencia durante horas en colas interminables. Esto es inexplicable. O sólo es explicable porque interesa mantenerlo así.
Cui Prodest o ¿a quién beneficia? A los propios taxistas.
Por lo demás demuestra hasta qué grado de incompetencia y de inutilidad han llegado nuestros políticos, nuestros parlamentarios. No nos sirven para nada. Solo para cobrar unos emolumentos inmerecidos, colocar a cuñados y más primos en puestos de confianza. Pero en doce años nadie ha sabido plantear el problema, desarrollarlo y presentar proyectos (o proposiciones) de leyes y por supuesto nadie se ha atrevido a emplear a fondo los recursos de la ley.

Cada verano asistimos a la misma tomadura de pelo: no hay taxis suficientes. Las colas son interminables. Pero al mismo tiempo, los taxistas se quejan de que ha proliferado un auténtico ejército de taxistas pirata, o sea corsarios, aunque a decir verdad no tienen patente de corso.
La solución quizás estuviera en darles una patente de corso a los piratas, para que homologuen sus vehículos y paguen impuestos y darles una emisora común y única de radiotaxi a los que ya son legales, como acaba de solicitar la Cámara de Comercio. Y un GPS que permita conocer sus andanzas por esta isla tan apretujada y tan necesitada de sus servicios.
Desde tiempos de Palau, tiempo ha habido para desarrollar una ley y poner un poco de orden en el mundo del transporte, del taxi. No sé, yo pienso que el usuario lo agradecería y, a la larga, también los propios taxistas.

sábado, agosto 06, 2011

Regresa la isla escorpión


Muchos ibicencos creían ingenuamente que el desmadre estival de Ibiza estaba ya parcialmente controlado y, al concentrarse en unos sesenta días de hecho, al menos podríamos tolerarlo.

Parece que no: de vuelta la burra al trigo, una y otra vez caemos en los mismos defectos y potenciamos las mismas locuras. Una gran parte de la publicidad que hace referencia a Ibiza parece diseñada por algún diabólico enemigo competidor. Desde un temprano junio ya aparece el topónimo Ibiza junto a adjetivos como desmadre, fiesta sin parar o locura. He analizado unas cuantas y lo he dejado correr, descorazonado por la toma de la isla al asalto por parte de estos listos empresarios.

Este funcionamiento de Ibiza, sin duda potenciado por las huestes británicas que han renunciado a viajar a otros destinos mediterráneos más problemáticos, beneficia a media docena de empresarios, pero arruina la calidad de vida de los ibicencos y residentes y pone en serio peligro de muerte a muchos jovenzuelos que no saben con quien se están jugando el dinero y la salud.

Hay cierto tipo de empresarios en Ibiza que tiene tendencia al exceso, confundiendo diversión con derrumbamiento. Hace unos años se acostumbraron a poner los luminosos encima de la carretera o de enfocar al cielo potentísimos focos móviles que ponían en peligro incluso el tráfico de aviones. A nadie pareció importarle.

Ahora estas fiestas de larga duración, que no acaban nunca, crean todas las facilidades para los excesos, algunos de los cuales atentan seriamente contra la salud.

No recuerdo ningún verano tan sangriento como este: por una vez que teníamos controlados los accidentes de vehículos, aumentan los casos de lanzamientos por el balcón o el de intoxicación por consumo de drogas o sustancias no identificadas.

Y nadie se siente culpable, nadie declarará contra sí mismo, pero hay situaciones, negocios y conductas que facilitan de manera imprescindible el uso y la venta de las drogas o que generan diversos tipos de conductas, violentas, suicidas o peligrosas.

No consigo explicarme como se discute si quiera un aumento del horario de apertura.

Este tipo de empresarios ya han conseguido que Ibiza sea automáticamente identificada con la locura, la droga, el exceso. No les parece bien como estaba ahora, algo más controlado: quieren todo el día, conciertos al aire libre que impiden la vida normal. Lo quieren todo.

Tampoco voy a entrar en distinguir si los ayuntamientos que fomentan o toleran este tipo de negocios son del PP, del PSOE o de ambos.

Lo triste es que se regresa a antiguas prácticas deleznables y peligrosas que ya habían quedado atenuadas y casi controladas. Parece como si alguien tuviera añoranza de los bajos fondos, de los tiroteos, de las bandas; no quieren entender que este tipo de turismo apenas nos sale rentable, que destrozan la isla, los nervios y la salud de los sanitarios, policías y personal de hostelería. Lo deprimente es que todo esto ya estaba discutido, hablado y concertado. Pues no, de vuelta a la isla de Baal, a la isla sangrienta de Escorpión, a la isla negra.

miércoles, agosto 03, 2011

En Formentera no había heroína


Aunque algunas veces yo he sugerido lo contrario con cierta ligereza o con cierta ironía, cuando hoy me preguntan por Bob Dylan en Formentera no tengo más remedio que dar mi opinión. No, jamás estuvo en Formentera y creo que tampoco en Ibiza. Fue bonito mientras duró el bulo, pero nada cuadra ni nadie lo vio. Aparte de los datos que daba en mi anterior artículo, consulto una vez más la memoria histórica de Clive, una auténtica radiografía a la hora de recordar rostros y nombres, además de un lector asiduo de la prensa inglesa.

Clive no recuerda a Bob Dylan en Ibiza, a otros mucho sí, pero no al cantautor americano. Dylan ya era muy popular, era conocidísimo. De haber estado en la Ibiza del 66 o del 67 no habría pasado inadvertido, porque el puerto comenzaba a estar repleto de norteamericanos, precisamente los mismos jóvenes que protestaban en Estados Unidos y que conocían a Bob hasta con los ojos cerrados.

Hay más argmentos en contra: Dylan estaba sufriendo un proceso creativo que le causaba dolor y molestias y acabó por alterarle la personalidad. Desde que incorporó la guitarra eléctrica muchos de su seguidores le llamaron traidor, Judas, suspirando por la pureza acústica de la música folk. En el Festival de Newport de 1965 el asunto pasó a mayores y Dylan rompió en llanto, aquello fue la puerta de entrada a los sótanos del infierno. Hoy se sabe que comenzó a pincharse heroína, bebía alcohol y rehuía los encuentros sociales. En 1966 se habla de su accidente de moto, pero es un auténtico misterio, que parece servir de coartada a su retirada mientras se desintoxicaba en Nueva York. Estas notas inéditas están recogidas en unas declaraciones al amigo y biógrafo Robert Shelton. Dylan incluso pensó en la idea del suicidio, pero pudo salir del foso.

De manera que si hubiera seguido drogándose, hubiera tenido problemas de aprovisionamiento en Formentera. En 1965 apenas había heroína en las Pitiusas, y era poco probable que Dylan trajinara para su propio consumo. Peor aún para Dylan si lo estaba abandonando, porque en Formentera no había casi conocimientos para el tratamiento ni era un ambiente muy proclive a la sobriedad ni a la parquedad.

No, Bob Dylan jamás estuvo en Formentera. Podríamos estar durante cien folios narrando sus trabajos en NY o sus conciertos, sus fechas. Ninguno cuadra con un viaje a Formentera o a Ibiza. Ninguno de los testigos de la época lo vio jamás. El único testimonio, atribuido a Pío Tur, es una simple confusión, porque Robert Allen Zimmerman (Bob Dylan), que entonces hubiera tenido 26 años, jamás estuvo en nuestras islas.

La búsqueda de estos datos al menos me ha refrescado la memoria. ¿Cuándo se inició el consumo de la heroína en Ibiza? Me gustaría reproducir un fragmento de Juan Carlos Usó en El Viejo Topo de septiembre de 1997: «Así, por ejemplo, la autora de un extenso reportaje sobre «la gran amenaza» de las drogas en las Baleares afirmaba en 1968 que en Ibiza «es casi imposible encontrar heroína». De hecho, la primera intervención policial contra el consumo del opiáceo en España tuvo lugar a finales del verano de 1971 en Formentera, donde agentes de las fuerzas de seguridad detuvieron a tres jóvenes adictos franceses (...), a los que se les incautaron 35 gramos de heroína».

A partir de 1973 ya fue una plaga que se llevó por delante a mucha gente, extranjeros de momento. Pronto se engancharían muchos jóvenes ibicencos.