sábado, mayo 28, 2016

Lo verás y no lo catarás

Clicar para aumentar

La primera sensación cuando se llega a la isla por aire o por mar es de humedad, calor, agobio y mucho ruido. El ruido de Vila sigue siendo espantoso, una conjura de talleres, motos, coches y altavoces para aterrorizar a todo aquel descuidado que circule. Al principio gustará a los valencianos, acostumbrados al estruendo (al ruido le llaman fiesta), pero dudo que incluso en la capital del Turia se registren tantos decibelios como en Ibiza. Insoportable. Y sin embargo hay signos externos de dinamismo y de riqueza. Un reciente estudio lo explica de forma muy gráfica: generamos riqueza, pero no sabemos aprovecharla para crear unas condiciones idóneas para la calidad de vida. Parecemos nuevos ricos descerebrados.
En realidad ya no somos nuevos, vamos por tres cuartos de siglo de turismo y en otras cosas hemos demostrado tener la cabeza bien amueblada. Pero no sabemos aprovechar el viento favorable para rediseñar la sociedad con las ventajas de los tiempos modernos y conservando las ventajas de la Ibiza rural. Todos lo hemos pensado: ¿cuánto dinero generado en Ibiza se queda en manos de los ibicencos o de los residentes en la isla durante el invierno? Una ínfima parte. Las grandes compañías españolas e internacionales usan el trampolín de la marca Ibiza, facturan y reparten sin que apenas un solo euro quede en la las Pitiusas. Existe un limbo fiscal propiciado por la intensidad y brevedad del verano que facilita la contratación en negro (o sea, contratos verbales) de miles de empleados foráneos: no solo los 4.000 ingleses (que serán muchos más este verano, al tiempo). Mucho más dinero mueven las operaciones inmobiliarias con la potente complicidad de Internet y en las cuales, presumiblemente, la Hacienda española apenas roza un centavo. Desde Suiza, Gran Bretaña, Alemania, Italia o Francia se manejan los hilos con millones de euros en juego.
A partir de aquí, los alquileres de embarcaciones piratas, taxis ´piratas´, coches de lujo ´piratas´, mujeres y hombres que se prostituyen y traficantes de drogas ya es casi una cuestión menor, a pesar de que mueven sumas astronómicas. Es fácil concluir que pocos euros quedan en las islas, que prestan el soporte, el escenario y los recursos, ya casi agotados. Cuando llega octubre Ibiza y Formentera quedan como si hubiera pasado Atila. Los buitres glamurosos, los traficantes triunfantes, alzan el vuelo y nos hacen el favor de dejarnos la isla para que recargue las pilas para la próxima temporada. O eliminamos el buitreo o tenemos las misas contadas.

miércoles, mayo 25, 2016

Los 4.000 'workers' drogados (o más)



Debió de ser durante 2013 cuando nuestro Diario de Ibiza publicó un reportaje sobre los miles de jóvenes británicos que pasan sus vacaciones trabajando en Ibiza. Calculó entonces unos 4.000 y exactamente así, con esta cifra, titulé mi artículo el 13 de octubre de 2013. Pueden estar seguros que hogaño esta cifra se verá significativamente aumentada, por muchas leyes restrictivas que intenten promulgar nuestros ayuntamientos. Escribir bandos o edictos es muy fácil, lo difícil es aplicarlos. Ya se intentó hace años, cuando el West End salía casi a diario publicado en toda la prensa europea de sucesos. Simplemente se prohibió que los clientes sacaran los vasos de cristal y los botellines a la calle.
Fue un desastre y la presencia de policías uniformados aún les excitaba más. No hay nada peor que un british borracho en el frenesí de una buena pelea. Se calcula que un turista inglés de cada veinte se ve involucrado en una pelea a lo largo de sus vacaciones. Es un dato que recuerdo y que puse en duda: son muchos más, pero las estadísticas no cuentan las escaramuzas y los tortazos con la mano abierta o que no llegan a comisaría o al cuartelillo.
Este verano serán muchos más, porque hay mucha mayor oferta de empleos, y la hay porque ha habido mayor demanda de plazas: chicas semivestidas, jóvenes efebos repartiendo publicidad, estimulando la entrada en antros o discotecas. Ibiza sí que es una feria medieval, pero no esta aburrida y teatral que se escenifica en mayo en Dalt Vila. La gran feria medieval de Ibiza es durante los veranos.
Al menos 4.000 bárbaros del Norte se ganan la vida en sus working holidays lejos de Hacienda y de sus casas. Venden de todo y se divierten, pero repito, este año habrá más de seis mil, lo cual les convierte en un ejército formidable. La última noticia salió en el Diario: «El 85% de los trabajadores británicos que trabajan en San Antonio Abad consumen drogas ilegales» (DI 8.5.2016). Bueno, pocos van a creer esto: son muchos más, a no ser que el 15% restante solo consuma drogas legales, como el carajillo o la cerveza.
Muchos profesionales necesitan estimularse para ir a trabajar al banco o para entrar en la mina o para pescar durante 6 horas solitarias. Pero mucho más para soportar los decibelios y la excitación que crean estas ninfas desnudas y estos efebos brincones. En Ibiza, pocos profesionales de la noche están limpios. La noche es muy larga y puede hacerse interminable si se han de soportar a palo seco, en crudo, las burradas que se generan en cada momento y a cada paso. Que nos sea leve.

lunes, mayo 23, 2016

30 años de despotismo lingüístico

No somos catalanes ni lo hemos sido nunca. (Clica para aumentar)
Treinta años inútiles, ha escrito Francisco Gilet, el consejero que aprobó la Ley de Normalización Lingüística (LNL) en 1986, con motivo de sus 30 años en ejercicio, siempre polémico. El gobierno de Cañellas maduró esta decisión para neutralizar una atmósfera asfixiante y esterilizante de la oposición. Dicen, y lo creo, que en aquel momento se pensaba en aplicar un bilingüismo flexible entre el español y el catalán, pero muy pronto se dieron cuenta de que el pancatalanismo político no va con medias tintas y su ambición exclusiva fue arrinconando el castellano de las escuelas, en un proceso que culminó en un Decreto de Mínimos, firmado años después. Por supuesto, las modalidades baleares (mallorquín, ibicenco y menorquín) quedaron relegadas desde el comienzo.
Han sido 30 años de despotismo lingüístico, ante los lamentos de un minoría que se ha atrevido –en voz baja y con sordina– a exigir el cumplimiento de las sentencias de los tribunales y siguiendo la pauta rebelde de Cataluña. En resumen, los niños de toda España tienen el derecho de poder elegir lengua vehicular y poder estudiar al menos al 50% en la lengua oficial de España y en la cooficial de la comunidad.
Esto no se ha conseguido. Incluso con la aplicación de la reciente Lomce o Ley Wert. Una ley insuficiente y muy recortada, mucho mejor que las anteriores conocidas, siempre del PSOE por cierto, el PP jamás ha podido aplicar sus proyectos de ley de educación en toda España. El único que consiguió imprimir cierto grado de sensatez, en mi opinión, fue Bauzá con la aplicación del TIL usando tres idiomas de base en las escuelas: español, catalán, inglés. Aun así, gran parte del profesorado y de los sindicatos docentes se opusieran con todas las armas posibles y las imposibles, demócratas o no. Por cierto, el Constitucional dictó sentencia: el TIL era legal y constitucional. A buenas horas mangas verdes. Yo suelo decir que el único defecto de Bauzá fue no soportar el tirón de los totalitarios, echados a la calle, manipulando menores de edad, vaciando las aulas y con mil artimañas más para dificultar la vida normal del alumnado y en suma, de la sociedad balear.

Nada que celebrar, escribió Gari Durán, y parece cierto. La celebración fue sobria y exenta de concurrencia. A los isleños nos cuesta mostrar los caninos y solemos responder con el desprecio del silencio y la lejanía. ¿Celebrar la persecución del idioma español y de las modalidades de Baleares, por mucho que estén en la Constitución y en el Estatut? En Cataluña tampoco consiguen entusiasmar, más bien lo contrario: la desafección de los alumnos que, al dejar las aulas usan otros idiomas, como explicaba de forma divertida Carlos Pastor, en el artículo ´Follar en catalán´: por muchos intentos de sustituir el español por el catalán no conseguirán que folle en catalán. Por mucho que se ha presionado a los alumnos en el patio y en los recreos, optan en general y libremente por usar otros idiomas que no son el catalán. Es un tema que me entristece, cuando pienso que el bilingüismo era una solución práctica, cordial y democrática. La inmersión es puro despotismo y un derroche inútil.

Los matacabras

Las cabras indefensas ante las escopetas no tienen mucha suerte en las islas. En Mallorca las crían destinadas a crear grandes colonias con los machos cabríos de guardabosques, en fincas recicladas y cerradas para tal fin. En su día lo expliqué, venden un permiso de caza de un gran macho cabrío como si fuera una imponente pieza cinegética digna de coleccionista. Un simple boc común. Un chivo. También en zonas de la Sierra de Tramuntana donde se han repoblado árboles tras un incendio las eliminan a tiros. La cabra no es tonta y prefiere los brotes tiernos a los correosos matorrales.
El caso de es Vedrà fue y es tan enervante y sucio, porque los mismos dueños del islote (en mis tiempos yo sabía que había al menos ocho) usaban el peñasco como aprisco natural, un lugar cerrado del cual no podían escapar. No es mala idea si también regulas el hambre de los propietarios: cada año emprendían una cacería sensata para apresar media docena de ejemplares que servían de pitanza. De una forma tan sencilla, el hombre era el depredador equilibrante de la colonia. Todo se torció cuando los dueños dejaron de cazarlas: aumentó el corral en más de cien cabezas y, en consecuencia, causaron estragos en la vegetación endémica de un valor ecológico incalculable. Y ellos lo saben. Como saben que si solo quedan siete cabras no es necesario matarlas. Solo si queda el macho.
Veo que en Gran Canaria también las abaten a tiros en los parques naturales de Inagua, Guguy y Tamadaba. A diferencia de los talayóticos mallorquines, son tiradores precisos de larga distancia. En noviembre de 2015 mataron a 77 y en el pasado abril un número indeterminado, pero muy superior. No solo en las islas, de forma difícil de explicar, la Comunidad de Madrid busca tiradores (gratis y sin poder llevarse la pieza) para eliminar unas 2.500 cabras montesas (no es la misma que la balear), de las casi 4.600 que hay, superpoblando la sierra. Se reintrodujeron en Guadarrama a partir de1989 procedentes de Gredos y de Las Batuecas, con 26 machos y 41 hembras pioneros.
Han tenido tanto éxito al no existir depredadores naturales de importancia. Una parte será sacrificada y otras serán trasladadas al Pirineo francés, pues la Comunidad no ha querido beneficiarse permitiendo la captura cinegética. Solo nos queda desear que, una vez pasada la rabia inicial, los propietarios de es Vedrà hayan reflexionado y aprendido la lección y no se les ocurra volver a repoblar el islote ni en broma. Era y seguiría siendo un delito ecológico.

sábado, mayo 14, 2016

Ibiza, la poderosa capital de Baleares


Tanit, la Poderosa, la faz de Baal, decían los antiguos cartagineses. Los modernos cartagineses de Ibiza podemos decir de Ibiza que es la más potente, como defendí casi en solitario ante el primer mandato del Pacte de Progrés, cuando aquellos iluminados –en general son los mismos que todavía circulan hoy ofreciendo soluciones mesiánicas para Ibiza y para el planeta en general– quisieron tumbarnos el nombre».
Este párrafo lo publiqué el 20 de marzo de 2013 en esta misma sección y es plenamente válido excepto en un detalle: las cifras a favor de 'Ibiza' han aumentado espectacularmente. Ibiza, la más potente, decía entonces. Tres años más tarde lo sigue siendo mucho más.
Me refería en concreto a la capacidad de convocatoria, al interés que despierta en las redes y en Internet en general. El caso de Ibiza se acabará estudiando en las universidades, por lo tanto algo habrán hecho bien todos aquellos que se dedican a la comunicación y han defendido el topónimo.
Vamos a jugar juntos para corroborar un hecho incontestable: Ibiza es la capital cibernética de Baleares, desde hace al menos cinco años. Mallorca es poderosa, pero Ibiza lo es mucho más.
Consulto en Google de España y me da estos resultados: Ibiza: 119 millones redondos en 0,42 segundos; Mallorca: 91.300.000 en 0,54 segundos; Menorca cae a mucha diferencia con solo 16.600.000 en 0,52 segundos y asombrosamente, Formentera, una islita de solo 80 Km2 se pone cerca de Menorca con 11.300.000 en 0,54 segundos.
Por supuesto, no siempre ha de dar milimétricamente los mismos resultados, pero nos dan una idea del alcance astronómico de Ibiza en el mundo virtual. Ah sí, he consultado Eivissa, que obtiene solo la mitad de Formentera: 6.270.000 en 0,55 segundos. También muy significativo.
No acaba aquí el experimento, gracias al digital Economía de Mallorca obtengo las cifras sobre la red Twitter. Donde Ibiza también arrasa, con lo cual queda obvia y palpablemente demostrado –a riesgo de ser redundante– que Ibiza es la indiscutible capital de la Baleares virtual.

Textualmente: «Especialmente llamativo es el caso de Ibiza que se consolida como el destino más popular en Twitter con 4 millones y medio de tuits, o lo que es lo mismo, casi 6 de cada 10 posts. Mallorca apenas queda con 2,5 millones y un 32%. Mientras, Menorca y Formentera se mueven alrededor de los 500.000 y 250.000 tuits, un 6,3% y 3,2% respectivamente».

miércoles, mayo 11, 2016

Responso por las cabras


No he olvidado las cabras de es Vedrà ni debiera hacerlo ningún ibicenco bien nacido. Muchos les debemos la vida, por su densa leche tan generosa o por sus quesos con acento, como sus balidos.
Hace tiempo que se sabe: las cabras balan con acento y tienen una plasticidad vocal que les permite comunicarse entre ellas, lo cual explica el lúgubre concierto de balidos en es Vedrà en el pasado mes de febrero. Se alarmaban y se avisaban entre ellas, transmitiéndose la señal de peligro o de escopetero mallorquín a la vista. Torpes escopeteros que consumaron una matanza sangrienta y que provocaron una agonía interminable.
No quiero hurgar en las heridas feroces, que ya son las de este gobierno del Consell presidido (es un decir) por Vicent Torres y una manada de podemistas caóticos, al menos tan asilvestrados como las cabras del islote. Ingobernables, divididos, resentidos, con una preparación deficiente y con ansias de notoriedad. No es que me dé lástima Torres, el presidente (con perdón), pues él mismo se metió en este embrollo porque le encanta, pero los resultados del equipo de gobierno son muy lamentables, cuando existen, que apenas.
Ya es tarde, porque los tiradores crueles, descendientes de aquellos antiguos talayóticos que extinguieron la primera cabrita mallorquina, el famoso Miotragus balearicus, se hicieron el gusto en una masacre solo comparable a las guerras espartanas. O peor, a las tremendas embestidas de la infantería de Aníbal, flanqueada por pelotones de honderos mallorquines borrachos y embadurnados con grasa de cerdo. Ya es tarde, decía este inmodesto fenicio, pero Vicent Torres –mal asesorado y hostigado por las caprichosas huestes podemistas– tenía la solución ante sus ojos: podría haber decretado la creación de cien puestos de trabajo como «desbrozador» o «tragalentisco».
Obviamente, hubiera sido un puesto ecológico, para las cien cabritas de Tanit, confinadas a vivir todo el año no en es Vedrà, sino en las veredas y zonas boscosas con peligro de incendios. Custodiadas por un pastor, de uniforme con la bandera de Ibiza con los castillitos azules o del color que sean.
Un trabajo honrado, fijo, autóctono, con categoría casi racial. Las cabras vivirían felices, tragarían vegetación por un tubo, fertilizarían la zona por donde pasaran y estos politicastros no habrían sufrido el sólido quejido de los animalistas y de los animales. Mal empezamos el año, que Tanit no nos lo tenga en cuenta.

sábado, mayo 07, 2016

La ecotasa nos saldrá cara


En Baleares somos olvidadizos y el día en que tengamos que reintegrar los turistas prestados a su destino natural nos las veremos negras para sobrevivir. Pero entonces ya habrá vuelto a ganar las elecciones el PP y se encontrará con la caja llena de telarañas, el archipiélago volverá a sufrir un fenómeno de despoblamiento y la progresía en mescolanza recuperará las calles para chillar y presionar al gobierno democráticamente elegido para que solucione los problemas que suele dejar el Pacto separatista, ecologista, socialista y podemita.
Nos dirán que han protegido el territorio y los derechos sociales, cuando será justo lo contrario: habrán crecido las pistas del aeropuerto, los andenes del puerto y el urbanismo en general habrá colapsado entre otras cosas por falta de agua potable. Y aumentará el desempleo. Es muy probable que entremos de nuevo en una economía de mínimos, con menos empleo, menos opciones y muchos menos turistas. Por ello me parece lógico que ahora celebremos la avalancha monstruosa de turistas rebotados de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Jordania, Siria. Turquía, Grecia, etc.
Con la ecotasa habrán recaudado unos 160 millones o más (?), la mitad de lo que podrían haber captado, de haber establecido una política de control de la oferta turística alegal y de la ilegal. En todo caso, solo con las más de 80.000 plazas turísticas de Ibiza ya se llevan hacia Mallorca un buen pellizco, pues de eso se trata: Ibiza transfiere una gran cantidad de euros para que Mallorca se dedique a sus túneles, trenes y paridas que –a lo mejor, nunca se sabe– veremos explicados en las salas de los juzgados.
Solo Mallorca aporta 341.000 plazas turísticas legalmente dadas de alta y controladas, para unos 13 millones de turistas, si no son más. ¿No les basta con esto? No, claro. Necesitan llevarse lo de Ibiza y Formentera. Y algo de Menorca. Los pitiusos nos quedaremos sin el dinero de la ecotasa y de paso, con una publicidad nefasta que recaerá sobre nuestras espaldas. Porque no es cierto que los turistas entiendan que este impuesto sea necesario. El espíritu solidario suele tener como frontera nuestro bolsillo y los ingleses –antes lo hicieron los alemanes– están un poco escamados.
La prensa británica que lee este público de clase media y la juventud que vive al día, suele ser bastante bestia, pero en general no miente: unas vacaciones en Baleares pueden suponerles un encarecimiento de 90 euros. Y 90 euros menos de cerveza es mucha cerveza para el trabajador que ansía pasar doce o quince días bajo el sol de España. Los políticos de izquierda se aprovechan de la situación para hacer caja. Más adelante estos turistas nos devolverán el agravio y no lo pagarán los políticos. Lo pagaremos todos los demás. Claro que el lector es muy libre de tomar este texto como un ejercicio de política ficción.

miércoles, mayo 04, 2016

Bruselas y el alquiler turístico


Los ibicencos y los españoles en general sufrimos desde al menos 1978 una mareante vorágine de cambios ininterrumpidos. Primero fue para adaptar la España franquista a un régimen de libertades; más adelante las distintas regiones fueron incorporando las autonomías, distintas en cada caso y, por fin, entramos en una monstruosa organización superestatal que se acabó denominando Unión Europea. Pues bien, la coctelera todavía sigue en plena agitación, aunque siempre en el mismo sentido: se pueden introducir más leyes y más impuestos, pero es casi imposible deshacerse de una institución o de una tasa, una vez estén en funcionamiento. Impuesto que llega, es para quedarse. Estas nuevas leyes conllevan implícitas nuevas contrataciones de personal, o sea más gasto.
Y son muy hábiles, porque lejos de sentirnos confiscados, acabamos creyendo que todo es gratis. Es justo lo contrario, pagamos por todo, si no más pronto será más tarde, y si no es Pedro será Pablo o será Juana o su hermana. Si nos dijeran que trabajamos los siete primeros meses del año para pagar los diferentes gastos del Estado (en todas sus formas) no lo creeríamos y de hecho aún queda gente que no lo cree. Incluso algunos piensan que acabamos cediendo al Estado un 77% de nuestros ingresos. Estremece pensar que tengan que regular desde los despachos de Bruselas el grosor de las bridas de los caballos o las trabas de nuestras ovejas en Formentera. El diámetro de nuestras mangueras de gas o el octanaje de las gasolinas. Nuestra numeración de matrículas en vehículos o en embarcaciones, incluso los códigos de numeración telefónica. Puede parecer divertido, pero no lo es. Esta hiperregulación hay que pagarla. Y difícilmente escapará nadie, pues los controles están encadenados de forma escalonada de manera que si no te pillan un lunes, acabarás cayendo un miércoles.

El fenicio acabó en estas cavilaciones cuando estaba leyendo que Bruselas va a meter mano en el tema de los alquileres turísticos en zonas urbanas y en fincas donde viven nativos. Al parecer esta actividad comercial crea problemas en numerosos países de la UE y, como es lógico, los codiciosos e insensatos burócratas no dejarán pasar esta oportunidad para seguir marcando la pauta en la vida de los europeos. Yo creía que la Ley de Arrendamientos Urbanos ya impedía el alquiler a los hooligans que alteran el descanso a los vecinos, pero no. El Pacte quiere intervenir, pero tampoco hace nada concreto. Decían que las autonomías eran muy útiles porque conocen los problemas desde la proximidad, pero una vez más, demuestran ser trastos inservibles y carísimos. Y por esto, las leyes nos las van a hacer desde la distante Bélgica. O quitamos las autonomías o acabarán con el Estado del Bienestar. Hace años que lo escribo.