miércoles, octubre 31, 2012

Una isla para las discotecas


Las discotecas han conseguido hacerse con casi toda la isla, el ´casi´ porque quedan algunos rincones minoritarios remisos a venderse a la vorágine. Tanto es así que este mismo verano se han puesto levantiscas. Intuyo que pretenden que las autoridades dediquen la fuerza de unos policías a perseguir otros actos alegales que hacen la competencia directa a las discos. Hacen bien en defender sus intereses por encima de todo, pero han de entender que no toda la isla está dispuesta a ponerse a sus pies, por grandes los tengan. Se necesitan las fuerzas de seguridad para muchas cosas, no sólo para privilegiar a un sector, sea el que sea. Y en verano no habría suficientes policías aunque se multiplicaran por cinco.

A quienes nos gustan las discotecas, aceptamos su aportación al turismo lúdico, no a la cultura, como dijo cierto concejal. Las discotecas no tienen nada de cultura. Otra cosa es que nos guste este esnobismo ramplón de llamarle cultura a todo, para barnizar con palabras lo que los hechos no demuestran ni confieren.
Las discotecas, reducidas a su justo término, con horarios racionales, hacen su aportación al turismo de una isla que en sus dos terceras partes ha llegado con vuelos low cost y que puede pasarse dos y hasta tres noches sin dormir, gracias a la magia poco recomendable de las pastillas que envidiarían Obélix y Astérix. ¿Viene este tipo de turismo porque existen estas discotecas, pioneras en el mundo, o se han montado estas discotecas porque viene este tipo de turismo? Desde finales de los 60 existe una estrecho maridaje entre la juventud cosmopolita y las discotecas, que he visto nacer (todas) y desaparecer (algunas). No me refiero a las salas de fiestas, que es un estilo anterior.

Así que no podemos demonizar las discotecas, aunque en muchas ocasiones son causa de fuertes y prolongadas molestias. Pero sí que han de existir reglas muy claras para que todos puedan cumplirlas y perseguir estas fiestas salvajes que se improvisan en toda Ibiza con ánimo de lucro y que pueden ser causa de peligros diversos.
Pero yo no iría más allá. Las discotecas son unas privilegiadas y deben cuidar sus maneras, tanto si tratan con políticos, cuanto si se trata de ventilar asuntos de la competencia entre ellas. Apelo a su sentido común y a su sentido práctico. Por lo demás, no se quejen: lo tienen todo colonizado, contaminado, controlado. Entran en la promoción de las ferias, tienen las carreteras cosidas de horrorosas pancartas y paneles, llenan las publicaciones y las calles quedan repletas de molestas cartulinas y tickets. Hasta los más avezados cronistas caen en la trampa: «Todos somos conscientes de que la temporada turística empieza de verdad cuando abren las grandes discotecas (...)», escribía un importante periodista en 'El órdago de las discotecas', en este Diario, en pleno verano. No se equivoquen: la temporada no comienza cuando abren las discotecas, es al revés: las discotecas abren cuando comienza la temporada de verdad.

Con este tipo de turismo específico, las discotecas se llenarán y la isla, posiblemente, acabará en la atonía y muchos en la ruina. Es un caso curioso y paradójico de polarización del mercado. Uno diría que todo iba mejor cuando teníamos unas cuantas buenas discotecas para la isla, no la isla para media docena de discotecas.

sábado, octubre 27, 2012

Dar de beber al millonario sediento


A pesar de los indicadores positivos, las previsiones económicas para Baleares no son halagüeñas, reforzadas por el hundimiento incesante de las cifras de la construcción. Hay quien espera poder recuperar un ritmo dinámico del sector, pero parece una utopía. La economía balear está muy afectada en sus estructura profunda, no es una crisis al uso, una crisis cíclica como las que hemos conocido en los últimos 50 años. 
Que vayan olvidando sus sueños aquellos que esperan una resurrección dinámica en el sector de la construcción. Ya nada será igual durante muchos años.
Parece de justicia, pues durante los últimos 20 años se han derrochado los recursos del futuro. El ritmo de destrucción/construcción ha sido demencial, sobre todo desde 1996. Nos hemos empachado de ladrillo. Hay que hacer ahora la digestión y nadie ha dicho que vaya a ser fácil. Al margen y sobrevolando nuestras vidas, está el gran buitre del rescate de España, que no haría sino agravar las posibilidades inmediatas de recuperación. Nos queda lo nuestro, el turismo puro y duro, incluso con paquetes muy negativos como el turismo del ´todo incluido´.

Se equivoca gravemente, y ya llueve sobre mojado, la patronal ibicenca, que presiona para relanzar obras de envergadura como los puertos deportivos. Ibiza no puede seguir cayendo en esta trampa donde lo urgente siempre toma preferencia a lo importante. Ibiza debe ser muy cuidadosa y conservarse en salud y con alegría. Sin cemento. Además, estas obras no dan trabajo a los ibicencos, causan un severo consumo y destrozo y tienen consecuencias futuras difícilmente imaginables ahora mismo, pero que se conocen.

Los empresarios privados tienen todo el derecho del mundo a pedir, pero los políticos han de velar con responsabilidad por el futuro de todos, no por la cuenta corriente de dos o tres empresas. Causa ternura ver cómo un promotor de estos desaguisados bestiales se protege y se escuda en una presunta finalidad social. Al estilo de ´lanzaremos el plan de excelencia de Platja d´en Bossa para combatir la crisis´. Ya. Ya le conocemos y sabemos cómo han arreglado las crisis el trazado y ampliación de las autovías. Sólo hay que mirar, comparar y esto no es difícil si se tiene un poco de memoria.

En otra entrevista se justificaba la necesidad de nuevos puertos deportivos, entre otras razones, para el correcto cumplimiento de las obras de misericordia en el apartado «dar de beber al sediento». Los pobres yates, venía a decir, ni siquiera pueden acceder a la compra de unas botellas de agua. O algo así. Díganme ¿no es lírico y emotivo? Dar de beber a los ´yateros´, muchos de los cuales vacían sus cisternas en plena zona de playa o en alta mar.

Que sí, que estamos en otoño y hay que ser buenos, salvar Ibiza de la crisis y darles botellitas de agua a los yates en un nuevo puerto en la Platja d´en Bossa. Qué bonito es ser bueno.

miércoles, octubre 24, 2012

Y sin embargo, los datos son positivos


Nos quejamos, denunciamos nuestra incomodidad y sin embargo, en general, los datos son positivos. Al menos a primera vista, los turistas extranjeros han aumentado o se han mantenido cuando han fallado o flaqueado los nacionales. Seguimos sin poder enganchar de pleno al turismo ruso que, a pesar de todo, también sigue creciendo.
En Baleares hemos conseguido once meses consecutivos de subidas y en agosto tenemos el mayor gasto turístico por persona entre los extranjeros. El gasto turístico en las islas en ese mes fue de 2.030 millones de euros, con un gasto medio por turista que alcanza 957 euros (analizado hasta los primeros ocho meses del año).

Incluso en nuestro propio Diario de Ibiza de 11 de septiembre se mostraba una indisimulada alegría al anunciar que «el aeropuerto bate en agosto el récord histórico de pasajeros con 1.142.547», esto quiere decir más o menos que por el aeropuerto pasaron en agosto casi 600.000 personas (ojo, los resultados se dividen por dos, la ida y la vuelta; mucha gente suma ida y vuelta y piensa que este es el número real de turistas que han venido. He visto este error con frecuencia en gente importante que no debiera equivocarse). Más de medio millón sobre la isla en 30 días, sumados a los que ya estamos aquí, nos da una bonita suma que debieran conocer en profundidad quienes establecen los cupos de ayuda o las partidas cuando se redactan los presupuestos para Ibiza. Lástima que este récord conseguido por el aeropuerto desde que se abrió en 1958 (ampliado en 1963, creo recordar), venía precedido por un año sin tono o con un tono a la baja. Así pues, los máximos históricos conseguidos en julio y agosto no compensaron las pérdidas de todo el año, un 0,3%.

Pues bien, llegó septiembre y el turismo siguió eligiendo Ibiza, con lo cual nuestro aeropuerto marcó otro hito histórico. Fue utilizado en septiembre por 861.549 pasajeros, lo que representa otro récord histórico en un mes y un incremento del 1,1% con respecto al año 2011. Bien, son datos positivos y esto debe alegrarnos, Ibiza sigue atrayendo y consigue un alto grado de fidelización de sus turistas, sean del poder adquisitivo que sean. Algo habremos hecho bien. Tres meses consecutivos de récords históricos. Pues no, señor. No.

Quiero decir que el fenómeno no se circunscribe a Ibiza ni tiene en la isla su epicentro. Ibiza es Europa a estos efectos y hemos recibido los benéficos efectos colaterales de una economía europea que nada tiene que ver con la española ni con la italiana. Es decir, no todo el mérito es de Ibiza, sino de Europa. Lo compartimos con Mallorca, Cataluña, etc. Una cosa hemos mejorado: hemos conseguido esquivar las nefastas incursiones en ingeniería económica y social de los nacional-socialistas o nacionalistas a secas. Mientras en Cataluña los hoteleros están al borde de la rebelión por la tasa turística que comienza el 1 de noviembre (sobre la cual se aplicará el aumento de IVA, lo que no es muy ortodoxo), en Baleares los hoteleros vislumbran un futuro lleno de facilidades. Quizás demasiadas.

sábado, octubre 20, 2012

Fomentamos nosotros



Si quieres que algo esté bien hecho, hazlo tú mismo, no se lo encargues a otro, es algo más que una frase hecha en las películas de gánsteres. Sobre todo, no se te ocurra ponerlo en manos de la maquinaria de la Administración. Hace mucho tiempo que el fenicio perdió la fe en las propiedades mágicas del Estado, esto se lo podemos dejar para los neocomunistas, estatalistas o socialdemócratas que viven de la ubre del Estado. ¿Prescindir del Estado? Esto también es una utopía pues cierta intervención gubernativa se hace imprescindible para corregir los desmanes de la iniciativa privada desbocada. El problema es cuando es el propio Estado corrupto quien comete los desmanes y quien se queda con el grueso del capital generado por la sociedad.
Grosso modo es lo que ha ocurrido en España, después de 21 años de voraz gobierno socialista: han dejado un país corrupto, escaso en valores morales y en la más absoluta ruina. Ahora, a emigrar quien sepa hacer algo útil. Y la derecha cómplice, ensimismada y acobardada tampoco se atreve a entrar a saco en una Administración abrumadora, sobrecargada y colapsada, que hay que podar a fondo y reestructurarla a la baja.
No voy a entrar en las irreemplazables medidas quirúrgicas sino en una consecuencia que nos afecta a Ibiza y a Formentera: sin fondos para la promoción ni para nada. Nos encontramos con un Govern encallado, incapaz de mantener unas mínimas cuotas de promoción turística. Todavía hay quien no quiere creerlo: estamos en quiebra. Vivimos de los 600 o 700 millones de euros que cada mañana nos han de prestar los mercados, que son malísimos, según propaga a los cuatro vientos esta izquierda salvaje que piensa que podrá vivir toda la vida del trabajo de los demás. O del crédito.
Los empresarios de Ibiza, con todos sus defectos, entre ellos las ganas de consumir recursos naturales donde ya casi no los hay, son conscientes del tema: ahora tenemos a centenares de presuntos técnicos, concejales, políticos, consejeros dedicados al turismo, pero nos han dejado secos. Ni para cerillas. Esto parece la venganza del Fomento del Turismo, por no haberle permitido llegar a los cien años de vida. En realidad, una grupo de empresarios y asociaciones han tomado las riendas o lo harán para que la temporada de 2013 logre absorber a los turistas de siempre. Regresa el Fomento del Turismo.
Uno se pregunta por qué no han reunido antes estos esfuerzos para alargar la temporada (el turismo de invierno en Ibiza está perdido). O ¿estos esfuerzos promocionales repercutirán en los egoístas hoteles del ´todo incluido´?
Y para acabar, no se me escapa otra iniciativa de Canarias. Los hoteleros de Lanzarote no se han quedado cruzados de brazos al ver la reducción alarmante de vuelos directos a su isla. Se han reunido para discutir la manera de mantener un Madrid-Lanzarote diario, aunque sea pagando un 30% del gasto básico.
Yo estoy radicalmente en contra de las subvenciones como norma, pero en situaciones excepcionales hay que tomar medidas concretas. Y puede hacerse: por decirlo de forma heterodoxa, como merece la isla y como saben los taxistas ´pirata´, las discotecas, los camellos y los hoteleros, Ibiza es un gran negocio. Etcétera.

miércoles, octubre 17, 2012

Serpenteando o Twisting

No deja de ser curioso que cuanta menos playa queda disponible, más negocios se abren en las playas, uno ya no sabe si con licencia, o sin licencia, tal es el caos creado en los últimos años.
¿Dónde está la gente en los veranos de Ibiza? Preguntábamos no hace mucho: en las playas o en las carreteras, visitando las calas.
No queda ni un metro libre donde extender las toallas, pero los más pudientes (que no pudorosos) han encontrado un sistema ideal para prolongar las arenas: embarcarse y dar vueltas, fondeando de vez en cuando, arrasando las Posidonias y volviendo a cambiar de playa, para seguir hundiendo el ancla en otro paraje. Como yo suelo acompañar mis tonterías en forma de metáfora o de imagen, permítanme que le llame a este fenómeno pitiuso twisting. El verbo inglés twist, retorcerse, enroscarse, serpentear, torcerse, lo conocemos todos por el baile, que es un desbarajuste de miembros, cuello y culo. Pues es eso.

 El twisting es lo que le hacemos a un trapo mojado cuando lo enjuagamos, lo retorcemos y le sacamos hasta la última gota de agua. Esto mismo estamos haciendo con el turismo de Ibiza, lo retorcemos para sacarle hasta el último centavo. Y no hay más playas que las que hay o hubo, porque muchas están sepultadas por hoteles y beach-clubs. Hay que retorcer hasta el último centímetro y exprimirle el jugo.
No es de extrañar que esta misma expresión pueda usarse en periodismo digital. El twisting es apropiarse de la información básica de un medio o blog ajeno y darle una nueva redacción, retorciendo la forma para hacerla irreconocible pero usando el mismo fondo.

En esta serie de cambios de la oferta complementaria parece que tienen ventaja los muy ricos y los muy pobres. Es decir, los grandes restaurantes de alta cocina o los aparatosos beach-clubs (en Ibiza siempre se han hecho los beach-parties pero los cobraba la guía: llegaban 30 borrachos de Liverpool, se apropiaban de media playa y comenzaban a lanzarse huevos crudos y burradas así, mientras el perdedor se bebía una cerveza y el ganador tres ¿quién no lo ha vivido?).

Y los muy pobres: seguramente gana más un taxista pirata (del orden de 700 euros diarios) o el vendedor de varias decenas de kilos de fruta en un cesto que los restaurantes medianos o que un taxista aburrido de esperar durante todo el año la llegada de los turistas.
Nadie duda que en esta Ibiza desquiciada los más piratas llevan ventaja. Quienes perdemos somos los ibicencos en general y no porque no seamos bastante corsarios a nuestro modo: es que el arte del twisting está muy perfeccionado y siempre nos van por delante los espabilados. O los delincuentes.
Por ejemplo, los que han vendido Ibiza por un plato de lentejas, como los hoteles del todo incluido, una auténtica plaga que habría que declarar non-grata y expulsarlos del mercado. No son negros llegados con una patera ni taxistas piratas suicidas: son gente normal de cuello blanco, y con pocos escrúpulos. Una organización delictiva como la del hotelero catalán Ferré sólo es pensable en Ibiza y dice poco de nuestra policía turística y general y menos de las inspecciones del Consell. El Todo Incluido también es una práctica del twisting, y muy dañina por cierto.

sábado, octubre 13, 2012

Desconectados



En general, es bueno quedar desconectados del estrés del trabajo y el mismo término unplugged, tiene un matiz muy positivo en la música acústica: desenchufados. Pero me temo que en el sentido que lo aplico aquí no sea positivo en ningún aspecto.
Porque cuando llega el otoño, después de la atronadora invasión por aire y por mar que deposita más de dos millones de almas sobre la isla y se las lleva de vuelta a casa, nos encontramos en un vacío de silencio que casi pone enfermo.
La soledad sonora ocupa el lugar de la huella del ruido, de la estela continuada que nos abruma durante 24 horas durante todo el estío. Y llega el momento de comprar el billete para salir de Ibiza, por mar o por aire. Nosotros no podemos coger el tren como los de Benicasim o los de Castuera; ni podemos coger carretera y salir hacia Madrid con nuestro vehículo.

La primera sorpresa nos llega cuando nos encontramos con la última petición gubernamental: se necesita un certificado de residente, aquellas dichosas hojitas, para adjuntar y mostrar en el embarque. Así, se confirma por enésima vez, que no están los gobernantes –muchos y pésimos– para ayudar al contribuyente sino para expoliarle y para derrochar el dinero que tanto sudor nos ha costado reunir. ¿Y qué recibimos con ello? Molestias y acoso. 
No me extraña que los abueletes estén indignados. Que lo estén los bebés, los adolescentes y los jóvenes de 20 a 40 años.
Los más previsores ya tendrán impresos estos certificados. Yo tengo dos en mi mesa. Pues bien, el Govern sale tan contento anunciando que en Navidad ya no harán falta, puesto que ha funcionado bien el programa puesto en práctica en Canarias. Un nuevo software, que habrá costado un dineral, más gasto sobre la espalda del contribuyente, para anunciar como novedad lo que se venía utilizando durante los últimos años: mostrando el pasaporte o el DNI. Simplemente. Por este fenomenal hallazgo alguien se habrá cubierto el riñón.

De modo que el ibicenco, indignado con toda la razón del mundo, comprobará los horarios y las líneas de aviones disponibles. Se llevará otro chasco. Ibiza no cuenta para nada para casi nadie durante ocho meses al año. Somos menos que un cero a la izquierda. Esto es así, está consolidado y así seguirá por los siglos de los siglos si no se consigue ejercer presión de alguna forma, como han hecho brutalmente los vascos y los catalanes. Y siguen haciéndolo, vamos.
Pero no tenemos peso demográfico ni fuerza política. Cuando algún político balear ha emigrado y ha ascendido en Madrid ha sido para resolver y potenciar sus propias empresas o su propia carrera. Baleares pinta cero y todavía Mallorca tiene cierta potencia con su millón de habitantes.

A Ibiza solo le quedaría (si existiera) una tarifa plana que te deje en Son Sant Joan y allí tomas otro avión a Milán, Madrid o París. No he entrado siquiera en el cabreo que se van a pillar algunos que quieran salir en Navidades. Si hay plazas están a precios cósmicos. Miren, miren y cuidado, la tensión arterial es algo sagrado. En fin, ustedes ya sabían todo esto. Solo quería recordarlo. ¿Tiene alguien alguna idea para mejorar nuestra situación?

miércoles, octubre 10, 2012

Siempre pedimos lo mismo



Después de 30 años como secretario de la Pequeña y Mediana Empresa de Ibiza y Formentera (Pimeef) puede decirse que está al tanto de nuestras carencias históricas: Carlos Eznarriaga ha cumplido este ciclo en el que ha visto desfilar a cinco presidentes y queda con 50 asociaciones y 1.800 socios. De sus palabras se deduce una extensa labor y un cierto sabor agridulce al ver con cierta impotencia que muchos problemas pitiusos se van cronificando, enquistando y al final quedan como una deformidad más de nuestro cuerpo social.
De modo que es un puesto difícil para quien sostenga un espíritu perfeccionista. Ibiza llega a ser desesperante para alguien que no tenga paciencia de sobras.

Sin duda los opinadores y los columnistas de prensa conocen bien este fenómeno, el síndrome de Sísifo, donde puedes pasarte años para solucionar algo y al cabo vuelve a reaparecer con la misma insolencia. Encontrar temas frescos que escapen a la anécdota es algo más que un milagro.
Siempre pedimos lo mismo. Claro, siempre escribimos lo mismo. Nunca se arreglan los problemas y siempre clamamos por la solución que no llegará. En general, es por la sordera inducida de los políticos, una sordera que obedece a muchas razones y a veces algunas razones son oscuras.
Cada vez que se avecina un proceso electoral la Pimeef elabora un listado con todas las peticiones y, salvo las carreteras (y no todas estas acabadas) «siempre pedimos lo mismo». Y que lo diga. Siempre se repiten las mismas listas.

Después del medio siglo de turismo, los más viejos sabemos de algunas cosas que no se arreglarán nunca, porque caen bajo la voluntad torticera de algunos empresarios («en la Comunidad mandan los hoteleros», dice) y los Reyes Magos no existen.
¿Por qué van a inventarse un turismo de invierno en Ibiza los mismos empresarios que lo tienen instalado en el Caribe durante casi todo el año? El turismo de Ibiza es el veraneante, que viene de verano. Verano. Tres meses. Punto. Todo el resto se os da por graciosa añadidura. Para el resto, hay que invertir tanto dinero en promoción y fomento que casi no resulta rentable. Perdida la construcción en invierno, la estructura social de la isla se resiente y con la crisis actual todo comienza a rechinar.
Los intentos de comercializar Ibiza, con sus algo más de 100.000 habitantes, topan con las matemáticas. Incluso los residentes, como es patente cada invierno, tienen muchas dificultades para llegar a la Península, como quien dice a un hospital o a una boda.

Dice cosas interesantes, que obviamente no se discutirán, como la saturación de instituciones, que solo implican una multiplicación embarazosa de cargos y a la larga un aumento escandaloso e innecesario de funcionarios. O sea, trabas para la libre empresa. Los políticos no funcionan bien, nada suyo –salvo el sueldo a final de mes, que tiene preferencia a todo– funciona bien. Si se les presenta una queja siempre –también ellos– contestan lo mismo: no tenemos personal. Seguramente sobran los cinco ayuntamientos y en Formentera sobra el ayuntamiento y el Consell. Un Consell Insular sobraría para las Pitiusas, con empleados especialistas en cada caso y con la portentosa ayuda de la informática, actualmente al alcance de cualquiera. Felicidades a Carlos Eznarriaga y a disfrutar de los bellos inviernos; agilidad y suerte para esquivar los espesos veranos.

sábado, octubre 06, 2012

Cero poder adquisitivo


El fenicio adora el otoño, unos meses de transición adorables que vienen a salvarnos de la antropofagia del verano y de la gélida máscara del invierno. En otoño las cosas se redefinen, después de los meses atosigantes del estío, una estación que solo pueden soportar los rubios septentrionales y seguramente porque van dopados todo el tiempo. El verano quizás fuera soportable en otros tiempos, a otra velocidad, bajo las sombras naturales de las higueras. Hoy no, es una sucesión de días corrosivos donde dejas media vida por el desgaste mecánico del sistema nervioso.

El fenicio adora el otoño y anota las reflexiones de Vicente Torres, presidente de la Cámara de Comercio: no pongamos las cosas fáciles a nuestros competidores, que «pretenden quedarse con nuestros turistas, porque los quieren todos, los de muy alto, los de medio y los de bajo poder adquisitivo, ellos los quieren y nosotros los necesitamos, porque en el momento actual no podemos prescindir de nadie para que Ibiza siga siendo lo que es».
El fenicio acepta las lecciones, aunque no lleguen a serlo y solo acaben en consignas. Con todos mis respetos por el difícil y duro trabajo de Vicente, me atrevo a exponerle lo siguiente, por si puede servir de algo. 
Desde que empecé a escribir en Diario de Ibiza (y en seguida en otros varios de distintos sitios) escucho la misma cantinela, en general proveniente de algunas empresas o del Fomento de Turismo. En suma, el periodista ha de ponerse en disposición total para contar solamente aquello que pueda beneficiar al turismo de la isla, olvidando el simple deber de informar de manera ecuánime de los hechos que acontecen en la rúa y en otras partes. Así, más que un periodista, el profesional acaba convirtiéndose en un bufón de corte. No todos los periodistas son bufones, afortunadamente. 

Después, ¿está seguro Vicente Torres de que el tipo de turismo que viene a Ibiza puede subdividirse en las tres subcategorías que expone? Alto, medio y bajo poder adquisitivo. Suena bien.
No, no podemos desprendernos del alto, del medio y mucho menos del bajo, porque hay que llenar las cien mil plazas como sea.
Pero ocurre que un porcentaje elevadísimo cae fuera de esta clasificación, digamos que tiene un nivel adquisitivo cero. Ya lo adquirió todo en su país. Lo lleva ´todo incluido´.

Otra expresión de mi querido presidente levanta mi alarma: «En el momento actual». Vicente: Ibiza no tiene otros momentos que no sean los actuales. Haz lo que quieras, pero hazlo ya. Ibiza no tiene poder de negociación, no se puede diferir nada. Desde 1972 oigo la misma excusa: en estos momentos no se puede. Un ejemplo, y perdón por la autocita: en los años de astronómica bonanza no se hicieron ni culminaron las grandes obras públicas imprescindibles para Ibiza. Si no se hacen ahora no se harán nunca, dije. Ahora no se puede, trabajan para la privada, me contestaron. Entonces, estamos perdidos, concluí: en efecto, en tiempos de bonanza no se quiso, en tiempos de crisis no se puede. El otro día quitaron un de las grúas del Parador, etc. Vicente: carpe diem; al ataque; a solucionar problemas, no a silenciarlos.

miércoles, octubre 03, 2012

Y un huevo


Al final con esto del Colón ibicenco, la gente acaba por perderse y solo se acuerda del huevo, que no tiene nada que ver específicamente con Colón, sino con un chiste que tanto podría ser de Colón como de Galileo o de El Cordobés, dejando al margen la anécdota histórica (en ella, Colón reta en la mesa a unos nobles españoles a poner de pie un huevo crudo. Se miraron confundidos y nadie lo logró. 
Colón tomó el huevo y aplastó sutilmente uno de sus extremos, que al quedar aplanado logró el equilibrio estable. Significado: es muy fácil despreciar el valor de las cosas cuando ya se sabe la solución). 

Pruébenlo. Ahora mismo lo acabo de hacer en mi mesa de trabajo. ¡Crac! Y el huevo queda en vertical, de pie.

La manía por Colón en Ibiza comenzó muy a finales de los 70, casi ya en los 80 y nos la contagió el marinero y periodista Nito Verdera, cansado de publicar noticias sobre ovnis avistados en San Antonio o es Vedrà. Antes nos había llenado de pavor al proponer construir un puente desde Ibiza hasta Formentera. A pesar de las muestras de escepticismo payés, Nito no se arredró y desenterró un o unos artículos de Salvador de Madariaga publicados en el ABC y otros textos: acababa de encontrar un tema, un móvil que daría sentido a su vida durante las próximas décadas y lo hizo con tal intensidad que a los pocos meses ya publicaba un opúsculo afirmando que Cristóbal Colón fue ibicenco. Tampoco se desanimó cuando no pudo demostrar esto y amplió el compás: le hizo hablar en catalán y lo descubrió como un criptojudío. Lo de ibicenco quedaba en segundo plano. Pero por lo visto, la festiva formación Nova Alternativa ha venido a sumarse a la vieja teoría inicial: Colón pudo nacer en Ibiza. 
Y ¿qué mejor manera de promocionarlo que presentando una moción en el Ayuntamiento de Ibiza para ayudar al investigador?

Dicho y hecho, ya solo faltaba que se subiera al carro la oposición nacionalsocialista que apoyó el asunto. Ahora no costará dinero –dicen– pero, si en un futuro se creara un organismo, de ahí chuparían todos. 
Todavía no me explico cómo la alcaldesa cayó en una maniobra tan burda y las redes sociales se han cebado. No ha quedado rincón donde no se hayan burlado de Ibiza, de sus políticos y de las majaderías servidas a la carta.

Bien, me lo explico por la pinza que le han formado los de New-age Alternative y los de la vieja alternativa de Cándido Valladolid, pájaro hábil que se las sabe todas en la política local. 
Lina Sansano, en vez de apoyar la sensatez y a su alcaldesa, hizo suya la moción. La concejala de Cultura ha hecho un flaco favor a Ibiza, a su grupo, a la cultura y a ellos mismos. Se han hecho un buen retrato. 
Nito estará encantado, el huevo sigue bien afeitado y la isla de Ibiza ha hecho un ridículo espantoso. ¿Y los del PREF que habían criticado a la alcaldesa por no hacer los deberes y hacerlos tarde? Bien, lo primero que hicieron para ellos es quitarse la mayor parte del trabajo y pasárselo a los compañeros, esto sí, sin renunciar al sueldo.

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Diario de Ibiza, 5 octubre 2012

Nito Verdera. Ibiza.
 

El ´huevo´ de Mariano Planells


Solo unas líneas para puntualizar y dejar sentado que aquí no habrá debate. No es exactamente cierto que haya sido marinero, sino Piloto de Primera Clase de la Marina Mercante. También es falso que desenterrara uno o varios artículos de Salvador de Madariaga publicados en el diario ABC. En realidad, navegando de segundo oficial en un buque sueco compré en La Habana (Cuba) ´La Vida del Muy Magnífico Señor Don Cristóbal Colón´ (Buenos Aires, 1958) de Madariaga. Así que mi primer encuentro con Colón tuvo lugar hace ya 50 años, en octubre de 1962, en plena ´crisis de los misiles´ y el bloqueo naval a Cuba, que ordenó el presidente norteamericano John Kennedy. Por último, el huevo que aplastó Colón no estaba crudo, sino cocido.