sábado, octubre 13, 2012

Desconectados



En general, es bueno quedar desconectados del estrés del trabajo y el mismo término unplugged, tiene un matiz muy positivo en la música acústica: desenchufados. Pero me temo que en el sentido que lo aplico aquí no sea positivo en ningún aspecto.
Porque cuando llega el otoño, después de la atronadora invasión por aire y por mar que deposita más de dos millones de almas sobre la isla y se las lleva de vuelta a casa, nos encontramos en un vacío de silencio que casi pone enfermo.
La soledad sonora ocupa el lugar de la huella del ruido, de la estela continuada que nos abruma durante 24 horas durante todo el estío. Y llega el momento de comprar el billete para salir de Ibiza, por mar o por aire. Nosotros no podemos coger el tren como los de Benicasim o los de Castuera; ni podemos coger carretera y salir hacia Madrid con nuestro vehículo.

La primera sorpresa nos llega cuando nos encontramos con la última petición gubernamental: se necesita un certificado de residente, aquellas dichosas hojitas, para adjuntar y mostrar en el embarque. Así, se confirma por enésima vez, que no están los gobernantes –muchos y pésimos– para ayudar al contribuyente sino para expoliarle y para derrochar el dinero que tanto sudor nos ha costado reunir. ¿Y qué recibimos con ello? Molestias y acoso. 
No me extraña que los abueletes estén indignados. Que lo estén los bebés, los adolescentes y los jóvenes de 20 a 40 años.
Los más previsores ya tendrán impresos estos certificados. Yo tengo dos en mi mesa. Pues bien, el Govern sale tan contento anunciando que en Navidad ya no harán falta, puesto que ha funcionado bien el programa puesto en práctica en Canarias. Un nuevo software, que habrá costado un dineral, más gasto sobre la espalda del contribuyente, para anunciar como novedad lo que se venía utilizando durante los últimos años: mostrando el pasaporte o el DNI. Simplemente. Por este fenomenal hallazgo alguien se habrá cubierto el riñón.

De modo que el ibicenco, indignado con toda la razón del mundo, comprobará los horarios y las líneas de aviones disponibles. Se llevará otro chasco. Ibiza no cuenta para nada para casi nadie durante ocho meses al año. Somos menos que un cero a la izquierda. Esto es así, está consolidado y así seguirá por los siglos de los siglos si no se consigue ejercer presión de alguna forma, como han hecho brutalmente los vascos y los catalanes. Y siguen haciéndolo, vamos.
Pero no tenemos peso demográfico ni fuerza política. Cuando algún político balear ha emigrado y ha ascendido en Madrid ha sido para resolver y potenciar sus propias empresas o su propia carrera. Baleares pinta cero y todavía Mallorca tiene cierta potencia con su millón de habitantes.

A Ibiza solo le quedaría (si existiera) una tarifa plana que te deje en Son Sant Joan y allí tomas otro avión a Milán, Madrid o París. No he entrado siquiera en el cabreo que se van a pillar algunos que quieran salir en Navidades. Si hay plazas están a precios cósmicos. Miren, miren y cuidado, la tensión arterial es algo sagrado. En fin, ustedes ya sabían todo esto. Solo quería recordarlo. ¿Tiene alguien alguna idea para mejorar nuestra situación?