miércoles, septiembre 30, 2009

La sanidad sigue bajando de nivel


Ignoro el grado de satisfacción de los usuarios ibicencos con la sanidad pública, pero me temo que en Ibiza seguimos la misma pauta que en todo el Estado: un deterioro año tras año, según van informando las conclusiones de algunos observatorios.
Los datos más recientes proceden del último Índice de Consumidores de la Sanidad Europea, elaborado por el centro de análisis Health Consumer Powerhouse, con el apoyo de la Comunidad Europea (CE).
No queda en buen lugar la sanidad pública española, es más, ha descendido tres puestos en 2008 y se sitúa en el puesto 21 incluso por detrás de Hungría y otros países del Este.
A pesar de un excesivo triunfalismo mostrado por algunos políticos, a los que les gusta usar un tema importante ante el ciudadano para desgastar o para rentabilizar sus actos, hoy la sanidad española está muy por detrás de los grandes países, al menos en servicios al ciudadano y en calidad de vida.
Según la información de que dispongo Holanda va primero en la clasificación con 875 puntos, Dinamarca (819), Islandia (811) o Austria (795) van por delante, usando este sistema de puntuación sobre mil posibles. España alcanza 630 sobre mil. No es para tirar cohetes, pero tampoco debemos ser catastrofistas, siempre que las autoridades tomen buena nota de este progresivo deterioro y de muchos defectos que debieran ser subsanados cuanto antes.
El informe no entra en la financiación, pero los especialistas no cesan de advertir de que estamos ante otro pozo sin fondo, como queda patente cada par de años cuando se pretenden implantar medidas de copago, limitación de servicios o de correspondencias con otros países europeos o extranjeros. En muchos casos es imposible saber si quiera cuánto se gasta, no digamos ya recobrar parte de los gastos de muchas atenciones.
Obviando esta enojosa cuestión directamente, sí que el informe señala que nuestro sistema es incapaz de «desarrollar una estrategia para mejorar el acceso y la calidad de sus servicios, lo que explica el gran desarrollo del sector privado en los últimos años», ha explicado en un comunicado el director del estudio, Arne Björnberg.
Y precisa la necesidad de llevar a cabo cambios drásticos para aumentar la eficiencia y la calidad. Como siempre, reclamo la observación de la tendencia. No bastan las cifras de un solo año. Bueno, pues la tendencia es de un descenso acelerado.
Así y todo, algo tendrá el agua cuando la bendicen: la sanidad española está haciendo frente a un consumo abusivo, tanto por los inmigrantes como por algunos europeos que vienen a hacer ´turismo sanitario´. Por algo será.
Hace 10 años que lo descubrí y pensaba que el tema estaba resuelto. Nada de eso, ahora hago unas consultas y resulta que estamos peor, pero hablaremos otro día.

sábado, septiembre 26, 2009

Crisis de crecimiento

"Playa vacía, huelga de turistas..." Esto será habitual, pero sustituiremos los bañistas por sudados discotequeros de color morado.


Si es cierto que llevamos dos trimestres seguidos con crecimiento negativo eso ya no es una crisis, es una recesión, algo a lo cual temen más los políticos que a la piel del diablo.
Claro que Ibiza está pagando esta crisis y la está pasando mal que bien. Pero insistiré –coincidiendo con el resultado de varios estudios que se viene haciendo públicos en los últimos diez años, al menos– en que estamos un poco perplejos porque estamos ante una paradoja: también estamos pagando una crisis de crecimiento.
Y así hemos llegado a esta incómoda situación donde estamos mal si crecemos más, pero también lo estamos si nos vemos ante una crisis global que nos bloquea el flujo de turistas, estabilizado más o menos en unos dos millones de visitantes al año.
Crisis sobre crisis, crisis estructural a la que se suma la gran crisis coyuntural que afecta a todo el mercado emisor de turistas.
A estos mismos turistas se les suele preguntar, en variadas encuestas o muestras sobre su grado de satisfacción, que detallen algunas cosas que no les hayan gustado y sobre todo si piensan volver la próxima temporada. Estas muestras no son absolutamente fiables, pero ofrecen muchas pautas sobre las que basar un posible plan de acción.
Estos estudios salen regularmente en la prensa, al menos cinco cada año. El último que leo no es muy halagüeño para Ibiza (Diario de Ibiza, 15 de agosto, 2009): Ibiza suspende en medio ambiente (Gadeso). Y la tendencia es a la baja, cada año que pasa nos valoran menos nuestra integridad paisajística, territorial, natural.
Yo comprendo que es muy difícil, por no decir imposible, para los ayuntamientos y el Consell dejar de construir en la isla durante 15 años. Precisamente el no hacerlo nos lleva a una situación límite. Aquí podemos mencionar ahora el estudio de la CRE al que me referí en mi anterior artículo, ´Crecer para empobrecernos´, con este título paradójico que quizás alguien no entendió.
El argumento ya es casi universalmente aceptado por las nuevas generaciones, pero no encontramos a los políticos que puedan parar el destrozo. Y seguro que se hacen más esfuerzos que nunca. A fuerza de crecer perdemos belleza, que es lo que vienen a buscar los turistas, por lo tanto acumulamos más ladrillos pero perdemos valor en el mercado europeo del turismo. Es lo que hay.
No sabemos resolver este nudo. ¿Una moratoria de 15 años, mientras el mercado absorbe las miles de casas, apartamentos y locales vacíos? Lo veo inviable y no sería operativo si no se llevara a cabo en los cinco municipios simultáneamente. Pero el no hacerlo nos lleva al caos y a la ruina. En fin, quizás mi enfoque otoñal sea muy pesimista, no lo sé.

Diario de Ibiza

miércoles, septiembre 23, 2009

Crecer para empobrecernos


El Centre de Recerca Econòmica (CRE), por boca de Antonio Riera, informó de que la renta per cápita balear se sitúa por primera vez en este siglo por debajo de la media nacional, según refleja el Informe Económico y Social de Baleares 2008 elaborado por la entidad dependiente de Sa Nostra y la UIB.
«Esto significa que las islas son cada vez más pobres, ya que este indicador constata que la productividad baja de manera drástica y que las islas generan muy poco valor añadido», advierte.
El Diario encabezaba su información con este mazazo que ha pasado desapercibido, o es que el personal no quiere ser consciente de lo que ocurre, aunque numeras voces y no sólo ecologistas, sino escritores, urbanistas, geógrafos, técnicos, elefantes, etc., vienen avisando desde hace décadas.
Para la gente más sensibilizada esta noticia es una constatación obvia. Ya lo sabíamos. Y nos gustaría saber las opiniones de los peperos, del socialismo cañí, y de tantos colaboradores necesarios y continuados para arrasar las islas.
Si es cierto que en Ibiza no hay uranio, petróleo, no hay grandes industrias pesqueras ni ganado vacuno, si en Ibiza no vivimos de la exportación de la madera del pino, entonces, otra vez tendremos que llegar a la conclusión de que el único valor activo y positivo de las islas es el paisaje. La naturaleza.
Aquí no valen las ocurrencias zapateriles, que después de darnos la murga con el I+D, con la economía sostenible y con la releche en vinagre (pues encima para mayor escarnio ponía a Andalucía como ejemplo a seguir, una de las regiones con más parados de Europa) el otro día ligaba la futura recuperación con el relanzamiento del sector de la construcción.
Ibiza es un poco como Zapatero: improvisación, embestidas para salvar la botigueta, hacer una cosa y su contraria, dispararse en el pie, pan para hoy y hambre para mañana.
El problema es que para ZP y para Ibiza mañana ya es hoy. Uno anda cansado de afirmar que la crisis de Ibiza no tiene mucho que ver (sin descartarla) con la crisis global; en Ibiza arrastramos nuestra propia crisis estructural. Basta ojear la hemeroteca del Diario de Ibiza, por ejemplo, o estar un poco atento.
Y ahora, en septiembre del 2009 también lo dice la CRE. Imagino que antes ya han ido informando, lanzando avisos, pero no tan contundentes como la prensa, mejor dicho, algunos columnistas de la prensa y los señores que he señalado antes, que son muchos.
Siendo obvia nuestra pobreza, por debajo de la media nacional, pueden apostar a que seguiremos siendo la comunidad que más paga per cápita al erario común.
Eso se lo debemos a los políticos de Madrid, pero en general y sobre todo a la pereza, ignorancia e ineptitud de los políticos baleáricos, que parecen dedicarse más a engrasar la maquinaria de sus voraces partidos políticos, que de su misión fundamental. Si hay alguna excepción, con gusto y esperanza tomaré nota.

sábado, septiembre 19, 2009

Ya no es tiempo de alfóncigos


Por decir algo extraño que chocara, yo dije en un artículo anterior que en Formentera no hay pistachos. Si no quieres que te tiren de las orejas, nunca se debe hacer esto: porque el columnista sabe algo de muchos temas, pero de cada tema en concreto hay muchísima gente que sabe más que uno.
¿Es que hay pistachos en Formentera?
Mmmm… pues nadie ha chistado ni ha rechistado. Pero no me extrañaría.
Mi amigo Jackson, un inglés que se hizo terrestre en Formentera, me regaló antes de morir un texto de 18 páginas (¿dónde andará? Tantas mudanzas aligeran el archivo a la fuerza) en el que explicaba las características del terreno de Formentera y los abonos necesarios o aconsejables, así como las plantas que armonizaban y complementaban aquellas tierras tan desagradecidas y tan resecas.
Hoy cualquier licenciado funda una sociedad limitada y hace un estudio de agroturismo y se lo vende al Consejo de Formentera (Consell) por una pila de euros. Jackson y tantos otros elefantes hicieron todo esto gratis.
Cuando la creatividad sale del corazón acaba por emerger, como el niño que está tan tranquilo en el útero, pero llega un momento en el que es echado al mundo, arrojado a la vida diría un filósofo que nunca tuvo hijos (mi querida profesora Llanos ya sabe de quién hablo, a los demás ¿qué puede interesarles?). De la misma manera que si el hijo no naciera mataría a la madre y a veces incluso naciendo, las ideas alumbradas desde lo oscuro salvan al creador de la locura, del trastorno o de la inadaptación.
Pero hoy en día todo se cobra, porque cobrando el autor, siempre hay una media docena de garrapatas que cobran comisión (además de los partidos políticos). Como es lógico, apenas queda nada, o simplemente nada para el autor del trabajo. Lo sé bien, como escritor y como generador de cientos –di la verdad, di miles– de artículos.
Pues eso. Formentera podría ser probablemente un buen sitio para plantar pistachos, aunque el pistacho propiamente dicho no es el árbol, que se llama alfóncigo. Lo he mirado.
Mariano Llobet, uno de mis elefantes más queridos y uno de los personajes más transversales de nuestro pitiuso siglo XX (no es que ande atravesado, es que se movió en todos los ambientes de la Ibiza de los 60, 70 y 80 como mínimo) me amplía información.
Me dice: el alfóncigo plantado en el patio de la galería Ivan Spence (sin erre, leches) lo plantó su abuelo. Mariano Llobet ya tiene 81 años, así que estoy hablando de 200 años, que es de estirpe longeva. Me quito el sombrero, por respeto y por llenarlo de pistachos.
Y además don Mariano, insigne elefante fenicio, domina las nuevas tecnologías.
¿Quién plantó el alfóncigo o pistacho de Dalt Vila? Copio un fragmento de su email:
«Fue mi abuelo Mariano Llobet Tur, varias veces alcalde de la ciudad de Ibiza, a últimos del siglo XIX, y además creo que el único que llegó a sacarle rendimiento comercial. Los sembró en el jardín de su casa familiar en Dalt Vila, calle Mayor, 13, donde yo nací y donde estuvo la galería de Ivan Spence, y en su finca Can Truja de San Rafael. Aunque posteriormente hubo varios intentos de cultivarlo, no tengo noticias de que alguien lo consiguiera… Abrazos».

miércoles, septiembre 16, 2009

Ibiza, diversión total


Leo las declaraciones de Sarasola: «Muchos sitios del mundo darían un brazo por disponer de la repercusión y de la imagen de Ibiza en el mundo de la música». Eso es cierto, no sólo de la música, sino de la diversión en general.
Le puedo decir que nos lo hemos currado mucho, cada uno en su sitio: el empresario de discoteca, el escritor de libros, los reportajes en prensa, en radio y en televisión, los comentarios de opinión, etc. Han «hecho Ibiza». Ibiza es así porque la hemos hecho así, por suerte o por desgracia.
Y aunque yo comencé a emplear la palabra «magia» y «mágica» en 1979, estos términos ya están muy gastados.
La misma magia que puede tener Ibiza la tiene o la puede tener Calpe o la tiene Santiago de Compostela, cada cual con sus rarezas.
Entonces yo estaba refiriéndome casi siempre a la fiesta nocturna de San Juan y a otros aspectos de la isla (entonces estaba recopilando un diccionario de secretos y todo aquello que sonara a excéntrico, singular o peculiar lo subrayaba. Yo necesitaba secretos y los recuperé, los magnifiqué o los inventé).
Sin quitar ningún mérito a las bellezas naturales o patrimoniales (muchas heridas o desaparecidas) quiero oponer esta idea de trabajo frente a la cantinela de la magia y de lo mágico.
Ibiza está como está por méritos o deméritos de los hombres, no de sus dioses o de sus mitos.
Esto lo digo muy convencido y es algo muy positivo: quiere decir que si hemos cambiado, progresado o inventado una vez, podemos hacerlo dos o tres o las que haga falta. Nuestro destino está en nuestras manos, pero hay que seguir trabajando el tema en la dirección correcta.
Que venga en 2009 Sarasola a salvarnos la vida, muy bien, que se siente y que tome algo fresquito.
Ibiza tiene renombre en el mundo de la música porque entre todos (y hemos sido muchos) se lo hemos dado, pero en el propio éxito está nuestra penitencia. Ibiza es una isla de diversión de día y de noche. No es necesario que Sarasola nos anime a ser liberales: ahora mismo la alcaldesa Teófila Martínez persigue a los nudistas en Cádiz, y en Ibiza ya nos bañábamos desnudos en 1972. En 1977 conseguimos –y nos costó– zonas acotadas.
El programa de Antena3 nos demuestra algo que ya sabemos hace muchos lustros: Ibiza tiene una energía especial porque mucha gente original trabaja todo el día en un concurso implícito de originalidad y técnica.
Todo el mundo lo sabe: puedes ser o hacer lo que quieras, pero aporta algo, pinta mejor que el otro o compón música que se venda en todo el planeta. No es magia. Es el trabajo.
A pesar de nuestros defectos, basta ver ´Arena Mix´ para confirmar que Ibiza va décadas por delante a cualquier sitio del Mediterráneo. Eso no quiere decir, apreciado Sarasola, que no se deba controlar: hay demasiada droga, mierda, mala gente en la isla. Sin alterarse, sin pausa, hay que exigir a los políticos, a los residentes y a los visitantes que piensen un poco en el bienestar del vecino.

sábado, septiembre 12, 2009

Nos salimos


Aquí nadie depura. No depuran responsabilidades los políticos ni casi depuran las depuradoras propiamente dichas, al menos con la potencia necesaria.
Eso no es de ahora, en casi toda la isla aparecen manchas sospechosas, reventones y emisarios inoportunos. Puede ocurrir en San Antonio, en San José, en Formentera, en Santa Eulalia, en san Juan o en Ibiza capital.
Da igual que el Govern Balear informe sobre cuántos millones ha invertido: no queremos derroche de millones, sólo resultados. Al margen de que a día de hoy no debe quedar ningún ciudadano que se crea las cifras de inversiones reales que ofrece el gobierno.
El PP pedirá al Gobierno central (¿ahora al Gobierno de España? ¿ahora que no tiene ningún euro disponible ni lo tendrá nunca más, si no se cambia el sistema de financiación autonómica?) que intervenga para mejorar las depuradoras de las Pitiusas.
¿Para hacer qué? ¿Un festival de baile flamenco? Baleares lleva cincuenta años apoquinando, es la Comunidad que más paga por ciudadano y la que menos recibe. Y seguirá siendo así, aunque las diputadas nacionalistas escriban artículos infumables en el Diario mostrando su autosatisfacción.
Ya lo sabemos de antes. Cuando llegan julio y agosto las Pitiusas revientan por todas partes. Y me temo que se han agotado los dineros que pudiera brindarnos Europa, España y ahora incluso la Comunidad de Baleares.
Naturalmente se seguirá capeando el temporal, trampeando y quien pasa un día empuja a un año. Pero eso no hay quien lo deje asentado y con un funcionamiento racional.
Pero llega septiembre y llega octubre. Las aguas sucias se remansan, las tuberías bajan de tensión. Sólo nos queda cerrar la temporada con unos cuantos temporales de Levante (la gota fría de antes) que suelen llegar a partir de estas fechas.
Nos quedará la foto de Manu San Félix para siempre, de la que se dice que ya ha dado la vuelta al mundo y desde que hay Internet ahí queda flotando, como demostración de nuestra aptitud para el servicio y de nuestra voracidad ante el pobre turista.
Que nadie tema: llego a pensar que estas fotos en el fondo representan nuestra éxito y de la misma manera que la sustancia segregada por el emisario alimenta a los alegres salmonetes, la imagen alimenta el ego de nuestras fuerzas vivas. «Estamos que reventamos». «Estamos que nos salimos».
Un gran fracaso: Ibiza y Formentera sólo existen durante cuatro meses. También lo sabíamos. Cuatro o dos meses y sólo turismo lúdico nocturno. Un auténtico paraíso para los piratas, desde el Espalmador a Sant Miquel, desde el siglo XIV al XXI. Y los políticos buscando asesores.

Diario de Ibiza

miércoles, septiembre 09, 2009

Mejor que no lo contemos


Renace aquel agudo eslogan que en los años 90 (¿o fue en los 80?) popularizó el operador ´Club 18-30´. «No se lo cuentes a papá» o algo así.
La imagen de Ibiza ya ocupa un amplio espectro, desde los fangos subterráneos hasta el relumbre del glamour y del papel cuché.
La isla ofrece un mercado del gozo y para el goce, pero son muchos los que prefieren olvidarlo desde el primer momento que abandonan la isla. Será que es la isla de la libertad –dicen– y la han ejercido hasta tal punto que les sonroja.
Lo que vemos los ibicencos tampoco nos satisface. Queremos olvidarlo lo más pronto. Y cuando nos sacan en Antena3 o Tele5 nos entra el apuro. Si hasta se habló de poner querellas a la tele… eso los políticos, pero gran parte del desaguisado lo han causado ellos mismos.
Por ejemplo: ¿por qué hay tantos taxis pirata, cientos de ellos? Porque hay más demanda que oferta. No han sabido solucionarlo, y la gente tiene la imperiosa necesidad de trasladarse. Bastaba con conceder un tipo de licencia temporal, habría que pensar cuál y cómo, pero desde luego todas las necesarias, naturalmente más de las que hay ahora, y el problema hubiera quedado resuelto hace tiempo y además se habría ingresado una fuerte cantidad de dinero, más que con las multas. Un gobierno que pone muchas multas reconoce implícitamente que ha fracasado, porque cumplir la ley debiera ser lo más fácil y lo más rentable para todos.
Pero claro, hay gente que vive del cuento, del recuento y del periodismo. Viene Antena 3 –como cada año– y lo cuenta.
Yo no resisto estos programas en los que se entrevista a las dos de la madrugada a chicas y chicos con los ojos hinchados y enrojecidos, gritando que Ibiza es mágica y que la isla es amor, con la piel brillante por el sudor y las cremas.
En pocos minutos vi recorrer todas las tonterías al uso, aquellas que quizás tuvieron un sentido de asentamiento y de lanzamiento. Pero repetirlas ahora es tan falso como estos mercadillos que apenas venden nada de Ibiza: textiles y saris indios o vietnamitas o chinos, sándalo, quincalla, amuletos, y mil chucherías que no tienen nada que ver con Ibiza.
¿Qué carajos va a saber el periodista? No se entera de nada o le da lo mismo. Las y los modelos desnudos suelen venir de Brasil; las ropas, de China y la artesanía, de Vietnam y de otros sitios. Todo junto y bien revuelto y se vende como Ibiza.
En el programa salen de todas partes, menos de Ibiza. Brincan la danza de la lluvia, o un soriano recita un romance o una anciana pintarrajeada escapada del asilo lanza su voz en busca de amor… ¡Qué cansino, qué viejo, qué pasado de moda! Pues nada. Sigue colando.
Muchos de estos turistas ni siquiera recordarán nada. ¿Volverán?

sábado, septiembre 05, 2009

Estoy por casa


Al mallorquín que sale fino échale un galgo. Siempre me acuerdo de un amigo que vivía sobriamente de rentas y nada le molestaba más que le hablaran de dinero o que indagaran sobre su horario.
Los amigos sabían eso y casi siempre en forma de saludo inventaban las mil formas de preguntarle: «Bien, y ¿ahora en qué trabajas?». La respuesta del mallorquín siempre era la misma: «Poca cosa, estic per canostra…»
Suelo leer el Diario de Ibiza durante todo el verano a 25 grados de temperatura. He tenido que esperar casi cinco décadas para conseguirlo y eso es algo que se aproxima a la felicidad. Más tarde sube el calor, me cambio de sitio, tomo una novela de humor, miro archivo o leo otras cosas en Internet, en Facebook, colocando siempre un ventilador detrás para que aleje los aires recalentados y tóxicos que el ordenador va expulsando.
Estoy por casa.
No aspiro a grandes cosas, es decir, ya no quiero cambiar el mundo: sólo intento que el mundo no me cambie a mí, lo cual me trae bastantes problemas porque si quien te quiere cambiar es una organización nacionalista o una secta yo procuro con todas mis fuerzas resistirme. Y eso les cabrea.
En realidad todavía soy tierno. Debiera doblegarme como un junco y no romperme, dar la razón a estos disparatados catalanistas, ciegos por el dinero y el poder, y dejarme de más películas. Darles la razón. Pero ¿para qué quieren la razón estos personajes si no saben lo qué es y por lo tanto no la usan ni conocen el manual de instrucciones?
No se conforman con ganar casi dos millones de pesetas al mes, ocupar la prensa, la enseñanza, las editoriales: quieren hundir a quien piensa modestamente diferente. Bueno, lo de modestamente es imposible, por lo tanto, lo retiro.
Acabo de leer una noticia que parece dictada por un periódico subvencionado catalán (en realidad lo son todos los de Cataluña, los que no, ya han quebrado). Dice: «Un hipnotizador surcoreano fue condenado este miércoles a pagar 3 millones de wones (1.700 euros) por besar a una mujer, con la que mantenía una cita a ciegas, tras creer que estaba en trance.»
¿No es asombroso? Y no vive en la Cataluña del CAC –la que censura los contenidos de los medios de comunicación, cosa que yo sólo viví en tiempos de Franco– sino en Corea.
A mí me pasó casi lo mismo, hace ya muchos lustros, pero fue a la inversa: una inglesa se sintió impelida a besarme por algún motivo que no me explico y lo hizo de tal modo, al ritmo preciso, con la calma necesaria, que me dejó desvencijado. El pobre Mariano no regía: quedó hipnotizado. No la denuncié, claro. Me pasé todo el verano buscando a Susan desesperadamente, pero nunca apareció.

miércoles, septiembre 02, 2009

Adiós a los nombres sacramentales


Entonces tenía razón aquel vicario o secretario del obispado que hace unos años levantaba la voz de alarma ante un hecho preocupante: ya nadie o casi nadie usa los nombres más propios de Ibiza, que deben ser más o menos María, Catalina, Margarita, Antonia, Juana, Josefa, María del Carmen, Eulalia, Juan, Antonio, José, Rafael, Vicente, Mariano, Miguel, y una lista no mucho más larga. Úsense en ibicenco o en inglés, allá cada cual donde mete su lengua.
Pues mira, me acabo de fijar que este sacerdote puntilloso y puntualizador llevaba toda la razón.
Es más, parece que hemos ido deslizando nuestra onomástica hacia el reino del paganismo y de las fuerzas naturales y aún diría más, hacia las mitologías extrañas. Yo no veo que nadie se ponga Baal, Resef, Melqart, Astarté, o Tanit (aunque algunas Tanits ya empiezan a emerger) pero sí que veo muchos nombres foráneos, eslavos, rusos, magiares, quechuas, magrebíes… pero es que incluso veo a ibicencos que no quieren llamarse Juan, pero en cambio aceptan llamarse Ivan o John o Jon, que es lo mismo: Juan. ¿Bobería, ignorancia, esnobismo, papanatismo de seguimiento de las modas? No lo sé.
Pero si sé que puede aplicarse este fenómeno de traducción a muchos nombres. Ya no digamos al catalán, en un fenómeno que tiene más de dislocación que de recuperación.
El tumultuoso desembarco de la esnob y aburrida pseudo-jet marbellí nos ha revitalizado otro fenómeno que yo vi florecer en la Ibiza de los años 90: el acortarse el nombre o el someterse a lo que en el idioma griego se llama iotismo, el uso exagerado de la letra iota (i). En España, o cómo carajos se llame este sitio donde vivimos, se usa mucho Titi, Pity, Pitiminí, Tito, Toti, Liti, Litri, Pirri, Pipi, Popo, Papi, Pipo… y cuantas combinaciones sean imaginables.
No crean que no me he fijado en otro fenómeno escatológico. Hemos ido deslizándonos de forma sorprendente del uso de los nombres sacramentales, que son nombres plenos, que llenan la boca y el calendario, nombres de santos varones –algunos especialmente pecadores, algunos incluso dotados de una gran capacidad para el vicio nefando, pero… conversos, gracias a Dios– al uso de nombres empequeñecidos, jibarizados, devaluados y que se acercan peligrosamente a las funciones fisiológicas del cuerpo del hombre. Del hombre humano.
Corre y casi vuela ya en Madrid un gran jugador brasileño que incluso a menudo se siente elevado por el fervor religioso de la doctrina evangelista de Cristo. Bien, ustedes pongan el acento donde quieran, pero nadie me puede negar que se llama Kaka.
¿Creen que esto es todo, folks? Oh no, Mariano está pasmado por el violento periodista que acude a las sesiones pringosas de la telebasura hispana. Responde por el nombre de Pipi. Acentúen a placer.
Ya digo, quizás no sea para siempre, pero de momento el hecho es que hemos pasado de los nombres sacramentales a los nombres excrementales. O del sacramento al excremento. Mmmmm… ¿eso es grave? No lo sé, pero no me huele nada bien.

Diario de Ibiza