sábado, febrero 27, 2010

Hubo señales, pero nadie escuchaba

Hubo señales de alarma? ¿Cómo es posible que hayamos llegado a depender de unos cientos de aviones charter cargados de niñatos bailones?
A la primera pregunta la respuesta es sí.
Pero aquí parece que nadie atiende. Nadie quiere escuchar. Y algunos que debieran prestar atención no interpretan los mensajes a conveniencia de la sociedad.
Si no, no se comprende cómo se tiene a Ibiza en tan baja estima. Estas islitas han dado mucho dinero. Cantidades astronómicas que han servido para potenciar otras inversiones exteriores, lo cual no estaría mal –cada cual es dueño de su dinero– si se hubiera reinvertido el suficiente capital para mantener y mejorar nuestras instalaciones.
Esto no ha sucedido así. De poco sirven la media docena de buenos hoteles que se han abierto en los últimos años si no se arrinconan o retiran del mercado decenas y quizás centenares de establecimientos obsoletos.
Imagino que llevamos marcado en los genes que Ibiza sólo es válida en verano. Es una gran equivocación, pero después de cincuenta años de comerciar con el turismo no le veo solución, ni el año que viene ni dentro de cinco años.
¿Cuál es el problema? Muchos, pero el más importante es cómo llegar y cómo salir. Una familia que quiera venir a Ibiza en enero o en marzo comienza a investigar las opciones (¿) y queda tan perplejo que al final prefiere otro destino menos problemático.
Y no quiero obviar el precio de los pocos servicios existentes. Los ciudadanos delegamos nuestro voto para que el gobierno trabaje y cumpla con su función. Nos encanta verles en el fútbol, en las inauguraciones (hay un concejal de Vila que le ha cogido el tranquillo y no se pierde ni un canapé, diantres, qué pesadilla en las fotos del diario).
Los precios de los transportes marítimos para las mercancías y las personas son inasumibles. No estamos pidiendo que el Govern nos financie (sólo sirve para que las navieras ganen más) sino que investigue –comparando desde Chile hasta Shanghai si es necesario– estos altísimos precios. Sin prisas, sin pausas, al trabajo, actuación, menos palabras, más hechos. ¿Dónde está el problema para investigar con rigor cualquier abuso?
El problema del transporte en general es tan estructural que incluso en verano nos afecta.
No nos podemos dejar deslumbrar por la frecuencia o secuencia de charters y de ferries, porque sólo llenan una demanda rígida y cerrada.
Los charter tienen sus propias normas internas y apenas afectan al cliente que quiere ir por libre, y los ferries aumentan sus servicios a mitad de junio. Todo el mundo contribuye a que Ibiza sólo funcione tres meses al año como mucho.
Pero es no es funcionar, eso es ordeñar la vaca.

miércoles, febrero 24, 2010

No soy feliz, pero estoy gordo

Hay preguntas que son tan estúpidas como las encuestas y viceversa. Me ha llamado la atención la última del Govern balear.
Resulta que los ibicencos no sólo somos campeones en discotecas y drogas, además resultamos vencedores por amplia diferencia sobre Menorca y Mallorca en gordura, fumancia, bebercio y niños inflados como erizos.
¿Qué habremos hecho para merecer esto? Más que nunca aquí podemos decir que es la sociedad lo que nos ha hecho así.
¿Soy feliz yo? Me pregunto al ver esta encuesta donde por fin alguien nos reconoce nuestros méritos. Esta es una pregunta estúpida que decidí dejar zanjada a los 15 años. La respuesta es no, no soy feliz ni nunca lo seré, pero tengo claro que la felicidad es no tener dolor de muelas ni crisis de artritis agudas. Por lo tanto, queda demostrado que soy un tipo irremediable, lo cual me deja mucho tiempo libre para dedicarme a buscar la infelicidad y otras cosas muchísimo más creativas, más interesantes y más dinámicas.
No diré que alguien feliz sea un memo de remate, pero debo decir que yo siempre he rehuido a los que van de felices. Huye como alma que lleva el diablo de toda mujer que te diga que quiere ser muy feliz contigo. No te fíes un pelo. Chicas, a la inversa, puedes estar tratando con alguien que ha escapado del frenopático.
Lo del fumar es lo peor, no entiendo como puede quedar alguien que sigue fumando. O sí, lo entiendo. No es cierto que beber y fumar vayan de la mano. Tampoco creo que en Ibiza se beba más que antes ni puedo explicarme cómo los mallorquines beben menos que nosotros. Quizás es que mienten mejor al encuestador.
En serio, me preocupa más la obesidad infantil. Eso sí que debería controlarse.
Hay gente especialista en puros, conocen los aromas de todo el Planeta, pero me interesan más los bebedores. Dicen que los bebedores son inseguros. Lauren Bacall opinaba lo contrario: «No me fío de un hombre que no beba; es alguien maniático que quiere tener el control de todo».
En realidad, el alcohol no asegura nada, pero rebaja la ansiedad, y ha dado escenas memorables, algunas muy conocidas, en el propio Parlamento. Inolvidable la que mantuvo Winston (con nombre de tabaco, pero era un gran fumador de puros, como yo mismo hasta que los he dejado) Churchill con Lady Astor, una señora muy poco agraciada físicamente, que se vio en serios aprietos durante un debate. Lady Astor le acusó de estar bebido (y, en efecto, trasegaba güisqui en abundancia). Churchill le contestó: es posible, pero lo mío se me pasará en unas horas, pero lo suyo es para toda la vida. Obviamente, la dama enfurecida replicó que de ser su esposa le pondría veneno en el café. Sin inmutarse, el gordo y probablemente infeliz Winston le contestó: «Señora, si yo fuera su marido me lo tomaría».

sábado, febrero 20, 2010

No todo es negativo

Empeñarse en negar las crisis sólo conduce a una frustración mucho mayor y a unos efectos colaterales agravados. Pero a partir de ahí no soy partidario de autoflagelarse ni dedicarse a prácticas masoquistas.
Tengo la sensación de que la ciudadanía es mucho más madura que una gran parte de los gobernantes. Por ejemplo, cuando años atrás la prensa local publicaba cifras de ocupación posiblemente hinchadas, algunos ibicencos me paraban y me pedían explicaciones: ¿de dónde se han sacado estas cifras?
La gente no traga fácilmente el anzuelo, y si traga es consciente de la volatilidad de muchas frases que nacen más del voluntarismo y de la pura propaganda que de un análisis serio. Por eso este cronista fenicio no puede resistir la tentación de ironizar cuando algún organismo sale al escenario dando grandes frases rimbombantes, triunfalistas y ajenas a la realidad.
Ahora leo (el pasado día 15) que el CRE «descarta que la economía pitiusa se recupere este año». Bien dicho. Ya que no podemos ganar dinero, ganemos en realismo.
Y el realismo nos enfrenta a un muro insalvable: seguimos en recesión, los grandes países europeos emisores del turismo que viene a Ibiza (Gran Bretaña, Alemania, Italia, España, etc.) no consiguen mantener un leve aumento de crecimiento y en cualquier caso una economía en recesión no es generosa a la hora de crear turistas. Es más, se pierden.
El CRE ya lo acepta abiertamente y da igual cómo se formule: sin empleo la economía pitiusa no mejorará, pero si no mejora la economía, ¿cómo se va a crear empleo?
Aceptada esta evidencia no podemos esperar más que tocar fondo en este pozo sin precedentes en nuestra economía pitiusa, Nunca antes nos había ocurrido nada ni siquiera aproximado, y sabemos que todavía no tocamos fondo, seguimos destruyendo puestos de trabajo.
Este matiz es importante, no es que se pierda sólo el empleo, es que se destruye el puesto de trabajo. Es decir, van cayendo las empresas y los autónomos como moscas. Por esto mismo dice el CRE que para reflotar el tejido económico de las islas harán falta nuevas ideas y nuevos productos.
Ibiza tendrá que rediseñarse y elegir de forma implícita si no quiere quedar como un recinto residual convertido en la gran discoteca de Europa y como laboratorio para que los jovenzuelos experimenten con nuevas drogas de diseño.
En positivo, el futuro siempre llega. Hay miles de nuevas oportunidades. La marca Ibiza tiene un gran nombre. Los británicos siguen repitiendo. Los alemanes, aunque menos, volverán.
En positivo, esta crisis puede ser muy fértil y puede suponer una gran oportunidad para cambiar ciertas cosas negativas que dañan mucho a la isla. Al trabajo, the sky is the limit.

Diario de Ibiza

miércoles, febrero 17, 2010

Una década ¿perdida?

Hace diez años llegaron a la isla 446.590 visitantes germanos, mientras que en 2009 lo hicieron sólo 231.237 publicó el Diario y yo lo reproduje en el artículo donde cifrábamos nuestras esperanzas puestas en Alemania.
Dos cosas: primera, si confiamos nuestra temporada turística (y los hoteleros insisten en seguir promocionándose en Alemania, que por pedir no quede) en Alemania, vamos listos. Estamos apañados. Alemania, Inglaterra, Francia e Italia habían mejorado un poquito, o iban menos mal, pero en los últimos datos han reculado. Todos ellos.
Y la segunda cosa se me ocurre leyendo varios artículos en las páginas salmón que comentan la ya famosa frase de Paul Krugman, un Nobel que empezó alabando a Zapatero y ahora lo vapulea sistemáticamente. Para este economista, la década que estamos concluyendo es una doble cero, en el sentido de que es cierto, 2010 lleva dos ceros, pero los resultados económicos obtenidos por Estados Unidos han sido una ruina, un caos.
Este tipo de ocurrencias son muy útiles para extrapolarlas y es lo que han hecho muchos. El peligro es caer en banalidades o apreciaciones injustas, y en esto ninguno de los que escribimos estamos a salvo.
Por ejemplo, se ha dado por sentado que para España ha sido una década igualmente ruinosa, causada en gran parte por la política de Zapatero que comenzó siguiendo la curva ascendente del ladrillo y no ejecutó medidas que salvaguardaran nuestro crecimiento.
El ex ministro Sevilla ha respondido que eso no es cierto y estoy de acuerdo. La década ha sido positiva y en cualquier caso la culpa vendría de los tiempos de Aznar. Pues no, el calentamiento de la economía basada en el ladrillo –con la inapreciable ayuda de una Ley de Costas que fue recurrida enseguida– se origina por lo menos en 1985, con Felipe González.
Si reducimos nuestro enfoque a Ibiza y Formentera, descubriremos que no somos tan distintos al resto de España. Hemos pasado por la misma curva ascendente y por los mismos baches, aunque dado el carácter peculiar de nuestra industria, el turismo, solemos recibir los golpes y los premios diferidos unos meses más tarde, a veces hasta un año.
No voy a analizar los últimos 10 años, pero es un reto y todo quedó predicho (mejor, deducido) en varios artículos anteriores.
Por ejemplo, ya me temía que pasarían los tiempos boyantes, se fundirían los fondos de cohesión europeos y en Ibiza nos quedaríamos sin las grandes infraestructuras: estaciones, hospitales, puerto, vías, colegios, etc. Ahora podemos ir reclamando al cabo furriel y las autovías todavía se deben.
En 10 años ¿hemos perdido turismo, hemos mejorado la planta hotelera, hemos solucionado los accesos y los transportes, hemos solucionado los precios abusivos de los fletes, hemos convertido Ibiza y Formentera en islas más sostenibles y habitables?
En suma, la pregunta es ¿hemos perdido una década?

sábado, febrero 13, 2010

Eficaces cuando les interesa

Aunque me lo esperaba, no deja de asombrarme. Me refiero a la eficacia de los políticos cuando les va en ello su dinero o su poltrona, que viene a ser lo mismo.
Pueden tardar años en inaugurar una estación de autobuses, al parecer con problemas de envergadura, pero eso ya lo verán los técnicos porque no me extrañaría que la empresa catalana Sagalés tuviera que dar explicaciones y muy en serio.
Pueden tardar 15 años en abrir el Museo Arqueológico de Ibiza del Puig des Molins. O muchos más, si ya puestos da lo mismo y a lo mejor no se abre nunca más. Nadie se va a quejar.
¿Pero ustedes se han fijado que tras la fulminante despedida de varios corruptos –¿presuntamente?– consejeros del Govern balear al cabo de dos días ya han nombrado a los directores generales del área?
Qué eficacia, qué celeridad, qué... cuando les interesa.
Después se extrañan estos mismos políticos de la profunda aversión que levantan entre la ciudadanía.
El fenicio anota en su Cuaderno Púrpura: «Anótalo de pasada, pero no caigas en la demagogia. Pero anótalo».
El fenicio lo lee: Baleares incumple la ley de páginas web, o sea que un 75% de dichas páginas institucionales incumple la Ley de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los Servicios Públicos.
Según esta norma, los contenidos y los servicios de las comunidades autónomas con dos lenguas oficiales han de estar en ambos idiomas.
¿Y no cumplen esto tampoco? ¿Qué les costaría? No lo cumplen: las del Gobierno de Baleares, las del Consell o Consejo de Menorca y las de 51 ayuntamientos violan esta ley al tener gran parte de sus contenidos sólo en barcelonés o catalán. Incluso hay 10 ayuntamientos que no ofrecen ni la opción del castellano.
Pero, oh dioses de los cielos púnicos, hay al menos dos en las cuales aparece por defecto el castellano: Calviá (Delgado ¿recuerdan?) y Santa Eulalia, la nuestra.
Lo de siempre: después se quejan, se hacen las víctimas y lloriquean como un hotelero ibicenco cuando lee las estadísticas de ocupación turística.
Ana Pastor sabe mucho de Sanidad. No entiendo como no la invitáis los del PP (¿queda alguien ahí?) a dar una conferencia en Ibiza.
El fenicio la admira y anota su pensamiento: «Con el dinero desperdiciado en el Plan E de Zapatero se podría haber eliminado el déficit sanitario».
Pozí. Pero estamos en la gran ceremonia de la confusión.
El fenicio se rasca la calva, cavila, y se prepara para una excursión a la Ibiza profunda, pero no la encuentra porque ya está rellena de cemento.

miércoles, febrero 10, 2010

La esperanza puesta en Alemania


Sobre Alemania y los alemanes, los mallorquines son los más entendidos. Y Antonio Horrach, de la Federación Hotelera de Mallorca, ha dicho claramente que es pronto para ver brotes verdes en el mercado turístico alemán.
Alemania resucitará, lo hará con potencia, será la primera de Europa en hacerlo y eso lo sabemos, pero no sabemos cuándo. De momento, estas decimitas apenas significan nada para activar el mercado y la contratación turística. No son significativas. No soñemos.
Dentro de unas semanas se celebrará la Feria ITB de Berlín y entonces será el momento de mirar con lupa el comportamiento germano con respecto a las Baleares.
De momento a nadie se le ha pasado por alto la sustancial pérdida de turistas germanos en la isla de Ibiza a lo largo de los últimos diez años. Más de la mitad menos, lo cual significa una sangría insoportable.
Las Pitiusas perdieron 215.353 turistas alemanes desde el año 2000 sólo por vía aérea, lo que supone un descenso del 48%, según las estadísticas de la Federación Empresarial Hotelera, que cita fuentes de Inestur y CAEB. Hace diez años llegaron a la isla 446.590 visitantes germanos, mientras que en 2009 lo hicieron sólo 231.237. A partir de 2003 la caída de turistas alemanes fue constante (Diario de Ibiza, 30 de enero, 2010).
No estamos ante una disminución coyuntural por efectos del estallido de la burbuja financiera, es decir no hablamos de causas exógenas. Algo de culpa tendremos en el interior de la isla y yo pienso sinceramente que tenemos mucha y hay que buscar la explicación en esta cadena de destrucción del paisaje y de la integridad natural de nuestras islitas.
Desde 1970 los ibicencos hemos tenido mucho tiempo para reflexionar sobre esto. Yo no he escrito de otra cosa apenas. Da igual. Es escribir por escribir, predicar en el vacío, todavía hay mucha gente que trata Ibiza como podría tratar un secarral de la Península con miles de hectáreas libres para urbanizar. Pues no, hemos chocado contra nosotros mismos, hemos dado la vuelta y ya no cabemos.
El hecho de que Juanjo Riera (Federación Empresarial Hotelera) responda pidiendo más promoción nos hace sospechar que no piensa lo mismo. Precisamente la debilidad de Ibiza entre los alemanes es que ya nos conocen demasiado bien. Y no les gusta lo que ven, lo que hemos hecho y lo que seguiremos haciendo.
Por eso dejan de venir, venden su casa y se largan (y muchos británicos también) a otro sitio. Los turistas prefieren otros destinos y los que sigan viniendo acabarán pidiendo el todo incluido.
¿Destinar más dinero a la promoción en Alemania? No tengo los datos, pero apostaría que cada año hemos ido dedicando más dinero en promoción y cada año han venido menos turistas alemanes.
¿Seguimos siendo una isla acogedora y natural como en los años 70 o somos una isla masificada por el cemento y bastante inhóspita?

sábado, febrero 06, 2010

Ojeando atentamente


Ojeando atentamente el horizonte y escudriñando los datos que van saliendo publicados sobre la economía internacional. Analizando el menor detalle y comparando: las empresas pitiusas tuvieron en 2009 los peores resultados de la historia y en el 2008 ya fue muy bajo. Y también en 2007.
Se levantó un poco de esperanza al conocer un moderado arranque de la economía norteamericana, pero ahora sabemos que fue un espejismo que obedece a maquillajes contables para cuadrar los balances. Lo mismo hace la banca española para aumentar sus valores y para disminuir la morosidad.
Como cada año veo que se discute sobre la diferencia de contrataciones entre Mallorca e Ibiza. Ocurre cada comienzo de temporada: Mallorca obtiene un nivel superior de reservas porque los propios operadores lo manipulan para optimizar los vuelos, gastos, etc.
Nada nuevo bajo el sol, pero ahora cualquier nimiedad nos afecta mucho, aparte de que es muy cierto que las Pitiusas están maltratadas por la voracidad mallorquina.
Yo no le daría mucha importancia, porque el grueso de las contrataciones se inicia a mediados de junio, desgraciadamente para nosotros. Y el invierno ya no existe: los mismos turoperadores que inundan las islas en julio y agosto se llevan sus turistas al mercado caribeño, aunque los listillos de siempre estén pidiendo su campito de golf en Ibiza para hacer caja.

¿A quién interesa un campo de golf en invierno si los de Mallorca, Alicante y Málaga están casi vacíos? Hombre, interesa a los constructores y a los especuladores (hay alguien que quiere tener las discotecas abiertas las 24 horas) que se forran con las obras y después se van cantando muy felices.
Los empresarios, los que queden vivos en el turismo, ya son conscientes de que asisten a otro gran cambio. Internet, la estacionalidad y los vuelos low cost son buenos aliados de las discotecas, pero no acaban de fructificar para el resto de la oferta complementaria.
La política de Tarrés ha seguido cultivando el mismo modelo y la isla tendrá que reinventarse porque con tres meses de música disco no pueden vivir los 125.000 habitantes de la isla y el territorio urbanizable se está agotando.
Lo sabíamos: Alemania y Gran Bretaña, nuestros países emisores extranjeros, no consiguen despegar. Al menos estas decimitas de crecimiento parecen unos brotes verdes, pero miro la prensa inglesa y en ningún sitio encuentro ni una sola línea de triunfalismo. Es como si los analistas supieran que han salido de la recesión por unas décimas, pero que en cualquier momento pueden volver a ella.
Dependemos también del cambio de la libra (muy desfavorable para la libra, lo cual penaliza a los visitantes ingleses), pero la economía británica no florece. La alemana tampoco. La española... mejor no hablar. Uno lee la prensa sabiendo esto y dando por sentado que cuando llegue junio unos cientos de miles de europeos acudirán a su cita con la luna de Ibiza y con las discotecas.
¿Los dos millones de turistas de antes? Ni soñarlo. Pero es muy pronto y en la feria de Berlín se aclararán muchas dudas.

miércoles, febrero 03, 2010

Sin miedo, pero con cautela

Al menos Fitur ha salido al escenario para romper el aburrimiento. Los que lo analizamos desde la barrera tenemos la obligación de ser benévolos, porque los artistas de la promoción en pleno enero lo tienen muy difícil.
Conozco Madrid, conozco la efervescencia de Madrid, con unas ganas irracionales de apuntarse a un bombardeo, de hacer historia, de inventarse movidas, de forjar falsos héroes y de pagarles por nada.
Sólo Madrid podía inventarse algo como Arco, la feria de arte contemporáneo que siempre quiso ser la FIAC de París y mantenerlo en pie durante 20 años. O jalear las banalidades de Almodóvar y auparlo hasta el Oscar.
Madrid es Madrid, enternecedor, histórico, infantil, carísimo, generoso, cosmopolita, civilizado, enrevesado e irracional. Pero siempre deja una rendija para que emerjan las maravillas del último vendedor de ilusiones.
Me parece bien si se sabe frenar a tiempo. Madrid no sabe y por eso ahora es una de las ciudades más caras y menos rentables: todo aquello de calidad que ofrezca Madrid o es importado para la ocasión o pertenece al maravilloso Madrid histórico.
Madrid es una ciudad que merece una excursión de 3 días cada par de años y después salir a otros sitios donde haya otras vidas. En esto se parece a Ibiza: a tope mientras se pueda, salir por pies y por favor que nadie se lo cuente a los papás.
Los madrileños siempre son amables, cálidos de corazón y muestran esta poética pulsión de la eterna soltera pueblerina que busca un novio desesperadamente para salir del pueblo y comenzar una nueva vida.
Hoy reina la cautela. El pasmo es general. La gripe A no ha conseguido paralizar la ciudad, ni siquiera la nieve, ni las bochornosas y derrochadoras alcaldadas de Gallardón.
Es como si el Madrid escéptico que se las mantuvo con Napoleón supiera que hoy España no puede aspirar a brotes verdes, sabe que seguirá la sangría laboral, el cierre de empresas y de tiendecitas del todo Madrid, sabe que no disminuye el número de consumidores de drogas duras, aumentan los delincuentes violentos, la prostitución, y aumenta el deterioro de la calidad de vida. Y nadie sabe como detener la maquinaria diabólica: el único que se mueve es este odiado Gallardón, pero se mueve para subir los impuestos.
Saben en suma que España es la única economía entre los países desarrollados que seguirá en recesión. Por eso están tan contentos de realizar grandes viajes, pero sólo en su imaginación: les basta con atiborrarse de canapés en Fitur, llevarse cinco kilos de papel cuché y en soñar con una Ibiza veraniega llena de famosos, millonarios vestidos de blanco, cenando en restaurantes atiborrados de clientes europeos aseados, hermosos. Después, gran discoteca, encontré el amor de mi vida para dos horas y champán francés.
En Ibiza les dejamos que sueñen. Ya despertarán. De momento, en la isla aumenta el paro y el Todo Incluído. Y gracias Señor por este año de nieves, aunque no cuajaron.