sábado, febrero 06, 2010

Ojeando atentamente


Ojeando atentamente el horizonte y escudriñando los datos que van saliendo publicados sobre la economía internacional. Analizando el menor detalle y comparando: las empresas pitiusas tuvieron en 2009 los peores resultados de la historia y en el 2008 ya fue muy bajo. Y también en 2007.
Se levantó un poco de esperanza al conocer un moderado arranque de la economía norteamericana, pero ahora sabemos que fue un espejismo que obedece a maquillajes contables para cuadrar los balances. Lo mismo hace la banca española para aumentar sus valores y para disminuir la morosidad.
Como cada año veo que se discute sobre la diferencia de contrataciones entre Mallorca e Ibiza. Ocurre cada comienzo de temporada: Mallorca obtiene un nivel superior de reservas porque los propios operadores lo manipulan para optimizar los vuelos, gastos, etc.
Nada nuevo bajo el sol, pero ahora cualquier nimiedad nos afecta mucho, aparte de que es muy cierto que las Pitiusas están maltratadas por la voracidad mallorquina.
Yo no le daría mucha importancia, porque el grueso de las contrataciones se inicia a mediados de junio, desgraciadamente para nosotros. Y el invierno ya no existe: los mismos turoperadores que inundan las islas en julio y agosto se llevan sus turistas al mercado caribeño, aunque los listillos de siempre estén pidiendo su campito de golf en Ibiza para hacer caja.

¿A quién interesa un campo de golf en invierno si los de Mallorca, Alicante y Málaga están casi vacíos? Hombre, interesa a los constructores y a los especuladores (hay alguien que quiere tener las discotecas abiertas las 24 horas) que se forran con las obras y después se van cantando muy felices.
Los empresarios, los que queden vivos en el turismo, ya son conscientes de que asisten a otro gran cambio. Internet, la estacionalidad y los vuelos low cost son buenos aliados de las discotecas, pero no acaban de fructificar para el resto de la oferta complementaria.
La política de Tarrés ha seguido cultivando el mismo modelo y la isla tendrá que reinventarse porque con tres meses de música disco no pueden vivir los 125.000 habitantes de la isla y el territorio urbanizable se está agotando.
Lo sabíamos: Alemania y Gran Bretaña, nuestros países emisores extranjeros, no consiguen despegar. Al menos estas decimitas de crecimiento parecen unos brotes verdes, pero miro la prensa inglesa y en ningún sitio encuentro ni una sola línea de triunfalismo. Es como si los analistas supieran que han salido de la recesión por unas décimas, pero que en cualquier momento pueden volver a ella.
Dependemos también del cambio de la libra (muy desfavorable para la libra, lo cual penaliza a los visitantes ingleses), pero la economía británica no florece. La alemana tampoco. La española... mejor no hablar. Uno lee la prensa sabiendo esto y dando por sentado que cuando llegue junio unos cientos de miles de europeos acudirán a su cita con la luna de Ibiza y con las discotecas.
¿Los dos millones de turistas de antes? Ni soñarlo. Pero es muy pronto y en la feria de Berlín se aclararán muchas dudas.