miércoles, abril 30, 2014

Hasta el 40 de mayo

Nos anuncian una primavera breve para entrar casi sin interrupciones en un verano seco y muy caluroso. Pero no me creo nada. El año pasado un grupo de meteorólogos franceses predijo que apenas habría verano. Y vaya si lo hubo. Nos sobró estío.
En las islas Pitiusas las lluvias han sido escasas, obviamente nunca suficientes para regular un poco la recarga imprescindible de nuestros acuíferos, tan extenuados, tan sedientos y en algunos casos colmados con agua filtrada desde el mar.
El calor no nos asusta, aunque algunas olas saharianas te dejan agotado porque no se puede dormir por la noche. La sequía sí.
Los hoteleros de Baleares no se preocupan ahora por estas predicciones climáticas, pudiendo preocuparse por las previsiones de ocupación, muy baja en mayo.
La Semana Santa fue todo un éxito para Mallorca, que goza de uno de los aeropuertos mejor dotados y con mayor tráfico del mundo. En algunos casos se llegó a un 85% de ocupación hotelera. Ya la hubieran querido en Ibiza. La isla ratonera, sin aviones y carísimos.
El caso es que los profesionales del turismo –siempre tan bien acostumbrados– se quejan de las bajas reservas para el mes de mayo.
¿Esperaban quizás que la semana santa se prolongaría y que se difuminaría con los primeros turistas del verano? Qué fácil es acostumbrarse al éxito.
Piensen que en Ibiza ni siquiera degustaron el banquete de la semana santa. Estuvo bien, pero las islas menores necesitan otras conexiones que permitan el acceso a unos precios discretos que al menos puedan competir con Alicante, Roses o Almería.
Como en estas previsiones climáticas, recurrimos a la experiencia que nos aconseja no quitarse el sayo hasta el cuarenta de mayo. Los hoteleros no quitan las cubiertas de protección de sus cristaleras hasta esta misma fecha. Y los mallorquines avisan de que las previsiones son incluso inferiores que en 2013.
No puedo rebatírselo, pero para consolarles les recuerdo el creciente fenómeno del bajo coste. Este tipo de vuelos ha fomentado la toma de decisiones en el último minuto y lo notaremos cada vez en todo el Archipiélago, porque muchos turistas de poco poder adquisitivo se apuntan a ofertas que se anuncian por Internet unas horas antes.
Un turismo cada vez más joven, que viene en las mismas fechas, con poco dinero es el que atiborra nuestras islas en dos meses insoportables y que serán mucho más calurosos que el año pasado.
Y cada vez más franceses y más holandeses. A ver si lo comentamos otro día. De momento no escondan el abrigo ni la cerveza.

sábado, abril 26, 2014

Fútbol y turismo


Aquí cualquiera sabe de fútbol. Conozco a gente que apenas lee el Diario de Ibiza y en cambio saben el Marca de memoria, con todos los nombres, la carrera de los jugadores, la edad y el número de golpes y de goles y en qué partidos los consiguieron. Qué operaciones llevan, el nombre de los huesos y de los músculos isquio-tibiales o el trigémino no sé qué. Saben el nombre del doctor alemán y la pinza que se colocó el tenista austrohúngaro. La leche. Pozos de ciencia.
Si esta gente aplicara esta energía y estas conexiones neuronales a la ciencia, en Ibiza tendríamos eminencias y premios Nobel en abundancia. Cuando puedo, en el autobús o en el bar, pongo la antena, para gozar de estas exhibiciones de memoria y de reflejos mentales. Ya quisiera uno. Con el turismo está empezando a ocurrir lo mismo. A la fuerza nos estamos enterando de la estructura y de la musculatura turística. Como en una radiografía analizamos los mínimos cambios, a ver si podemos predecir la temporada viniente.
Bueno, pues cambiemos fútbol por turismo, la última esperanza de un país que se ha suicidado y se ha arruinado por políticas torpes y desenfocadas, por pereza y por corrupción. Aparte de tocar la guitarra, bailar sevillanas, brincar alguna sardana subsahariana, conducir un taxi pirata, vender polvos (en un sentido puramente químico y en otro más anatómico) en España solo nos queda el turismo. Ya veremos hasta cuando, porque hay una legión de políticos con síndrome de abstinencia al haber cesado las comisiones procedentes de la construcción, que están deseosos de cargarse ahora el turismo, nada menos que casi un 11% de nuestro Producto Interior Bruto (¿en 2014 llegaremos a un 12%.?)
Con datos de 2010, nuestro sector turístico representó un 10,2% y el 11,5% en el empleo. Esto son datos que comparativamente doblan los registrados como media en la OCD. Como yo soy partidario de dar caña cuando sea merecida -o sea, siempre- pero no de fustigarse por masoquismo, hemos de reconocer que en España sabríamos hacer las cosas bien si nos dejaran. Si pudiéramos despedir a un millón de empleados públicos y borrar de un plumazo la mitad de las instituciones con sus correspondientes cuadrillas de políticos. Bajaríamos los impuestos, facilitaríamos la apertura de pequeñas y medianas empresas. Si dejaran en paz a la gente, el país saldría adelante.
Fui ácrata libertario de joven y ahora lo soy mucho más: confío casi plenamente en el individuo y casi absolutamente nada en los gobiernos y en el Estado. Estado e instituciones, las menos posibles. Ahora vivimos una pesadilla y son pocos los que se atreven a verbalizarlo. Todos callan. Todo el mundo tiene miedo, porque ya no dependemos de nuestro trabajo sino de las influencias ajenas. De los enchufes, de los amigos, de los cuñados. Hasta tal punto se ha prostituido el trabajo y la sociedad en general en España. Por esto, aquí nadie solucionará los grandes problemas de Ibiza: De hacerlo, dejarían sin trabajo a más de la mitad de colocados que ahora reciben la paguica del pesebre.
En fin, sonriamos. Viene un verano cargado de buenos augurios y hará más calor que de costumbre. Se venderá más cerveza. Y en otoño nos seguiremos quejando.

miércoles, abril 23, 2014

La ubre en la ratonera

En Madrid y en Bruselas leen las cifras de facturación de algunas empresas privadas y piensan que los nativos y residentes nadamos en la abundancia, cuando es casi lo contrario, estamos en muchos casos en niveles mínimos de subsistencia. A esta imagen no le ayuda nada una ristra de políticos que se dedican a servir a su grupo o secta, en vez de pelarse los nudillos en las mesas de reuniones para defender al contribuyente. No nos sirven, nos usan y se ríen de nosotros. Literalmente.
Franco murió en 1975, la Constitución fue votada en 1978 y lo recuerdo porque ya hemos tenido tiempo de ir extrayendo conclusiones: la casta parasitaria se sirve de los votantes, para validar y convalidar para cuatro años su trabajo para el partido y sus necesidades. Solo en casos muy concretos donde puede peligrar la pesca de votos y en fechas muy señaladas se dignan a descender al nivel de la calle para bañarse en un populismo errático y exótico. Bueno, esto ya cada vez menos porque la gente suelen recibirles como se merecen.
El hecho es que Baleares proporcionalmente es la Comunidad española que más aporta al erario común y por contra la que menos recibe. Esto podría estar bien durante un bienio o de vez en cuando. No se entiende que esto se haya cronificado y lo que fue un feo gesto se haya convertido en una ley implícita a la hora de destruir y elaborar los presupuestos españoles. Somos la ubre de España, junto con Madrid.
En las Baleares somos ya un referente mundial, sentamos cátedra: en ningún sitio se ha tomado el pelo de tal manera a los ciudadanos ni durante tanto tiempo. Obsérvese la penalización que sufrimos las islas menores (Formentera, Ibiza y Menorca) también en el apartado de transportes. Nuestro discontinuo territorial es un sesgo sustancial que solo puede corregirse o compensarse –en ningún caso arreglarse, pues esto es imposible– mediante partidas económicas racionales.
Nunca tendremos la renfe ni las autovías peninsulares, pero al menos se debe facilitar a los residentes fijos la intercomunicación interinsular y el acceso a la península en términos que no nos sean tan gravosos y humillantes.
Un hecho: cada vez que hay un pico en la demanda de viajes, Menorca e Ibiza se convierten en una ratonera, donde ni pagando precios exorbitantes se encuentran billetes. La ubre enclaustrada en una ratonera. Las islas son una ratonera. En fechas normales dificulta y merma ingresos a los comercios y empresas de mantenimiento: barcos, puertos, apartamentos, mecánica, construcción, taxis, etc. facturan muy por debajo de lo que debieran porque muchos europeos no pueden o no se atreven a afrontar un maratón de escalas y unos precios de escándalo. Cuando un billete de ida y vuelta de Madrid a Londres puede salir por 57 euros, por poner un ejemplo. Dirán, pero este tema es muy viejo. Exacto. Otro problema que no se quiere solucionar porque alguien se está forrando con esta situación.

sábado, abril 19, 2014

Nuestras obsesiones, nuestros problemas

En las islas tenemos unos problemas recurrentes que sabemos van a reaparecer inesperadamente en las fechas que ya esperamos. Son sorpresas recurrentes, como los problemas, como las obsesiones personales. Como algunas personas con sus obsesiones y con sus manías, los problemas definen a la isla tanto como su geografía propia. Se vive bien con una manía, se vive bien con un problema que ni siquiera se encara.
Ha ocurrido ahora con un incendio. Se ha llevado por delante un buen pellizco de es Cubells (casi 18 hectáreas) y respiramos aliviados porque tampoco ha sido tanto. Pero este incendio lo estábamos esperando, como estamos esperando el próximo que quizás ocurra en agosto y entonces será más rebelde y más espectacular.
Lo espectacular es la medida del Govern: no me encendáis matojos desde abril. Ala, todo arreglado. Y a seguir cobrando.
Pero ¿se han tomado medidas de envergadura para aprovechar la biomasa, para desbrozar y esponjar el bosque? No me refiero a estas 40 cabras, hábilmente explotadas por los políticos de Santa Eulalia para salir en el Diario. Ni me refiero a medidas puramente superficiales, casi puro maquillaje.
Los años van pasando y los únicos que avanzan con una fuerza inmensa son los incendios. Así, lo que no sabemos rentabilizar racionalmente debemos pagarlo con facturas enormes en gastos de extinción o de mantenimiento puramente virtual.
Ibiza solo tiene una solución: un referéndum. Que todos los ibicencos votemos separarnos de España para agregarnos a Israel. ¿Duda alguien que antes de cinco años Ibiza y Formentera quedarían protegidas y explotadas con sentido común y eficacia? Esto sí, nuestras bellas fenicias deberían hacer un servicio militar de tres años, pero casi es preferible a estar dependiendo de unos políticos derrochadores, acomodados y que jamás solucionarán ni un solo problema real de estas islas. Y el virus no afecta solo a los políticos pitiusos, más de la mitad de los cuales sobran. Me refiero a toda España.
Como es lógico, los accidentes y los incidentes se aprovechan para quitar un inepto y meter un inepto de los nuestros. Piden la dimisión de Company. Me parece bien que dimita el compañero Company y la mitad más de sus compañeros. Solo sirven para derrochar.
Da lo mismo que este columnista y otros varios avisáramos que el diseño y la ejecución de las autopistas rompería el curso de las aguas subterráneas y que causaría enormes embalses en caso de lluvia. Las autovías han resultado ser una chapuza tras otra. Y la constructora tiene la osadía de exigir cincuenta millones más porque dos docenas de ibicencos les gritaron unas cuantas palabritas. Son muy sensibles.
Jamás debieran haberse aceptado estas obras. Incluso ahora debieran analizarse con lupa. No se hará nada, como en la explotación de taxis pirata y de party boats salvajes. Hace años que lo digo: nuestros problemas salen muy rentables a algunos y por esto mismo nunca se solucionarán.

miércoles, abril 16, 2014

Vuelven los españoles a la isla de Circe

Ibiza no es solo nudismo, cada vez más aparecen nuevas culturas o inculturas o subculturas que hacen el ambiente más abigarrado.
«Ibiza es como mi casa», «Ibiza es mi isla», suelen decir los españoles y los europeos que han pasado unos meses o una semanas entre nosotros. Es una de las propiedades de profundo telurismo de esta isla de carácter oriental: te captura de tal manera que acaba por hipnotizarte sin que te hayas apercibido y piensas que ya la posees, sin tener conciencia de que has sido hechizado por la isla y es esta quien te posee y hará de ti lo que quiera.
Telurismo, decía, y es así como esta isla cartaginesa o fenicia conserva su configuración espiritual para influir en el alma de quienes la habitan. Por esto, muchos tememos esta energía de Ibiza, a la que nunca debes enfrentarte, solo dejar que te lleve y en algún momento impreciso –disimuladamente– desprenderte y salir huyendo como los argonautas de Ulises salieron de la cueva de Polifemo o de los brazos sensuales de Circe y sus brujitas.
Sabiendo esto ya nos extrañaba que la diáspora de los turistas nacionales fuera tan prolongada. Los pobres españoles (más arruinados que pobres) dejaron de venir en masa en 2010. Es fácil comprender que la crisis desatada abiertamente en 2007, aunque no la reconociera ZP, terminó por cobrarse sus víctimas. La isla joven, la isla de la marcha vio como los españoles dejaban las maletas en el trastero. El golpe fue sonado y cuatro años después todavía no nos hemos recuperado.
Bueno, pues según las previsiones de diferentes fuentes, durante este verano atiborrado de británicos, alemanes e italianos, volveremos a recibir a algunos nacionales, al menos y como siempre durante los dos meses locos de la Ibiza desquiciada.
Ibiza fue su isla, Ibiza estaba en boca de castellanos, catalanes, valencianos durante todo el invierno. Ibiza volverá a recuperar a los españoles en 2014. No nos hagamos muchas ilusiones: serán pocos y serán breves. Muchos de ellos solo aguantarán la maceración en alcohol durante tres días, en viajes relámpago y combinados con Valencia. Pero ya es algo, añade diversidad, que en este caso es equivalente a seguridad, porque tenemos que mantener el mercado lo más variado posible.
En principio, los mallorquines están alborozados porque en Semana Santa reciben numerosos paquetes de turismo español. Pero Ibiza no es Mallorca y a la inversa. Ibiza ganará a todos las competidores al final del verano, ya sabemos que el turismo joven prefiere las Pitiusas con gran diferencia, sin duda por la apabullante publicidad y la espectacularidad de las discotecas que pululan por las islas. En estos momentos nadie piensa en las medusas sino en las aguas de postal, en el ritmo incesante durante las 24 horas y en el encuentro de un amor eterno que dure unas horas. Un amor que se contará durante toda la vida. O no, quizás sea más discreto callarlo.
@MarianoPlanells

sábado, abril 12, 2014

Con Valencia


A diferencia de otras comunidades, Valencia es una región que compagina bien con Ibiza, es armonizable y ofrece lo que ahora se llama posibilidades de sinergias muy aprovechables. La última experiencia sale publicada en Las Provincias a toda página: «Valencia e Ibiza se alían para atraer a más turistas con ofertas conjuntas. Empresarios del alojamiento de la Comunidad Valenciana y la isla balear crean paquetes de cinco días o más para visitar ambos territorios» (LP, 09.04.14).
Ya hace varios años que algunas compañías navieras ofrecen escapadas y las anuncian –de una forma para mí particularmente irritante– con la insufrible música del obsesivo chunda-chunda en algunas cadenas de televisión dirigidas al sector más descerebrado de la juventud. Buenos son los clientes, cuando llegan, dirán algunos. Pues no, ya saben que llevo al menos 30 años avisando de que Ibiza no puede convertirse en el basurero europeo ni en la ruta del bakalao que los valencianos consiguieron neutralizar y exportar a las Pitiusas. Y si puede no debe.
Comprendo que los traficantes del pastillaje y de la coca estén encantados con Ibiza y Formentera, pero los pitiusos debiéramos ser más selectivos y presionar para que este sector lumpen intoxicado no se quede con el grueso de la tarta del verano.
No se va a acabar con las drogas de diseño ni con la coca. No soy tan iluso. Pero me parece que somos bastante incompetentes al permitir que los dos meses fuertes del verano queden en manos de esta chusma que viene a reventar la isla. También sé que las discotecas necesitan este magma cortocircuitado, que los hostales de baja categoría y muchos locales funcionan con este registro, pero seguramente es porque no hay otra cosa.
Las excursiones náuticas promocionan expresamente la ´fiesta de Ibiza´, lo mismo que estos empresarios que añaden Ibiza como nota lúdica para unas noches de pasotismo. Es como una visita al red district, al Bronx o al prostíbulo más grande de Europa, que no es el Pascha (sic) de Alemania ni el de la Jonquera, es Ibiza, obviamente. Y esto seguirá siendo así, no se preocupen. No solo nos han robado la isla, sino los dos meses más rentables, julio y agosto.
Me interesa más recomendar Valencia como ciudad confortable y accesible para estudiar, para vivir y con la que colaborar y donde no existen las puñetas catalanistas del idioma. Se puede hablar indistintamente en valenciano o en español y nadie se sorprende ni te interpela. Me interesa más la Valencia de las bibliotecas, de los grandes museos, de las tiendas, de los toros, del fútbol de élite, de las muchachas bonitas y del clima que es casi como el de Ibiza, pero con menos humedad. Es una ciudad con problemas, como todas, pero los encara con imaginación y buen humor. Y además es una ciudad con la que Ibiza ha de hacer negocios. Solo les pido que no nos manden solo borrachos, drogados y niñatos gritones: piensen en Ibiza como una isla sagrada llena de cultura que complementa la de la Comunidad Valenciana.
@MarianoPlanells

miércoles, abril 09, 2014

Chapoteos y prospecciones

La divertida y eficaz campaña de Ibiza contra las prospecciones de hidrocarburos en el mar de Ibiza, ya ha tenido algunos efectos inesperados. Por una parte, la fervorosa envidia que Mallorca profesa hacia Ibiza se sintió sorprendida por la calidad de los mensajes de #Eivissadiuno o #Ibizadiceno y no tuvo más remedio que responder tarde para sumarse al éxito de la campaña. A su vez los canarios, al ver la festiva demostración colectiva balear, reemprendió con más energía la suya propia para tratar de contener las extracciones frente a Fuerteventura y Lanzarote.
O sea, un rosario de acontecimientos que en algunos casos arrolló a algunos políticos que prestan obediencia a su aparato de partido mucho antes que al electorado que les ha puesto ahí. En Ibiza tenemos el caso del diputado Enrique Fajarnés Ribas, que perdió una oportunidad de oro: votar contra las prospecciones. En unos minutos quedó retratada su mediocre y grisácea carrera política, a la sombra de los más poderosos. Todavía dura la campaña en contra suya en las redes sociales. Habrá que ver si el PP lo vuelve a presentar en alguna lista balear. Quiero verlo.
Esta brillante campaña del ecologismo libre, independiente, de Ibiza y Formentera (su trabajo costó, porque los pequeños buitres y los córvidos en desarrollo intentaron parasitar el movimiento con todo su cinismo habitual) alargará la agonía de muchos políticos, que acabarán llenos del chapapote político que ellos mismos vienen derramando desde hace décadas.
¿Políticos? Mostrencos aficionados que fueron debidamente replicados por este nuevo PP que por otra parte se encuentra entre la espada de su propia historia corrupta y colaboracionista con el catalanismo y la pared de unos votantes baleáricos asqueados de la corrupción y la chulería de UM, PP, y el derroche y la torpeza intolerables de los nacional-socialistas, que han dejado Baleares en la ruina por muchos años.
El paroxismo llegó cuando los mismos (ecosocialistas) que habían autorizado las prospecciones con ZP intentaron declarar personas non gratas a dos políticos del PP. Aunque Océana informa que no costaría ni un euro, ahora ha salido Antich dictaminando que la suspensión o mejor dicho la supresión de las licencias costaría más de 400.000 euros. Siempre pidiendo dinero. Le han vuelto a recordar que los pague ZP, que fue quien autorizó el desaguisado mientras Antich se mantuvo cobardemente a las órdenes de la jefatura, o sea, no se enfrentó a ZP. En suma, hizo lo mismo que nuestro Enrique Fajarnés del PP: votar lo que mande el amo. Estas son las servidumbres del bipartidismo.
Al menos José Ramón Bauzá sigue su enfrentamiento frontal con Soria y, es de suponer, con Rajoy. Mantenella y no enmendalla. Chapapote, galipote, fuel, chapote, o sea, un fenomenal engrudo que puede llevarse por delante a muchos políticos hipócritas, acomodados, gandules que pululan por estas islas. La historia sigue. Atentos.

sábado, abril 05, 2014

Ibiza, gran depósito arqueológico

Por muchos postes, edificios o carreteras que oculten la Ibiza natural , la Ibiza terrestre y mineral, da lo mismo: la primavera acaba por estallar, nunca mejor dicho. Si no fuera por las invalidantes alergias estacionales la primavera sería un regalo de los dioses. Creo que lo es. Un regalo de Tanit, faz de Baal. Un regalo de Resef y de Melkart. A Bes lo guardamos como a semidiós de las noches locas y la pobre Tanit, asustada, se ha retirado a sus alcobas de Es Cuieram.
Frase bonita, casi cursi, para mis lectoras divorciadas –a quienes tanto quiero y tanto necesito– que quieren dedicarse a hacer teatro y macramé: una colorida selva de capullos florales extiende su dulce manto sobre las tierras de Tanit. De no estar avisado, uno dijera que a la isla le ha estallado la epidermis y le ha salido una escarlata primaveral.
Bien, poesía solo el tiempo necesario, que en Ibiza si no prestas mucha atención al coche que va delante (y al que va detrás) te pegas una leche prosaica. Pero hete aquí que, entre tantas flores blancas y rojas ( de la amapola, nuestra opiácea rosella) se nos aparece súbitamente un camión cargado de tiestos rotos: es nuestro subconsciente histórico, es nuestro corazón púnico hecho pedazos. Y otro camión. Nuestra vidas quebradas, nuestras jarras de vino y de aceite masacradas por la retroexcavadora.
Dicen que proceden del yacimiento donde Mercadona va a levantar otro de sus exitosos supermercados, porque antes en Ibiza no se permitían. Hemos tenido que esperar 40 años para poder comprar al mismo precio que la Península o Mallorca. Los ibicencos somos así, un poco granujas contra los propios ibicencos. Un poco caníbales. Antes de permitir que un vecino obtenga una licencia de taxi temporal preferimos que cincuenta peninsulares (o alemanes o ingleses, a saber) trabajen todo el verano como taxistas pirata.
Los yacimientos de Mercadona en es Puig d´en Valls nos demuestran, una vez más, que esta zona era la gran proveedora de los señores gandules cartagineses y romanos que vivían en Dalt Vila. ¡Cuántos miles de focos púnicos y romanos han quedado destrozados, simplemente porque no se atendía ni se permitía la llamada a los arqueólogos!
Dice Juan Ramón que pueden proceder de una gran finca romana. O sea, de origen cartaginés, añado yo. Nada hay romano que no vaya precedido o adjuntado a lo cartaginés. No crean que exagero tanto. Hasta en las monedas se sumaban ambas culturas, que tenían un motivo romano en el reverso y otro cartaginés o ebusitano en el anverso.
No nos haría ningún mal conservar este espíritu pactista, sumador, aglutinador. Y dejando siempre la preferencia de paso a los ilustres camiones que trasladan nuestro curriculum vitae histórico al museo. Lástima que alguien no les compre un urinario para poder abrir el Arqueológico de Dalt Vila. 
Foto Diario de Ibiza
@MarianoPlanells

miércoles, abril 02, 2014

Hoteleros en el punto de mira

La hostelería ha sido un buen negocio y quizás uno de los más antiguos del mundo, desde las hospederías o los albergues y si ibas con una esposa embarazada y no te aceptaban igual acababas durmiendo en el corral de los mulos, donde al menos una vez en la historia nació el mayor profeta, el mesías. Esto es señal de que –como la prostitución, igualmente añeja– suele ser un buen negocio. La hostelería da dinero y en lugares de intensa expansión temporera, como Ibiza, es un negocio astronómico. O en Canarias. Es difícil que un hostelero pierda dinero, a no ser en estas maravillosas casas rurales que solo llenan las habitaciones durante las fiestas del cerezo o en las del pueblo. Incluso así, pocos hoteles rurales cierran puertas.
En Ibiza el negocio es innegable y no lo digo para azuzar a los sindicalistas que se forran haciendo cursillos de formación. Es una gran verdad, los hoteleros de Ibiza ganan dinero para todo el año, para invertir en el Caribe y para emprender urbanizaciones y grupos de apartamentos sin cesar. Quien lea habitualmente las páginas del Diario habrá comprobado esta buena salud. Ibiza, Mallorca y Formentera son tres de los destinos nacionales con los precios hoteleros superiores a la media mundial (según el último Hotel Price Index, publicado por Hoteles.com).
Si nos ceñimos a índices nacionales, los hoteles de Ibiza siguen registrando la rentabilidad más alta de España. Los ingresos por habitación se situaron el pasado año en 81,9 euros, un 4% más que en 2012. En esta columnita fenicia lo hemos ido narrando de otra manera, al reconocer el extraordinario resurgimiento del turismo en los últimos tres años, desde aquel invierno de 2010 cuando los pueblos árabes ribereños iniciaron una cadena imparable de revueltas sociales, que en algunos casos culminó en guerra civil. Estos millones de turistas prestados han significado una inyección muy significativa de vitaminas para los hoteleros y para la sociedad entera.
Aurelio Vázquez, de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, ha recordado la dinámica agónica de los últimos diez años y lo ha resumido en una frase magistral: «Del 2004 al 2012 Baleares ha necesitado un millón y medio de turistas más para mantener los mismos ingresos». Para unas islas frágiles como las Pitiusas esta situación es muy preocupante, porque cada vez hemos de gastar más recursos, energía, territorio para –simplemente– mantener el mismo nivel de ingresos.
Y cada vez se vive peor. Este hecho no puede ser ignorado por los sindicatos cursillistas, en un país donde hemos visto reducidos o congelados los salarios de todo el mundo. Nosotros no somos los culpables de los parados y no somos los responsables de inventar nuevos puestos de trabajo, ha venido a comentar Vázquez. Quizás sea verdad, pero sería muy de agradecer que los hoteleros contrataran generosamente. Ahora pueden.