miércoles, septiembre 29, 2010

Más por menos


En Ibiza se sigue la misma mecánica de siempre: ya que el turismo está muy lejos de seguir ofreciendo altas rentabilidades, sigamos exprimiendo y ordeñando los recursos naturales de la isla, consumiendo territorio y, en suma, sigamos construyendo. No puedo interpretar de otra forma la petición de la patronal de mayores facilidades en el Plan Territorial.
Es que solo hay media isla construida. Pretenden que esté amazacotado el cien por cien del territorio. Déjenme decirlo: de locos. ¿Por cierto, a quién representan estas patronales? A la isla no, desde luego. Cuídense de lo suyo, que ni eso saben hacer bien.
Porque el turismo lleva al menos quince años de caída, una firme caída hacia el fondo, aunque ahora nos veamos obligados a cantar loas a la gran ocupación de agosto. No solo no ha sido una gran ocupación, sino que el gasto turístico va disminuyendo a cada año que pasa. Ya solo falta que algún mayorista como Thomas Cook anuncie bajadas unilaterales de las facturas de un cinco por ciento o que el grupo GPS practique la política de tierra quemada con los precios de sus plazas hoteleras.
Necesitamos optimismo, lo necesitamos desesperadamente, pero que conste –parodiando a Gramsci– que es un optimismo que nace de nuestra voluntad, no de nuestra razón. Queremos ser optimistas por que sí y ya vale.
Nos queda un consuelo muy matizable: nos somos los mallorquines y los ibicencos (Formentera y Menorca, aunque por razones distintas, se van salvando) los únicos que vemos menguar nuestros ingresos, a pesar de ocupaciones muy remarcables en julio y en agosto.
Lo acabo de leer: «Los hoteles españoles aumentaron más de un 9 por ciento las pernoctaciones registradas durante el mes de agosto, el mes turístico por excelencia. Pero lo hicieron volviendo a bajar los precios, y ya van 21 meses seguidos».
Corolario: estamos obligados a ofrecer más y mejores servicios para competir, pero cobrando menos, soportando gastos imprevistos, subidas del impuesto del IVA, la incertidumbre de los volcanes, las nefastas huelgas de controladores o el Cafarnaún más inesperado.
Hoy el empresario ibicenco ha de estar preparado para el zafarrancho más insólito, y llegan los obuses desde España, desde Europa o desde la misma Ibiza si es cierto que el año que viene las ofertas del grupo Ferré serán escandalosamente bajas. A reventar el mercado. Esto hará daño.
No estaría de más un poco de reflexión: la energía eléctrica facturada en las Pitiusas se ha incrementado un 127% entre 1997 y 2009. O sea, hemos más que doblado. Y quieren todavía más territorio disponible para el destrozo. Mejor sería cuidar y mejorar lo que ya tenemos y parar la bárbara especulación que ha acabado con la isla.

sábado, septiembre 25, 2010

El ónfalos del mundo



Leo una frase que reconozco pero que no estoy seguro de compartir: «Ibiza ofrece algo que no hay en ninguna otra parte del mundo», pronunciada por un personaje de discoteca. Claro. Dicho así, es probable que los habitantes y residentes en zonas como playa den Bossa o San Antonio estén muy de acuerdo.
Incluso en Mallorca y en la Costa Brava han ido erradicando las malas hierbas, bueno, las hierbas escandalosas y borrachas, la avalancha de drogas.
Pero en Ibiza no han podido con nosotros. Seguimos inmersos en el fango eléctrico. No tengo ni un solo amigo peninsular que quiera vivir en Ibiza, aunque muchos de ellos admiten pasar unos días la mar de divertidos durante el verano en la isla.
Pero no somos el ónfalos, el ombligo creacional del universo, no somos el centro del mundo, honor que al parecer merece el santuario de Delfos, que visité hace décadas.
Sin la efe, hay una isla griega que se considera mágica y sagrada, pero Delos la he visto en fotos y tiene un problema que es probable que llegue a tener Ibiza en unos pocos años: está deforestada en grandes zonas.

Como Delfos y Delos hay en el Mediterráneo unos cincuenta puntos mágicos. No me explico cómo los aficionados a repetir y a copiar los mismos tópicos de Ibiza no escriben un libro inédito sobre el mágico Mediterráneo. Bueno, lo entiendo, como mínimo tendrían que trabajar, leer y viajar durante cinco años.
En Ibiza hemos roto el espejo que mantenía el sortilegio: hemos perdido el aura, hemos desecado el agua protectora y vuelven a medrar las serpientes y toda suerte de animales ponzoñosos y además Pepiño conseguirá que salir de la isla cárcel nos salga sustancialmente mucho más caro.
No, Ibiza no es el centro del mundo, pero sí que tiene cosas muy positivas a los ojos de un alemán, un inglés o un francés de clase media (los más exigentes ya se han abierto hace tiempo): tiene más de 300 días de sol crudo, tiene una situación que la hacen accesible cuando se quiere, y sólo se quiere en verano, y hasta hace poco todavía tenía unas precios razonables para un sueldo teutón. Para quien no es accesible es para los que viven aquí. Entiendo perfectamente que familias enteras se realojen en Soria, Palencia o Ávila gracias a las gestiones de Cáritas. Una familia numerosa tendrá cada vez más problemas por residir en la isla.
La frase de nuestro personaje de discoteca me ha recordado la eterna discusión del matrimonio que está gestionando el divorcio. El marido, harto de las disquisiciones de su parienta, le dice:

– Pero María, si tú sabes que no encontrarás a nadie en el mundo como yo.
– Bueno, de esto se trata, esta es la idea –contesta ella, llena de satisfacción.

miércoles, septiembre 22, 2010

adiós verano, uf


Uf, yo no añoraré este verano 2010. Espero no repetirlo en muchos años. Y la avalancha de marbellitas, socialites y celebrities (no confundir con los pobres y saqueados marbellíes) que ha invadido la isla y las páginas de nuestro Diario no nos hará perder de vista ni borrar de la memoria los bochornos interminables, los accidentes y los incendios.
Remiro por encima los últimos diarios que he recibido y tampoco ha sido un verano apaciguado en el hediondo mundillo de la política.
Ya dije hace meses que yo permitiría a los imputados presentarse en las listas electorales. Lo de ahora es un cachondeo, los del PSOE sí, los del PP balear no, pero el mismo PP en Valencia sí... la gente acaba por no comprender nada de esta casta tan poco apreciada: solo que roban demasiado. No voy a hurgar, pero lo del PP balear es terrorífico. ¿No os saldría más a cuenta refundar un partido totalmente nuevo?
Comprendo que Pepe Sala se encuentra agraviado, pero no se irá del partido y si gana el PP le nombrarán consejero como ya sucedió anteriormente.
En cualquier caso ¿no sería muy recomendable que el PP y el PSOE se pusieran de acuerdo en estos temas o mejor aún que cambiaran la actual Ley Electoral? El presidente del PP de Ibiza continúa la ceremonia de la confusión: apoya la decisión de Bauzá (el jefazo mallorquín) de vetar a los imputados, «pero se ha gestionado mal», puntualiza.
Sí, tú cuadra el círculo.
La actividad de taxista pirata sigue siendo muy rentable, y la de taxista normal también. Los taxis pirata han venido para quedarse y a la gente no parece importarle.
Siguen lloviendo las sanciones al grupo GPS por diversas infracciones. Dicen que el año que viene reventará todavía más los precios. Casi el mismo estilo Ferré ha sido adoptado por el mayorista británico Thomas Cook, al rebajarse un 5% en todas las facturas que debe pagar a los hoteles. Por la cara.
La única buena noticia parece ser el tamaño de los raors, se les ha dado un respiro y ahora se pescan de mayor tamaño. ¿Habría que hacer los mismo con un 30% de los hoteles de Ibiza, cerrarlos unas temporadas hasta que no se mejoren para mejorar el tamaño de nuestros turistas?
Es una pregunta retórica, en Ibiza dejan flotar los problemas. Cuando hay crisis salen a la palestra y hacen grandes declaraciones, pero no se toman medidas o son simples rasgos de maquillaje.
Veo que en el bullicioso San Antonio siguen con la misma canción de siempre y este verano incluso hemos gozado de la queja de un notorio notario. ¿Quién mejor que él para dar fe del desquiciante ambiente de la villa de Portmany? Nada, nada, media docena de cartas al director y hasta el año que viene.
El Consorcio para la reconversión de la playa den Bossa sigue coleando, pero no pasa de eso. Cada vez que oigo la palabra consorcio echo mano a mis bolsillos, porque estos entes suelen servir para colocar primos y cuñados y para escapar del control interventor. Bueno, al menos veo que Matutes se persona para hacer valer la metafísica cuestión ¿qué hay de lo mío? Puerto y campo de golf. Tranquilo, que como vuelva a ganar el PP lo tenemos solucionado. ¡Qué veranito!

sábado, septiembre 18, 2010

Lluvias negras en otoño


Iba a escribir dulce otoño, pero yo no pienso que este otoño vaya a ser dulce ni amable. Escribo en jueves y ya hay al menos tres huracanes (o tifones en el Índico) en gestación en el Planeta. Y en las Baleares, en toda España, pagaremos caro este verano con temperaturas prolongadamente muy elevadas.
Dicho en plata, el calor acumulado en las aguas del mar viene a ser un equivalente a la masa vegetal que asfixia nuestros bosques. La biomasa del pinar es una tea, una yesca. El mar es un gran acumulador, una bomba de energía incontrolable.
Ya se sabe que se han de dar las condiciones (aire muy frío que entre súbitamente en contacto con el aire calentito y húmedo de Ibiza) y tengan por seguro que se darán, al menos varias veces de forma muy extrema antes de la primavera.
No es una previsión meteorológica, sino una fácil deducción y tengo el placer de anticiparla con la confianza puesta en los medios de Protección Civil, bomberos, y en los obreros municipales. Que nadie pueda alegar imprevisión, descuido o negligencia y el consabido sonsonete de no tenemos medios. A trabajar a destajo, todo lo demás son excusas.
Dicen del otoño que suele ser acolchado y risueño en las islas, por eso es un sustantivo que casi reclama el adjetivo dulce. Pero no, me temo que no será un otoño dulce sino lleno de sorpresas. Uno espera equivocarse, porque estas tormentas destempladas suelen ocasionar muchos daños.
Pueden minimizarse desatascando a tiempo chimeneas, tuberías, alcantarillado, limpiando puentes y torrentes, sacando la barca a tiempo de las aguas, en fin preparándose para las furias del viento y de las lluvias.
Asistiremos a otro fenómeno muy feo: las lluvias negras en toda la parte de San Miguel afectada por el incendio de Benirràs. Por mucho que el tronco calcinado soporte las primeras lluvias antes de la tala improrrogable, las aguas bajarán oscuras y las cenizas se irán depositando en las playas (las bocas de los torrentes) o mejor dicho en las calas y a buen seguro afectarán al poco marisco y pez de roca que quede vivo en la zona. Mejor no comerlos, mejor no tocarlos. ¿Esto tiene solución? Ni una, dejar correr las aguas y no pescar en la zona. Al menos hasta que en la próxima primavera vayan reverdeciendo los primeros brotes de bosque bajo y del pinar.
Estas lluvias causarán daños al manto vegetal, a la tierra compactada que ahora se verá sin la protección de la copa de los pinos. La lluvia directa sobre un manto ya débil por definición arrastrará mucho sedimento, lo cual en el menor de los casos dejará sin alimento a la próxima generación de pinos, que tardará mucho más en alcanzar un volumen remarcable.
Sin olvidar los daños que causará la labor de desmonte, tala y arrastre de tanta madera.
Si trabajoso fue apagarlo, ahora veremos lo ingrato que es poner en funcionamiento orgánico unas 375 hectáreas de bosque. Menos mal que en Ibiza ya comenzamos a tener experiencia en estas lides.

miércoles, septiembre 15, 2010

Animar el bosque para salvar Ibiza



Wenceslao Fernández Flórez fue un narrador gallego, autor de unos cuarenta libros. Como nació en 1885 en La Coruña puede decirse que vivió la parte más creativa de su vida bajo el franquismo, lo cual no le impidió desarrollar un demostrado talento y unas dotes de humor y para la sátira dignas de elogio. Una de sus obras, no precisamente de las más conocidas, es 'El bosque animado', de la cual se han hecho al menos tres adaptaciones para el cine. Memorable en mi opinión la de José Luis Cuerda (1987) con ayuda del zumbón Rafael Azcona. Cada vez que pienso en los bosques de mi infancia me viene a la memoria esta película, con sus personajes entrañables, pobres, ricos, desalmados, pícaros, agricultores, comadronas, niños... toda la vida transcurría cerca y dentro de los bosques. Ni siquiera eran temibles en nuestra infancia, más bien acogedores, eso sí tomando las prevenciones necesarias para no perderse o mejor para no desorientarse. La novela es tierna, es amable y es triste quizás porque la escribió en 1943 en unos años atroces donde –en Ibiza y en toda España– se llegó a pasar hambre.
Recuerdo al pobre Alfredo Landa, cansado de ser bueno, que decide convertirse en un salteador, Fendetiestas, pero no lo consigue porque todo el mundo le reconoce, le riñe y le da una limosna o algo parecido. Pero ¿cuál es el trasfondo que me quedó grabado? Eso, que el bosque estaba vivo porque estaba habitado, y ahora me refiero a Ibiza. No sólo daba cobijo a toda suerte de pájaros, sino a las ginetas, las martas, las liebres (y algún conejo doméstico asilvestrado), perdices, erizos, cabras, gatos, perros y un sinfín de lagartijas y otros bichejos.
Los bosques de Ibiza no sufrían incendios y paradójicamente del bosque sobresalían fumarolas, porque estaban habitados en una medida humana, por caminantes y carros que acarreaban leña o carbón, o simplemente iban de paso de una casa a la otra. El bosque era de propiedad privada pero en cualquier caso era de uso público. No me consta que el dueño negara que un payés se hiciera una sitja (silo de carbón vegetal) para su uso o incluso vendiendo el sobrante. Es posible que el dueño se alegrara de que alguien esponjara un poco tanta vegetación.
No es que unas decenas de payeses haciendo carbón vayan a salvar ahora a la isla, ni tampoco unos rebaños de cien cabras. Pero por ahí está la solución, una de tantas soluciones. Y ello es así porque el bosque es generoso y estas cantidades colosales de biomasa podrían rentabilizarse, creando cientos y quizás miles de puestos de trabajo. Ya sé que no es lo mismo que trabajar de guapo en una discoteca, pero a la larga sería más divertido y más productivo para todos.
Me refiero por una parte a talar la madera y organizar una estructura para conseguir carbón de pino, pero por otra usar directamente la biomasa residual seca para conseguir energía. No hace falta lanzarse como locos ahora a encargar informes millonarios, para darse cuenta de que Ibiza no tiene pozos de petróleo, pero tiene montañas enteras llenas de masa vegetal que es energía pura.
¿He dicho mil empleos creados desde la nada? Pueden multiplicarlo por dos si se consiguiera cerrar el ciclo, es decir, reforestar, cortar y reconvertir. Por ejemplo.

sábado, septiembre 11, 2010

Fuegos contra Ibiza

 Uno de los grandes errores de Ibiza es permitir que el pinar llegue hasta la casa y a veces incluso tape el propio techo. Peligrosísimo, hay que dejar un perímetro de seguridad, usar árboles frutales, toldos, cañizos, parras, etc. como hacían los payeses tradicionalmente. No tenían un pelo de tontos. Los tontos son los nuevos ibicencos, que no tienen ni idea de lo que es Ibiza. Además, los caminos despejados, limpios, y a poder ser sin vallas de alambra o de bloques: Ibiza ha estado siempre abierta.


El fuego es devastador por definición y sus efectos psicológicos son tan radicales que personas y animales prefieren lanzarse por un barranco o por las ventanas de las Torres Gemelas de NY el 11-S antes que entregarse a sus brasas.
Ibiza es tierra de pinos y sabe de muchos episodios donde los atacantes prendían fuego a posesiones y bosques. Incluso hoy los arqueólogos encuentran restos de cenizas en poblaciones rurales de tiempos púnico-romanos y posteriores.
Pero jamás hubo en Ibiza tanta vegetación pinosa como hoy, a excepción quizás de los tiempos prehistóricos, con escasa colonización humana.
Ello explica que la isla mantuviera en tiempos históricos un inteligente equilibrio en sus zonas boscosas y las agrícolas: los bosques eran sistemáticamente explotados, tanto que en algunos episodios se prohibió a la isla exportar más brea, carbón y madera de pino porque se corría el peligro de la total deforestación.
Al margen de los ataques berberiscos, que solían ceñirse a una o dos alquerías y después salían por piernas con el botín cobrado, la mayor ofensiva con fuegos tuvo que darse en la cruzada catalana-pisana, cuando los ibicencos de estas isla vivían bajo el poder político de los moros. La gran ofensiva de 1235 no fue tan sangrienta, por el sencillo motivo de que un centenar de años antes Ibiza ya fue arrasada y no tuvo tiempo de rehacerse.
Es por esto que digo que Ibiza jamás ha conocido tanta vegetación como ahora, desde la llegada del turismo. Se da la paradoja de que coexisten o conviven –allá cada cual– una brutal urbanización de ladrillos en las costas y en los núcleos urbanos junto a una explosión salvaje del bosque, del pinar sobre todo, porque el pino es el árbol más adaptado a estas tierras y a este clima. Basta ver la deforestación patética de numerosas islas mediterráneas que jamás han podido recuperar su antiguo manto vegetal. Ibiza lo consiguió gracias al pino y al hecho simple de que nadie lo explota desde los años 60.
Esto es nuestra fortuna y es nuestra desgracia. Fortuna, por cuanto al menos el arbolado ejerce sus funciones de transpiración, fijación y salvaguarda del terreno. Desgracia, porque esta situación ha de ser reflexionada y tratada cuanto antes.
En cuanto a la escalada de incendios, poco hay que decir: seguirán ardiendo los bosques de Ibiza, accidental o intencionadamente. El pino es una especie que llama al fuego y cuando recupera un índice crítico de magma vegetal o de biomasa, se autodefiende sacrificando una parte del bosque. Y recomienza el ciclo con vegetación joven.
Esta mecánica natural explica porque no se han extinguido los bosques de Ibiza y han superado años de sequía, fuegos y plagas. Pero ahora la masa vegetal de Ibiza es tan elevada que veremos varios incendios cada verano. Esto ni siquiera depende del número ni del sueldo de los guardias ni de los vigilantes. Simplemente ocurrirá.
Ha llegado la hora de decidir si queremos tener bosques o cementerios calcinados. Si queremos bosques hay que facilitar la ganadería de cabras, dar vida al monte, incluso plantearse el uso de la biomasa forestal primaria para su conversión en energía. Por ejemplo.

miércoles, septiembre 08, 2010

Más cabras y menos alambradas


El fenicio se rasca la cabeza y lee con escepticismo estas entrevistas y chats donde los técnicos se felicitan a sí mismos y hablan del sueldo, de las horas extras... Le queda un sabor agridulce.
Respetando el trabajo de todos y de cualquier profesional, el fenicio piensa que en Ibiza haría falta más gente que trabajara conociendo el pasado, empleando técnicas avanzadas pero aportando matices y detalles de la astucia payesa. Y no lo acabo de ver. «Hablen con los payeses», me apunto al eslogan. Ahí está el meollo y espero que finalmente me haré entender.
No se puede coger el mapa de Ibiza, marcar las cotas y repartirse las zonas como si fuera un territorio plano como Holanda, porque esto no funciona. Tampoco sé si hubiera sido eficaz el líquido retardante, ante la infernal intensidad de las teas, de la brea, del pinar. Ante un pinar ibicenco encendido lo mejor es retirarse y confiar en el viento y los cortafuegos, al margen de los esfuerzos de los técnicos nunca desdeñables. Las piñetas salen expelidas a cientos de metros.
Por muchos técnicos del Ibanat y vigilantes –y por mucho o poco que cobren– que se pongan, la Ibiza forestal así ya no tiene arreglo. El fenicio ve con escepticismo la burocratización que para mover un simple pino te obliga a perder una mañana en el Consell ante técnicos que, a su parecer, cobran poco.
Las cabras serían mucho más eficaces, por poner un ejemplo chocante. Grandes rebaños de cabras ibicencas, autóctonas. Son bastante más eficaces que muchas campañas emprendidas de ´actuación selvícola´ (así hablan los técnicos). Digo las cabras y habrá otras cosas que presuntamente hagan atractivas y rentables las labores del bosque. Hay que reflexionarlo.
Pero hay problemas no pequeños: las alambradas, las tapias de bloques, los obstáculos de los mismos dueños de las casas, que pretendiendo una seguridad virtual, al tapiarse sólo se exponen a riesgos mayores o los aparcamientos salvajes.
El bosque de Ibiza está mal gestionado, ya digo, respetando el trabajo de los profesionales les queda mucho por aprender de Ibiza. Nadie irá voluntariamente a limpiar el bosque y tampoco lo conseguirán los empleados actuales por mucho que se les suba el sueldo. Ni con mil más. Las labores de desbrozamiento han de implicar a todos los habitantes del bosque, a los profesionales y muy especialmente a los ayuntamientos.
El fenicio estuvo en junio en Ibiza. Sólo de ver la densidad de vegetación de las cunetas se echó a temblar: año de incendios, pensó. Los caminos, las carreteras han de estar impecables. Cada vez hay más gasto, más personal, pero la isla está cada vez más sucia, más expuesta y peor gestionada. Que eso haga reflexionar a algunos.
Otra observación –que hice por cierto hace muchos años, cuando se prohibieron las tamborradas de Benirrás, ante el enfado de una periodista alemana, que viene a Ibiza a hacer la hippy los fines de semana– es la peculiar peligrosidad de los accesos. Estas calas se tendrían que cerrar al público hasta que no se habiliten parkings a precios populares y caminos alternativos, estrechos, pero bien cuidados. Podríamos seguir y debieran recogerse las sugerencias de los propietarios, pero con diligencia.

sábado, septiembre 04, 2010

Un verano afortunado a pesar de todo

 Foto de Eva Planells

El fenicio no es aprensivo, pero teme sobremanera al mes de Augusto. Los últimos agostos que uno recuerda han sido temibles y cuantas referencias lee sobre el terrible mes en honor del César, sólo confirman esta creencia: agosto es un mes que se lo cobra caro.
Después de las palabras de Chomsky sobre el poderío militar estadounidense ubicado en las cercanías de Irak, Irán, Afganistán y las amenazas del sátrapa persa contra Israel, uno ya no descartaba nada, porque los cuatro jinetes del Apocalipsis andan sueltos y desbocados. Hemos sobrepasado los 31 días mágicos y amenazantes (pero tan sabrosos para nuestras finanzas pitiusas, por otra parte) y no ha explotado otro foco bélico, que hubiera sido muy peligroso para todos. No obstante, no me fío todavía: ¿por qué están retirando tropas de Irak y por qué están redefiniendo sus esfuerzos en Afganistán, donde cada vez más se piden más tropas españolas?
Mientras, en Ibiza nos tenemos que ocupar de cosas aparentemente más banales, los nimios asuntos terrenales, la gestión de cada día. Por ejemplo, unas semanas de huelga encubierta de los controladores europeos ha mermado nuestra recaudación en millones de euros. Yo creo que en un país serio –y la España socialista no lo es, es mi opinión– hay materia jurídica objetivable para ponerles una demanda por daños, perjuicios, lucro cesante y unas cuantas cosas más.
La vida podríase decir que transcurría tranquila (sudada, húmeda, a sobresaltos, calurosa, pero nada nuevo en nuestros agostos) cuando de repente la zona más exuberante de la isla, precisamente la zona que no se ha metido con nadie, que no invade la vida de los demás con avasalladoras discotecas, se ha prendido fuego. Antes de empezar a apagarlo ya se culpaba a los trogloditas hippies. Me parece muy sospechoso, y yo sí que investigaría por ahí, no a los hippies, sino a quien pretende criminalizarlos. Perdón, también a los hippies, en el bien entendido de que en Ibiza no es muy recomendable vivir en cuevas en mitad de un bosque interminable de pinos. Como irse a organizar una fumata en una gasolinera, más o menos.
Si es provocado o es accidental lo dirimirán –probablemente bien y con elementos de juicio– los técnicos. El asunto gravísimo es por qué sigue Ibiza permitiendo la infestación invasiva de pinos en todas partes e incluso algún extranjero –indocumentado y sin conocer para nada el Mediterráneo– se permite el lujo de denunciar a un vecino porque ha cortado tres pinos. A quien corte tres pinos cerca de una vivienda habría que darle una recompensa, y si queda alguien que todavía no lo haya entendido, hablaremos otro día, aunque mira que lo hemos explicado veces en estas fenicias notas y en otros muchos sitios. Que el pino no es un animal de compañía, a ver si se enteran de una vez los alemanes, ingleses y similares.
El Consell debiera impulsar un plan de conservación del bosque pitiuso, donde no se permitieran bajo ningún concepto estas demenciales extensiones de pinares. Y hace años que lo decimos, hace décadas. Pero no hay manera.
Al menos el verano ha sido afortunado, porque pudieron haber muerto decenas de personas, y por esta vez se han salvado.

miércoles, septiembre 01, 2010

Las culebras de Plinio



Desde las palabras de Plinio el Viejo, que avisaba de las excelentes cualidades de las tierras pitiusas «refractarias al veneno», han pasado cientos de años, de hecho casi dos mil, pues redactó su ´Historia Natural´ en el año 70 de nuestra era. Ignoro cómo es el resto de sus informaciones porque no he leído su texto enciclopédico, pero se supone que algunos datos exóticos debían revalorizar su prestigio.
¿De dónde sacaban esos datos? Obviamente de relatos orales. Habría bastado que un simple comerciante fenicio de aceite hubiera dejado caer un comentario: «Unas aceitunas de gran calidad dan este aceite dorado que procede de una isla donde ni siquiera crecen las serpientes». Y subiría el precio. Trucos de botiguero.
Pero en Ibiza crece casi todo, es extraordinaria la maleabilidad de las tierras de la isla para las plantas y los bichos. Cualquier ser vivo de este planeta –incluso focas y morsas, cuando las había– se hacía a la latitud mediterránea y a la humedad de la isla.
Qué remedio.
Hay mucha gente que ahora cree a pies juntillas que en Ibiza no pueden reproducirse los escorpiones, por ejemplo. Pues sí, los escorpiones, las víboras y las culebras pueden campar a sus anchas en las Pitiusas, y de hecho hay unos cuentos bichos que son altamente venenosos. Si no disponemos de todo el catálogo ibérico es porque se han extinguido y un animal se suele extinguir porque un depredador (más raramente un parásito o enfermedad) lo ha acosado hasta reducirlo a cero.
Escorpiones hay en Mallorca, culebras las hay en Menorca, etc. No es necesario buscar misterios. En Ibiza los escorpiones se habrán extinguido, pero podemos augurar fácilmente que volverá a haber, porque se importan todo tipo de maderos, troncos y planteles de la Península y de más lejos.
Las culebras (de herradura, de escalera, bastarda, blanca, etc.) ya han procreado hasta límites alarmantes, y desde mucho antes de 2003, como se decía el otro día. Los primeros ejemplares que anoté son de la parte de San Lorenzo, donde un foco se ha ido extendiendo y ha colonizado ya la parte de San Rafael. Pero también las hay en San Jorge y seguramente llegarán a San José, San Juan y San Antonio. Todo es cuestión de tiempo, porque ponen una veintena de huevos y ahora mismo en Ibiza nadie les hace frente.
No sólo no tienen a las rapaces (cigüeñas, buitres, halcones, águilas de distintos tipos) enfrente, es que apenas quedan erizos y eso que el erizo es un enemigo letal para las víboras, crótalos y culebras. Además las serpientes encuentran abundante comida y en caso de carestía tienen un abundante abanico donde escoger.
La parte más triste es que dañarán gravemente las colonias de salamanquesas (dragones) y lagartijas, que a su vez dan cuenta de los mosquitos y de otras larvas dañinas.
En Ibiza hemos roto el equilibrio en la cadena trófica y los disparates van a sucederse. Hay que emprender una ofensiva en toda regla contra las culebras y rezar para que la isla no se llene de víboras venenosas ni de alacranes.

Corrección, 9.47 h.: Se me ha colado la dulce cigüena, un cicónido, entre las rapaces. Como pienso escribir otro artículo para el Diario de Ibiza, ya lo explicaré.