miércoles, septiembre 29, 2010

Más por menos


En Ibiza se sigue la misma mecánica de siempre: ya que el turismo está muy lejos de seguir ofreciendo altas rentabilidades, sigamos exprimiendo y ordeñando los recursos naturales de la isla, consumiendo territorio y, en suma, sigamos construyendo. No puedo interpretar de otra forma la petición de la patronal de mayores facilidades en el Plan Territorial.
Es que solo hay media isla construida. Pretenden que esté amazacotado el cien por cien del territorio. Déjenme decirlo: de locos. ¿Por cierto, a quién representan estas patronales? A la isla no, desde luego. Cuídense de lo suyo, que ni eso saben hacer bien.
Porque el turismo lleva al menos quince años de caída, una firme caída hacia el fondo, aunque ahora nos veamos obligados a cantar loas a la gran ocupación de agosto. No solo no ha sido una gran ocupación, sino que el gasto turístico va disminuyendo a cada año que pasa. Ya solo falta que algún mayorista como Thomas Cook anuncie bajadas unilaterales de las facturas de un cinco por ciento o que el grupo GPS practique la política de tierra quemada con los precios de sus plazas hoteleras.
Necesitamos optimismo, lo necesitamos desesperadamente, pero que conste –parodiando a Gramsci– que es un optimismo que nace de nuestra voluntad, no de nuestra razón. Queremos ser optimistas por que sí y ya vale.
Nos queda un consuelo muy matizable: nos somos los mallorquines y los ibicencos (Formentera y Menorca, aunque por razones distintas, se van salvando) los únicos que vemos menguar nuestros ingresos, a pesar de ocupaciones muy remarcables en julio y en agosto.
Lo acabo de leer: «Los hoteles españoles aumentaron más de un 9 por ciento las pernoctaciones registradas durante el mes de agosto, el mes turístico por excelencia. Pero lo hicieron volviendo a bajar los precios, y ya van 21 meses seguidos».
Corolario: estamos obligados a ofrecer más y mejores servicios para competir, pero cobrando menos, soportando gastos imprevistos, subidas del impuesto del IVA, la incertidumbre de los volcanes, las nefastas huelgas de controladores o el Cafarnaún más inesperado.
Hoy el empresario ibicenco ha de estar preparado para el zafarrancho más insólito, y llegan los obuses desde España, desde Europa o desde la misma Ibiza si es cierto que el año que viene las ofertas del grupo Ferré serán escandalosamente bajas. A reventar el mercado. Esto hará daño.
No estaría de más un poco de reflexión: la energía eléctrica facturada en las Pitiusas se ha incrementado un 127% entre 1997 y 2009. O sea, hemos más que doblado. Y quieren todavía más territorio disponible para el destrozo. Mejor sería cuidar y mejorar lo que ya tenemos y parar la bárbara especulación que ha acabado con la isla.