domingo, abril 29, 2007

Todos quieren mangonear las cifras del turismo

Todos los políticos y sus partidos (y sus partidas) quieren controlar las cifras en general. Dosificando la información, piensan, podremos controlar las reacciones y a la larga moldear las opiniones.

Pero en el caso de las cifras turísticas de Baleares he visto muy exagerado este modo de conducta. Es más, en sus libelos y terminales mediáticas, hacen un uso sistemático del latiguillo monocorde ya conocido: Que el PP vino a salvar a las islas del desastre. Que en cuatro años de Pacto el turismo se había hundido.

Cualquier persona medianamente informada ya sabe que esto es rotundamente falso. Vinieron menos turistas a Ibiza y Formentera, cierto. Pero porque salieron menos turistas de los países emisores (Reino Unido, Alemania, Francia). Como consecuencia llegaron menos turistas a las Baleares… y a toda España.

¿Por qué no miran las cifras?

De manera que los socialistas, maestros en la manipulación a nivel general, han encontrado en las Baleares la horma de su zapato con el PP. En Ibiza llega hasta extremos ridículos.

El triunfalismo con que se han ido dando las cifras, desde el mes de enero, hace pensar que la refinadísima gestión de nuestros Consells o Consejos Insulares ha sido un magistral ejercicio de habilidad técnica y conocimientos de la promoción.

No voy a ser sarcástico, porque algún mérito tendrá el PP, como antes lo tuvo el Pacto, pero los aumentos detectados no son mérito especial de nadie.

Quiero decir que las economías europeas se han rehecho. España es una potencia mundial en turismo y ha recibido a 58,8 millones de turistas (siempre hablo del 2006).

De ellos, 15 millones han ido a Cataluña (+6,9%) con un aumento superior al de Baleares (+4,7%). Y eso gobernando en Cataluña el desastre del Tripartito.

Miren, es mejor no marear mucho las cifras. El 2006 fue un buen año, y el 2007 lo volverá a ser, a pesar de los destrozos urbanísticos acometidos en forma de autovías/pistas y a la espera del consiguiente en puertos deportivos y otras cosas.

El mérito para quien lo tenga. Y la vergüenza eterna a quienes están masacrando la isla y su futuro.


En 7 días es el título genérico de mi sección de los domingos en Diario de Ibiza. Hay que entrar en Diario de Ibiza, apartado Suplementos y leer el artículo que está en pdf.

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sábado, abril 28, 2007

Desde los 70 hemos avanzado


En muchas cosas no hemos avanzado, sino que hemos retrocedido. Por ejemplo, en esta deleznable mentalidad de una inmensa mayoría de nuestros empresarios: comprar parcelas lo más cerca posible del mar y rellenarlas con módulos siempre iguales y lo más baratos posible.
Y así seguimos. Hemos empeorado porque ahora lo rentable no es explotar estas jaulas para turistas, sino construirlas directamente y que después se apañen los vecinos y los ayuntamientos con los servicios.
Pero en otras cosas hemos avanzado mucho. En el estudio de las aguas del Mar Mediterráneo, por ejemplo. Quien busque información concerniente a los comienzos de los 70 se encontrará perdido.
Yo tuve suerte, porque en 1973 conocí al geógrafo Tomeu Barceló Pons, que además de profesor fue un buen amigo y me facilitó algunos estudios sobre zonas concretas del mar. Es lo que había: algunos encargos improrrogables para conocer los límites de depuración de la bahía de Palma o de cualquier otra zona. Barceló fue en esto un adelantado.
Tan pronto pude le entrevisté para el Diario de Mallorca (las colaboraciones asiduas, sumadas a las del Diario de Ibiza, me ayudaron a pagarme los estudios). Tema: la muerte del Mediterráneo, al que no le quedaban más de veinte años de vida.
Tomeu, que es un mallorquín astuto y burlón cuando quiere, no aceptó el envite. Un profesor o un científico no suelen apostar por plazos concretos. Hizo bien. Entonces el mar ya mostraba síntomas de estrés y de saturación de contaminantes químicos, sumados a la creciente aportación de material orgánico que iba decantándose en zonas turísticas.
Han pasado más de treinta años y las aguas litorales están siendo depuradas, pero también es cierto que nadie contaba con la brutal irrupción del agua asalitrada (potabilizadoras) en determinados segmentos de costa.
¿Está muerto el Mediterráneo? Bueno, no, no está muerto. Tienen razón aquellos geógrafos que definen el mar como una depuradora natural que va reciclando todo cuanto se le echa.
¿Todo? Todo no, me he colado. Ya se conocían entonces los efectos demoledores del mercurio, que no desaparecen, pero es un mercurio que tiene causas naturales (no como en el caso de los garimpeiros, mineros buscadores de oro en Brasil). Y ahí está. Mucho más que en cualquier otro mar.
Otros contaminantes se conocen hoy a la perfección y algunos son realmente muy peligrosos. Sin olvidarse de las toneladas de hidrocarburos que van acumulándose en las aguas, aunque los hidrocarburos se volatilizan, dándoles mucho tiempo. ¿Comprenden por qué este tema me enganchó desde el principio?

Publicado en Diario de Ibiza, 28 de abril, 2007
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miércoles, abril 25, 2007

Analizando los huevos de la pardela (virot)


De aquí a veinte años, nuestro Mediterráneo será un mar aburrido, sin pesca, muy contaminado, con muchos accidentes y sin futuro. Esto lo decíamos hace décadas y podía leerse en algunos reportajes. El tema de los ovnis y el de la muerte del Mediterráneo eran recursos recurrentes en cualquier semanario.
Del año 1984 guardo un recorte del profesor Aristeo Renzoni, cuyas teorías coinciden bastante con los del geógrafo catalán Margalef, en el sentido de que mucha de nuestra contaminación es debida más a causas naturales que a la acción humana. Y que el mar dispone de una poderosa cadena de mecanismos para ir renovándose y depurándose a sí mismo.
Ahora que he leído informes más recientes y sabemos que la población fija en el litoral es de 90 millones, a la que hay que sumar los 120 millones de población flotante, podemos concluir que no es así.
Podemos formularlo de la siguiente manera: a la contaminación natural permanente e indestructible, se debe sumar una creciente aportación de contaminantes provocada por la acción industrial y comercial del ser humano. Ignoro si Renzoni ya ha modificado su visión. Y aún más, los últimos estudios que he leído o consultado deberán revisarse en profundidad, porque no se ha tenido en cuenta la variable del calentamiento global y del cambio climático. Y eso no es moco de pavo.
En 1984 Renzoni hacía como los forenses y criminalistas, que estudian las uñas y el pelo para detectar venenos. El italiano se llevó a sus laboratorios cinco pardelas o virots congelados. De hecho sale mucha información de los huevos y del ave, de los crustáceos, de los peces y de los moluscos.
Los estudios de Renzoni compararon los puntos de Creta, Sicilia, Mallorca y Madeira. Su conclusión inicial fue que el Mediterráneo estaba cuatro veces más contaminado en mercurio (causas naturales) y en PCB que el Atlántico.
El PCB, explicaba (yo creo que se refiere al PVC), es un activísimo contaminante que se encuentra en cantidades ínfimas en materias plásticas y en aquellos momentos se estaba erradicando de la industria norteamericana. Ignoro si a día de hoy está prohibido en Europa, aunque es de suponer que sí.
El mar acumula muchas sustancias que son letales o peligrosas, incluso pesticidas. Al menos se ha ido tomando conciencia de la peligrosidad de sumir en las fosas profundas los bidones de sustancias tóxicas de carácter químico o radiactivo.
No obstante, asusta el intenso tráfico de petroleros cargados de hidrocarburos. Al ser un mar céntrico se ha convertido en la ruta natural para los transportes y no pasa año en que no se sufran decenas de derrames accidentales. Sin contar la desalmada costumbre prohibida de limpiar sentinas y tanques en alta mar, liberando toneladas de porquería al mar.

Publicado en Diario de Ibiza, 25 de abril, 2007

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lunes, abril 23, 2007

Día delLibro/ No hay que leer necesariamente en un libro


Uno de mis primerísimos artículos publicados en el Diario se titulaba algo así como “La desaparición del libro, ¿cómo y cuándo señor McLuhan?”.

Que el libro está predestinado a desaparecer era una de las consecuencias que se derivaban de la implantación de las nuevas tecnologías y de los nuevos medios.

Pensaría en la televisión cuando afirmaba metafóricamente que “el medio es el mensaje”. Pero no, los que escribimos sabemos que el mensaje es el contenido. Por no atender a esta palmaria evidencia se han estrellado y se seguirán estrellando muchas cadenas de televisión que piensan que “el público es tonto y traga lo que le echen”.

Y no. O sea, yo no lo he pensado nunca. El público no es tonto, pero es muy cómodo, tiene muchos problemas y cuando no los tiene se los inventa y, llevados por la ley del mínimo esfuerzo, prefiere la diversión a la reflexión. De ahí que la televisión basura nunca tenga fin: un sector muy amplio del público quiere espectáculo, diversión. Ya sabe que eso no se serio. Pero precisamente por eso lo elige.

Ya sabe que el fútbol es un juego y a veces es un timo, como la lotería… pero nunca dejaremos de jugar. Nos encanta jugar y nos llegamos a enfadar mucho cuando un pobre árbitro no ve o no quiere ver una infracción.

A todo esto ¿los libros siguen teniendo algún sentido? Claro, todos. Muchos. El libro sólo es un continente, un soporte, y como tal ya está siendo superado por otras tecnologías. Pero no desaparecerá, aunque no sería mala política, cuanto menos para salvar las selvas tropicales.

Yo compro menos libros que nunca. Me envían menos que nunca. Ya casi me aburre comentarlos, salvo algunos que me producen un placer inigualable.

Ahora mismo, tengo tres al alcance de mi mano. Espero que empiece a salir el solecito, para estirarme en mi terraza y comenzar a leer. Tengo ganas de leer ‘Recortes de mi vida’ de Augusten Burroughs (Anagrama) y el libro de viajes de Jenny Deski, titulado ‘De los intentos de permanecer quieto’ (Circe). Sobre todo la parte de Nueva Zelanda.

Tengo muchos más, cajas enteras, pero no me alcanza ni el tiempo ni el interés. Prefiero releer algunas cosas, por ejemplo, ’La conjura de los necios’ que me ofreció momentos insuperables. John Kennedy Toole se suicidó y esto quizás le hizo bueno, pero nos dejó un libro ameno, que se publicó gracias a la pesadez de la madre.

No desaparecerán los libros y mucho menos la lectura. Si echamos cuentas, nos pasamos la mayor parte del día leyendo, lo cual no ocurría hace cien años.

Un campesino podría haber vivido una vida plena y activa sin tener que leer más que la marca de un coñac o la marca de un saco de potasa. Iconos más que textos.

Pero hoy, apenas nos levantamos y ya estamos con las noticias, los subtitulados de la televisión, los anuncios, los dobles sentidos, los buzones llenos de texto, de fotos. Deleznable, pero todo atiborrado de lectura. Y encima en varios idiomas simultáneamente.

Salimos a la calle y ya tenemos que optar según la lectura: carteles, señales, indicaciones, normas, noticias y avisos. Todo escrito. Conduciendo el vehículo igual: estamos atravesando una ciudad llena de mensajes escritos y con la obligatoriedad de verlos, leerlos y lo que es mejor, de entenderlos, o nos puede ir la piel en ello.

Cuando llegamos a la oficina ya nos entregan un centenar de folios, el periódico, un resumen de noticias, un álbum o un baremo de pedidos. Toneladas de lectura.

A la hora del bocadillo pasamos por la lotería donde debemos leer las últimas instrucciones, las pantallas, y compramos un periódico en el kiosco, del cual sólo hojearemos tres páginas, a menos que nos interese un artículo de unos dos folios de extensión.

Hay que leerlo antes de volver a la oficina, porque después nos espera una reunión que preparamos anoche, desplegando un organigrama que ocupa un folio.

Todavía no hemos abierto el mail del ordenador. Treinta mails de spam y una veintena de recibidos. De ellos, tendré que contestar doce, lo cual implica escribir con una corrección al menos mediana… Bueno, podríamos seguir, pero no es necesario.

Hay que admitirlo: Leer se lee más que nunca, y quizás mucha información con una gran carga semántica. Claro que hace cincuenta años algunos leían más libros, pero no dejaban de ser folletines, en la mayoría de los casos o las novelitas de Mallorquí sobre el Coyote o las de Marcial Lafuente Estefanía. O las páginas de sucesos de El Caso, narrados por Margarita Landi. En fin, material de lectura sí, pero tampoco de una excesiva carga educacional ni formativa.

Podemos quejarnos, porque quejarse siempre es bueno si existe un fundamento, pero yo creo que la lectura ha avanzado mucho, el consumo de libros se mantiene en su terreno minoritario (pero tampoco se había leído tanto como ahora, al menos que yo recuerde).

Es posible que el Día del Libro no solucione gran cosa, pero es una buena excusa para salir y comprar media docena de títulos, como mínimo.

Diario de Ibiza, 23 de abril, 2007

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domingo, abril 22, 2007

Desigualdades hirientes


Después de cinco décadas y media de cavilar acabo de conseguir una definición sobre la felicidad: La felicidad es ir quitando políticos de en medio, ir reeducándoles para algo útil para la sociedad y tratar de que vuelvan a sentir estima por sus antiguos oficios de maestro, artesano, camillero, abogado, periodista (pocos hay) ama de casa, comisionista, contable, conductor, etc.
En vez de esto, España sufre una inflación brutal y mórbida de políticos.
Bueno la hicieron aquellos redactores de la Constitución de 1978 al dejar tanta cláusula abierta en un Estado que se proclamaba pomposamente de las autonomías.
Autonosuyas, pues en cada comarca comenzaron a inventarse papeles, historias, cargos, fronteras, competencias, incompetencias, etc. Conociendo el pasado reciente de nuestra historia, ahora vemos que fue una mala decisión, porque no sólo multiplicó el número de politicastros, resucitando el viejo y añejo oficio de cacique local, sino que ha multiplicado las necesidades funcionariales del Estado por tres.
O sea, un desastre: Una inflamación degenerativa de políticos y una brutal multiplicación de funcionarios. En España son suficientes unos 700.000. Bien, pues multipliquen por tres.
Yo no digo que esté ardiendo Troya, pero Troya funciona más despacio, con un nivel de conflictividad excesivo que paraliza cualquier iniciativa creativa. Troya funciona mal. Ya no podemos competir con Europa ni en Europa. Y ahora mismo se está formando la base para problemas que tendrán una solución imposible, y unas desigualdades fiscales intolerables.
¿A la desigualdad por la fiscalidad? Se titulaba un artículo editorial del Diario de Ibiza. Pues sí, incluso hay sentencias europeas contra estas “vacaciones fiscales” y contra estas prácticas de rebaja o de exención de impuestos para quitarle empresas a las comunidades vecinas.
Mirando España como conjunto en el cual estructurar las relaciones de forma global ya tenemos problemas. Ahora imaginen 17 autonomías en manos disparatadas como las de los nacionalistas.
Que no crea nadie que defiendo al PP. El PP es tan culpable como la UCD en su momento o el PSOE. Para botón basta mirar este engendro creado en Formentera, diseñado por egoístas intereses partidistas.

Publicado en Diario de Ibiza (Suplementos-Dominical), 22 de abriul, 2007

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sábado, abril 21, 2007

Turismo noctámbulo

'Skin for everybody' de Nicola Lanzenberg es una obra en lona de los años 70. Han pasado los tiempos del arte diurno en las salinas. Ahora Ibiza vive de noche. Esta obra se publica en 'Los limites del Paraíso' de próxima aparición.


El turismo de Ibiza y Formentera es un turismo noctámbulo y nocherniego. Que nadie busque a nadie durante el día. No hay nadie. Sólo funcionarios.
Y dado que los museos no son privados, sino públicos, son dirigidos y atendidos por funcionarios.
Los funcionarios funcionan de día en un horario unificado en toda España, pero de día apenas entra nadie en la ciudad, y mucho menos en los museos.
Así ocurre que hay museos totalmente vacíos.
Vacíos por varios motivos, el principal es que la gente no entra porque a esas horas los nativos están trabajando como negros y los negros están vendiéndoles fruta (u otra cosa) a los sajones en la playa. Pero otros museos están vacíos porque están cerrados.
En Ibiza puede darse el caso de que un museo de los más importantes del mundo en su especialidad cartaginesa lleve casi (o sin casi) diez años cerrado. Y nadie se da cuenta. Y como la prensa lo publique hay por ahí gente que se mosquea.
Pero bueno... no molestes... estamos en obras. Funcionamos a nuestra manera.
Tiene razón Florencio Arnán y yo creo haberlo escrito alguna vez. Los horarios del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) no ayudan a que la gente lo visite. Los nativos no pueden y no quieren; los turistas no están ahí a estas horas.
Por la noche todo cambia: una avalancha de turistas baja a mironear, a cenar y a caminar. Los que no se van a someter a una sesión de tortura acústica tienen ganas de moverse, de comprar y de ver. Esta es una buena hora para el museo, que además podría ofrecer actividades acorde, como tríos de cuerda, música de cámara, sesiones de video o de cine, charlas o qué sé yo.
Sobre los museos ya es casi imposible hablar, porque también éste está a punto de cerrar, si es cierto que entra en una fase de obras (¿otros diez años?). Pero quizás sería el momento de recordar que los museos le salen muy caros al contribuyente. Llevan muchos gastos. Hay que rentabilizarlos, agilizarlos y para ello nada peor que esta esclerosis burocrática, que nace probablemente del hecho de que un director de museo parece sentirse el dueño del cargo para toda la vida. Gran error.
Cambiar de director, de gerente o de comisarios no es mala idea. El Museo tiene una parte de gestión técnica, pero también otra parte muy creativa que tomaría relevancia dando entrada de vez en cuando a gente nueva.
Aunque, tómense estas digresiones como una simples notas que no servirán absolutamente para nada. Ahí quedan, y enhorabuena a Florencio Arnán por su medalla de plata del Consell Insular.

Publicado en Diariode Ibiza, 21 de abril, 2007

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miércoles, abril 18, 2007

Redescubrir el Mediterráneo


Tardaría 90 años en vaciarse o en llenarse, decíamos. ¿Esto es mucho? Nada, apenas la vida de un ibicenco que durante los noventa años apenas ha conocido nada en relación con este mar.
Los ibicencos se dividían en dos, decía el archiduque Luís Salvador cuando vino a Ibiza a finales del siglo XIX: pescadores y payeses, uno en el mar y otro en el interior de las campiñas.
No importa que cualquier ibicenco desempeñara su vida en ambos territorios geoestratégicos. La división era importante y no acababa ningún fin de semana en que no hubiera palos o trompazos. «Los payeses son peores que los moros», decían los pescadores. Y palo va, palo viene.
Pero nadie conocía el Mediterráneo. Sí, es un amplio espacio en el cual se hincaba el diente y regalaba abundante pescado, proteínas para la tribu. Incluso se devolvían al agua muchas especies que no se consideraban del gusto de entonces. Pero nada más.
Todos iban alguna vez al mar, también los campesinos. Los payeses a menudo se organizaban para ir a «hacer los calamares» o cualquier otra maniobra de provecho.
Pero el mar seguía siendo este fenómeno temible que cuando se enojaba se llevaba todo por delante: vidas, barcos y cuanto pillara en la costa.
Hoy se lee nuestro mar Mediterráneo de otra forma: se ha transformado en un libro generoso que nos va revelando algunos de sus mitos, podemos ver sus fondos con la ayuda de utillería electrónica inimaginable y con el potente ojo de los satélites. Se estudian sus variaciones químicas y puede seguirse el rastro de la contaminación analizando los indicios en huevos, aves y peces.
Se nos está revelando como un reinado de Neptuno lleno de sorpresas. ¿Está herido de muerte? Está herido, pero algunos geógrafos optimistas piensan que la contaminación orgánica es reciclable. Sólo debemos temer a los contaminantes más mortíferos.
A mí siempre me ha tenido pasmado, por ello en 1973 comencé a interesarme por los destinos, la historia, la mitología y los estudios sobre nuestro Mare Nostrum. Qué poquita bibliografía había entonces...
Se comenzaron a revitalizar los estudios del Mediterráneo en el siglo XIX, pero no fue hasta los años 70 cuando se despertó una conciencia global de defensa de estas aguas tan transitadas y tan contaminadas.
Antes del turismo nos daban la vida. Agricultura y pesca. Pero a medida que hemos ido abandonando la agricultura, se ha sustituido la capacidad generativa del mar. Ahora no nos da pescado, pero pescamos turistas, que para el caso viene a significar lo mismo. Un lugar sorprendente, el mar.

Publicado en Diario de Ibiza, 18 de abril, 2007

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domingo, abril 15, 2007

Un centro mundial de la música


Deambulaba por Ibiza en 1980 un personaje muy peculiar, con melena rizada, una túnica blanca inmaculada y que decía ser mentalista o parapsicólogo. Y encima, brasileño.

Claro, salía todos los días en Diario de Ibiza. Era muy hábil y sabía cómo sacar petróleo de cualquier situación. Las pocas veces que yo hablé con él ya detectó que a mí me gustaba mucho el arte, la música, las músicas del mundo… y me dijo algo que yo, evidentemente, quería oír: “Ibiza llegará a ser un centro mundial de la música”.

Han pasado 27 años, y ahora me reencuentro con esta profética aseveración en un librito mío ya inencontrable, editado en 1982: ‘Tanit y las niñas de purpurina’, en el cual dedico un capítulo a la música de Ibiza.

Entonces los músicos que llegaban dejaban huella, uno a uno. Vivían en Ibiza. Pero ya desde 1990, han venido tantos y por motivos tan superficiales (salir en las fotos de los paparazzi en las discotecas) que no vale la pena ni siquiera hacer la relación.

Pero durante los años 70 las músicas del mundo confluyeron en Ibiza y Formentera, donde King Crimson compuso casi un Longplay entero, con una canción central titulada Formentera Lady. Los Pink Floyd compusieron la banda sonora de More, la película de Barbet Schroeder. Yo oí por allí que Bob Dylan había vivido en el molino de La Mola. No hay ni una sola prueba, pero yo lo dí por bueno. Y a partir de ahí, muchos han copiado algunas de mis metáforas, exageraciones o errores. Bueno.

Desde los estudios de Ibiza Sound Ibiza se ha creado mucha música. Música enlatada. Aquí no hay músicos o compositores de clásica, no hay orquestas (bueno, ahora hay una), no hay teatros que ofrezcan ópera o zarzuela, ni conciertos. Por ahí se podría mejorar.

Y sin embargo, la música está presente en todas partes, a veces demasiado: DJ,s, Ibiza Remix, son habituales, pero en general no son de Ibiza. Y de ahí la pregunta: ¿Ha acertado Ivan Trilha?



Publicado en Diario de Ibiza (Suplementos-Dominical)

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sábado, abril 14, 2007

Ibiza ya era Europa




Leo con cierto interés y mucho desapego estos informes y reportajes sobre los cincuenta años de existencia de Europa como organización común.
No soy euroescéptico a la manera británica, que no es que sean escépticos, es que están abiertamente en contra (no todos, claro), pero yo no pongo mis ilusiones en esta Europa, que no es otra cosa que un gran mercado.
Eso ya es mucho. Así empezó, con un tratado sobre el acero y el carbón y así ha seguido, para culminar en una gran estructura de poder sobre la economía, la banca, las relaciones de producción, los derechos y deberes laborales en los distintos pases, la reciprocidad en algunos casos (no en todos), etc.
Esto está muy bien. Pero a mí no me impresiona. No me aporta ninguna ilusión fuera de lo ordinario. Es más, me da casi igual.
Y recordemos lo que ha cambiado España, donde un extranjero no podía comprarse un terreno si no disponía de un español prestanombres, se necesitaba un permiso militar para construir en las costas, la esposa no podía tener pasaporte aparte sin permismo del marido, el matrimonio era indisoluble, se penalizaba el adulterio, etc. Era otro mundo. Los que hemos nacido a partir de 1950 hemos catado la medicina de distintos regímenes, y los jovencitos exaltados (sobre todo los nacionalistas españolistas, vasquistas o catalanistas) harían muy bien en escucharnos de vez en cuando.
Desde que tengo uso de razón o memoria, Ibiza ya era Europa. Podemos recuperar aquellas roles o listas interminables de barcos franceses, ingleses, daneses, que venían a Ibiza cargados de bienes y se iban de la isla cargados de sal de nuestras salinas pitiusas.
Pero es que a partir de 1953, cuando España ya se abre un poco, y en 1959 cuando el régimen es reconocido por Estados Unidos, Ibiza se convirtió en una especie de ONU. Lo he explicado cientos de veces en varios de mis libros, si no en todos.
Lo diré de otra manera: Ibiza vivía en un régimen autárquico con el sistema de trueque hasta al menos los comienzos de los Sesenta. Pero a partir de ahí, el sistema económico da un cambio radical.
Entonces, desde 1960 ¿de dónde proceden nuestros ingresos básicos? Del turismo. Esto se vio enseguida, aunque con temor, siempre el temor esterilizante del ibicenco. Y el turismo de Ibiza ¿de dónde viene o venía ya entonces? Pues... de Europa.
Hay estadísticas muy precisas. El último medio siglo de crecimiento (y el reverso, de destrucción) se ha construido con dinero procedente de los ingleses. De los franceses. De los alemanes. Y en muchísimo menor nivel, de Italia, Dinamarca, Suecia, la propia España peninsular, Austria, Bélgica, etc.
Esto marca carácter.
Por ello, cuando España ingresó en la Comunidad Europea en 1985, Ibiza ya era Europa desde hacía lustros.

Publicado en Diario de Ibiza, (Opinión), 14 de abril 2007

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miércoles, abril 11, 2007

El origen de la mandrágora


La forma más habitual de suicidarse en el Mediterráneo era mediante ahorcamiento. Quizás en todo el mundo. Pero en Ibiza era la única, salvo algunos casos de bárbara utilización de cartuchos de dinamita colocados entre las mandíbulas.
Ibiza no sólo tiene un islote para los ahorcados, destinado a exhibir los cadáveres enemigos y aviso de lo que ocurriría a quien entrase en la ciudad con intenciones aviesas. Ibiza misma era una isla de ahorcados autóctonos. Ibiza era uno de los sitios de España con mayor índice de suicidios, o sea, de ahorcados.
¿Cómo no va a existir la mandrágora en Ibiza? Se dice por tradición que la mandrágora es una planta solanácea misteriosa y con poderes potentes, que nace debajo de los patíbulos donde los jugos y los líquidos seminales que vertían los ajusticiados servían de generador. Por lo tanto, si hay mandrágoras éstas deben buscarse bajo algún pino donde se hayan ahorcado algunos ibicencos.
No se alborote. Usted no las encontrará: para encontrar una planta de mandrágora, como para encontrar la hierbecita del familià, hay que cumplir unos estrictos requisitos que sólo reúnen algunos magos o brujos. Una persona normal y seria no va por la vida descubriendo mandrágoras.
Más le vale. Para empezar, olvidarse de arrancar la planta con raíz en forma de cuerpo humano, tanto en forma de hombre como de mujer, aunque tienen las mismas propiedades indistintamente. Sólo una bruja o un mago pueden intentarlo y salir con vida del proyecto: al tirar de las hojas y de la raíz, la planta se resiste y comienza a emitir unos chillidos insoportables que provocan lo locura y eventualmente la muerte. Los brujos saben que se debe arrancar solamente un viernes a medianoche y con un perro negro. Se ata la mandrágora a la pata del perro, se llama al animal, que suele morir enloquecido, y se recogen las raíces de una forma muy ceremoniosa. Se tratan durante 30 ó 40 días, hasta que la raíz cobra vida y se convierte en un hombrecito que trae la fortuna a la casa y puede adivinar el futuro. Se conserva dentro de un frasco bien cerrado.
¿No recuerda eso al familià ibicenco? Mucho, y viene a demostrar que casi todas las historias tienen un ancestro común. Por ejemplo, otra coincidencia: la mandrágora (mandrake, en inglés, con la raíz man, que significa hombre) era un hombrecito o una mujercita muy poderosa que podía heredarse... siempre que el hijo cumpliera los deseos testamentarios del padre. Muy listos los viejos.
De ninguna planta se ha escrito tanto ni tanto se ha hablado. No existe cualidad que no se le haya atribuido en un plano místico o supersticioso, pero también es cierto que en la farmacopea se ha usado un poco como la belladona, como analgésico y como narcótico. En grandes dosis es venenosa. Quienes han querido probar su potencia alucinógena sólo han conseguido terribles dolores de barriga y en la cabeza. No es raro. Es un alcaloide, que tiene atropina y escopolamina. Los pastores saben que daña el ganado. De hecho, la palabra mandrágora es de origen griego y significa eso, `dañino para el ganado´.
Cuando observo las fotos, la flor, las ilustraciones, me digo para mí que esta planta existe en Ibiza. Que la he visto a menudo en los márgenes de los canales y de la huerta... En realidad no sé si es la mandrágora común , de la cual hay cuatro variedades, o bien otra herbácea solanácea silvestre de las que tanto abundan en Ibiza. Se lo tendría que preguntar a Toni Bassó o a Vicent Guillemó, que saben mucho de plantas. A mí me hace mucha gracia ver cómo en Harry Potter, por ejemplo, usan con auténtico pavor la palabreja mítica. Pero hacen bien, ya sabemos como las gastan las solanáceas.

Publicado en Diario de Ibiza, 11 de abril 2007

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domingo, abril 08, 2007

Nazarenos


Uno queda cavilando en Semana Santa… ¿a dónde habrán ido a parar aquellas manadas de estudiantes y de turistas que salvaban el charco e inundaban la isla durante casi dos semanas?

Es evidente que todas las circunstancias se han concitado en nuestra contra. Por una parte, muchos destinos animadísimos y más baratos se ofrecen al turismo español, pero es que además, existen más posibilidades de un transporte fácil.

¿Y los extranjeros? Calculo que unos miles de europeos llegarán a Ibiza para desatascar la chimenea antes de que llegue el crudo verano. Pocos. Muchos de estos nuevos residentes (ya no son turistas) suelen aprovechar la invitación del dueño de la vivienda, o sea vienen un poco cortos de posibles.

No hace mucho un importante cargo del Govern Balear decía que en Ibiza y Formentera (de hecho, todas las Baleares) dependían cada vez menos del turismo.

Supongo que se refiere a la importancia del sector de la construcción a la hora de acrecentar nuestro Producto Interior Bruto. Y que un sitio de 125.000 habitantes ya representa un importante factor de actividad por el simple consumo interno.

Pero yo pienso que no es así. Dependemos del turismo casi absolutamente. Y dentro del turismo dependemos, dicho sea con toda precisión, del Reino Unido, de Alemania y de los españoles, sin olvidar Francia e Italia.

El gran error histórico ha sido permitir este crecimiento astronómico, autopistas, grandes infraestructuras, mientras no existen ni aceras, ni existe una planificación mínima en todos los polos de crecimiento urbano.

¿Qué se ha hecho del turismo de Semana Santa? Se ha volatilizado. De hecho, los intentos de potenciar el turismo en marzo y abril no han llegado a cuajar, y los meses de abril y mayo muestran agitación porque los agitamos nosotros, con nuestros créditos, preparando los locales y organizando el verano.

¿Y qué se ha hecho del turismo del verano? Pues… clubbers, todo incluido y algunos despistados que caen en septiembre o en el octubre. Por lo demás, casi es mejor dejar de emplear la palabra verano: No existe. Sólo julio y agosto.


Publicado en Diario de Ibiza (Suplementos/Dominical)

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sábado, abril 07, 2007

También las picantes son sorprendentes


Caigo en la cuenta de que no había hablado de las solanáceas picantes. Durarán poco, pero son muy eficaces en su maldad. Bueno, supongo que es su estrategia defensiva, porque hay pimientos que hacen desistir al más aguerrido sólo por su aspecto satánico.
Hay pimientos de muchas clases y todos nos fueron llegando de las Américas (aquí está bien decirlo en plural). Está el verde o citró, como le llamamos en Ibiza; está el más achatado y dulzón conocido por morrón, y entre los picantes hay una variedad casi inabarcable.
Los picantes han tenido éxito desde muy antiguo. Por una parte encienden la lengua como si fuera fuego, pero si se consigue pasarlo rápido al resistente estómago, allá hace su labor contra la bichería.
Son un buen conservante de las carnes. Eso lo debieron descubrir muy temprano nuestros antecesores: la revista Science ha publicado los resultados de varios equipos de arqueólogos que han descubierto el uso de pimientos chili unos seis mil años antes de Cristo, en tiempos en que Ibiza debió estar despoblada (?), pero no así Mallorca. Ya lo consumían en América del centro y del sur.
El pimentón es otro hallazgo que los isleños usamos en la elaboración de sobrasada. No es tema baladí. El pimentón ha de cumplir unas reglas muy precisas, en su elaboración (pimientos secos triturados) y en su aplicación del embutido. No hacerlo bien puede dar lugar al molesto proceso de oxidación, en el que la sobrasada se vuelve de un mortecino color blanco. Pero el picante conserva y, probablemente, extermina una amplia gama de parásitos, gusanos y larvas. O sea, antes del siglo XVII, por poner una fecha ¿no se hacía sobrasada en Ibiza? ¿Se empleaba otra técnica, como la salazón?
Los primeros pobladores debieron fijarse en esto, al tiempo que se veían desesperados por el proceso de putrefacción de las proteínas de la carne. De modo que por asociación no debieron tardar mucho en relacionar los efectos con su causante.
El pimiento es una solanácea admirable. Y a quien le gusten los pimientos de Padrón (no son de Padrón, son de América; ni el pan con tomate es de Cataluña) pueden llegar a ser un placer, porque hay gente que, inexplicablemente, apenas detecta los efectos piréticos del picante. Debe ser cuestión de sensibilidad papilar.
Tampoco se me había ocurrido que este fenómeno, la picazón, puede medirse por intensidad, como los terremotos o como la fiebre. Y me enteré al leer que se realizaba un concurso para conocer cuál era el pimiento más picante del planeta, para lo que se comenzó a acumular literatura botánica. No es ninguna tontería. En México ganan de calle, pensé, recordando el éxito de los pimientos en la tierra donde Moctezuma tomó su venganza en forma de diarrea.
¿Cómo lo miden? No lo sé en español, porque lo tomo del Time, pero en inglés le llaman SHUs, que parece onomatopeya al expulsar el aire quemado por el picante. Pero no, SHU viene de Scoville Heat Units. ¿Podemos traducir libremente por Unidades Scoville de Calorcete? Pues eso al parecer se consigue midiendo los capsaicinoides o elementos químicos que confieren la picantez a la comida.
Para no alargarme, puedo decirles que el pimiento rocoto tiene 50.000 shus; el jalapeño es uno de los más picantes que se conocen; nada comparado con el Savina Rojo, un habanero plantado en California (557.000 shus); un Dorset Naga cultivado en Inglaterra, de semilla procedente de Bangladesh, midió 923.000 shus.
Pero el gran ganador lo descubrió el instituto de Chili Pepper de la Universidad Estatal de México , que certificó que el `chili fantasma´ o Bhut Jolokia procedente de la India no tiene rival: más de un millón de shus.
Para comparar, ninguna planta llega a esta intensidad. Sólo los picantes químicos tienen entre dos y cinco millones de shus.


Publicado en Diario de Ibiza, 7 de abril 2007

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miércoles, abril 04, 2007

David Walsh, un inglés de colonias

Cada vez que cruzo los datos sobre la Ibiza de los años 60 me quedo sorprendido. ¿Cómo diablos fue posible este cúmulo de artistas procedentes de todo el Planeta? Eso ni en Lurdes ni en Fátima.
Ibiza se convirtió en un imán extraño que atrajo sin coordinación ni mutuos conocimientos a pintores, vividores, artistas, muchos de ellos seres que ya venían rebotados de un concepto de vida insoportable. Los rebotados del siglo XIX y XX.
En unos años, desde 1955 por ejemplo hasta 1970, todos confluían en Ibiza. Y era gente con carácter. Gente muy hecha, o muy deshecha, viajada, fracasados pero con grandes dotes para crear de la nada. ¿Inadaptados, desadaptados? De ellos es el reino de la investigación pues el ser humano no está adaptado a todo, sino todo lo contrario, siempre está en vías de adaptación.
Estos artistas eran los pioneros. Los que van delante, los que reciben más bofetadas, pero son los que respiran el aire más fresco, tienen las mejores panorámicas y se sienten libres como el viento que les recibe.
David Walsh fue uno de ellos.
Había muchos ingleses o mejor dicho británicos que no soportaban la sacrosanta vida de la sociedad inglesa. De todos formas en los 60 cambiaría mucho, pero a los ingleses de las colonias ya no les interesa Inglaterra. Ivan Spence había dado la vuelta al mundo y recaló en Ibiza, hasta que le echaron las termitas que hundieron su galería; David Walsh había nacido en la India, cuando era colonia del Imperio, y de joven fue militar. Fracasó en los negocios, trabajó en publicidad, pero descubrió Ibiza y ya se quedó para llevar una vida totalmente distinta.
Leslie Grimes parecía un viajero diminuto, barbudo y curioso, uno de aquellos ingleses que se iban a comprar tabaco y nunca más regresaban.
Douglas Portway venía de Suráfrica y cuando se quedó en Ibiza frenó su periplo. Muchos de aquellos extranjeros tenían dos mujeres, pero el problema es que Portway tenía a la madre y a la hija. Se armó tal follón que tuvo que irse de la isla (como dos décadas antes le ocurrió a Raoul Hausmann, por motivos parecidos).
Ahora se expone a David Walsh en la sala del Club Diario. Es una buena ocasión para ver 30 pinturas del británico, que falleció a los 54 años por un tumor cerebral que le tuvo en jaque durante dos años al menos.
No se sentía nada orgulloso del rumbo que había tomado la isla. Pintó muchas veces la despedida de Ibiza con un dramático cuadro (solía pintar al óleo sobre tabla, lo cual no es nada usual) titulado `Farewell to Vedra´. Era un adiós al Vedrà, a Ibiza y casi a la vida.
En sus tiempos fue famoso, estaba bien relacionado y trabajaba mucho como ilustrador de libros, para la revista satírica Punch y algunos encargos muy bien pagados, como la portada de Time, que le publicó un retrato (imaginario, supongo) del multimillonario Howard Hughes, puesto en candelero por la falsificación de su biografía. Hecha en Ibiza, naturalmente, por un tal Clifford Irving.
Esto era Ibiza. De locos. Y había cientos de personajes del mismo estilo. Vean a David Walsh, es una reliquia.

Publicado en Diario de Ibiza, 4 de abril 2007.
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domingo, abril 01, 2007

Tarda 90 años

Mi mami cumplió el otro día todo un Mediterráneo. Es una de estas payesas que siempre anda buscando y encuentra ayes, pero ha cumplido los 90 años. Y no es un chiste: lo que más parece preocuparle es quién va a cuidarla cuando sea vieja.

Esto me sigue convenciendo de que el mundo tiene medidas, pero cada uno se hace las suyas. Mientras vayan bien…

Un poco saturado -sé que les ocurre lo mismo a muchos compañeros periodistas de Ibiza- porque en Ibiza, como en Cataluña, como en España parecemos obsesionados con hurgar en nuestras entrañas, en nuestra esencia, en nuestra constitución.

Siempre estamos a punto de cambiarlo todo.

Ahora lo ha hecho Pedro Palau y su equipo. En mayo sabremos si sus colosales removimientos de conciencia, perdón de tierra, han calado hondo en los ibicencos. Sabremos si han gustado o no, porque el PP se ha embarcado sin llevar este destrozo en el programa electoral.

Lo sabremos a posteriori

Y que conste: Nadie va a explicar en la campaña ¿por qué se ha elegido la cima de una montaña de 140 metros de altura para construir una depuradora? ¿El boulevard que inauguró Tarrés seguirá llevando el mismo nombre? ¿Se construirán cinco o siete puertos deportivos en Ibiza?

Ibiza ya galopa a ritmo desbocado. Al menos hay que poner en aprietos a los socialistas (¿socialistas, estáis seguros?); a los catalanistas que quisieron incluso tumbarle el nombre a Ibiza; y al Partido Popular que ha creado tal grado de destrozo, hundimiento y destrucción como no se recuerda en todos nuestros miles de años de historia.

El votante, como en Francia, se la tendrá que agarrar con papel de fumar. Nunca olvidaré que si los socialistas no llegan a votar en masa al corrupto y cesarista Chirac, hubiera ganado Jean-Marie Le Pen.

En Ibiza hay elecciones, dios santo, y mi madre cumplió el otro día noventa años, que es el tiempo que tarda el mar Mediterráneo en vaciarse o en llenarse. En la mitad de tiempo, el PP y sus predecesores, han dejado Ibiza inservible, para el arrastre.



Publicado en Diario de Ibiza, 1 de abril 2007

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