domingo, abril 22, 2007

Desigualdades hirientes


Después de cinco décadas y media de cavilar acabo de conseguir una definición sobre la felicidad: La felicidad es ir quitando políticos de en medio, ir reeducándoles para algo útil para la sociedad y tratar de que vuelvan a sentir estima por sus antiguos oficios de maestro, artesano, camillero, abogado, periodista (pocos hay) ama de casa, comisionista, contable, conductor, etc.
En vez de esto, España sufre una inflación brutal y mórbida de políticos.
Bueno la hicieron aquellos redactores de la Constitución de 1978 al dejar tanta cláusula abierta en un Estado que se proclamaba pomposamente de las autonomías.
Autonosuyas, pues en cada comarca comenzaron a inventarse papeles, historias, cargos, fronteras, competencias, incompetencias, etc. Conociendo el pasado reciente de nuestra historia, ahora vemos que fue una mala decisión, porque no sólo multiplicó el número de politicastros, resucitando el viejo y añejo oficio de cacique local, sino que ha multiplicado las necesidades funcionariales del Estado por tres.
O sea, un desastre: Una inflamación degenerativa de políticos y una brutal multiplicación de funcionarios. En España son suficientes unos 700.000. Bien, pues multipliquen por tres.
Yo no digo que esté ardiendo Troya, pero Troya funciona más despacio, con un nivel de conflictividad excesivo que paraliza cualquier iniciativa creativa. Troya funciona mal. Ya no podemos competir con Europa ni en Europa. Y ahora mismo se está formando la base para problemas que tendrán una solución imposible, y unas desigualdades fiscales intolerables.
¿A la desigualdad por la fiscalidad? Se titulaba un artículo editorial del Diario de Ibiza. Pues sí, incluso hay sentencias europeas contra estas “vacaciones fiscales” y contra estas prácticas de rebaja o de exención de impuestos para quitarle empresas a las comunidades vecinas.
Mirando España como conjunto en el cual estructurar las relaciones de forma global ya tenemos problemas. Ahora imaginen 17 autonomías en manos disparatadas como las de los nacionalistas.
Que no crea nadie que defiendo al PP. El PP es tan culpable como la UCD en su momento o el PSOE. Para botón basta mirar este engendro creado en Formentera, diseñado por egoístas intereses partidistas.

Publicado en Diario de Ibiza (Suplementos-Dominical), 22 de abriul, 2007

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