sábado, abril 30, 2011

Siempre nos quedará el turismo... o no



Siempre nos quedará el turismo, o quizás no. Pobres de los españoles si tenemos que defendernos con la pesca, la minería, la agricultura, la industria o la actividad inmobiliaria. Lo hemos agotado todo, y el resto ha quedado inutilizado para siempre por unas negociaciones con la Unión Europea hechas con los pies. Algún día se publicará un estudio sobre la muerte de la economía española debido a una pésima negociación con Europa, culpa sobre todo del socialismo (trece años de felipismo, más ocho de zapaterismo: 21 años de derribo y de desplome) y en menor parte del PP.
Menos mal que nos quedará el turismo, decíamos, como si fuese un maná caído del cielo.
Pues no, también la política de ZP ha sido nefasta. Ya veremos cómo se recupera el mercado, cómo se renueva la planta hotelera y cómo se enfoca el turismo en los próximos diez años. Ya veremos.
De momento, el único que ha reaccionado –y en registro de promesa electoral– ha sido el PP, que ha prometido un IVA superreducido en el turismo, al menos en los servicios de alojamiento, transportes y restauración. Una medida que aliviará o aliviaría, pero que tampoco sería la panacea. Hay que ejecutar una auténtica batería de medidas conjuntamente y siempre bajo un prisma general de máxima protección del medio ambiente, de las aguas y de las costas.
El PSOE no ha demostrado ninguna sensibilidad especial en esta actividad. Falta ver si hay recambio de Gobierno y éste cumple lo prometido. No es necesario recordar la importancia del turismo, técnicamente una exportación, en el total de nuestro Producto Interior Bruto y como incentivador y creador de puestos de trabajo. Decir esto, a estas alturas, casi sonroja.
La gran potencia generadora de dinero tiene sus puntos débiles. El mismo Viernes Santo leo una noticia que habrá hecho estremecer a más de uno: el volcán de Islandia ha entrado en gran actividad nuevamente. Sí, nuestro amigo que paralizó casi toda la actividad de la aviación comercial en gran parte de Europa.
El caos que generó hace ahora justamente un año el volcán Eyjafjallajökull podría ser pequeño si los volcanes vecinos despiertan con toda su fiereza. De momento los técnicos han observado una reactivación. 
El turismo, esta cosa que nos queda en el fondo del desván cuando ha fallado todo lo demás, ha conseguido alguna extrañas unanimidades y ha convocado presencias dispares, como la de Abel Matutes, convertido en un apóstol del ecologismo, o como Xico Tarrés, que pretende aparecer como un artífice de la mejora de la temporada, cuando el aumento de ocupación previsto afecta a toda la Península y a Canarias y cuando no parece que el gabinete de guerra de Tarrés tenga mucho que decidir en la guerra de Libia ni en las revueltas de Marruecos o de Egipto.
Sea lo que sea, el foco de todas las cámaras está apuntando al tan denostado turismo. No lo estropeemos más. Actuemos ante esta nueva oportunidad y hagamos oídos sordos ante los falsos profetas, los neófitos y los políticos que pretenden sacar tajada, sean del partido que sean.




¿Lo recuerdas? Clica:

VIDEOS: El volcán de Islandia paraliza el tráfico aéreo de Europa

miércoles, abril 27, 2011

Ahora todo son pulgas

A perro flaco todo son pulgas. En espera de una buena temporada turística nos encontramos con algunos hechos que nos dejan sorprendidos.

Uno que ya no se puede ocultar por más tiempo: los chinos han llegado a Ibiza, pero no como en aquella exposición de collages del artista Erro (galería Fred Lanzenberg, en Dalt Vila), sino en nuestros comercios. Así, al tiempo que los ibicencos cierran sus tiendas, los chinos toman el relevo y los empresarios asiáticos poseen ya la mitad del sector de las tiendas multihogar y han hecho cuantiosas inversiones en hostelería y en el ramo de la alimentación.

Dice el Diario: «Los comerciantes pitiusos, preocupados por la expansión oriental». Ya lo creo. Toda la vida bromeando con el peligro amarillo y resulta que los teníamos agazapados en Ibiza, a punto de hacerse con el juego de llaves.

Incluso la patronal Pimeef pide explicaciones, y para cuando nos las den ya perteneceremos a alguna provincia pekinesa.
Así que el refrán se hace carne: ante nuestra debilidad llegan negociantes foráneos a parasitar nuestra economía. ¿O a salvarla? Esperamos que alguien nos explique este extraño fenómeno, porque lo que he leído en Internet no es muy relajante.

Los problemas no siempre llegan de fuera, a menudo son consecuencia de nuestras carencias, ineptitud o derroche.

Un caso flagrante es el funcionamiento de la Justicia en Ibiza, que al cierre de 2010 tenía la friolera de 8.457 asuntos pendientes, un 13% más que el año pasado. Tampoco estaría mal una explicación detallada de esta alarmante situación.

Pero que nadie piense que los juzgados son los únicos afectados por esta parálisis o por este funcionamiento que roza el colapso. También en sanidad se cuecen habas y a perro flaco en tiempos de hambre todo son pulgas y no pequeñas. Casi 4.600 pacientes están en listas de espera en Can Misses para ser atendidos por algún especialista.

Sanidad y juzgados están en tal estado que casi nos disuaden de utilizar sus servicios. Y sin hablar de educación, de la cesta de la compra y el nivel de vida, del precio de los transportes, de la lentitud de construcción y puesta al día de infraestructuras y … buf.

Al menos encuentro alguna buena noticia. Por ejemplo, la decisión final del Govern, que edificará el colegio sobre el yacimiento de Sa Bodega, que al menos será parcialmente museizado. Menos es nada.

Y si no, que se lo digan a Jordi Fernández, director del museo arqueológico. El monográfico de los Molinos ya lleva cerrado unos 15 años, lo cual no es moco de pavo. Maldita humedad... peor es el problema estructural que obliga a grapar el edificio del museo arqueológico de Dalt Vila, porque se está desplomando. Hay décadas en que la arqueología pitiusa no está para nada.

No sabemos el desenlace, pero yo he soñado (¿lo he soñado?) que el museo del Puig des Molins ya no se abrirá nunca más o acabará siendo una discoteca.

sábado, abril 23, 2011

Flores a María y votos en mayo

Hay frases que serían impensables en una fecha normal, pero es que estamos en período pre-electoral. Como la mujer embarazada comienza a hacer cosas no habituales hasta el alumbramiento, los políticos parecen embarazados, pero no de ciencia ni de sabiduría, sino de populismo y demagogia.

Esta vorágine populachera les induce a decir cosas que nadie cree, ni ellos por supuesto, pero como entran en trance por autosugestión, se van reduciendo progresivamente al infantilismo.

Bueno, procuraré no caer en honduras ni en las fiebres electorales, pero no me gustaría pasar por alto algunos temas que van saliendo como bultos, como hematomas que explican la personalidad del autor.

Vicent Marí, alcalde de Santa Eulalia, piensa que «el golf ya no es sinónimo de especulación». ¿Ah, no? Ignoro si lo ha explicado, pero me gustaría conocer al empresario que quiera hacer un campo de golf en Ibiza si no se le permiten copiosas instalaciones, apartamentos, restaurantes, piscinas, etc. con las que especular y multiplicar por cien o más el valor de lo invertido. Golf de secano, sí; de mojado, no. Ni de centrifugado. Otra cosa es que Marí autorice una urbanización con la coartada de un campo de golf.

Sin ir mucho más lejos, Matutes estará encantado de no especular, siempre que le dejen forrarse sin especular.

Ya ha avisado: está con hambre de ladrillo, quiere puertos, quiere golf. Ha sido más explícito: si le hubieran dejado a él («¡A mí Sabino, que los arrollo!»), en Ibiza no habría ni un parado. Y con lo grande que es el Planeta, ¿no ha encontrado ningún sitio donde poner en práctica sus excelencias?

Cuando perdió las elecciones el PP, gracias en gran parte a los destrozos causados, Abel Matutes escenificó una extraña ceremonia: apareció flanqueado por dos fornidos jamaicanos de color subsahariano, anunciando que iba a salvar Jamaica, o poco menos. Han pasado los años y Jamaica sigue con los rastas, el porro y la música reggae, pero Matutes ha vuelto para salvar Ibiza. Que Dios nos pille confesados. Si el PP de Ibiza no consigue zafarse del abrazo del oso, malas expectativas le veo en las urnas.

Le doy la razón a Abel en una cosa: las prospecciones petrolíferas seguirán dañando todavía más la calidad de las aguas y mermarán nuestro turismo.

El PSOE tampoco se libra, desde sugerir un carnet para buscar setas (de encontrar no dice nada) hasta preparar una costosa exposición (ayuntamiento) donde se nos anuncian los logros que se conseguirán si llegan a hacerse. La Junta Electoral se la ha hecho desinstalar, como es normal, pero el derroche ya está hecho. El gasto del PSOE en Ibiza es materia que no aparece muy explicada y sería de un gran interés.
Tampoco la central de autobuses del edifico Cetis. Han saltado unos chispazos en forma de polémica, pero ni el PP ni el PSOE aportan datos, fuera de cuatro generalidades que no comprometen a nadie. Yo me quedo intrigado.

El uso que se vaya haciendo de estas instalaciones quizás nos explicará muchas incógnitas. Atentos a la campaña, si lo resisten.

miércoles, abril 20, 2011

Un desfase continuado



La vorágine poblacional de las Pitiusas es de difícil gestión y de casi imposible digestión, lo sería aun disponiendo de un abundante presupuesto, al estilo de las diputaciones vascas. Imagino que alguna vez habré sido injustamente duro con algunos políticos que se han visto abocados a responsabilidades irresolubles por escasez flagrante de medios. De dinero, vaya, dinero e instalaciones.

Pero la crítica periodística ha de ser continuada, sin bajar la guardia, porque tengo la impresión de que nuestros políticos no consiguen explicar en Palma, Madrid o Bruselas las cosas con la suficiente contundencia. Muchos de ellos es como si temieran ser incómodos a la jefatura, cuando han de ser un pedrusco en el zapato. Los servicios reales en educación, sanidad, infraestructuras y servicios básicos siempre van muy por detrás de las auténticas necesidades. 

Así Ibiza ha sido siempre una gran vaca a la que ordeñar y por regla general ha dado mucha leche aunque la calidad de los pastos (¡y del pastor o del ganadero!) haya sido ínfima. Sobre el caos global de la isla han volado no pocos buitres que han conseguido sacar tajada de un funcionamiento amazacotado, imprevisible y temporero.


 Basta pensar en el transporte de personas y mercancías por barco, pero también en líneas regulares, basta pensar en unos cuantos negocios nocturnos que se han hecho los amos del turismo lúdico de las islas y de otras pequeñeces. El lema ha sido siempre el mismo: que lo importante no se solucione, porque yo llenaré las necesidades urgentes y de paso me quedo con una extraordinaria plusvalía. 


Ni el PP ni el PSOE han solucionado eso, simplemente porque no les interesa. En octubre de 2010, UpyD lo explicaba mejor que yo:
«La falta de infraestructuras adecuadas para la carga y descarga de contenedores en el muelle de Palma, unas carencias que han expulsado de la competencia a aquellas navieras que trabajan con buques porta-contenedores. Esta falta de infraestructuras de la que es responsable la Administración se ha concertado casualmente con la adopción por parte de Acciona y Balearia de una fórmula de transporte que las hace innecesarias. Las dos navieras transportan en la bodega de sus ferries de pasajeros los contenedores sobre una plataforma rodada (camión o remolque) y obligan a que cada contenedor deba embarcarse incluyendo la cabeza tractora para evitar las manos portuarias o estibadores. Aunque se ha evitado la tradicional conflictividad asociada a los estibadores, lo cierto es que la falta de grúas, de zona de inspección de aduanas, de zona para mercancías consolidadas entre otras carencias portuarias, hacen inviable que cualquier naviera que trabaja con buques porta-contenedores quiera desviar, crear nuevas líneas o servicios de carga en los puertos de Baleares, lo que quebraría el monopolio, aumentaría la competencia y abarataría precios». 

Pedro Palau, a la sazón presidente del Consell Insular, reconocía el fenómeno en 2007. Y los demás también. Las Pitiusas sufren un desfase permanente y continuado. Cuando se consiguen los fondos para invertir, la población real ha vuelto a aumentar significativamente, de manera que los servicios recibidos nunca están en justa proporción. Como si Ibiza fuera un sitio excelente para pagar, pero a la hora de recibir compensaciones, somos los eternos olvidados.

sábado, abril 16, 2011

El mayor crecimiento de Baleares



En los años 80 comenzamos a acostumbrarnos al uso de los superlativos. Un récord sucedía a otro. Encadenábamos éxitos o eso nos creíamos.

Como yo empecé a escribir un Anuario estando ya sumidos en otra crisis (1982-1983) queda fácilmente demostrable mi pasmo, mi preocupación por el futuro errático de Ibiza.

Mucha gente no aceptaba estas llamadas de alarma, como tampoco las acepta hoy, pero como en paralelo yo estaba publicando varios libros donde dignificaba (deificaba, podría decir incluso) los orígenes divinos mitológicos de nuestra Ibiza, una cosa iba con la otra y a veces por la otra.

Éramos una minoría los que reclamábamos un uso racional de nuestros recursos. Yo lo veía ya desde el primer día en que empecé a escribir, en enero de 1972: Ibiza no duraría mucho, se la atacaba de forma inmisericorde, sin tino ni mesura. No gustaba nada eso a algunos caciques que siempre han tomado la isla como un solar de su propiedad, aunque no lo sea.

Cuando hace unos años un equipo de géografos y economistas –creo recordar que uno de ellos era el catalán Ros Hombravella, perdón si me equivoco– afirmó en una conferencia en la isla que para mantener a los dos millones de turistas nos gastábamos cada año 7 veces lo que podía producir la isla no me extrañé lo más mínimo. En realidad, las cifras quizás no sean exactas, pero nos estamos puliendo dos veces lo que puede producir el planeta, 3 veces lo que puede producir España, y sobre Ibiza ya he dicho la proporción. Una locura, por eso Ibiza está así y no tiene forma de maquillarlo ni de disimularlo.

Una locura insoportable e insostenible.

Pero se trata de eso y de mucho más, porque una de las primeras consecuencias de este crecimiento exacerbado, desbocado de hecho, es un aumento demencial de la población residente. Un crecimiento especulador (burbuja inmobiliaria) de gravísimas consecuencias urbanísticas, sociales y humanas. Y un funcionamiento sesgado en el cual es imposible que no exista la colaboración interesada de los políticos y de las navieras, gravando el coste de la insularidad sobre la espalda de los residentes.

A pesar de estos desequilibrios estructurales, los jóvenes trabajadores, gratamente sorprendidos por el crecimiento alocado de Ibiza (ya digo, en la manera de crecer y por el ritmo del crecimiento), ellos mismos acabaron comprando el piso que estaban construyendo. Total es crédito, y el crédito es barato y para siempre. Qué burbuja, qué tomadura de pelo, qué destrozos para la islita.

Así, el Diario de Ibiza publicaba el 21 de enero del 2007 que las islas Pitiusas «han aumentado un 45% su población desde 1996». Naturalmente, «el mayor crecimiento de Baleares». 

Así, la población total sumaba 121.865 personas. Euforia desbocada, nadie reparaba en la crisis monstruosa que ya nos tenía atenazados. Era 2007, pero esperen porque no he terminado. No hemos terminado, inexplicablemente seguimos creciendo.

miércoles, abril 13, 2011

De la emigración a la inmigración



Durante la primera mitad del siglo (XX) Ibiza estaba hecha a la emigración, era un fenómeno habitual y del que rara vez escapaba ninguna familia. 

En general, al menos un hijo de cada generación debía asumir la responsabilidad de abrirse camino cruzando el mar para conseguir liquidez que, no pocas veces, ayudaba a nutrir a sus familias ancladas en Ibiza o Formentera.

Desde entonces podemos decir poéticamente que las estelas de la emigración en el mar crearon toda una mitología en la misma Ibiza, se importaron comidas, plantas, nombres, canciones, algún hábito, chistes, locuciones y muchas historias que no tardaron en prender y socializarse, pues Ibiza era una sociedad que transmitía la cultura oral de una forma automática y agradecida.

De manera que llegamos a finales de los años 50 y todavía muchos ibicencos emigraban a Cuba, Argentina, Venezuela, México, Brasil, Perú. Y muchos de ellos jamás han regresado.

Súbitamente todo cambió. El desarrollismo, la televisión, los Planes de Estabilización de 1959, el crecimiento sustancial de la burguesía europea introdujeron una nueva actividad que sería revolucionaria y que en pocas años barrería la sociedad tradicional, la Ibiza rural, la paz, la calma y el aislamiento.

De los 60 en adelante, Ibiza cesa en su flujo emigratorio, pero comienza un vigoroso proceso inmigratorio. Se invierte la mecánica. Al principio serían muchas remesas de españoles (murcianos, andaluces, valencianos, catalanes) las que trastocaron el ritmo migratorio. De exportar fuerza de trabajo comenzamos a importarla y llegó a ser tan acuciante la necesidad de nuevos brazos que incluso los empresarios de Ibiza salían por la costa levantina a convencer y a contratar a trabajadores. Cuadrillas de trabajadores.

Cualquier ibicenco de cierta edad recuerda esto que cuento perfectamente.

Salvados los años 70, incluso superando la fuerte crisis de 1973, y ya en los años 80, Ibiza siguió creciendo de una manera caótica, tanto por la cantidad cuanto por las formas. Tanto por la brutal especulación como por la intensidad de la misma.

Es en los 80 cuando en Ibiza se acrecienta la sensación de agobio, de saciedad, de caos, de carencias de servicios, de incomodidades extremas.

No era solo una sensación, era una realidad, se creció mucho y bastante mal y curiosamente los únicos que no aceptan este hecho son los autores que perpetraron las calamidades encadenadas (y todavía seguirían o seguirán cuando tengan oportunidad).

Pues bien, visto desde hoy, todavía nos quedaba lo peor: los años 90 y la primera década del siglo XXI. Las opiniones son libres, pero las cifras no tanto y lo veremos en cifras.

sábado, abril 09, 2011

Enigmas de población

Consultas antes de que arranque la diabólica temporada, esperada como agua de mayo, que ha de ser en el tiempo que se indica y no en junio, cuando estropea los cereales que no hayan sido segados a tiempo.

¿Cuántos habitantes tiene Ibiza?
Miren, en invierno se dice que unos 120.000, aunque según los últimos datos (de los que hablaré, porque siguen siendo muy llamativos y casi escandalizantes) ya podemos estar llegando a los 140.000 habitantes pero entre las dos islas, Ibiza y Formentera.

Una consulta más fastidiosa suele ser: 
¿Cuántos habitantes tiene Ibiza en verano?
Nos lo hemos preguntado todos, incluso hace dos años comenzamos una movida en la redacción del Diario para tratar de averiguarlo con la máxima precisión.
Creo recordar que entonces quedamos en que Ibiza acogía a unos 300.000 seres humanos (es un suponer) contando los turistas y los residentes. Hoy sabemos que en el pico de agosto somos muchos más. Yo he leído en algún sitio que las Pitiusas llegan a albergar a 400.000. ¿Mucho o poco? A mí me parece una barbaridad, pero puede apostar que esta es la cifra que se maneja en ámbitos sensibles al tema de la inmigración y de la financiación de las islas.

¿Ibiza puede recuperar aquella densidad de cineastas, escritores, pintores, actores de los años 50, 60 y 70? ¿Sigue siendo Ibiza la senda de los elefantes?

Evidentemente no. No están los tiempos, los precios, el estilo de vida humano, el nivel de vida de Ibiza en las mismas condiciones. Hoy Ibiza es menos accesible para los creadores sin posibles.
Ibiza ya se está rediseñando para ser otra cosa, y esto ya hace tiempo que lo he escrito.
Por cierto, uno de los últimos elefantes supervivientes era Frederik, el ex marido de Nina von Pallandt y descubro casualmente que ya hace años falleció asesinado en una isla perdida de Filipinas. Aquel grupo que descubrió Ibiza a finales de los 50 ha ido acabando de manera aciaga.
Clifford Irving ha terminado sabiamente aislado en una ciudad de la América profunda, Elmyr de Hory se quitó de en medio, Fernand Legros también tuvo una muerte desgraciada, Real Lessard vive o eso parece refugiado en Marruecos... y etc.
Ibiza ha reciclado sus estilos, ha superado la etapa hippy y por el camino ha recuperado todo aquello que pudiera ser comercializable.
Ha cambiado de gente y de estilos.
Esto nos lleva a remarcar que hemos aumentado considerablemente la densidad urbanística, la presión humana y el consumo de recursos y sin embargo nos seguimos apoyando en una industria hotelera que se comenzó a levantar en aquellos años. Que alguien haga algo, y no me refiero a salir huyendo.

miércoles, abril 06, 2011

Permiso para prohibir


He recordado la fábula de Samaniego donde la zorra intenta alcanzar un hermoso racimo de uvas dorado y a la sazón. Brinca con fuerza pero no logra llegar y tras varios intentos, ya desanimada, exclama aquello de «bah, no las quiero, están verdes».

Lo mismo ha hecho Antich cuando le han preguntado por los peligros ecológicos de los sondeos petrolíferos en nuestras costas: «bah, no suponen ningún escándalo», olvidando que los socialistas baleáricos se han manifestado en contra de estas prospecciones, pero no han conseguido detener el proceso en Madrid.

No habrá escándalo porque el balear lo traga todo. Lo tragamos todo. Pero que nadie descarte daños a medio y a largo plazo de los que, por supuesto, un Antich ya amortizado no responderá ante la opinión pública.

De momento asistimos a una batería de actos a los que llaman inauguraciones, aunque muchos de estos equipamientos no estén terminados. Se trata de puentear la ley electoral y ofrecer resultados palpables ante los ojos de los posibles votantes. Pero los votantes no debiéramos olvidar que esta propaganda no puede ocultar un pacto que jamás debiera de haber existido con UM ni unos años de esterilidad y merma para nuestras islas.

Hay quien dice que hemos perdido una década. No lo sé, pero es cierto que las instalaciones, los hoteles y las personas somos diez años más viejos, tenemos menos ilusión y hemos gastado muchos recursos para ir sobreviviendo, simplemente eso, para sobrevivir, que no es poco, pero tampoco es gran cosa.

Al menos en Mallorca la maquinaria del sistema judicial echa humo. En Ibiza ya es otra cosa, aquí los legajos parecen dormir pacientemente el sueño de los justos. Nos habría gustado saber el resultado de las pesquisas y conocer la sentencia sobre el caso Ibiza Centro antes de votar. Por ello, yo me abstendré de votar a ninguna lista que lleve imputados (caso del PSOE), no vaya a ser que con su peculiar sentido del humor, una vez hayan salido elegidos, nos cuenten que el voto popular ya les ha absuelto de sus imputaciones.

Pero no, los delitos, el código penal, van por un camino aparte. De ahí la importancia de la separación de poderes.

De momento nos espera un verano muy extraño en el que me pregunto cómo se gestionarán las numerosas prohibiciones de un gobierno socialista, aunque a menudo apoyado por los nacionalistas.

El IVA nos lo tragaremos, las congelaciones de salarios o de las pensiones lo mismo, pero ¿esto de no fumar valdrá en todos los bares, restaurantes, comedores, hoteles, salones, discotecas de Ibiza y de Formentera? 
No lo sé pero, si se quejan, explicadles que hemos votado dos veces a ZP y que a cambio nos ha dejado en la ruina y nos ha prohibido la bollería fina, ir a más de 110, los toros en la tele y en Cataluña, el fumar, ojo con el alcohol y cuidadito si eres cristiano y llevas símbolos explícitos.

En conjunto, en Ibiza intuyo que el escándalo va por dentro.


Diario de Ibiza

sábado, abril 02, 2011

Los países emergentes pueden competir



La euforia turística desatada en Baleares responde a las claras perspectivas de mejora en diversos países emisores, como no, Gran Bretaña, Alemania, Francia... ¿Italia? Italia está en capilla, pero los italianos de Formentera siempre consiguen salir a flote, se calzan el pañuelo de colorines a la cabeza y llegan a la isla de las lagartijas.
El PP no ha tardado en reaccionar: que Tarrés no se atribuya los méritos de este auge de contrataciones, ya que la bonanza turística es coyuntural y no fruto del trabajo del Consejo de Ibiza (Consell de Eivissa). Muy cierto, dicho sea sin desmerecer los esfuerzos de algunos responsables turísticos; el trabajo no se discute, los resultados sí. Por mucha promoción que inyectemos en los medios europeos, llegamos a una cota en la que no se consiguen mayores éxitos. Hay que encontrar el punto óptimo, aunque los hoteleros pidan –qué casualidad, siempre lo mismo– más promoción.
La mejor promoción es que en Gran Bretaña y en Alemania funcione su economía, que no haya paro ni inflación a ser posible. Y esto acaba de demostrarse fehacientemente.
Los dos grandes países europeos, nuestros principales emisores, están mejorando comparativamente mucho más y a ritmo superior que la derrengada España, que está bajo el zapatón del disparatado Zapatero y de su mediocre equipo de economistas y de gobierno en general. Funciona el mercado de trabajo en Alemania y aumenta de manera inmediata y palpable el número de turistas.
Claro que también hemos contado con la inesperada y catalizadora ayuda de un verdulero tunecino al que la policía le incautó las verduras por enésima vez. Desesperado, no encontró mejor opción que rociarse con gasolina y prenderse fuego en la misma calle. Esta chispa, este chispita, ha hecho saltar a los Ben Alí, a los Mubaraks y el mismísimo Gadafi está muy pálido.
A veces, la gota que rebasa el vaso puede despertar la más incontrolable de las tormentas y ha ocurrido en el mundo árabe y en todo el Norte de África, donde varios países emergentes estaban ocupando un lugar interesante en el mercado turístico. Precisamente Túnez y Egipto son dos destinos muy apreciados, aunque por distintos motivos.
Ya vemos que en los últimos años vivimos con el alma en vilo. Una simple chispita, unas cenizas de un volcán, pueden hacer cambiar auténticas fortunas de bolsillo.
Los hoteleros ibicencos podrían dedicar un monumento a este Verdulero Desconocido de Túnez, que con su acto suicida desencadenó una reacción en cadena que se ha llevado por delante a varios dictadores y llenará Ibiza de turistas.
El día 22 de enero pasado los hoteleros de Ibiza admitían que la temporada sería mejor que la de 2011, pero alertaban de la competencia de Turquía y de Egipto. No habían empezado las revueltas todavía.
Pero tenían razón: con revueltas o sin revueltas, los países ribereños emergentes se llevarán su cupo de turistas y se reharán con prontitud. No nos quedemos embobados en un limbo de autocomplacencia.