sábado, diciembre 28, 2013

Peligros en Ibiza y fuera

Baleares es la segunda Comunidad española que sufre más robos en las viviendas, detrás de la Valencia. Como hemos llegado a esta peculiar situación es algo que nos puede explicar el estudio realizado por la aseguradora Línea Directa, Estudio sobre el robo de viviendas en España, donde han cruzado los datos oficiales contenidos en los balances sobre criminalidad del Ministerio del Interior con el total de viviendas de España, unos 26 millones.
Las conclusiones dejan pocas dudas: Baleares va en cabeza, junto con la Comunidad Valenciana. Las menos atracadas son Extremadura, Asturias y Castilla León. Ello corrobora la sensación percibida en Ibiza, donde el aumento de los robos a viviendas se han convertido en algo habitual, a veces acompañados de violencia. Este estudio refleja que los delitos más habituales son en viviendas unifamiliares como las de Ibiza, durante el fin de semana y a plena luz del día. El efecto psicológico sobre los residentes es demoledor.
Cambio de ubicación. Dejemos los peligros de Ibiza encapsulados en la isla y hablemos de los peligros que corren los miles de isleños que salen para pasar el invierno en el Magreb, India, África o Sudamérica, con la salvedad obvia de que peligros los hay en todas partes, por lo que es aconsejable conocer las zonas rojas donde te juegas el patrimonio y el físico.
Argentina, bellísimo país antaño acogedor, se ha convertido en los últimos años en una sucesión de trampas peligrosas en varias zonas concretas. Antes de viajar hay que documentarse un poco. Pero ocurre lo mismo con Brasil -aumentos de delincuencia muy altos- México, Ecuador, Colombia, Bolivia, etc. Antes de planificar es útil estudiar la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de España o indagar en el buscador de Internet el listado de países más peligrosos del mundo. Hay abundante información al alcance de la mano.
Los ibicencos en general eligen el Marruecos interior, donde ya establecen relaciones más o menos confiables, pero ciudades grandes y casi todo el Magreb son, en estos momentos, destinos altamente desaconsejables. Igual que Egipto y por supuesto Siria.
Una regla que no falla ahora es desistir de viajar a países africanos musulmanes o con mayorías islámicas. Países como Mauritania, Mali, Etiopía, Sudán están totalmente vetados al turista. Ni acercarse. No solo es el pequeño hurto o deficientes condiciones sanitarias, es que ahora ya van al secuestro sin contemplaciones. No sabrás quién puede dañarte ni dónde acabarás, porque son tramas criminales en sitios que ellos conocen bien pero donde un europeo tiene poco que hacer. Los rescates no bajan de los tres millones de euros por persona.
Salir de Ibiza está muy bien, casi es inevitable, pero según a qué destino pretenda uno dirigir los pasos hay que dejar bien atado el itinerario y los apoyos. En caso de duda, rehuir la invitación y aprovechar para conocer la maravillosa España, con su gastronomía, buena gente y sentido de la hospitalidad. Y con buen vino siempre a mano.

martes, diciembre 24, 2013

Que no te trague una pitón

Fotografía facilitada por el Ayuntamiento de Ibiza de una serpiente pitón albina de 2 metros de longitud y casi 9 kilos de peso, que la Policía Local ha capturado en una calle de Sant Jordi, en la isla. El ejemplar, de color blanco y marrón y de grandes dimensiones, fue hallado en la tarde del pasado viernes por varios vecinos en la calle Varona de Sant Jordi, que llamaron a la Policía. EFE

Digo una cosa, dice el fenicio, que es como empieza cuando la va a contar gorda. Recuerda cómo hace pocas semanas un pobre hombre inconsciente por los efectos del alcohol fue atacado por una pitón y engullido. Cuando la policía llegó, tomó medidas, es decir, sacó fotos a la serpiente engordada por aquel extraño bocado confitado en alcohol. Publiqué la foto en mi blog y en Facebook. Todo el mundo pudo verlo en la prensa. Ocurrió en plena calle, a pleno día, en Kerala, donde van muchos ibicencos en invierno. Lo digo porque si aquí vamos soltando pitones alegremente se va a acabar el hacer la siesta bajo una sabina o un pinar. Que nos muerda la pantorrilla una culebrilla, pues mire usted, a beneficio de inventario y a tirar millas.
Pero una pitón es toda una señora serpiente, y más si es de San Jorge que es un pueblo de llano en donde se come bien. Lo sabían los piratas berberiscos y por esto lo atacaban siempre: por ser el pueblo más próximo a las costas del desembarco y porque siempre han tenido muchos cerdos, corderos y abundancia de cereal. Pero no tentemos la suerte, porque no podrá salvarnos ni el santo patrón de este hermosísimo pueblo, ahora masacrado por unas malas obras que han destrozado gran parte del diseño y quizás del futuro, no lo sé. No tentemos la suerte, no soltemos boas ni pitones porque en San Jorge se alimentan bien y crecen a gran velocidad.
Aquel santo varón llamado Jorge no era catalán, porque genuinamente catalán no hay nada, al menos que yo sepa. Era de Capadocia, en donde Gaudí copió sus famosas chimeneas, torres orgánicas sorprendentes que entusiasmaban a otro catalán universal, a Dalí. San Jorge venció al dragón, pero si alimentamos a las hermosas boas albinas, nuestro San Jorge de Ibiza no vencerá a la serpiente. El fenicio, que ha sido muy dado a la molicie, al buen arroz bien regado con cava francés, tiene un poco de miedo de estirarse bajo una higuera, sabiendo que algún bicho producto de la posmodernidad puede abrazarme, crujirme y engullirme. No tengas miedo, me decían de niño en el atrio del templo dedicado a Melkart (el de los viajeros), pero por Baal, si el miedo guarda la viña, que una imprudencia no vaya a estropearnos la cosecha. Ya sabemos que hemos liberado a la vida salvaje sobre el cemento a tortugas, iguanas, serpientes, caracoles, y otros bichos peludos, pero la Gran Serpiente Blanca rompe moldes. Si vas al mar, es más probable que te acribille una medusa cabreada por tanto olor a aceites protectores antes que te ataque el fiero jaquetón, el gran tiburón blanco, que en realidad solo viene a la costa a rezar antes de morir. O que pises la cáscara de algún erizo despanzurrado que ha abandonado un bañista francés. No es descartable que tengas que enfrentarte a la furia codiciosa de un hamaquero mercenario hinchado de esteroides. Lo normal en nuestra Ibiza robada, que nos la han robado quiere decir el fenicio. Pero lo de la boa me ha dejado caviloso. ¿Cómo te enfrentas a una boa de tres metros? No sean ilusos, no empleen la chirimía para hipnotizarla. Ella tiene hambre y no va de discotecas.

sábado, diciembre 21, 2013

Ibiza segura

Puede que los ibicencos y formenterenses hayan detectado una creciente ola de robos, raterías y sucesos violentos que rompen nuestra tradicional monotonía. Seguro que es así. Las casas de campo solían ser absolutamente tranquilas y a salvo de cualquier agresión o hurto. Las cosas han cambiado. Ahora los delincuentes saben que algunas casas de campo son auténticas fortalezas que esconden tesoros apetecibles. Es triste pero es así, es uno de los cambios de Ibiza y tendremos que aceptarlo. Los ataques con violencia que se han prodigado en los últimos años suponen una angustia añadida a esta crisis interminable que se nos está llevando nuestra calidad de vida por delante. Estos ataques son especialmente descorazonadores, pues ponen en peligro incluso la vida de sus habitantes. Cuando las fuerzas de seguridad detienen alguna banda de ladrones, apalizadores o apaleadores organizados, cunde una sensación de alivio, pero todos sabemos que este asunto tiene difícil solución.
Se acabaron los años de la Ibiza idílica donde apenas se usaban las llaves de la casa de campo. Permanecía abierta todo el día ante la seguridad de que nadie violaría el domicilio. Si nos comparamos con Mallorca o con pueblos peninsulares, no estamos tan mal. De hecho, si se pudieran desterrar las drogas de este mundo, los índices de delincuencia común se desplomarían. Pero no caerá esa breva. Porque quien pudiera (o quienes) poner alivio a este mal no estará por la labor. Deja demasiados beneficios.
La Ibiza invernal sigue teniendo esta curiosa defensa física antes que psicológica, que es la dispersión, que siempre fue un formidable sistema de defensa ante los ataques de piratas o de atacantes organizados. De todas formas, Baleares es la segunda Comunidad con más robos en viviendas. En esta sociedad esquizofrénica que hemos ido consolidando, existe la Ibiza de invierno y la del verano. Una y otra no tienen nada que ver. Por ejemplo, en invierno se van los policías, los que están de baja y los que están de vacaciones, pero además ahora leo que los policías locales formados en Baleares ya piden el traslado apenas pisan la isla.
Conocíamos este fenómeno en algunos funcionarios, en guardias civiles y en policías nacionales: pocos son los que se quedan definitivamente en Ibiza. No es que seamos feos ni que se viva mal en estas costas, pero hemos conseguido enloquecer los precios y la calidad de vida no compensa. Los transportes son carísimos, sin ninguna necesidad y sin ninguna explicación, pues Mallorca goza de otros precios y oportunidades y también es una isla. Así que los policías se van de Ibiza apenas concluye la temporada. Según la Plataforma para la Estabilidad de la Policía de Baleares, solo 8 de los 24 policías preparados son pitiusos. Los de fuera, a la vista de los precios de la vivienda y de la cesta de compra no lo dudan: salen por pies de Ibiza y de Formentera. El tema es complicado y a la vista de esta situación ya son muchos los que piensan en suplir estas carencias con los serenos o contratados de la seguridad privada. No sé si me gusta este arreglo, pero ¿alguien ve otra solución?

miércoles, diciembre 18, 2013

Prisioneros en Formentera

Joan Marí con la maqueta de la Colonia de la Savina, en la parte de abajo estaría s´Estany des Peix Foto Vicent Marí
Pedíamos silencio, tenemos derecho a exigirlo silenciosamente y en estas fechas podemos valorarlo y disfrutarlo, siempre que al lado de nuestra casa no levanten una central térmica biodiésel o una zona industrial o una discoteca. Los de Formentera podrán tramitar –o no– el BIC del campo de prisioneros de la Savina, donde dos mil presos de guerra pasaron una temporada de penurias. Se pasaba hambruna fuera, no se iba a pasar dentro. Los años más tremendos fueron los primeros de la década de los 40. Unos 2.000 silenciosos perdedores, algunos de los cuales murieron por avitaminosis, que es el mismo diagnóstico que Fidel dio en Cuba a los miles de afectados de ceguera. Murieron de hambre.
En Cuba se les dio un suplemento de vitamina B y todos comenzaron a ver, milagrosamente.
El novelista ibicenco Jordi Juan me habló mucho de este campo de prisioneros, que era uno de tantos que hubo en toda España. Y no el mayor. Hace unas semanas pasé por lo que fue el famoso campo de Castuera (Extremadura), que llegó a albergar a más de 10.000, o sea, cinco veces más que el de nuestra Formentera. Algunos autores de izquierdas les llaman campos de concentración. No tienen nada que ver. Eran campos de prisioneros y hubo un centenar de estables en toda España. Hay quien habla de 180, lo cual es altamente improbable en un país de 52 provincias. No hay que confundir -interesadamente o no- lo que es una zona temporal de reclusión con un campo asentado de prisioneros consolidado, como fueron el de Castuera o el de Formentera.
Lo cierto es que no es lo mismo una checa que una cárcel, no es lo mismo un campo de prisioneros, que usaron ambos bandos, el republicano y el nacional, que los campos de concentración, donde se concentraban civiles presos por motivos varios y que eran destinados al trabajo y al final al exterminio planificado, caso de los judíos en la Alemania nazi, por cierto en la misma época (1933-1945).
Quienes usen Internet encontrarán una lista exhaustiva aquí, incluyendo los campos del bando rojo y del azul. Quiero decir con ello que el valor histórico de estas instalaciones es muy relativo. No debiéramos magnificar la importancia de estas cosas. Respetando el trabajo de documentación de historiadores y arquitecto, dando por sentado el dolor, la locura y el sacrificio humano de una guerra que sólo acarreó desgracias y dejando claro el respeto que merecen todas las víctimas, me gustaría decirlo claramente: no debiéramos enquistar esta amplia zona y dejarla con las piedras mondas y arruinadas en recuerdo a una efemérides fatal, segregada del resto.
Ignoro quién es el propietario de este amplísimo terreno, pero sin llenarlo de edificios podría tener un uso más racional, respetando las proporciones, como parque abierto a todos, con un breve edificio-museo con un obelisco, por ejemplo. Pero eximiendo el resto de la superficie para parques, zonas de esparcimiento, incluso permitiendo al propietario la explotación de alguna zona, una parte, para amortizar la cesión del resto. Podría ser mucho más prolijo, pero prefiero ser breve y claro. Es mi opinión.

sábado, diciembre 14, 2013

Acabará el año 13 y...


Llegan fiestas señaladas, como se decía antes, supongo que de cuando se señalaban en el calendario de la pared, y uno no siente apetencias por la trifulca, pero es que parece que nos lo ponen a huevo.
Ya verán, acabará esta año 13 tan remarcable en nuestro éxito turístico y no habremos acabado los deberes que nos propusimos en marzo o en junio. En realidad, los políticos espesos y municipales, cuando tienen tiempo libre (se pasan la vida declarando ante los jueces) parecen decididos a hacer cosas, pero solo en la prensa. Pasan los días y no hacen nada de lo propuesto.
Así ha ocurrido con la embestida de las vallas publicitarias colocadas en los márgenes de nuestras carreteras. Pocos se ahorraron el reportaje de turno avisando que se aproximaban acciones contundentes para poner orden y derribar aquellas pancartas que no estuvieran legalizadas. Una vez conseguida la publicidad, se acabó el ardor en el trabajo.
Hay ayuntamientos que cinco meses después ni siquiera habían hecho el listado de todas las pancartas metálicas instaladas. Es algo que se puede hacer en menos de dos horas. Cinco meses y nada. Ahora ya han pasado al menos diez. Y nada. Cuando la prensa inquirió sobre la tardanza, alguien contestó que el ayuntamiento tiene otras cosas pendientes, lo cual es cierto, sin ningún género de dudas. Como la respuesta de la abuela cuando le preguntabas cuando llovería y ella te contestaba «pronto y cada vez falta menos».
Los políticos hacen como la abuela. Salir en la prensa sí, corren como galgos cuando ven un fotógrafo, se atusan el bigote o se suben la cinta del sostén y colocan la cadera en ángulo. Pero más allá de los fuegos artificiales y de las declaraciones ante el juez, poco les sacaremos en limpio. Solo sacándolos con nuestro voto.
Ya sabemos que aquí nadie cabe, aunque la isla está vacía durante seis meses. Antes el destrozo de las grúas y el entramados de plumas que cruzaba el cielo, ofrecían un trasiego de cementos, camiones y cableados surrealistas. Pero ahora, maldita sea la crisis, nos hemos quedado tan solos que ya se hace difícil encontrar un amigo para jugar al ajedrez o para echar unas bolas al tenis.
Ni contarán las vallas, ni solucionarán tantos temas pendientes, ni se aclarará lo del alquiler turístico, ni nada de nada. Aquí solo queda esperar la cascada de morralla que rellenará la isla a partir de mayo. Ahora disfrutemos de la paz invernal e hibernemos, aprovechando que han cesado los bombardeos –autorizados por el PSOE en su día– de la plataforma de Castellón y con ello se han acabado los terremotos, que siempre son molestos y alteran los nervios.

miércoles, diciembre 11, 2013

Sin miedo a las cifras grandes

Los ibicencos podemos hablar de las grandes cifras sin miedo ni falsa modestia. Los años 2012 y 2013 han sido de una crisis terrible en medio mundo (y la otra mitad ni siquiera aparece en las estadísticas), nuestra querida España está pasando una recesión de caballo y eso no obstante las Baleares están recogiendo unos exitosos niveles de captación turística. Los hoteleros y los profesionales del turismo lo tienen asumido hace muchos años: el mercado emisor de turistas apenas crece; pueden potenciarse algunos hábitos, promocionar determinado segmento, pero los turistas que te llevas a una playa se los quitas a la otra. De hecho el turismo emergente se está mirando más como una floreciente esperanza que como una realidad cuantificable.
El ejemplo de internet y de los transportes de bajo coste nos ilustra: se pueden introducir nuevas tecnologías y se pueden optimizar los transportes, pero la materia prima del negocio son estos cientos de millones que vienen del Norte frío y húmedo en busca de sol. A partir de ahí, los profesionales juegan su cartas en función de las variables que les sean más favorables. Unos ofrecerán sol y además playas, sexo, sangría y música. Otros dirigirán sus inversiones a un mayor nivel de lujo, casinos, pero en definitiva todos podemos llegar a final de mes gracias a la vieja Europa que nos manda a sus hijos sobrios para que se los devolvamos alegres.
Vale la pena repetir esto y a partir de aquí, una vez agradecidas las grandes cifras de turistas, recordar que les debemos un gran favor -aparte de los europeos que nos compran una estancia- a los países ribereños del Magreb: a Egipto, Israel, Jordania, Siria, Turquía, incluso Grecia y Bulgaria. Si no fuera por ellos, nuestras Baleares volverían a recolectar las algarrobas que ahora dejamos pudrir bajos los árboles. Entre la autocomplacencia y el autoflagelamiento hay un término medio y nosotros debiéramos encontrarlo, porque el turismo es nuestra única posibilidad. No tenemos petróleo, no tenemos grandes puertos y las minas de s´Argentera de San Carlos ya están más que agotadas. Las salinas no darían trabajo ni a dos centenares de obreros en los meses de la recogida.
Comprendemos y compartimos el júbilo implícito de la portada de nuestro Diario: las Pitiusas han recibido en diez meses de 2013 más turistas que en todo 2012. Y éste fue muchísimo mejor que el 2011.
¿Quedará algún ciego que se embriague o se autoengañe por este espejismo? Considero que no. Nuestros empresarios tienen una gran responsabilidad en remozar, mantener y mejorar las actuales instalaciones, en vez de llevarse toda la pasta al Caribe. Cada cual es dueño y de lo suyo y es muy libre de invertir donde considere oportuno, pero sería suicida no aprovechar estas saneadas recaudaciones para reinvertir en la base de nuestra economía. Ibiza ya no vive solo de promoción y de ilusiones y hay que estar activos todo el año.

sábado, diciembre 07, 2013

Las peligrosas ideas geniales

Al menos una vez al año, a veces cada par de meses, sale en Ibiza un técnico venido sabe Dios de dónde (algunos parece que vienen de las puertas del infierno, que son de secano) que propone una idea genial para solucionar definitivamente los problemas de Ibiza. Suelen quedarse en agua de borrajas, pero el peligro es cuando uno de estos nuevos políticos chupiguays modernitos adopta el hallazgo y pretende hacerlo realidad. En este caso, cielo santo, que Dios nos coja confesados.
Todos tenemos en mente algunas restauraciones en Dalt Vila que fueron en su momento nefastas. De otras ideas, desde derribar las murallas hasta fundir la estatua de Vara de Rey, mejor no olvidarse nunca, porque como siempre recordaba Albert Camus «la estupidez siempre insiste».
Recientemente tenemos el Ibiza Centro, el Cetis y alguna que otra obra proyectada que jamás –espero– se llevará a cabo.
Tiemblo ante esas grutas desatascadas de la muralla. Tiemblo ante estos proyectos de ascensores a Dalt Vila. Aquí todo el mundo quiere estampar su sello y firma. Y en caso de obras siempre nos quedará la duda de si, además, no existirá algún tipo de interés más inconfesable.
El último bodrio es el anunciado aparcamiento que pretendían construir literalmente bajo el mar, porque el Martillo está dentro de las aguas. Aquí primero se suelta la animalada, siguiendo la filosofía de Homer Simpson, se crea el problema irresoluble y cuando ya está creado se deja en herencia al desgraciado que nos suceda.
Una de las plagas de Ibiza son los vehículos. Ya lo era en 1970. No existirá ni una sola vía practicable para dar vida a la ciudad antigua y marinera que no sea apartando estos vehículos. No están estas zonas diseñadas para esto, ni cabe reforma posible que no sea respetando el espíritu y esencia de esta ciudad histórica. Punto final y ustedes hagan lo que quieran.
En efecto, he leído que esta idea del aparcamiento queda aparcada. En el fondo del mar, podríamos decir, siguiendo con el clima de humedades propias de Ibiza. Contengan la imaginación de los genios y la codicia de los malos políticos.
Más brillante, y esta sí de verdad, me resulta una frase del arqueólogo David Montanero en Ibiza. Habla de las diferencias arquitectónicas entre las casas cartaginesas y las indígenas (de Sicilia y Cerdeña, enclaves fenicios). Responde: «Por una cosa básica: el módulo rectangular o cuadrangular. Los indígenas vivían en cabañas que solo tenían un espacio. Allí hacían de todo. El módulo rectangular permitía añadir espacios y dividir actividades dentro de la casa. Ahí está el cambio que traen los fenicios» (Diario del 20 de noviembre: «Aún hay ciudades fenicias por descubrir»).
Vaya, hombre, ahora resulta que está describiendo exactamente la casa payesa ibicenca. Un recuerdo ahora para Blakstad.
Lo de ´payesa´ es un adjetivo, lo sustancial es su origen oriental, quizás fenicio o cartaginés, con las lógicas modificaciones a través del tiempo. Como es sabido y demostrado, los ibicencos y formenterenses somos fenicios.

miércoles, diciembre 04, 2013

Del olor del múrex a la WTM

El fenicio no sube a las islas Casitérides ya hace muchos años. Hace dos mil años, incluso más, los fenicios, los tartesios y los cartagineses iban a por estaño, pero a mí sinceramente, el estaño ya no me dice gran cosa. Si fuera cobre... 
Pero los fenicios de Ibiza dedicados a la promoción del turismo han llegado a la feria WTM, Wold Travel Market, Mercado Mundial del Viaje, un nombre que encantaría a cualquier cartaginés. Vivíamos del viaje, como hoy. A decir verdad, antes los viajes los hacíamos nosotros, pero hoy nos los traen hechos y empaquetados los aviones low cost a Ibiza. Antes hacíamos viajes, ahora hacemos viajeros.
En caso de duda, el fenicio se rasca la cabeza, pero cuando no hay nada que rascar, prefiere mirar bajo las faldas para tratar de encontrar el lado jocoso del asunto. Lo tiene. Para empezar, los de siempre, los talayóticos vintage del PP, nos hacen lo mismo que les hacía Franco a los rebeldes: nos han exiliado. Franco mandaba a los unamunos a la otra punta del mapa, a unas islas donde íbamos muchos los fenicios: Canarias; los mallorquines del Govern nos ha mandado a un rincón de la feria. Franco no consiguió gran cosa enquistando a Unamuno en Fuerteventura, del mismo modo que los gobernantes mallorquines no lograrán hundir Ibiza. Hay mucha Ibiza, cuando hay que armar gresca.
Pero la explicación, entre muchas posibles y mejorables, es otra: ya quisiera yo un exilio pagado en Canarias. Y la ubicación del estand de Ibiza era inmejorable, pues todos los ingleses y las inglesitas no paran de ir a mear. A mear o hacer no sé qué cosas. Entran y salen del WC con animación saltarina y grupal. Siempre me he preguntado qué hacen estos tríos de jovencitas entrando y saliendo.
Así que sin saberlo, Franco hizo un gran favor a Unamuno, como los jefes mallorquines se lo hicieron a Ibiza y Formentera. Todo Londres fue a mear a la WTM. Todo Londres pasó por Ibiza, bailoteó y se excitó –algunos supongo que no– con los ritmos de Ibiza. 
¿Qué podría hacer Mallorca para hundir a Ibiza? No les daré ideas, pero hasta hoy no lo han conseguido ni colocándonos (ya nos colocamos nosotros) al lado de los urinarios. Los perfumes de Ibiza ahogan cualquier atisbo perfumado de los mingitorios. El peligro potencial fue otro, pero de verdad que Ibiza está protegida por Baal (Tanit está hecha polvo desde el año 2000).
Y era la memoria de la prensa inglesa. Cuando leí en el Diario que Santa Eulalia recuperaba el espíritu hippy de Ibiza, con flores en el pelo y pachuli en los gayumbos, quedé temblando: ¿Se acordará la ácida prensa británica de aquella batalla campal entre 300 hippies de Santa Eulalia y la Guardia Civil? Seguro que en el Daily Mail hay fotos de aquellos hippies cabreados. Si no recuerdo mal, fue en 1971.
Paradojas de la vida que explican este acto reflejo que tiene el establihsment por recuperar la disidencia y la cultura de la queja. Los dos municipios que más persiguieron a los hippies (Formentera y Santa Eulalia) son los que más rentabilidad han extraído del hippismo. Todavía hoy, la isla arrasa y neutraliza cualquier maniobra política malévola y cualquier olor corporal que nos echen. Es más, estos olores y otros peores son la esencia de Ibiza. Ya somos inmunes.

sábado, noviembre 30, 2013

Los misterios de la seta y el de los insomnes

Me encantan los secretos y los misterios, mucho más si son de Ibiza o de Formentera.
Muy brevemente, hoy intentaré aportar dos misterios que me tienen muy intrigado. El primero es el pebrasset de moro, una seta rara y endémica que parece caída del cielo y que tiene una presunta relación con otra muy parecida que solo crece en... Nepal.
Los ibicencos tienen esta costumbre consabida de a todo lo que sea antiguo calificarlo de moro. Da igual que sean silos para el grano, que sean higos o que sean animales: es de moro. Pero no dan ni una, pura ignorancia, de moro hay muchas menos cosas de los que nos imaginamos en Ibiza. Ni lo son las singulares ses Feixes, un sistema de regadío heredado, construido y mantenido casi con seguridad de los arcaicos fenicios. Ni los son los higos chumbos (vienen de América) ni lo es esta seta también conocida como ull de perdiu, cama de perdiu o seta reluciente.
Respetando la sacrosanta autoridad científica del micólogo (que estudia las setas, no los monos) Jaime Espinosa, permítanme adelantar una tesis que, como siempre irritará a los pancatalanistas: estas semillas –y muchas otras– debieron ser transportadas por los antiguos fenicios que conseguían así un depósito de proteínas que soportaba las condiciones del peor viaje. ¿Cómo llegarían las semillas nepalíes a Beritos, Biblos o Sidón? Esto se lo pregunten al maestro armero, porque si tengo que contestar yo usaré la misma técnica, es decir, la lógica del comercio y del transporte, siempre tan relacionado con lo más alejado de Oriente. Los fenicios no se rendían ante huracanes ni montañitas: metían cuchara en todas partes. Y estas setas podrían crecer en un barco (?) y aportan proteínas y vitaminas frescas. Y así fue como llegó a Ibiza y sólo se encuentra en Ibiza. Si non e vero, recuerden, yo no les prometí la felicidad, solo pasar un rato.
El segundo misterio es más difícil de solucionar: si a Ibiza vienen casi tres millones de turistas y sólo tenemos 87.335 plazas hoteleras ¿pueden decirme dónde duermen los estorninos y las golondrinas clubbers que pueblan la isla durante tres meses? Misterio, secreto insondable e insondeable. 
Demos por hecho que estas colibríes semivestidas pasan varios días insomnes, entregadas a los placeres excitantes de la química. Pero en algún sitio se ducharán, se cambiarán las braguitas (las que usen).
Ibiza engulle a los insomnes, los volatiliza, los hace descomparecer (descomparèixer, en idioma ibicenco) como si cayeran bajo la influencia de un agujero negro, en el buen sentido de agujero. 
No me extraña que los hoteleros ya estén un poco mosqueados. Tres millones de turistas y las habitaciones vacías la mayor parte del año. Aquí pasa algo raro. Misterios inextricables cuya solución solo podría afrontar el mago Montoro en un alarde de magia negra.

miércoles, noviembre 27, 2013

Los rompebaldosas

Vara de Rey con sus actuales baldosas (Diario de Ibiza)
El fenicio está un poco harto de que cada par de años rompan todas las baldosas de Vara de Rey y otras zonas limítrofes y no le encuentra un sentido lógico a este burdo despilfarro. Ni ético, ni estético, ni estático.
Uno se imagina que es para mover dinero, con el peligro que conlleva (en cada colada se pierde una sábana) pero el municipio tiene otras muchas necesidades y mucho más urgentes. Hay sectores y sitios donde invertir mejor el dinero del contribuyente.
Por cierto, un dinero muy alegremente dilapidado según van explicando sucesivas noticias en la prensa. El derroche debiera estar penalizado y para ello la prensa tiene una gran responsabilidad. No comento otras actividades presuntamente delictivas. Yo dejaría tranquilas las plazas de Vara de Rey y del Parque. Déjenlas en paz.
Esta vez coincido con el EPIC de Villalonga, un partido al que podría votar Cristóbal Colón, de ser ibicenco. Estoy de acuerdo en que no vote los presupuestos del 2014, pero no por el hecho de que no se incluyan partidas para estas obras, sino porque no hay que realizar estas obras. Gasten el dinero en otras zonas y mejoren la ciudad, que en algunos tramos está hecha una porquería.
Ya bastantes baldosas se rompieron inútilmente en tiempos nacional-socialistas y estamos esperando todavía las medidas de ahorro, aunque ello sea imposible si es cierto que mantener a los políticos pitiusos nos cuesta 4,7 millones de euros cada año. ¿Y este dinero para qué es? Para nada, solo para pagar a estos ineptos políticos que llevan al ciudadano por la calle de la amargura y su correspondiente escudería de asesores y adjuntos.
El ciudadano y el empresario privado han ajustado de forma drástica sus dineros. Pero ¿ha visto alguien que los ayuntamientos del PP y el Consell hayan reducido algunos gastos de manera sustancial? Yo no, los veo tan manirrotos como los anteriores gobernantes socialistas-nacionalistas. Solo para mantenerles el sueldo a ellos, 4,7 millones. No queda dinero para nada más, claro, ¿cómo va a quedar? Y menos quedará en nuestro bolsillo si siguen aumentando los parados, los impuestos y las tasas.
Se lo han dicho en Europa y en España: se pueden aumentar los impuestos, pero en paralelo se deben reducir empleados públicos y políticos. Ayuntamientos e instituciones sobrantes. Pues no, no hay manera: se oponen como gato panza arriba los socialistas, los nacionalistas y el Partido Popular. Con ellos no va la crisis. Entre esta tormentosa temporada de carencias, entiéndanme si les pido que dejan de reventar calles y baldosas innecesariamente. Espérense un poco para volver a las andadas.

sábado, noviembre 23, 2013

Rozando los tres millones de turistas

Tenemos que decirlo sin timidez: el verano 2013 ha sido extraordinario, es decir, fuera de lo normal, tanto es así que hemos batido todos los récords, en lo bueno y en lo malo. Digámoslo, paladeemos el triunfo y felicitemos a todos aquellos que hayan participado en el buen fin y desarrollo del año. Hasta el mes de octubre, el aeropuerto de Ibiza había registrado un total de 5.506.964 pasajeros, un incremento del 2,8% sobre el año 2012. Son cifras muy serias. Ibiza y Formentera nunca habían obtenido tales cotas.
Por cierto, sin maldad alguna ni con ánimos de desanimar a nadie, el fenicio quiere –a riesgo de ser redundante– aclarar una y cien veces que este no es el número total de turistas. No se rían. No hace mucho leí una entrevista con un joven empresario del turismo ibicenco que parece haber inventado el turismo lúdico de lujo, cuando ya llevamos más de 30 años con establecimientos hoteleros que se dedican a este sector. Lo que pasa es que estos profesionales eran discretos, a diferencia de los de hoy, que van disparados como una moto, como si hubieran inventado el Mediterráneo. Supongo que todos hemos sido jóvenes y que todo se aprende. Pues bien, este mismo explicaba exultante que en Ibiza habían venido cinco millones de turistas. No, no. Es un error común, elemental, por lo que los columnistas no tenemos más remedio que ir haciendo un poco de pedagogía. En realidad es muy fácil la mecánica, no la suma final, que siempre queda suelta en varios flecos.
Los 5,5 millones del aeropuerto se han de dividir por dos, ya que son entradas y salidas. Por el aeropuerto un pasajero transita por sus instalaciones tanto si llega como si se va, tanto si entra como si sale. Por eso, esta cifra final tan impresionante. Tampoco podemos deducir que todos los usuarios sean turistas. No lo son. Hay no pocos miles que son viajeros que entran o salen de la isla por los motivos más dispares: trabajo, placer, sanitario, religioso, a saber. Otro rasgo de distorsión es el índice de repetición: muchos usuarios de los vuelos pueden usar los servicios veinte o cuarenta veces en un año, tanto de entrada como de salida.
Ya que estamos en la cocina de la estadística, tampoco podemos olvidar que no es el aeropuerto el único medio de entrada y salida a las Pitiusas. Una vez corregido el sesgo por aproximación a las cifras aeroportuarias, tendríamos que investigar cuántos posibles turistas han venido en barco, en ferry de línea. A ello hay que sumar unos miles (ignoro cuantos y nadie dará estas cifras) que vienen a Ibiza por sus propios medios, yate o lancha.
Así que también en el manejo de cifras se ha de templar la euforia. Espero que a finales de diciembre sepamos con bastante rigor el probable número de turistas en 2013. Mientras tanto, brindemos por esta riada o mejor dicho, mareada de turistas. ¿Me aceptaría usted una cifra redonda de casi 3 millones? En tal caso, es un récord impresionante. ¡Bingo!

miércoles, noviembre 20, 2013

Queremos las cabras mallorquinas


Los mallorquines tienen un problema muy gordo este invierno y yo quiero ayudarles. Como saben, toda la parte Sur de la Serra de Tramuntana se quemó en uno de los incendios más devastadores de los últimos años. Ahora se van juntando un centenar de voluntarios cada fin de semana para ayudar a limpiar y resembrar los plantones. Pero ha saltado la alarma, porque precisamente en esta zona hay inmensos rebaños de cabras que vivían hasta ahora en un estado semisalvaje en estos parajes calcinados.
Es sabido que la cabra arranca de raíz cuanto hierbajo puede llevarse a la dentadura: no hace muchos distingos, por esto es tan buena trabajadora para limpiar bosques. Ahora no es momento de tragarse el verde de estas rocas y tierras que han quedado calvas y tristes: las cabras que eran una bendición, ahora son todo lo contrario. Es sabido que las cabras son tan peligrosas como un incendio o una política cementera desarrollista. La situación es peliaguda, porque si se dejan libres a los rebaños, acabarán por tragar los tiernos brotes verdes de la reforestación y del recrecimiento, que será particularmente deseado en los meses de primavera.
La cuestión es que muchos han pensado en sacrificar este ejército de hermosas cabras mallorquinas.
¿Vamos a consentirlo los hijos de Tanit? Nosotros necesitamos justamente estas cabritas para que nos salven del próximo incendio, que ya toca: Ibiza está tan enmarañada que bien podríamos adoptar estas cabras –respetando la propiedad, incluso de los cabritos que nazcan en Ibiza, digo yo– para que ejerzan su remolona función, y vivan desbrozando bosques y márgenes repletos de peligrosa vegetación invasiva.
Estoy seguro de que muchos ibicencos recibirían un trabajo así como una bendición caída de Mallorca (de donde nos caen bastantes putadas, las más de las veces), mientras que los amos de los mamíferos obtendrían pastos y seguridad para sus manadas. Justa reciprocidad, todos reciben beneficio y las cabras conservarían el cuello.
Estoy seguro de que incluso alguna compañía marítima las transportaría en sus bodegas gratis o a precios muy bajos. Sería una forma de colaborar con la ecología de la isla y de lavar un poco su imagen de rácanos y explotadores que tienen ahora.
La cabra es uno de los animales más limpios de la naturaleza. Todo son virtudes. Las bodegas de las barcas llegarían más limpias de lo que salieron del puerto de Palma, porque son mucho más cuidadosas que las cabras británicas, que dejan los tapizados llenos de vómitos extemporáneos.
En fin, la idea era, es, esta. Para mí es lógica, razón por lo cual dudo que alguien se ponga manos a las cabras y las lleve a buen puerto, nunca mejor dicho.
Y por supuesto, sacar las cabras de es Vedrá, donde jamás debieran de haberse reintroducido. Estaba aprobado y apalabrado, pero confieso que ignoro cómo acabó la cuestión. Cabras mallorquinas, mem, welcome to Ibiza.

sábado, noviembre 16, 2013

Pániker y sus años en Ibiza

Salvador Pániker y Francisco Umbral
Uno ha procurado leer a todos los escritores que han hollado los polvorientos caminos de tierra de las Pitiusas. Pocos me faltan y ya tengo un interés muy atemperado, pues inevitablemente me he tragado –por patriotismo fenicio y para mi información personal– bastantes libros mediocres. Malos, pocos, porque cuando unas cuantas páginas revelan sequía o nimiedad, el fenicio lo dejaba caritativamente de lado. Se han escrito muchísimos libros malísimos en Ibiza y sobre Ibiza. Se han escrito unos cuantos libros muy pasables y algunos realmente muy buenos. Quien me vaya leyendo ya sabrá a cuáles me refiero, ya que los he ido comentando de mil formas distintas y en otras tantas ocasiones. Un elefante que siempre me ha inspirado empatía es Salvador Pániker (acentuado en esdrújula su apellido indio españolizado). Me ha regalado momentos impagables a finales de los 90, una época mía tumultuosa y paradójicamente de muchas lecturas. Sus 'Testamentos' inspiran y acompañan, porque tiene una mente reflexiva que fluye como un manantial salutífero aun en los peores trances narrados y todo ello con un añadido que yo valoro sobremanera: las sensaciones y las emociones intervienen sin tacañería, pero sin inoportunidad gratuita. Se escribe a sí mismo y de paso nos describe a todos.
Ahora saca en Mondadori su ´Diario de otoño´: «La memoria de lo que me está pasando y de lo que no me está pasando, una divagación permanente que nunca permito que se deslice hacia la ficción». Lo leeré y sé que no me defraudará su prosa y su energía elegante, propia de esta gente que siempre se queja de la salud. Por contra, en dinero y en amor le fue bien. Vivió los mejores años de California y de Ibiza y supo cuándo abandonarlas a ambas. El tiempo le ha dado la razón. 
Como tantos padres de su edad que han perdido un hijo en esta guerra implacable que es la autoconsunción por abuso de algún tipo de droga, o por algún accidente, declara que ha sido el peor acontecimiento que ha vivido. Le creo, no por experiencia personal, pero sí próxima, la de tantos amigos cercanos que han visto dramáticamente cercenada la familia por estragos incomprensibles, irreversibles. Por muchos recursos mentales y emocionales de que dispongas, imagino que una vez ha pasado la perplejidad puramente biológica, es inevitable que nos acosen fantasmas en forma de culpa, de posos recurrentes, por mucho que racionalmente uno ignore cómo gestionaría una situación así de verse obligado a repetirla.
El diario es terapéutico dice. Claro. Verbalizas, gestionas, drenas, evacúas, reorganizas el armario donde se vive la gran tempestad de los sentimientos en la historia personal. No quisiera dar la impresión de que el libro de Pániker, que todavía no he leído, se ciñe solo a esto. Pero sí también a esto. Es afluente y es caudal de una gran variedad y riqueza humana. Y como decía, los humanos no somos tan distintos, podemos caer en las mismas simas, pero siempre nos queda este acto reflejo de recuperación, de resiliencia o de redención que nos engrandece. Por esto yo leo sus Dietarios con fruición y agradecimiento.

miércoles, noviembre 13, 2013

El turismo accidental

El fenicio ibicenco ha ido de Cartago a Fenicia y ha vuelto varias veces y por eso sabe que el mayor enemigo del navegante son los estados de ánimo extremos. Malo es el derrotismo y el desánimo, pero mucho más peligrosa puede ser la euforia. Si la euforia baila exultante sobre la alegría, entonces, la alarma salta a la primera.
Esto nos pasa a menudo en estas islas: pasamos de los incendios fogosos y apocalípticos a los fríos húmedos de enero y de la insoportable marabunta agosteña a los sólidos silencios helados del invierno, tan difíciles de soportar si no tienes un buen camarote lleno de libros o de algún placer alimenticio para el espíritu.
El fenicio se rasca la cabeza ahora. Otra vez nos acecha el peligro de la euforia desatada. Empero fíate y no corras. Es decir, no se fíen de los halagos, no se dejen engatusar. Y encima, este acartonado optimismo nos llega con el ingenio de las cifras como efemérides. Lo del año 14 dará mucho juego, y en Ibiza para no ser menos ya se nos ha asegurado –estos de TUI– un 14% más de reservas. Por lo demás, algunos vecinos carolingios se acordarán del año 1714, en un ritual falsificado que intentarán exportarnos a los fenicios de Ibiza y de Formentera. Otros quizás celebren la expulsión definitiva de las tropas napoleónicas del suelo patrio en 1814. En Ibiza mantuvieron algunas guarniciones de soldados franceses presos, que tratándose de una aislada cárcel abierta al mar, permitía a los desgraciados darse algunos paseos como si fueran viajeros o turistas.
No se fíen. Es cierto que en toda España se celebra el gran aumento de turistas, pero no así de contratación de trabajadores ni de ingresos en caja. Lo mismo en las islas. No se fíen de estos excelentes augurios, porque nacen contaminados de origen: no podemos celebrar mejoras sustanciales de nuestras instalaciones ni de nuestra política turística global.
En realidad, la gran aportación de turistas extranjeros se debe tanto a nuestros equipamientos, ya de sobras conocidos y anticuados, cuanto a la azarosa y continuada situación social y política de los países ribereños de la competencia. Desde Marruecos a Estambul, la situación está hecha un desastre. Y no entro en la ribera Norte del mediterráneo, cuya situación en general es igualmente insegura y poco atractiva para el turismo.
España está gestionando un regalo inesperado. Esto sí que es el turista accidental, como en la película. Ibiza está ordeñando un establo de vacas que han entrado a pastar en nuestro prado porque en las cercanías han caído copiosas nevadas. Y les sigue nevando, pobre gente.
Piensa el fenicio que debiéramos aprovechar la contingencia para consolidar nuestra industria turística de cara al exigente mercado europeo, ruso y donde podamos meter la cuchara. Pero templemos nuestras euforias, son nuestro peor enemigo. Y cuidemos con mimo de estos frutos como caídos del cielo.

sábado, noviembre 09, 2013

Alquiler turístico

"Ahora desaparece la Ley de Arrendamientos Urbanos y es sustituida por una nueva Ley de Alquiler que aprieta las tuercas a los propietarios. Trato duro y sin contemplaciones a los que dispongan de alguna vivienda o apartamento que pretenda alquilar durante el verano, que pasarán a ser controlados por los reglamentos emanados de las respectivas comunidades autónomas», escribía el pasado 12 de junio de 2013, en ´Alquilar la vivienda puede salir caro´ y anticipaba esta polémica ahora ya abierta en las páginas de la prensa y en las tertulias.
Es difícil de justificar que quien tenga una propiedad que le ha supuesto y le supone unos gastos corrientes no pueda amortizarlos alquilándola a los turistas. Pero por otra parte, quien tiene un apartamento en zona residencial no tiene por qué soportar la enojosa marabunta de turistas guerreros que se apropian del día y de la anoche sin respetar horarios ni descansos.
La explicación, sin que sirva de precedente, está en la naturaleza turística o en la taxonomía científica de estos mamíferos que maman las 24 horas sin parar. Porque si los turistas de Ibiza pudieran clasificarse en el apartado de turistas civilizados no tendríamos el menor problema. Puede vivirse y coexistir al lado de gente que sabe convivir, de otra forma es imposible.
Es como vivir dentro de un hotel, imagínenselo, sugería Carmen Ferrer, nuestra consejera de Turismo. ¿Pero en qué hotel? Ahí está la clave. En el hotel Palace se vive estupendamente o en el Plaza de Nueva York todavía mejor. Sin problema.
Los problemas llegan cuando nos topamos con esta chusma colocada que difícilmente admite la condición de social. Las relaciones sociales exigen algunas mínimas exigencias y en los hoteles de Ibiza, en general no se dan.
Todavía peor en cualquier bloque residencial si se alquilan varios apartamentos turísticos. Lo sabemos empíricamente: arrasan con todo, incluso físicamente. Es por ello que es fácil deducir que la Comunidad de Baleares no vea con buenos ojos la universalización del alquiler turístico. Por lo demás, es anecdótico que las medidas restrictivas salgan en ayuda del sector hotelero; en apariencia puede ser así, pero si profundizamos veremos que gran parte de los grupos de apartamentos turísticos son propiedad precisamente de los hoteleros.
Puñetas administrativas aparte (control policial, pago de impuestos, etc.) parece de buena lógica, conociendo la historia y las procedencias del turismo pitiuso, separar claramente el alquiler residencial del meramente turístico. No hacerlo así sólo servirá para encrespar más un ambiente ya hastiado. Los residentes pueden tolerar una isla ruidosa, generosa con la conducta y los ambientes extremos. Pero no pueden entregar toda la isla, todos los espacios a estos vándalos del Norte. De ninguna manera.

miércoles, noviembre 06, 2013

Nuestra ´navy´ para la fiesta de Ibiza

Todo un dragaminas frente las costas de Es Vedrá

Si se autoriza un party boat, se tienen que autorizar varios, no sé cuántos, pero en buena lid se ha de aplicar el mismo rasero para todos. Lo digo para avisar –casi en registro de humor, que buena falta nos hace– sobre un fenómeno que se nos avecina: la subasta de barcos de nuestro ejército que van entrando a puerto para desguazarlos en nuestros astilleros (El Ferrol).
Ya les dije que la fragata ´Baleares´ es una de ellas, tras 31 años de servicios. No está mal, pero uno intuye que con los arreglos necesarios, podría estar en activo una o dos décadas más.
Más triste y caro ­–lo pagamos todos los contribuyentes– es el caso del portaaeronaves ´Príncipe de Asturias´. Lo que siempre hemos llamado coloquialmente, todo un portaaviones. Podría haber sido remodelado, pero costaba demasiado para nuestros mermados presupuestos militares. Se ha intentado venderlo incluso a otro país, por ejemplo, a Filipinas, con la condición de que contratara las mejoras en nuestros astilleros. Pero finalmente, el majestuoso bajel va ir al desguace.
Todo esto sale en la prensa y en Internet, lo digo para los interesados, porque la fragata sale a subasta con un precio de salida de 50 millones de pesetas, 300.000€. Y en serio o en broma, no sería de extrañar que algún grupo de piratas turísticos, tan aficionados en centrar sus actividades en Ibiza -por algún extraño motivo que ignoro- se decidiera a pujar por algunos de estos navíos y los repusiera en actividad en nuestras pacíficas aguas de Ibiza y Formentera.
En tiempos de crisis suelen nacer las ideas mas disparatadas. ¿Quién iba a decir que un dragaminas comprado en lo más alejado del Oriente podría pasar todo un verano dando la serenata toda la noche sin que absolutamente ni una autoridad moviera un dedo? Así que el 'Príncipe de Asturias' bien podría recalar en las afueras del puerto de Portmany (dentro dudo que cupiera) o en Botafoc. Es más, los clientes – allá ellos si van hinchados de meta y de éxtasis– podrían tomar el portaaviones al abordaje y organizar premios para los ganadores. Y toda la noche dale que te pego con los bafles enfocando hacia las residencias, casas y chalés de la costa.
Y ahora en serio, porque algún escocés cocido podría poner en peligro la integridad de la villa de Portmany, los cañones y ametralladoras están siendo desarmadas y desmanteladas. De las fragatas solo queda la carcasa, un espacio perfecto para una gran discoteca. Ya digo, muévanse, hagan sus apuestas o mejor aún, pujen por aquello que más quieren para forrarse: Ibiza es un espacio de libertad donde se permite cualquier cosa. Mientras pague y no le cuente nada a papá.

sábado, noviembre 02, 2013

Las excentricidades sospechosas de Ibiza

La fragata Baleares se subasta en El Ferrol ¿Acabará sus días como una discoteca flotante, como partyboat en Ibiza?

Desde que han desaparecido la falsa princesa Smilja, el falso pintor Elmyr de Hory, el Madriles y el perrito Fatty es como si Ibiza hubiera bajado el pistón en su catálogo de personajes extravagantes y, en cierta forma, entrañables. Pero no desesperen, las Pitiusas siguen ofreciendo año tras año sus buenas dosis de excentricidad, que nos sorprenden en verano y nos alargan el tema para el resto del año.
Hay media docena de temas al menos, desde la enojosa proliferación de las medusas, un fenómeno en el que algo tendrá que ver el acumulador de energía de es Vedrà o esta manía por pegar el palo, coger el dinero y echar a correr. Tendrán su derecho, pero uno recuerda los cientos (o miles) de vehículos que usan los servicios de Ibiza pero pagan sus matriculaciones o impuesto de circulación en pueblos de la Península. Hoy no quiero hablar de esto, sino del último invitado en nuestras carteleras de ocio de pago: los barcos de guerra, ganados para la paz. Los dragaminas, las fragatas.
El dragaminas ´Mojo Panamá´ no es mojito ni ha sido moco de pavo. Desarmado y desmantelado, ha sido reciclado para los party boats más salvajes y atrevidos. Viento en popa a toda vela, a toda máquina y con el volumen en plena noche abierta más propio de una discoteca cerrada, ha dado uno de los espectáculos más bochornosos del verano del año 13. ¿Bochorno para quién? Para un ramillete de instituciones y autoridades cuya sola existencia supone un derroche abrumador que tenemos que pagar todos con nuestros impuestos. No justifican sus sueldos deteniendo a media docena de pequeños camellos a finales de septiembre o multando por exceso de ruido en las últimas fiestas del verano. Todo esto ya no basta. Más resultados.
No quiero aguar la fiesta, pero en un sitio donde no se cumplen las reglas, se penaliza al que las cumple, porque no puede escabullirse o porque de buena fe quiere estar dentro de la ley.
Lo de estos barcos tiene solución y deben exigirla los mismos que han de velar por su cumplimiento. Entiendo que el Club Náutico o algunos ayuntamientos defiendan estas actividades. Claro que lo entiendo. Pero se exige claridad.
En tal caso, hay que reglamentar con pocos requisitos pero muy claros ante quien han de responder. ¿Dependen del ayuntamiento y de la conselleria pertinente? En los permisos puede ser, pero en el mar es la Guardia Civil del Mar y –en caso de consumo de drogas– también Vigilancia Aduanera. No lo sé. Expertos tiene la ley: demasiadas leyes, demasiados expertos que apenas cumplen ni hacen cumplir.
En cualquier caso, debo avisarles: voy detrás de la fragata ´Baleares´ que tras 31 años de servicios pasa al desguace en el El Ferrol. Es más, con mi grupo kuwaití, tengo el ojo tuerto puesto en el portaviones ´Príncipe de Asturias´, que también va a la chatarra. Que tiemblen Amnesia, Space y Pachá. Y otros muchos. Se acabó el ir en bicicleta.

miércoles, octubre 30, 2013

A cascar piñones

Tiempo de granadas, piñas, piñones, castañas, avellanas, almendras y otros frutos secos que ahora nos llegan directamente desde el cuerno de la abundancia de la China gracias a Mercadona y a otros magos del transporte.
Se acercan estos días otoñales, tan teñidos de nostalgia y de recuerdos intransferibles. Hay que cascar piñones durante la noche de Todos los Santos y hacerlo con generosidad, dejando como olvidadas unas cuantas nueces y frutos sobre las mesas, por si se acercan las ánimas de nuestros difuntos y quieren compartir el otoño con sus deudos más cercanos.
El catolicismo celebra estas fiestas de recogimiento y de visita a los camposantos con cierta solemnidad discreta. Pero los ibicencos, además de católicos, somos fenicios y no podemos renunciar al eco ancestral de nuestra mitología doméstica.
No solo los antiguos egipcios enterraban a sus muertos venerables con abundancia de comida, joyas y vestidos para la vida de ultratumba. Casi todos los pueblos precristianos conservan algún trazo referente a estos ritos que nos enlazan con la vida de ultratumba. En Grecia, sin ir más lejos, no era aceptado el enterramiento de un familiar sin depositar una moneda a mano, de uno a tres óbolos, incluso bajo la lengua, para entregar a Caronte para que ayudara al temible paso del río Aqueronte (no el río Estigia como algunos creen). De no hacerlo así, el alma del difunto quedaba varada penando errabunda por la ribera durante cien años, concluidos los cuales el barquero los pasaba sin pagar y ellos proseguían su viaje entre tinieblas para ajustar cuentas con su destino.
Había mucha gente haciendo cola, como en las entradas a nuestra discotecas. Caronte tenía muy mala leche y como era quien debía remar, maldecía a los gordos, a los que iba relegando para un próximo viaje, que podía tardar en producirse.
Roma también nos transfirió gran parte de estas creencias, sin menospreciar la presencia judía en Ibiza. Y por supuesto, la omnipresencia fenicia y cartaginesa.
Yo intuyo el poso fenicio en esta minuciosa cena que podía durar horas, martilleando sobre las nueces o los piñones. La trencada de pinyons es una arraigada tradición. El idioma ibicenco usa trencar en el sentido muy concreto de cascar, quebrar violentamente algo sólido y compacto.
Para romper, tenemos rompre. Así no cascas con la novia, sino que rompes con ella: vean cuán importante es conocer el ibicenco para no meter la pata ni ningún otro órgano fuera de lugar.
La familia cenaba de frutos secos, iba dejando granos sueltos sobre la mesa, y por supuesto, no se apagaban los candiles durante toda la noche, porque los familiares fallecidos son muertos, pero no ciegos, y necesitan luz para desgranar la granada o escoger las mejores nueces.
Los niños no nos levantábamos en toda la noche por si acaso nos tropezábamos con algún tío muerto o alguna abuela fallecida luchando con la dureza material de unas nueces. Se les rezaba y se les añoraba, pero siempre a una honorable distancia y con el estómago lleno.

sábado, octubre 26, 2013

No nos hundirán la isla

Vicente Risco dejó inmortalizada su Galicia como «O país do mortos» por repetir una tradicional creencia, según la cual los antiguos pueblos de la Península Ibérica pensaban que iban a parar a Galicia las almas de todos los difuntos.
Cuando descubrí esta lírica apreciación comprenderán que recordé la importancia de Ibiza para los muertos del universo fenicio y cartaginés. Pensaban que Ibiza era una tierra de acogida, casi sagrada, donde no medraban las bestias venenosas y ni los bichejos ponzoñosos, como las víboras o los alacranes y donde valía la pena ser enterrado.
Al margen de que esto ya sabemos empíricamente que no es cierto, la leyenda traspasó las centurias y los milenios y ha llegado hasta nosotros, llenándonos de regocijo y consuelo, que tanta falta nos hace ante la avalancha de enemigos oscuros que se ciernen sobre Formentera e Ibiza.
Estas islas ya dan un poco de miedo. Vas caminando tan tranquilo y te cae un escocés en la cabeza o te atropella una moto de motocross o un quad cuando descansas bajo un pino. Incluso en el mar puedes ser acribillado por una carabela portuguesa, por una colonia de las medusas de siempre, o embestido por una lancha, cuando no por un drogaminas (ahora con o) andrógino.
La verdad es que la Muerte y sus cultos diversos impregnan toda Galicia, en su toponimia, capitaneada por esta Costa da Morte tan temida desde los tiempos de navegantes fenicios de paso hacia las islas Casitérides en busca de estaño, una ruta secreta que los cartagineses de Ibiza conocían y que no revelaban a los romanos, lo cual les ponía de los nervios.
Y si no, con las meigas, tan próximas a los umbrales definitivos o a la Santa Compaña, a la que no hay que mirar de frente como a la Medusa, y con la que es mejor no encontrarse en plena noche.
Ay, la Muerte, inexorable, inesquivable, cuantos precipicios has abierto, cuántos poemas has inspirado. Además Galicia parece ser la exportadora de esta magnífica veneración por la muerte que existe, por ejemplo, en Méjico.
¿Estaremos a salvo en Ibiza en estos tiempos de tribulaciones vibratorias? ¿Saldremos vivos de este derroche de decibelios que ensordece y humilla a los pitiusos? Y ahora nos preguntamos ¿Acabarán por hundir a las Pitiusas al fondo del mar con estas explosiones de fracking o sea cual sea la guarrada que están inyectando al mar próximo a Castellón?
Uno teme lo peor cuando los ingenieros dicen que la situación está bajo control y que están estudiando los informes. Ya, ya. Esto se estudia antes. Pero ahora el peligro más grave es la miseria, los presupuestos generales del Estado de 2014 y la carencia de instalaciones como la radioterapia y otras muchas que nos tienen sumergidos en una España africana, en colonia ordeñable y a la que se deja que se emborrache, se drogue y haga cuanto ruido quiera para compensar. Pero estoy seguro: no nos hundirán.

miércoles, octubre 23, 2013

La reacción de Formentera


Formentera es una isla diminuta y esto es una debilidad, pero en esta misma misma radica su fortaleza. Ningún destino turístico que reciba extranjeros –la costa mediterránea, básicamente– puede presumir del liderato español en la temporada veraniega de 2013, pues es sabido que nuestro país está hundido en una crisis prolongada de la que no conseguimos salir.
La recesión no ha impedido que el número de turistas españoles haya batido a los italianos, los primeros y casi únicos visitantes de Formentera en los últimos lustros. Este hecho lo pagaron caro sus empresarios en 2012 al darse cuenta en plena temporada que la isla no conseguía los buenos resultados de siempre: fallaba Italia, que a su vez estaba y está sumida en una situación tan alarmante como la española.
Una vez tomada buena nota, los formenterenses se armaron de folletos, películas, reportajes, ferias y actos para recuperar la fidelidad hispana, siempre tan próxima. Formentera tiene una imagen relativamente desvinculada de Ibiza en la península. Muchos creen, por desgracia erróneamente, que Formentera es un paraíso salvaje apartado de la insoportable Ibiza. Pero muy cerca, a tiro de avión y ferry.
Durante los dos meses de verano, Formentera ya no es ningún paraíso aislado. En algunos puntos cuesta diferenciarla de Ibiza o de Mallorca, pero es el tributo que se ha de pagar si se quiere operar con turismo de masas.
La buena noticia existe: Formentera ha conseguido sustituir al turista italiano por el español y no han perdido la vida ni la imagen en el intento. Siguen viniendo italianos, pero han dejado la primera posición. Ganan los españoles.
Aparte de la actitud y las capacidades de los responsables turísticos, esto se ha podido lograr gracias a las reducidísimas dimensiones de Formentera. Mallorca y Menorca no han conseguido tal eficacia jamás, ni Ibiza tampoco. Pero Formentera, moviendo unos miles de turistas, ya equilibra su oferta.
Su fuerza está en su situación de debilidad, conviene no olvidarlo, porque este principio actúa en lo positivo, pero también en lo negativo: es mucho más fácil destruir el equilibrio en una islita como Formentera. Ellos ya lo saben.
Otro tema que lleva de cabeza a muchos propietarios y vecinos de estas islas es el alquiler de pisos particulares en zonas residenciales a los desmadrados turistas. La respuesta parece obvia: no hay quien les soporte.
Son actividades ruidosas, molestas y en algún caso peligrosas. Pero claro, hay gente que opina lo contrario. Son los que siguen pensando que en las Pitiusas todo vale. Los residentes tenemos la obligación de ser amables con los turistas, no de entregarles nuestra vida las 24 horas.