miércoles, noviembre 20, 2013

Queremos las cabras mallorquinas


Los mallorquines tienen un problema muy gordo este invierno y yo quiero ayudarles. Como saben, toda la parte Sur de la Serra de Tramuntana se quemó en uno de los incendios más devastadores de los últimos años. Ahora se van juntando un centenar de voluntarios cada fin de semana para ayudar a limpiar y resembrar los plantones. Pero ha saltado la alarma, porque precisamente en esta zona hay inmensos rebaños de cabras que vivían hasta ahora en un estado semisalvaje en estos parajes calcinados.
Es sabido que la cabra arranca de raíz cuanto hierbajo puede llevarse a la dentadura: no hace muchos distingos, por esto es tan buena trabajadora para limpiar bosques. Ahora no es momento de tragarse el verde de estas rocas y tierras que han quedado calvas y tristes: las cabras que eran una bendición, ahora son todo lo contrario. Es sabido que las cabras son tan peligrosas como un incendio o una política cementera desarrollista. La situación es peliaguda, porque si se dejan libres a los rebaños, acabarán por tragar los tiernos brotes verdes de la reforestación y del recrecimiento, que será particularmente deseado en los meses de primavera.
La cuestión es que muchos han pensado en sacrificar este ejército de hermosas cabras mallorquinas.
¿Vamos a consentirlo los hijos de Tanit? Nosotros necesitamos justamente estas cabritas para que nos salven del próximo incendio, que ya toca: Ibiza está tan enmarañada que bien podríamos adoptar estas cabras –respetando la propiedad, incluso de los cabritos que nazcan en Ibiza, digo yo– para que ejerzan su remolona función, y vivan desbrozando bosques y márgenes repletos de peligrosa vegetación invasiva.
Estoy seguro de que muchos ibicencos recibirían un trabajo así como una bendición caída de Mallorca (de donde nos caen bastantes putadas, las más de las veces), mientras que los amos de los mamíferos obtendrían pastos y seguridad para sus manadas. Justa reciprocidad, todos reciben beneficio y las cabras conservarían el cuello.
Estoy seguro de que incluso alguna compañía marítima las transportaría en sus bodegas gratis o a precios muy bajos. Sería una forma de colaborar con la ecología de la isla y de lavar un poco su imagen de rácanos y explotadores que tienen ahora.
La cabra es uno de los animales más limpios de la naturaleza. Todo son virtudes. Las bodegas de las barcas llegarían más limpias de lo que salieron del puerto de Palma, porque son mucho más cuidadosas que las cabras británicas, que dejan los tapizados llenos de vómitos extemporáneos.
En fin, la idea era, es, esta. Para mí es lógica, razón por lo cual dudo que alguien se ponga manos a las cabras y las lleve a buen puerto, nunca mejor dicho.
Y por supuesto, sacar las cabras de es Vedrá, donde jamás debieran de haberse reintroducido. Estaba aprobado y apalabrado, pero confieso que ignoro cómo acabó la cuestión. Cabras mallorquinas, mem, welcome to Ibiza.