miércoles, septiembre 30, 2015

Llega otoño y qué más da


Hombres de poca fe, pensabais que el verano más caluroso de la historia nunca tocaría a su fin. Y aquí está el otoño, qué más da, valga el ripio. Da lo mismo para quienes han de seguir sirviéndose y pagando el agua del grifo de gran parte del sur de la isla. No es apta para el consumo, viene tan cargada de sal y de otros venenos que casi podríamos embolsarla en vez de beberla.
Uno espera –quizás en vano– que esta cuadrilla de políticos que nos cuestan cinco millones al año a todos los pitiusos empiece a ganarse el sueldo y dedique el tiempo y la energía necesarios para procurar una mínima calidad en los servicios básicos, no solo el agua.
Ya no tienen la tormentosa presión de julio y agosto, donde se asiste antes a lo urgente que a lo importante. ¿Sería mucho pedir que aúnen esfuerzos en Ibiza y en Mallorca para acometer las tareas pendientes?
Ibiza parece una isla de tebeo regida por políticos de cachondeo. Hay demasiados incidentes graves, demasiada sangre, demasiada droga en las calles y demasiados tubos emisarios que revientan varias veces al año.
Es un fallo humano, te dicen. Bueno, pues hay demasiados por lo que cobráis. Cobráis demasiado por los resultados que ofrecéis. No sois rentables a los ibicencos, es más, la mayoría de los políticos de las Pitiusas sois prescindibles.
La situación de las desalinizadoras y de las depuradoras es demencial, no voy a hablar de sanidad ni de radioterapia. Pasan los lustros y aquí no se soluciona apenas nada, y cuando se levantan las piedras venerables se reconstruyen con graves defectos.
Todos los comerciantes de Ibiza que pagan impuestos se han visto cubiertos de mierda cada vez que ha llovido fuerte. Imagino que cuando les hablan de elecciones brincan de alegría.
Y aquí nadie asume las responsabilidades. Cobrar, cobran. Unos cinco millones nos costarán en 2015, porque los que vinieron para recortar los gastos de la casta han resultados ser mucho peor y de 4,7 millones pasaremos de los cinco.
Podemos, vaya si pueden, los que no podemos somos más los ciudadanos, el común de los mortales. Ha llegado otoño, sigue la porquería, sigue la salmuera, siguen los mismos, cobrando puntualmente cada mes. Unos cinco millones de euros al cabo del año. Les parecerá bonito.

@MarianoPlanells

sábado, septiembre 26, 2015

Entre el error y la amenaza

El humorista Puebla también sabe de dónde vienen los tiros


Ignoro a dónde quieren llegar Podemos y el PSOE agazapado, siempre preparado para hacer caja. Tampoco sé si en 2016 impondrán esta tasa turística tan malquerida y tan zarandeada. Pero sí sé que el Pacte III ya ha conseguido esparcir una idea que entraña ciertos riesgos: son una amenaza para el turismo de Baleares. Ellos quieren meter miedo a los hoteleros, pero estos no se alteran fácilmente, pues saben que les basta con darle a una tecla para hacer una transferencia de fondos al Caribe, que es donde están invirtiendo sin cesar desde hace décadas.
Lo que se destine a hoteles en América no se invertirá en hoteles de nuestras islas, perdón por la obviedad. Este mismo invierno ya se notará, habrá menos puestos de trabajo en las obras.
O sea, como los empresarios hacen y callan, están destinando enormes partidas de dinero que podrían estar invertidas perfectamente en la renovación de hoteles, pensiones, hostales y urbanizaciones en Baleares. Ha de saberlo el público y pido excusas otra vez por ser muy elemental, muy básico: cuando Jarabo o Ada pretenden intimidar a los hoteleros solo consiguen atemorizar a la sociedad civil que está a la espera de un trabajo temporal para pasar el invierno y a la vez desmotivar al posible turista que ahorra todo el año para sentirse bien tratado y querido.
Las titulares de la prensa española, británica y estadounidense (y de otros sitios, supongo) están propagando de forma reiterada un mensaje disuasorio: en Barcelona, en Baleares, en España tratan mal al turista, no quieren turistas, etc. Sí, Jarabo, tú, todo un genio de las finanzas, del turismo y de la política. Ahora amanecemos casi cada día con un titular donde avisan: los gobiernos del cambio suponen una amenaza para el turismo. Lo de Barcelona es antológico, ya lo he contado. Pero ahora se suman Baleares y al parecen en Valencia están rumiando poner el cazo con una ecotasa.
Este tipo de ´amenazas´ las acaba pagando aquel a quien decís que habéis venido a proteger: el trabajador poco cualificado, el fijo discontinuo, el temporal. Son los primeros que caen cuando las empresas se ven tentadas a reducir gastos porque parte de su dinero y energía va destinada a pagar cada vez más impuestos. Un dinero que debiera estar en los bolsillos de los ciudadanos acaba en manos de estos incompetentes y codiciosos personajillos de tercera fila que, como ya es habitual en su hoja de ruta, vienen solo a destruir lo que otros han construido y han levantado laboriosamente durante décadas. El adanismo se paga muy caro y repito, siempre pagan los mismos: los de más abajo, o sea los que probablemente han votado al PSOE y Podemos.

miércoles, septiembre 23, 2015

La ecotasa será su tumba política

El colmo de la ineptitud: en Baleares ya nos ponemos impuestos a nosotros mismos
No me gustó nada en absoluto el artículo de la diputada Silvia Tur dedicado a ensalzar o a justificar la ecotasa. Y es lógico, estoy frontalmente en contra de dicha carga, que puede llegara a ser onerosa para una familia de tres o cuatro miembros. Onerosa y por tanto decisiva a la hora de elegir Formentera/Ibiza antes que Canarias o Andalucía, por poner un ejemplo. Al nivel de tarifas de Baleares, el precio sí importa, tanto es así que se han terminado aquellas inolvidables vacaciones de quince días con que se obsequiaban los turistas británicos. Simplemente, no pueden pagarse tantos días. Lo vemos entre los más alocados que vienen a colocarse y a desfasarse hasta caer rendidos cuando ellos adquieren el tícket del avión por tres días (o incluso menos), que suelen pasar despiertos y bailoteando sin cesar gracias al abuso de pastillas.
Han sido ya varios diarios británicos quienes han madrugado y haan avisado: la ecotasa será muy mal recibida. Tiempo tendremos de ir desgranando el tema, porque los políticos que pretenden imponerla no se aclaran entre ellos. Obviamente es el PSOE quien suspira por hacer caja y no creo que se atrevan a volver a las andadas en proyectos urbanísticos de los que salieron escaldados, si es que puede considerarse que ya se han librado. La ecotasa supondría una inyección de liquidez. Ya lo intentó el PSOE (formando parte del Pacto) en 2002 y no ha aprendido la lección, ahora formando sociedad con Podemos y otros grupos socialistoides, nacionalistas y ecologistas. Ellos sabrán, pero uno piensa que este tema acabará por ser la tumba del Pacto 3-2015 si no lo dejan aparcado.
Seguiremos, claro que seguiremos.
Esperemos a ver cómo acaban las tensiones internas: nos enteramos de que tendremos que pagarlo todos, residentes y turistas, a lo cual se opone Jarabo (Podemos). Wait and see, my friend. No me gustó el artículo de Silvia Tur defendiendo la ecotasa, dije al principio. En cambio me ha gustado mucho la propuesta de la diputada por Formentera (grupo Mixto) para exigir la prohibición de excursiones y fiestas a bordo de embarcaciones en todas aquellas zonas que afecten a los espacios naturales. Una gran iniciativa de Silvia, que aplaudo y agradezco, porque todavía no me entra en la cabeza cómo pueden permitirse estas excursiones etílicas en el mar, en barcazas atiborradas.
Por cierto, tomo nota del aumento exponencial de chárters en el mar, o sea, lanchas pirata o yates pirata que hacen servicios al gusto sin pasar por la caja de Hacienda. En la Estación Náutica de San Antonio se calcula que hay más barcos ilegales que legales. Ustedes mismos.

sábado, septiembre 19, 2015

La ecotasa diabólica


Lo pregunté al final de mi último artículo: ¿quién se supone que debe pagar la ecotasa, en caso de que se diera la nefasta decisión de imponerla? Obviamente, el turista, el visitante vacacional que quiere pasar unos días y unas noches en la isla. Ya tenemos el primer problema: ¿cómo, dónde y quién la debe cobrar? En el primer intento fallido y ridículo del 2002 en el primer Pacto de Progreso se cargó la engorrosa tarea a los hoteleros de Baleares.
Pero esto ya no puede hacerse, hay que ponerse al día y saber que en Ibiza más de la mitad de los turistas llegan en barcos o en avión, pero no se hospedan en establecimientos hoteleros. La realidad económica ha dado un vuelco espectacular. Si se cobra a quien se hospede en un hotel, hostal, pensión se está causando un agravio comparativo de enorme relevancia.
Si ahora los que vienen a las Pitiusas ya huyen de los hoteles para acogerse en régimen de alquiler en apartamentos o casas, desde la existencia de la ecotasa lo harían mucho más. No solo añadirían una responsabilidad y un trabajo al hotelero para recaudarla, es que además crearían un incentivo activo para dejar de usar esas instalaciones. El daño al hotelero no sería baladí. Bien, en tal caso, quizás piensen en cobrarla en los puertos y en el aeropuerto, en caso de que lo autorizara el Gobierno de España. Tampoco lo veo muy práctico. Barcos y aviones ya vienen penalizados por tasas portuarias y aeroportuarias de gran calado, ya solo les faltaría convertirse en recaudadores de lujo de la codiciosa Francina Armengol, de quien sabemos que tiene una admiración declarada hacia todo lo catalán que raya en la veneración y poco más.
Dejemos los ibicencos que los catalanes naveguen a su aire y que se equivoquen solos. Los baleáricos no somos catalanes y concretamente los de Ibiza mucho menos. Y la quimera de los Países Catalanes nunca ha existido ni existe. Por mucho que lo repitan. Que cobre Cataluña las tasas que pueda inventarse, así tienen su autonomía, en quiebra irremediable y con una deuda que, es evidente, caerá sobre la espalda del resto de españoles. Dudo mucho que el ministro del ramo y AENA quieran participar en las misas negras podemitas del nacionalsocialismo falsamente ecologista del Pacte de Baleares. La ecotasa es un invento diabólico y Dios nos libre de gobiernos como el del Pacto, que ni siquiera saben aprender de sus propios errores. ¿Errores? ¿Qué digo? ellos jamás han admitido ni uno.

miércoles, septiembre 16, 2015

La ecotasa, inútil y peligrosa


Dice el importante operador turístico Thomas Cook que si se pone una ecotasa en Baleares muchos turistas dejarán de venir. No lo sé, pero observo que se esgrimen los mismos argumentos que en el primer intento, creo que del año 2002. Fue un sonoro fracaso que murió con sordina, casi en silencio, porque al Partido Popular y a los hoteleros no les interesó celebrar una victoria agridulce.

En aquella época muchos pensaron que la implantación más que arbitraria de la tasa turística fue un pulso entre algunos arrogantes miembros del Pacto y el lobby de los hoteleros. Para que estos supieran desde el primer momento quien mandaba. El gallo del corral impuso su criterio, pero poco le duró el cacareo, algo más de un año.
Arrogancia política e intereses económicos aparte, la clave está en saber qué es la tasa, conocer de buena fuente si será útil y si no causará más daños de los que pretende evitar. Si se decide que sí, queda un enorme problema: ¿Cómo la aplicamos?

Mi opinión personal es muy clara: tengo una aversión total a cualquier tipo de impuesto, aun sabiendo que tenemos que contribuir todos en el mantenimiento de la sociedad del bienestar, que cada vez emplea a más derrochadores en un gasto público improductivo que a medio plazo nos llevará a la ruina total. Gente más informada que yo ya lo ha explicado en algunos medios nacionales.

Yo estoy en contra de la mayoría de los impuestos existentes, rebajaría la gran mayoría y otros los suprimiría. Comprendo que es imposible en la actual mecánica de un Estado de las Autonomías demencial e insostenible.

Solo nos faltaría una ecotasa, para acabar de debilitar nuestra economía, que compite a duras penas con destinos que no la aplican y ofrecen instalaciones más modernas. Las almas cándidas que hablan de un impuesto finalista saben que apenas llegaría para solucionar nada y que el dinero ha de venir vía presupuestos del Estado, que por esto lo recauda a espuertas con el IVA, tabaco, alcohol, puertos y aeropuerto.

No aconsejo usar la ecotasa como letrilla de cantautor . El Pacte necesita siempre un tema que articule su política, cuando gobierna en los despachos o cuando alborota en las calles. Suelten el tema y dejen a las empresas en paz.


Y para finalizar una pregunta ¿usted compraría un coche de segunda mano a Francina Armengol o a Vicent Torres? Entonces con más motivo es inútil y peligroso ponerles unos millones confiscados a los turistas... que se hospedan en los hoteles. Y esta es otra. ¿Quién pagaría la ecotasa?

lunes, septiembre 14, 2015

Mosquito tigre cabreado

Vivir en una isla tendría ventajas si se preservara el aislamiento, pero en el caso de Ibiza no tenemos ninguna ventaja derivada de nuestra insularidad y sí los inconvenientes de vivir comunicados y saturados como en el continente.
Ahora tenemos las desventajas del hecho insular: sobreprecios abusivos, escasez de recursos naturales, incomodidades técnicas (aeropuerto, puertos, averías) y otras varias. Y las desventajas de la Península.
Ibiza ha estado durante miles o cientos de años encerrada en sí misma, casi podría decirse que lacrada, como estas imponentes tumbas faraónicas que llenan de asombro a sus descubridores. Les ocurrió a los primigenios viajeros a las Pitiusas, atónitos ante lo que se ofrecía a sus ojos y a precios irrisorios.
Pero ya nos han roto el lacre y esto no es como el himen de las mujeres moras pudientes, que si disponen de posibles se lo recomponen con la ayuda de un buen cirujano plástico.
Ahora es imposible controlar nada, pese a lo que digan los políticos del Consell, que apenas sirven para otra cosa que no sea cobrar la nómina.
«Controlaremos la entrada de troncos de olivo en origen», afirmaron tan ufanos para tranquilizar a los ibicencos, ya con la mosca detrás de la oreja y las serpientes en el corral.
Aquí no se controla nada y mal puede hacerse si no hay quién y tampoco se sabe muy bien cómo. Solo el comerciante debiera certificar la supervisión de los troncos uno por uno –dicen que irrigándolos con café– e impidiendo la entrada de maderas en tiempos de letargo de los reptiles.
Con las serpientes ya hemos invertido un saco de euros. Para lo único que sirve el Consell, para pagarse sus propios nóminas (unos cinco millones de euros anuales desde que han subido con Podemos/PSOE) y de vez en cuando poner algunas cantidades a ver si la Virgen de las Nieves nos da buena suerte y se capturan dos centenares de serpientes, cuando ya está asumido que las hay a miles.
El fenicio viene hoy perforado por las picaduras de mosquitos. No dan tregua, tras el verano más caluroso que se ha registrado nunca, desde que se miden estas cosas a finales del XIX. Muy caluroso y muy húmedo, ideal para el tremendo mosquito tigre, que causa estragos.
Las serpientes y los mosquitos toreros, porque te clavan sus rejones, han venido para quedarse. Son los nuevos ibicencos. Es inútil tratar de erradicarlos. No se conseguirá, a lo sumo reducir su colonia, evitando pies de macetas con agua encharcada.
Yo intentaré tener una planta de albahaca en cada ventana, remedio payés que al menos nos alegrará el ambiente.

miércoles, septiembre 09, 2015

El botín inmobiliario incontrolable

Y por debajo del exultante turista se perfila una realidad paralela que parecen habernos diseñado desde fuera.

En este verano llama la atención el descaro de algunos pseudo-empresarios en saltarse leyes y normas por toda la cara: exposición de vehículos en venta o alquiler en plena acera o en la calle, hamacas invadiendo incluso la línea del agua en las playas atiborradas. Y el descontrol de los alquileres inmobiliarios, de coches piratas, barcos piratas, seguramente avionetas taxi piratas. La lista es larga.
Los modernos piratas funcionan en la economía sumergida y a fuerza de ir sisando y de ir probando dónde están los límites han llegado a una conclusión alarmante: en Ibiza y Formentera no hay límites. Puedes pegar fuego a media isla y es probable que soltando alguna lagrimita conmuevas el buen corazón de una sociedad narcotizada. Y en lo concerniente a taxis ya se presupone que, salvo excepciones, son bandas organizadas y no tienen ningún bien con el cual responder en caso de responsabilidad civil o penal.
Y es cierto que las fuerzas de seguridad (y las de la inseguridad) están desbordadas. Si lo asumen los delincuentes ya puedo publicarlo aquí, de forma que quizás lo lean en Madrid y hagan un esfuerzo compensatorio para el próximo verano. No digo que la Policía no actúe, sino que debe medir y seleccionar muy bien sus objetivos pues sus efectivos son escasos.
Uno tiene la impresión de que Ibiza es muy amada por los delincuentes, como el lobo ama al corderito o como las monjas catalanas independentistas aman las peras en almíbar.
En toda España prima la ineficiencia ante la corrupción más obvia y prolongada en el tiempo y en el espacio. Pero Ibiza se lleva la palma. Somos el pitorro del sereno y de ahí que casi ya nos tomen a pitorreo. No imagino que un delincuente como el catalán Ferré hubiera desarrollado su inmensa lista de abusos en Mallorca o en su Tarragona, aun sabiendo que allá también se cuecen muchas habas. Otros casos ya han salido a la luz pública: que alguien adquiera el derecho de alquilar docenas de apartamentos a alguien que no es el propietario legal y encima llame a la compasión en la prensa. Más aceptable la quiebra (fraudulenta o no) de International Villas, agencia inmobiliaria por Internet que ha dejado colgados a quienes ya habían pagado sus vacaciones en 50 chalets de lujo.
Hace más de dos años que vengo avisando: Hacienda tiene la antena puesta sobre este fenomenal botín que son los alquileres de Baleares. Van despacio, pero la maquinaria estatal es implacable. Rodarán cabezas si no viene algún político pringado y detiene las investigaciones, cosa que no sería de extrañar.
Los estragos de estos bandidos son considerables. No solo defraudan al fisco, también dañan a muchos empresarios dados de alta que cumplen con sus deberes, y no son pocos. Gente honrada que merece ayuda.

sábado, septiembre 05, 2015

La temporada 2015 ha sido un test

No perdamos mucho tiempo lamiéndonos las heridas. Como repito lo mismo desde que empecé a escribir en 1972, no voy a perder mucho tiempo explicando las mismas cosas que, por otra parte, una gran parte de ibicencos ya tienen interiorizadas y asumidas. Periodistas más jóvenes –afortunadamente– ya han tomado el relevo y ellos lo explican con mayor vehemencia y quizás con más razones.
En 1983 dediqué medio Anuario de Ibiza y Formentera a repensar Ibiza, a obligarnos y a alertarnos para decidir qué tipo de Ibiza queríamos desarrollar. Todavía estábamos a tiempo, ahora ya lo dudo. Bueno, tengo que decir que aquel Anuario surtió efecto inmediato: algunas de las principales empresas de la derecha isleña tomaron represalias, hasta el punto de que en doce años jamás me pusieron un solo anuncio publicitario.
Ahora el menú ya no se lo voy a leer yo, que en el fondo soy un fenicio ingenuo y bonachón, ahora se lo van a leer los millones de turistas que se van quemados de Ibiza, los alemanes que vinieron y jamás regresarán. Los cientos de miles de turistas que han venido rebotados por los efectos de las guerras ribereñas mediterráneas y que en Ibiza se han sentido defraudados y algunos poco menos que estafados.
La vida es dura, toma su tiempo, pero al final pone a muchas personas y a muchas cosas en su debido sitio. Volverá a ocurrir.
El malestar del ibicenco bajo los efectos de la avalancha no es de hoy. Las quejas tampoco, pero han solido quedar plasmados en reductos reducidos. Esta temporada 2015 ha tenido ¡por fin! la virtud de hacer general lo que hasta ahora era particular: Ibiza no soporta este derroche de recursos ni puede absorber los tres millones y pico de visitantes en tres meses.
Bien, pues esta es la Ibiza que se diseñó en aquel año, 1982-83 (y siguientes) en que pedí un simposio, un congreso, una sinámbula para pensar y repensar Ibiza. No lo hicimos nosotros (lo hice en el Anuario, eso sí) y ahora nos lo harán los turistas. Las conclusiones serán demoledoras, porque de forma más o menos solapada Ibiza ha sido diseñada para 5 millones de turistas. Ahora estamos en los 3 millones.
La temporada 2015 ha sido un regalo de los dioses. Un ensayo general. Ha dejado dinero y para los más inteligentes habrá dejado una lección aprendida: ¿Queréis esta Ibiza? Queridos ibicencos: vosotros mismos.

miércoles, septiembre 02, 2015

Ibiza perdió el aura y perderá el estilo


En 2005, en plena masacre para construir las autopistas, dejé algo escrito que después fue muy reproducido por otras voces: «Ibiza ha perdido el aura». Es algo más que una percha literaria para poetas sin inspiración: es una maldición fenicia, que recoge la decadencia de las Pitiusas desde esa fecha. Una decadencia, paradójicamente, amortiguada por una extraordinaria floración de turistas de masas, que no de mesas. Como la última gran floración de la pita o agave americana, estas alarmantes cifras de ocupación inyectada por la crisis sangrienta de los países ribereños mediterráneos han acabado por reventar las entrañas de la isla. Y como el alarido final de la fiera o el canto del cisne que sabe próximo su final, el verano de 2015 ha sabido reunir y exaltar los actos festivos en una batería ruidosa de fuegos ora fatuos, ora artificiales. Danzad, danzad malditos, la venganza de Baal será cobrada en un silencio sepulcral bajo las luces evanescentes de la luna llena. Nadie puede fotografiar la luz de la luna de Ibiza.
Dicho en plata: veo que todo el mundo llega fastidiado al final del mes de agosto, lanzando reniegos y maldiciones a tanto borrego drogado.
Bueno, pues aquí pido unas palabras de agradecimiento para sitios como Lloret, Salou, Castelldefels, Alicante, Magaluf ; o como Mikonos y Kavos (en Grecia). Ellos nos han aligerado el peso de la morterada de clubbers y hooligans, que se han ido repartiendo la materia prima que usan la cerveza como levadura que les enciende las vacaciones.
La compañera Laura Ferrer ya describió con mucho humor los intentos de Mikonos por levantarnos los turistas a Ibiza. Ojalá. Me encantó su artículo, pero se olvidó de puntualizar que la isla griega lleva décadas compartiendo clientes... gays. A medida que Ibiza ha ido perdiendo el aura, Mikonos ha recuperado a los soldados del arco iris. Ahora Ibiza los ha convertido en carne de gueto y parada, como en Madrid y otros sitios, cuando lo maravilloso de la isla era que todo era campo y sin puertas ni alambradas.
El melting pot de Ibiza era singular y muy apreciado por los gays, que se sentían en la calidez del hogar, sobre todo bajo los calores de agosto. Ahora hacen de payasos en paradas gays y otras frivolidades indignas de la categoría de Ibiza.
Kavos es un caso aparte, donde se cultiva el desfase y el desbordamiento por el alcohol. La playa d´en Bossa, San Antonio pero con menos hormigón y mesas de plástico y creo que algo más barato. Kavos está en Corfú, otra isla que lleva años intentando emular a Ibiza; algunos turoperadores han tenido la insolencia de bautizarla como ´la segunda Ibiza´. Bueno, es una manera de reconocer nuestra primacía y casi nuestra primogenitura. Pero algunos griegos están hartos y han abierto una página en Facebook donde publican a los british tirados sobre las aceras, durmiendo la merluza. Estos, lejos de avergonzarse, han contraatacado y mandan sus propias fotos para ver quien la pilló más gorda. De manera que en este terreno no tienen vergüenza. Gracias, griegos, por compartirlos y quitarnos un poco de peso de encima.