miércoles, julio 31, 2013

Buenos vecinos


Observo que la gente está muy picada y algunos andan ya ensimismados practicando la guerra subterránea. Sépanlo: si vives en una isla, que es un lugar muy pequeño donde todos navegamos juntos, esto es una mala política. Hubo unos años en que en Formentera andaban todos enfrentados. Parecía una comedia a la italiana. Cuando llegabas a la isla lo mejor era hacerse el despistado, porque enseguida pretendían conocer en qué bando militabas. «¿Yo? Yo estoy contra todos los bandos y todas las bandas», fue una respuesta irónica que me salvó más de una vez de los compromisos imbéciles. Formentera ha cambiado, los ánimos se han apaciguado, y más vale así. La mejor política practicable es la de buena vecindad, la coexistencia pacífica y si se puede, la convivencia.
Que lo lean atentamente en el PP, donde no disimulan sus poco oportunos enfrentamientos. ¿Será cosa de la juventud? Quizás sí, los jóvenes son más proclives a entrar al trapo y de aceptar todos los retos. Hoy, el PP se subdivide en al menos dos grandes tendencias y esto será una suerte si saben navegar con calma y sabiendo que todos hemos de llegar a buen puerto. Estaba pensando en todo esto cuando caí en la cuenta que Vila, Ibiza municipio, es un gran vecino del que todos abusan un poco. A la ciudad se iba cuando se podía aparcar el carro y el mulo; cuando se podía aparcar el coche, cuando se podía aparcar la moto, pero hoy apenas quedan unos centímetros donde dejar el medio de transporte. Hace unas décadas, toda la isla hubiera cabido dentro de la ciudad. No había más de 40.000 ibicencos en toda la isla. Hay más ya solo en la ciudad.
Si toda Ibiza decidiera bajar a Vila el mismo día y a la misma hora, se formarían unas colas impresionantes que de hecho son las que ya se forman ahora durante todo el verano. ¿Entienden por dónde voy? Bueno, pues aun así, Vila aceptará los desechos de la depuradora de Santa Eulalia. Ya no da más de sí y en verano será peor porque todo revienta y además los yates arrancan el cable de Internet o revientan el tubo del emisario submarino. Y claro, toda la mierda acaba en el puerto de Ibiza, que es, por ley de la gravedad, el punto de encuentro perfecto.
Vicent Marí ya habrá descubierto que es mejor llevarse bien con Vicent Serra, olvidar diatribas y cuidarse de gestionar la pobreza y las deudas que nos dejó el Pacte. Lo mismo pueden decir los de Formentera, que nos mandan sus fardos de basura hacia Ibiza, para enterrarlos en el vertedero de Ca na Putxa.
¿Encima os quejaréis de los ibicencos? Más vale dejarse de películas, llevarse bien y ponerse manos a la obra para pasar esta temporada, que será terrible, y después seguir buscando soluciones para los problemas, los mismo de siempre, los mismos que nunca resolvéis. Ah, y nada de construir la depuradora encima de una montaña, como alguno pretende.
@MarianoPlanells

sábado, julio 27, 2013

El relax de los estruendosos


Repiten que son imprescindibles en la Ibiza de hoy, pero sólo abren cuando pueden atiborrar las arcas, o sea cuando los turistas ya vienen por éste o por cualquier otro motivo: son los antros infernales del estruendo. A pesar de que les gusta autodenominarse cielo, limbo, éxtasis, tienen amnesia, viven como pachás turcos o se sienten unos privilegiados. Pocos se salvan de la quema.
Ibiza ha vivido la mar de bien sin ellos durante más de cuatro mil años. Pudieran al menos tener un poco de consideración hacia la isla que los acoge. Pudieran fijarse menos en sus pugnas de competencia entre ellos y en controlar sus estruendos, si van a molestar a una parte de sus vecinos.
Ya sé que les da igual. Algunos tienen el cinismo de seguir empleando la vieja táctica: «Sin mí esto sería un desierto; si no tragáis con mis urbanizaciones, músicas y estruendos se acabará el futuro de la isla». Hombre lo que han acabado, ellos, y solo ellos, es con una capa de turismo muy sustanciosos que ha ido dejando Ibiza por otros sitios, y pienso en Sicilia, Córcega, Cerdeña, sin olvidar el casi medio millón de alemanes que venía y que se ha pasado a Mallorca.
Siete o setenta, porque hacen ruido como setecientos, acaparan ahora el mismo segmento de turismo joven, colocado e irresponsable. Un sector que nos sale carísimo, pues tenemos que dedicar a urgencias lo que quitamos de otros servicios y tenemos a la policía desquiciada por unos cuantos niñatos, mientras tendría que ocuparse de delitos mucho más serios que barren la isla desde que viene este tipo de gente, de camellos, de turistas pirata, de taxistas corsarios. Etc.
Y como mueven mucho dinero, tienen un alto poder convincente entre nuestros políticos bizcochables. Se salvan pocos, desde el socialismo cañí hasta el PP yeyé, que se derrite cuando le destapan una botella de champán en la mesa.
Han inventado incluso una estética. Puede admirarse en los encartes del mismo Diario. Colorido color crema, paisajes idílicos y un uso sistemático de los mismos hippies a los que no dejaban entrar en los años 60 y 70. Pero todo huele a plástico, a falso, a pesar del barniz orientalizante que lo embadurna todo.
El abigarramiento no ataca las entrañas de las discos únicamente, también muchas boutiques padecen una decoración decadente y barroca de una estética entre gay y romántica.
Ahora ya se observa un uso creciente del diseño minimal, pero son una minoría.
Tanto relax queda muy forzado. A mí la gente que se tienen que masajear, que se pierde en el yoga, o que se refugia en estas pseudofilosofías orientales se me antoja que está bastante cascada. Pero tampoco lo sé.
Lo que acaba de joder es que la música de un antro de estos tenga que llenar todo el llano de Sant Jordi o Sant Rafel o que otro impida a los residentes de una zona entrar y salir de sus propias casas. Por ejemplo.
¿Y los que han comprado una casa en Ibiza porque les han prometido unas apaciguadoras tardes de relax y se encuentran de lleno bajo el volcán de estos tíos tan relajados? Y así todo igual. O peor.

miércoles, julio 24, 2013

Hablemos un poco de dinero

Obra de Brad Kunkle
Hablemos un poco de tan ordinaria cuestión, en algunos aspectos que nos atañen. Por ejemplo sobre la reacción ágil de los hoteleros de Baleares (camuflados bajo Fundatur, una fundación cultural, ejem) cuando se enteraron de que el Rey de España renunciaba a seguir navegando con y en el yate Fortuna, que gasta una barbaridad y el señor ya no está para estos trotes. Se lo habían regalado hace 13 años. Este potente yate está valorado en 18 millones. No es una ganga. «Ah, pues si no lo quiere, que nos lo devuelva» ¿No fue una donación al Patrimonio Nacional? No, al parecer fue una grosera maniobra de promoción turística para atraerse la real simpatía y presencia. Ignoro si en aquellos momentos Urdangarín se fijó mucho en esta maniobra, pero no dudo que es un precedente. Un precedente de qué, no sé, de algo.
Nos queda un trecho larguísimo para convertirnos en una sociedad civilizada, honrada y justa. Algún día y por algún sitio tendremos que empezar. No empecemos por la playa de Palma, ya que estamos en Mallorca. Desde 2009, un consejo de ministros reunido en Palma decidió elegir la zona como destino turístico maduro sobre el cual intervenir en una operación urbanística que se presentaba espectacular. Cinco años después se han gastado 27 millones, no se ha movido ni un ladrillo y la Playa de Palma sigue peor que nunca, sobre lo cual se ha hecho eco el escandaloso diario Bild alemán, poniendo a caldo una zona dominada por la borrachera, la delincuencia, los delitos, la droga y la violencia. Así que nos podemos quejar de muchas zonas de Ibiza, pero no vamos solos. Al menos aquí no nos hemos fundido las carretillas de millones que en Mallorca han desaparecido. Por cierto y en general, en tiempos de vino y rosas socialistas. 
El tema es tan gordo como los derroches en transportes. Merece un artículo aparte. Ciertamente, los socialistas viven bien cuando mandan ellos. No habiendo tenido suficiente dosis con 13 años de felipismo, los españoles decidieron otorgar su confianza a un tal Zapatero ¡dos veces seguidas! Y ahora hay digerir y pagar deudas. Y así, mientras en Ibiza nos preguntamos cuándo se finalizarán las obras del Parador de Dalt Vila, uno se entera por la prensa nacional que, simplemente, la empresa Paradores está en quiebra y el equipo que la condujo a tan honrosa posición fueron los socialistas más mimados por ZP. Se pusieron sueldos que llegaban hasta los 200.000 euros y disponían de una escudería de seis BMW de alta gama. Miguel Martínez Fernández, el jefe, era íntimo amigo de ZP.
En fin, que la finalización abortada del Castillo se la debemos a este brillante equipo de jóvenes gestores socialistas. Los mismos que se pasan la vida dando lecciones de ética y de eficacia. Hablemos de algo más animoso: todas las fuentes coinciden en que será un brillante año turístico para España, gracias a la afluencia de turismo extranjero. Es una obviedad, pero siempre digo lo mismo: no nos cansemos de recordar lo obvio.

sábado, julio 20, 2013

Zonas turísticas podridas


Hay que evitar a toda costa dar una mala impresión, que la auténtica y cruda realidad se sepa, para ello nada mejor que usar una buena ristra de eufemismos, que ya sabemos que las palabras no son material inerte, sino un arma cargada de futuro. Por ello se refieren a las zonas turísticas maduras, cuando en realidad quieren decir zonas podridas, por las que nadie en su sano juicio apostaría un céntimo. Son rincones, zonas, que ya se han exprimido hasta la enésima potencia y cuyas ganancias se han ido invirtiendo en nuevas zonas que pasarán a estar podridas en no muchos meses o años. O directamente en el Caribe o en otro país.
Este PP desarrollista no parece tener límites y se han inventado unos planes de intervención en zonas maduras (emplearé este adjetivo por piedad) para que se pueda seguir amontonando más gente en la misma zona, es decir, para que además de maduro esté bien saturado.
Este nuevo decreto ley permitiría a los hoteles de 4 y 5 estrellas y a los apartamentos de tres llaves aumentar brutalmente el nivel de edificabilidad (desde un 20% a un 15% respectivamente) por el poco ingenioso método de añadir alturas, hasta dos pisos. ¿Van a oxigenar las zonas maduras? ¿Conseguirán esponjar las zonas ya erosionadas, haciéndolas más cordiales, amigas y sostenibles? A una y a otra pregunta la respuesta es no. Más bien todo lo contrario. Uno piensa en el casco urbano de San Antonio, tan cascado como su propio nombre indica, siguiendo las directrices desarrollistas de Carlos Delgado, el conseller de Turismo del Govern balear. A decir verdad, esta ley tendría poca incidencia en el pueblo de la hermosa bahía de Portmany. Apenas hay hoteles y grupos de apartamentos que puedan acogerse a estas premisas.
San Antonio fue pionero del turismo de masas. Uno de los pueblos más hermosos de verdad en el Mediterráneo occidental, pero cayó en el mismo vicio que el resto de la isla, practicando una edificación masiva e intensiva. Ahora toda la parte antigua y tradicional del pueblo necesitaría una remodelación profunda que la haga más atractiva.
Ignoro si esto será posible con los tiempos de carencias que estamos atravesando. Ignoro si valdría la pena mientras el tipo de turismo esté compuesto principalmente por las manadas de jovenzuelos que llegan ya borrachos de las playas de las calas vecinas.
Al menos una buena noticia: el atraso de los tres nuevos impuestos que el Govern pretendía implantar. Impuesto a los envases, a los coches de alquilar y a las grandes superficies. Toda la isla ha respirado aliviada, pero nadie duda que en 2014 todos pasaremos por el tubo. A los demenciales años del despilfarro ha de seguir una penitencia durísima y prolongada, si queremos salvar la piel a largo plazo.
@MarianoPlanells

miércoles, julio 17, 2013

Los amables temas de siempre


Ya no sé porque vamos a votar cada cuatro años para renovar el Consell y los ayuntamientos, si los políticos –o lo que sean– nos toman el pelo. De una manera inmisericorde. Antes de entrar en la dureza del mes de agosto, releo en el Diario, que los amables problemas de siempre que nos llevan amargados siguen estando tan vigentes.
Parece que en Ibiza solo se solucionan las cuatro cosas que afectan o interesan a media docena de empresarios. A los demás que les den morcilla. Qui dia passa any empeny.
Algunos temas como la instalación hospitalaria de la radioterapia para los ibicencos y formenterenses ya es un tema digno de llevar a la ONU por vulneración de los derechos humanos. Y Vicent Serra es médico, que si llega a ser periodista o cura secularizado, aquí nos dan la extremaunción y dentro de 80 años no hay radioterapia. Solo recordar que Ibiza es seguramente el lugar de España que apoquina más impuestos al Estado y por contra es el que menos recibe de toda España, con diferencia. Esta desproporción lacerante se ha cronificado.
Miren ustedes lo que hacen. Plántense. Hagan huelga de hambre, pero instalen ya los aparatos y contraten al personal pertinente.
No hay nada que negociar: las Pitiusas y sus 550 enfermos de cáncer no pueden estar de excursión torturante porque a dos docenas de mallorquines les da por dilapidar el dinero de todos los baleáricos en sus caprichos domésticos.
O porque los políticos pitiusos sestean, cobran y callan.
¿Necesita un taxi? Lo mismo. La situación está mucho peor que en los años 70. Nadie ha sabido o no ha querido racionalizar un equilibrio entre la oferta y la demanda. Los intereses particulares de taxistas, de algún político y a saber de quién más siguen privando sobre el interés común.
Y encima algunos coches de alquiler se matriculan fuera de Ibiza. Si es que ustedes aman mucho a la isla.
Después hablamos de recibir las competencias sobre las reservas acuíferas o sobre la promoción turística.
No. Espero que Mallorca no nos ceda nada más. Imaginen que gestionan el agua como el tema de la radioterapia o que se reparten la promoción turística como el tema de los taxis.
Mejor que no cedan nada más. No saben solucionar los problemas básicos que se vienen arrastrando desde hace 40 ó 50 años.
Y otra cosa: ¿Por qué al PP le encanta regalar las elecciones a los catalanistas y a los socialistas? No lo entiendo.

sábado, julio 13, 2013

Cuando la prensa alemana saca la trituradora

Los que hemos seguido la imagen turística de las islas Pitiusas en la prensa europea desde los años 70 ya sabemos bien como se las gasta la prensa alemana cuando quiere masacrar un destino.Lo hizo en su día con Ibiza y ahora lo acaba de hacer con la Playa de Palma, que es un gueto alemán que agrupa casi unas 40.000 plazas turísticas, exactamente la mitad de las que tiene Ibiza oficialmente. Hoy, muchos hoteleros añoran el medio millón de alemanes que visitaban Ibiza y Formentera cada temporada.
En la década de los 80 Ibiza se puso de moda por sus chicas, su libertad, la movida gay, las discos y un paisaje singular, con precios muy accesibles para los germanos.No había diario o semanario que no sirviera a su lectores amplios reportajes en color. Ibiza era el must que todo buen alemán debía visitar al menos una vez en su vida. Pero en la década de los 90 finales, Ibiza había cambiado demasiado para el gusto de los alemanes. El destino Ibiza aparecía quemado y el número de turistas comenzó a descender progresivamente. Y en unos cuantos años, cuando se quiso reaccionar, Ibiza ya estaba perdida, con el golpe de gracia de las autovías que han dejado Ibiza irreconocible.
La prensa alemana tuvo mucho que ver. Ni una sola campaña de promoción turística pudo neutralizar el efecto ecologista. Ibiza había perdido aquella insolencia de paisaje verde, de precios imbatibles a la baja, de hermosas ninfas y bellos efebos. La droga ocupó un infame lugar y la masificación y el cemento acabaron por disuadir a los alemanes, que por otra parte aprovecharon hábilmente el auge de los vuelos low cost dirigidos a Mallorca.
Pero ay, nada es eterno. Ahora el Bild Zeitung (Bild am Sonntag, para los domingos) ha pegado una soberana paliza a la imagen de Mallorca, una isla que acoge a unos 4 millones de turistas alemanes, concretando en la zona de Playa de Palma, muy deteriorada con bandas de delincuentes, prostitución , camellos, botellón, peleas, atracos, o sea, la pesadilla de cualquier dirigente turístico. Bauzá repìte como un loro que Baleares es la zona más segura del mundo, pero no puede borrar la imagen caótica y peligrosa de la Playa de Palma.
Y a mayor deshonra, pues esta hermosa y abierta playa ha desperdiciado una oportunidad histórica para reconvertirse en un destino recuperado y remodelado. Se han despilfarrado 27 millones de euros, pero no se ha movido ni un ladrillo. La situación se ha estancado en un marasmo maloliente y los alemanes la irán evitando. La imagen de Mallorca ha quedado muy tocada, lo cual nos afectará a Ibiza. Estos procesos de descomposición pueden durar cinco años o más.Si los jerifaltes y despilfarradores mallorquines consiguen enderezar su rumbo es algo que está por ver. De momento han recibido un fuerte castigo. En Ibiza todavía no hemos recuperado aquellos alemanes perdidos.

miércoles, julio 10, 2013

Ya ruge la marabunta


A estas alturas ya tendríamos que tener media temporada hecha, cuando en realidad está comenzando. Todos los factores conocidos contribuyen a que el verano 2013 sea el escenario de una tormenta perfecta, la tantas veces sufrida temporada-tortura. Veo en el Diario las reuniones entre empresarios y policía, entre alcaldes y Consell. De estar viviendo en una sociedad turística normal, todas estas gestiones se hubieran llevado a cabo en abril como muy tarde.
Ahora comienza a rugir la marabunta a partir del dos o tres de julio, tras un junio muy mejorado. Y gracias. Pero como más vale tarde que nunca, ya tenemos las divertidas entrevistas postvacacionales de los turistas que abandonan Ibiza en el aeropuerto. (¿Y por qué no en el puerto?, ¿será que la gente se va muy quemada?)
Digo divertidas, pero podría decir deprimentes. Qué vacaciones más desaprovechadas. Esto sí, desde el principio ya se quejan de los precios de las islas, mucho más caros que en Mallorca, Jávea o Almería. Ya sabemos que no tiene nada que ver la insularidad, sino la codicia que está haciendo tanto daño a Ibiza y Formentera, una isla que cada vez parece atraer a más piratas antes que a empresarios y emprendedores normales. Nos comparan. Y si nos comparan perdemos en muchos aspectos, por ejemplo en metros de playa. Ibiza no tiene apenas playas. Tiene calas. Y muchos de los metros de arena los han ocupado no sé muy bien por qué ley los hamaqueros, los chiringos y los beach-clubs, la última plaga que nos dará la puntilla definitiva.
Dos hermosas ninfas de secano se declaran amigas de la noche. Como tantos miles de clubbers: han cambiado la geografía de la isla, los usos y los hábitos.
Mezclan alcohol y resaca a la vez. Es el sistema galés de «avoid hungover, stay drunk!». Evita las resacas, mantente borracho. Esto es Ibiza. Aunque hay otro tipo, las que se colocan con pastillas y apenas prueban el alcohol. Como no, persiste la maníaca costumbre de lanzarse a volar desde un cuarto o quinto piso. Pero ni hinchados de drogas consiguen alzar el vuelo, nada te da alas, sino una truculenta fotografía en la prensa británica.
«Lo que ocurre en Las Vegas, se queda en Las Vegas», dicen los norteamericanos. Veo que han adoptado el lema para Ibiza, donde incluso los futbolistas se entregan a sus particulares noches de Walpurgis, exprimiendo los últimos días que anteceden a los entrenamientos más crueles. En la penumbra, el Govern insiste en hacernos más dotados y facilita la ampliación de los hoteles en las zonas maduras. Podrían decir podridas. Bueno, es la táctica de siempre: Ya que no consigues solucionar un problema, acaba de pudrirlo mientras el cuerpo de la sociedad aguante.

sábado, julio 06, 2013

Carambola afortunada para Ibiza

Turquía y Egipto están remitiendo turismo  a España. La situación interna es espantosa
La tristeza y los lloros de unos, pueden ser la alegría de otros. Así es la vida y es de ingenuos ignorarlo. Durante los últimos meses hemos hecho un seguimiento por encima de los diversos acontecimientos bélicos o turbulentos en varios países mediterráneos que de algún modo constituyen competencia turística para nuestro archipiélago.
La situación es espantosa, lo cual beneficia sobre todo a Mallorca y a Cataluña, receptores de turismo ruso, mientras Ibiza tiene que conformarse con unas migajas insignificantes. Pero también lo notaremos. El año pasado Baleares (léase Mallorca) acogió a 100.000 rusos. El mes pasado Barcelona celebraba la llegada del primer millón de rusos de la temporada. El fenómeno se acrecentará debido a las extremas condiciones que ofrecen Turquía, Siria, Líbano (y algo Israel, aunque es más receptor que emisor) y desde luego Egipto.
Un país turístico mediterráneo no puede sumergirse en una guerra civil a principios de julio. Por cierto, algo de esto ocurrió en la España de 1936, cuando a Ibiza todavía venían pocos turistas y sí muchos viajeros con medios. Fue terrible. Todavía hoy nos condiciona y nos afecta en algunos aspectos. Egipto dio signos de una impostada calma bajo la mano dura de Mursi, un islamista –como Erdogan en Turquía– que asumió con avidez el mando. La situación no podía prolongarse, la sociedad civil, o sea los musulmanes que quieren progreso y valores democráticos, han explotado con todas las consecuencias y esta vez no han sido sólo las grandes concentraciones sangrientas de la ya mítica plaza Tahrir: todo Egipto está en pie para solicitar y exigir el cumplimiento de las legítimas aspiraciones sociales. Pero nada puede esperarse de un islamista (un Islam radical y violento), así que en este punto ha intervenido el Ejército (lo escribo con mayúsculas, cómo será la sociedad egipcia cuando el ejército es la institución valedora de la democracia). Estamos a día 2 de julio: los militares dan un ultimátum al presidente Mursi: tiene 48 horas para atender las peticiones populares o ellos intervendrán. Miércoles 3 por la noche, portada del DI:«Golpe de Estado en Egipto». Todo dicho.
Consecuencias: las económicas de todo orden serán profundas en un país muy castigado estructuralmente por la crisis. En concreto serán nefastas para el turismo. La prensa publica que las reservas españolas han caído en picado. Ya nadie quiere jugarse el pellejo en un nido de islamistas que acaban de liquidar a un estadounidense. Los Estados Unidos prohíben viajar a Egipto, en especial si eres mujer. Casi se repite el mismo fenómeno en Turquía, un país muy querido por los españoles. Tampoco se reducen los disturbios a la plaza Taksin de Ankara. Las grandes ciudades turcas son inseguras. Estambul suda miedo.
Lo que afecta a los españoles afecta a los rusos y ricos de los países del Este. Sicilia, España, Cerdeña se ofrecen como destinos alternativos el mismo día en que Croacia entra en la UE. En suma, hechos nefastos para quien los sufre, pero que benefician a Baleares de forma indirecta y muy remarcable.

miércoles, julio 03, 2013

Salvajes calentitos

Una gran oleada de optimismo invade Ibiza y a muchos de sus habitantes, pero por debajo subyace otra corriente de gran fuerza, la del pesimista bien informado que asiste con impotencia a un proceso acelerado de destrucción de la isla. A grandes rasgos no es atribuible al PP en primera instancia, porque bajo la égida de Tarrés, Lurdes Costa y otros se destruyó prácticamente lo mismo con el agravante añadido de tener que suportar un untuoso proceso de catalanización y un derroche de dinero en proyectos catalanistas que no tienen ningún arraigo ni necesidad en estas Pitiusas.
En este panorama la temperatura nocturna aumenta algunos grados y decenas de decibelios. Se abren nuevas instalaciones, pero no obedecen a criterios selectos de glamour y de exquisitez, sino a la misma táctica de siempre: amazacotamiento, mucho ruido y turismo clubber de masas. Esto no es turismo de millonarios, esto es una masiva vulgaridad regada con drogas y mucho estruendo. Pero les gusta disfrazar esta barbarie con lo de turismo de multimillonarios. 
Escribí hace más de veinte años que en Ibiza ya nadie está a salvo. La explicación es sencilla, es por un problema geométrico, en la isla ya no cabe ni un alma más y estamos ante el hecho agravado de que nuestro diseño de dispersión rural multiplica el grado de dificultad para diseñar algún proyecto razonable y racional.Esta Ibiza no es Malta. Ibiza no tiene solución. Y dado que cada vez vienen unos miles de turistas más de los que caben y de los que tolera nuestro umbral de resistencia de las infraestructuras, a mediados de julio todo comienza a reventar: depuradoras, emisarios, etc. A pesar de lo cual se siguen concediendo permisos de construcción alegremente, creyendo que esto tapará la crisis –esto decían de las demenciales autovías, ya ven el empleo que han creado– y se siguen abriendo al público más locales de ocio nocturno, resulta que la sensación es sólo descriptible por un guionista de hazañas bélicas. Yo desisto. Solo recuerdo esto: en Ibiza y Formentera nadie está a salvo. Cualquier día te levantas y te han abierto una discoteca al lado, un cementerio nuclear, una incineradora de basuras, una depuradora que emite pestilencias criminales, o simplemente algún alemán nostálgico te cierra el camino con un muro de bloques de hormigón.
O, si tienes suerte, el mal menor quizá solo sea que te venga una marbellí a salvarnos la isla con sus edificios de lujo ilegales. En Ibiza, de lujo lo han sido siempre, por esto se habla del ´palacio payés´. Lo que nos está arrasando el futuro son estos delincuentes, disfrazados de buenos samaritanos que pretenden salvar la isla a costa de cargarse la calidad de vida de los habitantes. Con la complicidad activa de algunos políticos significados. Pero este no es nuestro destino. No. Las cosas podrían ser de otra manera. La solución no estriba en cambiar de partido, sino en cambiar de actitud y de métodos. La solución contra estos salvajes está en la sociedad civil. 

@MarianoPlanells