miércoles, julio 31, 2013

Buenos vecinos


Observo que la gente está muy picada y algunos andan ya ensimismados practicando la guerra subterránea. Sépanlo: si vives en una isla, que es un lugar muy pequeño donde todos navegamos juntos, esto es una mala política. Hubo unos años en que en Formentera andaban todos enfrentados. Parecía una comedia a la italiana. Cuando llegabas a la isla lo mejor era hacerse el despistado, porque enseguida pretendían conocer en qué bando militabas. «¿Yo? Yo estoy contra todos los bandos y todas las bandas», fue una respuesta irónica que me salvó más de una vez de los compromisos imbéciles. Formentera ha cambiado, los ánimos se han apaciguado, y más vale así. La mejor política practicable es la de buena vecindad, la coexistencia pacífica y si se puede, la convivencia.
Que lo lean atentamente en el PP, donde no disimulan sus poco oportunos enfrentamientos. ¿Será cosa de la juventud? Quizás sí, los jóvenes son más proclives a entrar al trapo y de aceptar todos los retos. Hoy, el PP se subdivide en al menos dos grandes tendencias y esto será una suerte si saben navegar con calma y sabiendo que todos hemos de llegar a buen puerto. Estaba pensando en todo esto cuando caí en la cuenta que Vila, Ibiza municipio, es un gran vecino del que todos abusan un poco. A la ciudad se iba cuando se podía aparcar el carro y el mulo; cuando se podía aparcar el coche, cuando se podía aparcar la moto, pero hoy apenas quedan unos centímetros donde dejar el medio de transporte. Hace unas décadas, toda la isla hubiera cabido dentro de la ciudad. No había más de 40.000 ibicencos en toda la isla. Hay más ya solo en la ciudad.
Si toda Ibiza decidiera bajar a Vila el mismo día y a la misma hora, se formarían unas colas impresionantes que de hecho son las que ya se forman ahora durante todo el verano. ¿Entienden por dónde voy? Bueno, pues aun así, Vila aceptará los desechos de la depuradora de Santa Eulalia. Ya no da más de sí y en verano será peor porque todo revienta y además los yates arrancan el cable de Internet o revientan el tubo del emisario submarino. Y claro, toda la mierda acaba en el puerto de Ibiza, que es, por ley de la gravedad, el punto de encuentro perfecto.
Vicent Marí ya habrá descubierto que es mejor llevarse bien con Vicent Serra, olvidar diatribas y cuidarse de gestionar la pobreza y las deudas que nos dejó el Pacte. Lo mismo pueden decir los de Formentera, que nos mandan sus fardos de basura hacia Ibiza, para enterrarlos en el vertedero de Ca na Putxa.
¿Encima os quejaréis de los ibicencos? Más vale dejarse de películas, llevarse bien y ponerse manos a la obra para pasar esta temporada, que será terrible, y después seguir buscando soluciones para los problemas, los mismo de siempre, los mismos que nunca resolvéis. Ah, y nada de construir la depuradora encima de una montaña, como alguno pretende.
@MarianoPlanells