sábado, julio 30, 2011

El mito de Bob Dylan en Formentera



Año 1964. No es la Fonda Pepe de Formentera, sino el casino de algún lugar en Woodstock.  La foto es de Daniel Kramer y tiene derechos de autor.

Si echas una ojeada en cualquier buscador para informarte sobre la cronobiogra- fía de Bob Dylan corres el peligro de sentirte apabullado. Hay que pensar que estamos hablando de uno de los personajes más influyentes del planeta en todo el siglo XX (Time).
En Google, me salen 43 millones y medio de resultados en solo 0,9 segundos. Este tío es alguien.
Ya lo era en 1965 y mucho más en 1966. Su popularidad se dispara en 1968.
¿Y esto qué quiere decir? Que si hubiera estado en Formentera hubiera sido reconocido y fotografiado. Hubiera dejado huellas indelebles.
Yo fui el primero en publicar en letra impresa que Bob Dylan estuvo viviendo unos meses en Formentera, supongo que en el arcaico Diario de Ibiza, cuando se componía con linotipia y sacaba sólo 4,6,8 páginas. En 1982 lo amplié en mi librito ´Tanit y las niñas de purpurina´.
Pero siempre he aclarado que el rumor jamás ha sido confirmado, y mira que lo he preguntado a gente, desde Ibiza a Nueva York, desde Formentera a París o Londres. Nadie me lo ha confirmado. El hecho es que con el tiempo, se ha consolidado el rumor y se ha marginado mi aclaración.

Ibiza y Formentera es uno de los lugares donde más fácilmente arraigan las mitologías domésticas. Tenemos mucha imaginación, que alguien manipula siempre en favor de una promoción turística o en favor de no sé qué.
En el caso de Bob Dylan puede aplicarse la máxima cínica ´no dejes que la verdad te estropee una hermoso titular´. La última ocurrencia me llegó de Sputnik, un programa de la televisión catalana TV3 sobre música. Iban a entrevistarme, pero les aclaré que no está demostrado que Bob Dylan hubiera estado jamás en Formentera ni, por supuesto, en Ibiza. Bien, prefirieron ir a Formentera para basarse en el testimonio de Pío Tur (ya fallecido) quien afirmaba en vida que a veces había jugado al ajedrez con él en la Fonda Pepe.
¿Nadie más les vio, jugó, fotografió a Bob Dylan? Absolutamente nadie. De manera que el programa televisivo (uno más, da igual) dio por bueno el mito: Bob Dylan estuvo en Formentera en una fecha incierta.

Pero no está claro, aunque en Formentera celebran su 70 aniversario. Alguien de mi confianza me reafirma en algo que yo ya sabía. Quienes han podido preguntarlo directamente (referencia Librería Internacional) han negado la presencia de Dylan en nuestras islas.
He intentado comprobar las fechas, desde el depresivo episodio del festival de folk de Newport hasta 1973, por ejemplo. No queda ni un resquicio libre en su agenda. Bob Dylan ha estado permanentemente ubicado, trabajando, grabando. No hay secretos por esta parte.
¿Pudo haber venido cuando grabó con George Harrison en 1970 o cuando estuvo en pleno verano en la isla de Wight? Pudo, pudo, pudo, pero no hay ni una sola prueba.
Me ha ocurrido con muchos otros temas que yo registré en forma de paradoja, de mito o de ironía: mucha gente los tema en serio, los maquilla y a veces los transforma, dándoles un coherente barniz de verosimilitud.

miércoles, julio 27, 2011

Seguirá el crecimiento


Expectativas ante el futuro. ¿Existen otras que no sean trabajar durante el verano y procurar pasar el invierno cobrando el paro? Que conste que conseguir esta actividad supone llegar a un alto estadio en la evolución animal –y a estos efectos los humanos somos del reino animal, muy animal–, solo comparable a la festiva temporada veraniega del oso, que recarga calorías y cuando llega el invierno se refugia en su osera para hibernar.

¿Y a nivel más colectivo? Seguirá un crecimiento especulativo. Cuando se miran las cifras de población y la evolución de crecimiento, uno queda un poco espantado. Más o menos coinciden con la energía eléctrica consumida.

«La energía eléctrica facturada en las Pitiusas se ha incrementado un 127% entre 1997 y 2009», decía el Diario del 23 de agosto de 2010. Cuando llegó el gran tajo de la crisis (tan estúpidamente negada por el Gobierno), en 2007, el consumo de Ibiza sufrió un ligero descenso, empezó por San Juan y después siguió en el resto de municipios. En la isla de Ibiza aumentó notablemente la alta tensión y en Formentera, la de uso doméstico.

Una forma implacable de controlar al ciudadano es seguirle la pista a través del consumo de agua (no tanto) y el de energía eléctrica (mucho más). Con esto pueden conocerse bastante bien los pasos del contribuyente, de manera que el día en que se decidan a controlar los alquileres, turísticos o no, lo tienen bastante fácil. Esto es un método pedestre pero eficaz que utiliza Hacienda no pocas veces.

Los crecimientos de Ibiza en los últimos lustros han sido demenciales, de locos. Todavía no podemos calibrar las consecuencias que puede tener a largo plazo, pero es fácil deducir que el consumo de energía seguirá creciendo a un ritmo notable.

Incluso la energía para el transporte. Ibiza está condenada al coche, es una garden city, diseñada caóticamente en horizontal y dispersa en su urbanismo incalificable. Que nadie se extrañe del alto consumo de vehículo propio, simplemente mucha gente no puede usar el autobús porque el sistema de líneas no es operativo.

«Un estudio constata que solo tres de cada cien ibicencos utilizan el transporte público», decía el Diario en diciembre de 2009. Lógico. Normal. Confieso que soy un usuario de autobús y taxi, desde que decidí desprenderme del coche y de otras cosas que no me hacen ninguna falta. Yo lo usaría mucho más a menudo, pero me ocurre lo que destaca el estudio que encargó el Consell Insular: falta de frecuencias y trayectos impensables. Pero en verano es bastante aceptable, hay 45 líneas en servicio, las cuales permiten desplazar a 390.000 personas al día. O sea, podrían mover de sitio en un solo día a todos los habitantes de la isla. Sin contar los autobuses de servicio discrecional para uso de agencias y operadores.

Sin embargo, la dispersión de las casas ibicencas disuade del uso del autobús. Tendríamos que usarlo más. A más autobuses, menos coches y los vehículos son una plaga que irá en aumento.

¿Expectativas? Si una hecatombe europea no cambia nuestro destino, tenemos un futuro lleno de crecimiento. No sé si esto significará riqueza, para mí que no. Y un futuro lleno de ceremonias de la confusión política, con más impuestos y más cargas.

sábado, julio 23, 2011

Somos una gran familia, no un país


Siempre me pareció forzado aquel lema ´Quatre Illes, un país´ quizás porque yo países reconozco los que nos recitan la ONU –y me sobran algunos– y ´El País de las Maravillas´, una obra estimulante que siempre recomiendo.

Aquel eslogan andará flotando por ahí, pero me parece un acierto el desuso y no perderse en tonterías identitarias que no conducen más que a la frustración y al guerracivilismo, de tan fácil injerto en estas tierras.

Es difícil contrarrestar el magma populista, sobre todo cuando éste es regado con abundante dinero del contribuyente y es inculcado desde las escuelas de primaria y desde los medios de comunicación, en general también cebados con sabrosos contratos de publicidad institucional. Yo intenté oponerme de una forma relajada y con una indisimulada querencia por la lírica histórica y el humor de navegante cuando dije aquello de «somos fenicios», lo cual además es una gran verdad.

Pero, ay, no basta con una gran verdad, hacen falta otras cosas para prender la yesca del entusiasmo. Y tampoco se puede pugnar contra el nacionalismo con sus mismas armas viscerales y demagógicas.

En cualquier caso, me ha gustado más la última formulación balear que aparece en el titular del Diario: Cuatro islas, «una gran familia», que narra la grabación de un programa de IB3 de alcance interinsular (¡la leche, mem!) y con la evidente voluntad de reforzar las lazos de los isleños entre sí. Lo de país se lo dejo a los catalanistas, que de esto ellos saben mucho. (Diario 21 y 22 abril, 2011)

Dicen, y dicen bien: ´Som Balears´ y esto que es una obviedad ha de terminar siendo una evidencia, con ayuda de los brincos púnicos de nuestras collas de sonadores o con los dulces compases de ´El parado de Valldemossa´ (de ahí que siempre pare yo en Valldemossa) o los más recónditos aires menorquines, tan cerca de Catalonia y tan lejos de Ibiza.

Me gusta más ´Som Balears´ que la entelequia ´Som un país´, lo cual sería, como mínimo, de imposible demostración. Y miren, incluso para demostrar que somos una familia tendremos algunos tirones y pellizcos, porque partimos desde los mismísimos orígenes de universos no sólo distintos y dispares sino opuestos. Quiero decir, que el mundo talayótico aparece con extraordinaria contundencia en Mallorca, con belleza y mesura en Menorca, pero no conozco en Ibiza –a pesar de nuestros restos megalíticos– nada parecido. Quiero decir, por ejemplo, que mientras Ibiza sufría una intensa colonización fenicia (primero) y púnica (después), ellos se entendieron más y mejor con los odiados romanos. La romanización nos uniformó, pero la cristianización volvió a marcar las diferencias: Mallorca sufrió una gran matanza de indígenas y una colonización de campesinos catalanes; Ibiza no, ni mucho menos. Etcétera.

No quiero hacer de la diferencia un valor absoluto, sino un argumento positivo. Somos un archipiélago muy fuerte, muy variado y muy diferente. Pero ocurre lo mismo en la Comunidad Valenciana, en Castilla, La Mancha, Andalucía, Catalonia, Extremadura, Galicia... Si es que casi nadie es igual a nadie, diferencias que no pueden ser la palanca para abrir la puerta a nacionalismos estériles ni a demagogos garrapatas del presupuesto común. No temas caminar con alguien distinto a ti.

miércoles, julio 20, 2011

Desgracias ajenas o ¡Gracias Grecia!

En Ibiza notamos desde mayo los beneficiosos efectos de las desgracias ajenas, caso de Egipto y Túnez, a los que habría que añadir tal vez la propina de Grecia, un mercado muy fuerte que se ha resentido de la gran crisis económica y social, financiera además, que ha convulsionado algunas zonas del hermoso país.

De manera que Grecia empezó a mandar a España a sus turistas rebotados, y nunca mejor dicho. Imagino que Ibiza ha podido ser uno de los destinos directamente beneficiados. Si es así, ¡gracias Grecia!

Pero ni una palabra más podemos añadir: el aumento del turismo no es a causa de nuestras mejoras en los hoteles ni en el urbanismo, no es a causa de unos precios asequibles (más IVA, energía más cara, inflación excesiva) ni por una amabilidad palpable (se acabó la relajante tertulia fumando unos pitillos o un cigarro). Tampoco es por la promoción del Consell ni del Govern, por mucho que se utilizara este argumento preelectoral.

Nuestro bagaje no es muy brillante. Ha aumentado el número final de turistas, pero las previsiones que hizo el lobby Exceltur a comienzos del año han quedado obsoletas porque fueron triunfalistas en exceso. La explicación es que el turismo nacional se resiente de la crisis prolongada, profunda y empecinada en permanecer, por muchos conjuros que vaya soltando el disparatado ZP.

Pero en resumen, el 2011 será un buen año turístico, con un crecimiento previsto del 2,2% , muy superior al crecimiento oficial del resto de la economía, que es de un 0,8 (muchos pensamos que incluso es mucho menor, pero eso es otra tema). El turismo vendría a significar una aportación tres veces superior al del resto de nuestra varada economía, muy averiada.

Durante el segundo trimestre se ha producido una desaceleración, como resultado de una contracción general de nuestra economía. ¿Cómo habrá afectado a Ibiza y Formentera? A Ibiza segurísimo. No hay que confundir el desfile de famosillos, de deportistas y de starlettes que vienen a sacarse la foto con un contingente turístico de envergadura, que es el que tiene que llenar nuestras plazas turísticas.

José Luís Zoreda, de Exceltur, ha confirmado que el turismo seguirá siendo el motor de nuestra economía, pero con un decrecimiento progresivo así como pasen los meses.

Es de suponer que las plazas de nuestros hoteles rurales estarán plenamente ocupadas en julio, agosto y septiembre. Y que el turismo internacional seguirá acudiendo a Ibiza como destino sustitutorio y alternativo. Pero el turismo nacional no se mueve. Estamos sumidos en una situación extraña, defensiva, miedosa ante la llegada del otoño.

Tiempo habrá de revisar los datos más adelante. De momento disfrutemos del ferragosto.

sábado, julio 16, 2011

Talar no es deforestar


Talar pinos, esponjar el bosque no es equivalente a deforestar, ni arrasar zonas para crear desmontes y calveros donde instalar obra fija.
No me cabe ninguna duda de que si el Consell de Ibiza decidiera emprender una campaña de esponjamiento, no faltaría quien intentara valerse de la coyuntura para ir pelando zonas donde incrustar algún tipo de obra. Craso error, los servicios de inspección están para esto, han de trabajar a destajo y con eficacia.

Cuando me refiero a esponjar el bosque quiero decir vaciarlo de masa combustible, librarle de biomasa que forma una auténtica bomba en caso de incendio. No pasen cuidado: nadie conseguirá exterminar nuestro hermoso pino pitiuso (aunque tiene un enemigo poderoso, la oruga procesionaria, pero sería peor el remedio que la enfermedad) ni empleando al máximo todas las posibilidades. Incluso rebajarle ahora el nivel de ocupación será muy difícil y será costoso. Y es imprescindible: fuera de las feixes el pino.

Casi me he irritado al leer que el Consell autoriza a cortar los pinos quemados, como si fuese una concesión graciosa y paternalista. ¿Quién va a perder su dinero, su tiempo y su salud cortando unos pinos de los que apenas puede aprovechar nada? Si el bosque ibicenco está bajo el manto protector de lo público, que pague también algunos gastos –todos no lo sé– el dinero público.

Creo sinceramente que tenemos que usar estos los pavorosos incendios de Sant Joan para reflexionar un poco. El pino es en las dimensiones actuales un auténtico peligro mortal. Como lo es la existencia de viviendas en el interior del bosque. No puede autorizarse ni una sola vivienda más en esas zonas, digan lo que digan los tiernos lobeznos del PP.

Ibiza es un gran acumulador de energía, como no lo hay en ningún sitio del Planeta: mar, mareas, vientos dominantes, mucho sol y... biomasa en una cantidad impresionante. Pues bien, lo estamos despilfarrando todo, y solo consumimos lo que nos viene del exterior: energía, gasolina, alimentos, etc. En esto no somos prudentes ni inteligentes.

Esto tendría que cambiar, pero con la actuación desde arriba. No me estoy refiriendo a una acción individual y muy respetable de los perroflautas. Ibiza tiene que apostar fuerte por sí misma. Plantas de reciclaje de biomasa, mayor aportación natural (rebaños de cabras, muchos rebaños de cabras).

Y hacer el experimento que expliqué el otro día: diseñar un PER pitiuso, en combinación con el Gobierno de España y atacando racional y sistemáticamente las zonas más susceptibles de sufrir y propagar otro gran incendio, con la planificación de los profesionales, de los payeses y de quien quiera aportar ideas iniciales a una mesa común. Pero hay que actuar ya. Ayer era tarde.

Repito: no me refiero al diseño de una red de cortafuegos (que también, pero solo sirven para incendios en su estadio inicial y en días especiales), sino a una auténtica labor de vaciado de los bosques, a la tala racional e incesante de pinos adultos (o no).
La gestión de los bosques pitiusos se ha demostrado peligrosamente inoperante en los últimos 30 años. No hay ningún motivo para seguir así, y hay muchos para emprender nuevas iniciativas, usando más imaginación que un dinero que siempre será escaso.

miércoles, julio 13, 2011

Encerrar a los 'clubbers'

No podemos encerrar a los hooligans, a los clubbers, a los jóvenes ingleses, dice el jefe de los hoteleros, Juanjo Riera. Ya sabe lo que dice, ya. Pero como toda aseveración tiene varios niveles de comprensión, yo me atrevería a decir que sí, que podemos encerrarles, y que imposibilitar que se salte de los balcones no es encerrarlos y además que a los clubbers les encanta estar presos en un recinto, siempre que haya botellitas de agua, pastillas para colocarse y música a tope.

¿Podemos encerrarles? Evidentemente no. Por eso las puertas permanecerían abiertas. Pero estamos hablando de los balcones con barandillas al exterior (los hoteles más añejos todavía tienen hermosas balaustradas). Estas barandas parecen hechas para gente sensata y bajita, y de esa ya queda poca: los europeos de hoy en día suelen ser patilargos y con serias descompensaciones de carácter cuando consumen cositas. Desde luego, la balaustrada, tan cálida en el Caribe y tan hermosa en Ibiza, es elegante y servía a turistas viajeros con personalidad estable. La balaustrada presenta unas innegables cualidades estéticas, pero requiere una necesidad de estática en el usuario. Quien se asome tambaleante –y eso nunca puede descartarse en un vacacionista del siglo XXI– puede acabar convertido en una silueta litográfica en el mármol de la piscina o del patio.

Cuando se dice que Ibiza es una isla construida al tamaño del hombre, se quiere decir que está construida a la medida del hombre bajito. Las casas payesas, las balaustradas de los hoteles, las literas de los barcos, los barcos mismos, eran útiles en tanto y cuanto los tripulaban seres astutos, bajitos y fugaces. Lo pequeño no sólo es hermoso, es muy funcional. Pero hoy nos las tenemos que ver con estos enormes varales de metro noventa, delgaduchos y con granos, cargados de pastillas, que brincan como saltamontes a las tres de la madrugada y pretenden hacerse con el hotel saltando de pretil en pretil. ¿Pasamanos a mí? Para nada, y se lanzan. Y se caen. Y se estrellan.

Quizás sea tanto culpa de la estatura como del tamaño de la merluza o cogorza o colocón. Pero el hecho es que tenemos un problema, que el tortuoso Youtube magnifica hasta el infinito. Sí, debemos remodelar urgentemente estos balcones o terracitas, bloqueando toda abertura que pueda ser susceptible de uso en Lanzamiento de Colocado a la Piscina. No veo otra, y además no sería excesivamen-te costoso. Esto no es encerrarles, mi querido Juanjo, esto es como poner una tapadera a un pozo o hueco a ras de suelo. Tapiar las zonas potencialmente peligrosas. Que usen las puertas a discreción, pero no las rejas de la balconada.

A los ´clubbers´ –ya lo digo en registro de broma–les encanta estar encerrados. Pagan unas entradas astronómicas para pasar toda la noche encerrados, respirando humos, brincando y saltando en las discos. La encerradura es su hábitat natural. Les encanta encerrarse. Pagan cualquier cosa para poder permanecer encerrados y que nos les encuentre mamá.

No es la primera vez que este tema nos roba las portadas. Hogaño, la prensa internacional ha colocado a Ibiza, injustamente, como líder en los saltos a la piscina. Todo lo que hagamos, promoción, vídeos, etc. no hará otra cosa que agravar el problema. Es mi opinión, pero comprendo que haya otras que consideren exactamente todo lo contrario.

Mal vamos si tenemos que destinar el dinero de nuestros impuestos a explicarles que beber salfumán, tirarse de un tercer piso o chocar de frente en la autovía es poco recomendable para la salud.

sábado, julio 09, 2011

Vila, capital imposible


Vila, la principal ciudad de Ibiza, es un problema, decía el otro día. Y encima hay quien pretende convertirla en la capital de la isla. Menos mal que en Mallorca, que tienen otras experiencias y otro enfoque, no han secundado la ocurrencia socialista. En mi opinión, los socialistas tienen pocas ideas relevantes, pero las pocas que tienen son, a mi parecer, disparatadas y sin mucho sentido.

Ibiza ciudad es una capital imposible y, caso de conseguir un nombramiento, las consecuencias serían negativas. En estos momentos ya es una ciudad colapsada, incomodísima y con carencias estructurales graves. Y así seguirá, porque lo poco que se ha emprendido no tiene demasiado sentido o se ha construido mal desde varios puntos de vista.

¿Por qué se esforzaron tanto los socialistas en lograr un reconocimiento oficial de capitalidad de toda la isla? Para manejar más dinero. No encuentro otra explicación.

Vila ofrece servicios que en puridad debieran recaer bajo una gestión mancomunada, es decir, del Consell Insular. Esto en una primera fase, para sanear las cuentas y exigiendo más parquedad en los gastos. El Ayuntamiento de Ibiza derrocha demasiado y como no tienen ni una sola idea aplicable en un corto período de tiempo se les ha ocurrido la parida de exigir una capitalidad insular.

Pues no, tiene que ser todo lo contrario: esponjarse, recuperar las terrazas, ajardinar todas las calles y sacar el tráfico de vehículos que es una locura que ha hundido la ciudad: más de 3.000 vehículos por kilómetro cuadrado. Recordemos que se cuentan 68.000 residentes en la ciudad, que sólo tiene 11 Km2. Son cifras escalofriantes, porque todo lo que sea crecer significa crecer hacia el interior y en registro de caos, como un cáncer. Conseguir más fondos para instalar más infraestructuras insulares es un suicidio.

Lo digo hace mucho tiempo: Ibiza funcionaría mejor con solo un Consell, sin ayuntamientos. Crear una consejería por Ayuntamiento, optimizar recursos y potenciar de verdad y sin tapujos las nuevas tecnologías. Nada de capital, pero si todos están de acuerdo, crear una zona maravillosa, ajardinada, bien diseñada para los servicios de toda la isla. Yo lo haría en el centro de Ibiza, con servicios abundantes de autobuses, taxis, aparcamientos, etc. En el centro geométrico de la isla se podrían ir ubicando los hospitales insulares, centro de salud principal, crematorio y tanatorio, oficinas del mismo Consell, al menos las imprescindibles para el contacto ciudadano, institutos, bibliotecas, centros de deportes, etc.

Por supuesto, utilizar terrenos rústicos que se puedan adquirir a muy bajo precio, teniendo en cuenta que este Centro de Servicios no tendría porque inutilizar los existentes ahora. Pero al menos la ciudad de Ibiza se iría esponjando, perfilando otra atmósfera sin tantos coches ni tanta presión humana, aprovechando su calidez y su fama en el turismo lúdico. Y toda la isla ganaría en calidad de vida y funcionalidad. Esto sí, nos quitaríamos a un centenar de políticos de en medio (de hecho, serían muchos más).

El fenicio sabe que no hay una buena intención que no quede sin castigo y a muchos esto que digo les parecerá un disparate. A otros no, de esto estoy seguro. Vila está en una situación de alarma roja y a grandes males, grandes remedios. Todo es empezar.

jueves, julio 07, 2011

Vila como problema


El sorprendente e incordiante ritmo de crecimiento demográfico pitiuso nos depara algunas sorpresas que ejemplifican lo que vengo comentando en mis últimos artículos: Vila, la villa, Eivissa, es el municipio balear con mayor densidad de población, con 4.200 habitantes por cada kilómetro cuadrado. Es cierto que en una relación habitante/kilómetro sabemos que sólo disponemos de 11 Km2, pero también es cierto que, en cifras totales o absolutas, Vila es el municipio de toda la isla con más habitantes, con mucho diferencia: 46.835, mientras que Santa Eulalia tiene 30.364 que se reparten en 153 Km2, o San Juan tiene 5.468 habitantes para 121 Km2.

La desproporción de Vila es impresionante. Por eso titulo ´Vila como problema´, porque lo es. De ser una de las ciudades más acogedoras y mejor diseñadas del arcaico Mediterráneo ha pasado a ser una urbe incómoda, maltrecha, excesivamente poblada y con carencias graves. Vivir en Vila es un tormento y esto lo vemos mejor los que la conocemos desde mediados de los años 60.

Ignoro ahora si Ceuta o Melilla sufren una presión urbanística y humana parecidas, pero me temo que sí. Otro dato comparativo para medir la magnitud de nuestra desgracia: Vila tiene más habitantes por kilómetro cuadrado que nuestra vecina Palma de Mallorca. Por supuesto, esta abrumadora densidad humana crea problemas de difícil solución, y las maniobras urbanísticas que se han emprendido últimamente no han supuesto mejora alguna, muy al contrario ya tengo claro (yo y quien las sufre) que se irán agravando las cosas.

Cada vez que hay elecciones se presentan varias listas anunciando grandes cambios definitivos. Pues bien, no he visto ni una sola que se haya enfrentado a los problemas reales y de estructura urbana que tiene Ibiza, aunque es justo admitir que parches se han ido poniendo algunos, no pocas veces movidos por ansias especulativas. Durante los últimos ocho años de socialismo me temo que los problemas que había se han enquistado y no se han llegado a resolver los nuevos, creados debido al flujo de crecimiento.

He ido escribiendo sobre estas cosas, sabiendo que los políticos de la isla en general se mantienen cuatro añitos y después se van a su casa, algunos con el riñón cubierto, pero a ninguno se le ha pasado por la cabeza que las acuciantes necesidades de Ibiza se puedan solucionar. Ni se ha intentado en muchos casos.

Quizás porque serían necesarios más de ocho años (dos legislaturas o mandatos) para poner la ciudad en condiciones de albergar los cien mil habitantes que está incubando, aunque ahora solo seamos la mitad. Y quizás porque las finanzas del Ayuntamiento no se pueden seguir despilfarrando si no cobran cuantiosos impuestos.

Así, en vez de esponjar la ciudad y dotarla de aparcamientos, parques y jardines y accesos fáciles para colegios y otros edificios públicos, se han movido iniciativas que siguen saturando la villa, como el nuevo hospital, el crematorio y otros varios.

sábado, julio 02, 2011

Demasiados inmigrantes o la masiva llegada de inmigrantes


El crecimiento demográfico de Ibiza y Formentera en los últimos años ha sido de un ritmo astronómico, con una intensidad indigerible y con unos resultados que casi rozan el caos. Las Pitiusas de hoy son caóticas, no sólo en los tres meses punta. En general, todo el año resulta de una incomodidad patente.
A quienes hayan leído mis últimos artículos y hayan visto los datos puestos uno al lado del otro, relacionados y en evolución cronológica entenderán ahora mucho mejor esta explosión demográfica pitiusa. (A los interesados, pueden encontrarlos en la Hemeroteca del Diario los miércoles y sábados; o en uno de mis blogs, Notas de un Fenicio. Leerlos todos juntos causa cierta impresión).
Dije y digo que esto sólo unas notas sueltas del fenicio que aspiran a contar algunas cosas, explicarse otras y en definitiva, una aproximación a este Ibiza del siglo XXI, tan lejos ya de la Ibiza de los años 70 en los que me inicié en Ibizalogía fenicia. No saber captar el transcurso del tiempo ni la evolución de las cosas sólo conduce al ostracismo o al pasmo, y la voluntad del fenicio es seguir navegando.
Los fenicios supervivientes en nuestro Archipiélago muestran estos indicios de sobrecarga, de agobio, de fastidio, de velocidad vertiginosa que en definitiva nos deja sumidos en el desconcierto.
Quizás eso quiere decir que tantos cambios y tan súbitos y sin tregua nos han dejado sin una explicación de los fenómenos. Y acaba por no entenderse nada.

La gente sabe que ha venido demasiados extranjeros, en muy poco tiempo y sin saber muy bien las razones. Y no sólo los magrebíes o subsaharianos, también otros grupos que adoptan una conducta distinta: Pueden ser los clubbers, los botellones, los británicos, los alemanes, los rumanos, etc.
Lo cierto es que incluso los ibicencos (¡cielos!) han perdido el miedo a manifestarse y escriben cartas de lamento al Diario de Ibiza. Y cuando se les pregunta en una encuesta, los resultados son de una gran contundencia.
Para empezar, en esta consulta de Gadeso, casi el 72 por ciento de los ibicencos considera que hay demasiados inmigrantes en la isla.
En la encuesta preguntan precisamente por esta cuestión: ¿Hay que expulsar de España aquel inmigrante que cometa un delito grave? La respuesta es sí, de forma abrumadora: un 98,6% . Sin manías.
También un 80% se muestra favorable a expulsar a todos los que lleguen sin la documentación en regla.
Ahora no sé si esto es racismo, si es miedo o si es una opción lícita: Ibiza no se cierra a los extranjeros, pero parece tener claro que han de existir unos límites.