jueves, julio 07, 2011

Vila como problema


El sorprendente e incordiante ritmo de crecimiento demográfico pitiuso nos depara algunas sorpresas que ejemplifican lo que vengo comentando en mis últimos artículos: Vila, la villa, Eivissa, es el municipio balear con mayor densidad de población, con 4.200 habitantes por cada kilómetro cuadrado. Es cierto que en una relación habitante/kilómetro sabemos que sólo disponemos de 11 Km2, pero también es cierto que, en cifras totales o absolutas, Vila es el municipio de toda la isla con más habitantes, con mucho diferencia: 46.835, mientras que Santa Eulalia tiene 30.364 que se reparten en 153 Km2, o San Juan tiene 5.468 habitantes para 121 Km2.

La desproporción de Vila es impresionante. Por eso titulo ´Vila como problema´, porque lo es. De ser una de las ciudades más acogedoras y mejor diseñadas del arcaico Mediterráneo ha pasado a ser una urbe incómoda, maltrecha, excesivamente poblada y con carencias graves. Vivir en Vila es un tormento y esto lo vemos mejor los que la conocemos desde mediados de los años 60.

Ignoro ahora si Ceuta o Melilla sufren una presión urbanística y humana parecidas, pero me temo que sí. Otro dato comparativo para medir la magnitud de nuestra desgracia: Vila tiene más habitantes por kilómetro cuadrado que nuestra vecina Palma de Mallorca. Por supuesto, esta abrumadora densidad humana crea problemas de difícil solución, y las maniobras urbanísticas que se han emprendido últimamente no han supuesto mejora alguna, muy al contrario ya tengo claro (yo y quien las sufre) que se irán agravando las cosas.

Cada vez que hay elecciones se presentan varias listas anunciando grandes cambios definitivos. Pues bien, no he visto ni una sola que se haya enfrentado a los problemas reales y de estructura urbana que tiene Ibiza, aunque es justo admitir que parches se han ido poniendo algunos, no pocas veces movidos por ansias especulativas. Durante los últimos ocho años de socialismo me temo que los problemas que había se han enquistado y no se han llegado a resolver los nuevos, creados debido al flujo de crecimiento.

He ido escribiendo sobre estas cosas, sabiendo que los políticos de la isla en general se mantienen cuatro añitos y después se van a su casa, algunos con el riñón cubierto, pero a ninguno se le ha pasado por la cabeza que las acuciantes necesidades de Ibiza se puedan solucionar. Ni se ha intentado en muchos casos.

Quizás porque serían necesarios más de ocho años (dos legislaturas o mandatos) para poner la ciudad en condiciones de albergar los cien mil habitantes que está incubando, aunque ahora solo seamos la mitad. Y quizás porque las finanzas del Ayuntamiento no se pueden seguir despilfarrando si no cobran cuantiosos impuestos.

Así, en vez de esponjar la ciudad y dotarla de aparcamientos, parques y jardines y accesos fáciles para colegios y otros edificios públicos, se han movido iniciativas que siguen saturando la villa, como el nuevo hospital, el crematorio y otros varios.