sábado, noviembre 27, 2010

Hoteles, la crisis interminable

La práctica totalidad de hoteles pitiusos están amortizados varias veces. Y los grupos de apartamentos. Se les ha ordeñado a conciencia. Pero ello no quita una larga secuencia de años muy críticos en los que hay que afinar mucho las fechas de apertura y de cierre y el contingente de personal.
Algún día haré un resumen de esta forma de contratar, que empezó dirigiéndose individualmente al cliente que, en compensación, repetía hotel año tras año. Se establecía una prolongada relación de amistad, pero esta forma de trabajar comenzó a evolucionar ya a principios de los ochenta: el hotel ofrecía menos servicios de comedor y las relaciones eran más impersonales.

Los 80 y siguientes fueron unos lustros de un turismo insoportable, juvenil y empastillado, sujeto a los mandatos caprichosos de unas cuantas –muy pocas– agencias. Se hizo tristemente famosa la 18-30, la Twentys y algunas otras... mandaba más el guía de los hooligans ingleses que el propio director del hotel, atado de pies y manos por contratos leoninos.
En San Antonio Abad (o Sant Antoni de Portmany) se llegó a unos 60 hoteles en los catálogos de los bárbaros del Norte. La imagen de la bahía, muy famosa entre los juveniles gamberros, pero por los suelos en el mercado internacional de la hostelería.

Todavía no se han librado de ellos, ni en Platja d´en Bossa tampoco. Pero al menos es cierto que existe una alternativa emprendida por esta generación de empresarios que ha confiado en la magia de la contratación previa por Internet y en las posibilidades del transporte accesible en los vuelos del low cost o de bajo precio.
Dedicado a estos empresarios voluntariosos escribí ´Vender Ibiza de otra manera´, para alentarles con un plus de confianza incluso en estos tiempos de crisis desmesurada. Porque todos sabemos que en el mundo del turismo lo que hoy es una firmeza inamovible, mañana puede ser una incertidumbre que nos llena de desasosiego.
Veremos si la disposición de vuelos en esta modalidad de bajo coste se afianza o se mantiene. Porque Internet no parece especialmente amenazado (hay quien dice que habrá sobrecargas o problemas en 2012 por las manchas solares). Aquí lo único amenazado es el bolsillo de los turistas, que ahora mismo observan este desbarajuste financiero a nivel europeo y que puede acabar por afectar a la economía real, o sea, al puesto de trabajo.

Y esto tendría repercusiones sobre el precio. Hace poco sabíamos dos cosas, que siete de cada diez turistas llegados lo hicieron en vuelos de low cost. Y que los hoteles llevan varios lustros bajando o congelando sus precios. No es un fenómeno exclusivo de Ibiza, es mundial. Se sigue viajando, pero se gasta bastante menos.
De ahí mi escepticismo cuando en la reciente feria de Londres se empezó a hablar de subir precios. Habrá que hilar muy fino y esperar hasta los últimos instantes. Yo ya no creo en subidas sensibles.

miércoles, noviembre 24, 2010

Turismo, volver a empezar



Como en la película de Garci, noto en las palabras del empresario Vicente Juan Guasch una inmensa carga de nostalgia. Me temo que los amores otoñales pitiusos tendremos difícil recuperar asignaturas pendientes, porque la única pendiente que conocemos es hacia abajo.

En Vicent Guasch es casi un mito entre los hoteleros y los empresarios de Ibiza, y lo es con todo merecimiento. Creo que es un ibicenco modélico, que ha trabajado mucho y ha dejado trabajar, y que ha puesto su capacidad de inventiva al servicio de un proyecto que ha ido remodelando con el paso de los años. Como debe ser.
Más admirable –forja de indomables, diríamos siguiendo con los símiles cinéfilos– ha sido su continuo bregar, superando un aparatoso accidente que le dejó ciego.

Si es cierto que la etimología de la palabra ´inteligencia´ proviene del latín intus legere, leer hacia dentro, Vicente Juan Guasch hace honor a esta palabra, porque él sigue viendo la realidad, analizándola y tomando decisiones, es de suponer que una vez hechas todas las consultas pertinentes, es decir, como hace todo el mundo sensato. Son muy merecidos los premios que se le han ido otorgando, incluyendo este Oscar a toda su carrera por un trabajo excelente. Enhorabuena. Hasta aquí mi atenta felicitación y mi admiración por el trabajo bien hecho de un gran hombre, de un forjador del turismo de Ibiza.

Pero hay algunas cosas que me gustaría matizar. Que el agradecimiento y la admiración no nos lleven a perder una ocasión de discrepar. Lo haré sin tapujos. Naturalmente que Ibiza ha de mantener lo que ha conseguido en turismo, y para ello nunca debe perder de vista que vivimos del turismo y no del ladrillo, del cemento, de vaciar montañas ni de tapiar las costas. O sea, para mantener lo que se tiene, en todo caso hay que soltar lastre, fundir los michelines y mantener una velocidad de crucero.

Ibiza, don Vicent, está agotada. Se han hecho muchas cosas mal, llevados por la euforia y por la codicia. Muchas. Y como consecuencia hemos acabado con los recursos y lo importamos todo: ladrillos, cemento, piedra, agua, verduras, combustible, energía. Volver a empezar es imposible, amigo mío. Y mantenernos nos costará mucho.
 Seguir rellenando las costas (puertos, clubs) o los campos convertidos en greens es tarea inútil. Abrimos un campo de golf y a los pocos años ya estaba abandonado. Mira, Vicente, tú que has viajado y conoces España, si los centenares de campos de golf de Murcia, Alicante, Valencia, Granada, Tarragona, les han librado de la crisis o si les supone una inyección importante durante el invierno.

No. Nuestro negocio es el turismo.


 Con la falta que hacen los constructores y los promotores en Haití, Chile, Irak, Afganistán, Argelia, etc., ¿qué hacen en Ibiza, rellenando los pocos huecos vacíos que todavía quedan?

Le leo otras ideas muy acertadas, en mi opinión: sobran camas de baja calidad y se necesitan de cinco o de cuatro estrellas. Hay que cuidar las infraestructuras. Yo diría de la isla entera. De la integridad de lo que quede de Ibiza. Molts d´anys, Vicent!

sábado, noviembre 20, 2010

Sorprendentes sin cesar

Al fenicio le parece excelente que en los trabajos de rehabilitación del Pereyra se respeten los espacios interiores, la columnata y por supuesto la fachada, que en su simpleza es serenamente hermosa.
Veo que el Diario abre la duda sobre la grafía correcta de este ilustre apellido. ¿Se escribe Pereira o Pereyra? Antes de consultarlo yo hubiera dicho que con la y griega, recordando además el Pereyre, apellido de un gran banquero portugués. Después de consultarlo, Pereira resulta ser procedente de Galicia y puede escribirse con la i latina. Es decir, puede escribirse de las dos maneras, aunque a mí me gusta más Pereyra.
Han explicado que se respetarán las actuales columnas y la distribución, o sea que el interior no cambiará sustancialmente. Pero nunca te fíes en Ibiza de ningún restaurador, aunque jure en arameo que respetará escrupulosamente el original. Basta ver el Castillo y otras genialidades perpetradas bajo la égida de Lurdes Costa.
Normalmente los veranos y el otoño suelen dejar algunas noticias divertidas. Me gusta la gente –sin hacer daño al prójimo, esto es sagrado– con un punto de locura genial, creativa. Ibiza siempre ha sido un buen sitio para las excentricidades y los acontecimientos sorprendentes.
Nunca se me olvidará el proyecto agrario de aquel buen ciudadano que decidió aprovechar los calveros de los jardines en el Parque de la Paz para sembrar melones. Eso es tener arte.
Si no tuviera un punto de morboso proceder, ilegalidades administrativas aparte, para este verano yo escogería el episodio entresacado de una novela de Mario Vargas Llosa, es decir, este burdel ecologista que instaló varias carpas o tiendas de campaña (jaimas las llamábamos en El Aaiún) para ejercer la coyunda. En 'Pantaleón y las visitadoras' se narran divertidas escenas de aquellas prostitutas peripatéticas que seguían al ejército en plena selva. La prostitución verde, nunca mejor dicho.
Como Ibiza tiene mucho de selva en verano, no me parece mala idea ir acondicionando estas carpas móviles en distintas partes de la isla, según lo vayan requiriendo las necesidades y las urgencias del momento.
Otras hechos curiosos ya no sorprenden a nadie porque van con la monótona canturía de la Ibiza mística: ovnis, espíritus turbulentos, güijas, ángeles, conjuros, masajes. ¿Qué es lo sorprendente? Que no se agota este universo mendaz y evanescente. ¿Qué es lo que no se agota? La credulidad, la ingenuidad, el papanatismo.
Me gusta que una moderna vikinga quiera buscar el tesoro de Sigurd (si pide los pertinentes permisos de exploración, supongo).
Me gusta que una rubia alemana atractiva nos notifique secretillos de la vida de los ángeles y de los arcángeles. Incluso puede aportar un toque feminista que no se le hubiera ocurrido ni a Bibiana Aído: «El arcángel Gabriel es mujer».
Otros, más modestos, simplemente te venden la película de los colores del aura. En fin, esto es la Ibiza tradicional ya desde los años 60. En muchas cosas, somos únicos.

miércoles, noviembre 17, 2010

La euforia


Mira por donde, por mucho que nos aplaste la crisis, hemos encontrado un resquicio para alimentar nuestra esperanza: crece la euforia entre las previsiones del turismo para la temporada 2011. Bueno.
Los dos grandes emisores de turistas hacia Ibiza desmienten el sonsonete que repiten los socialistas para lavar su prestigio de gestores: «todo el mundo está igual de mal que España». Lo cual es totalmente falso.
Gran Bretaña, Francia y Alemania, mal que bien tienen gobiernos serios que diagnosticaron desde el primer momento la gravedad de su situación y se encomendaron a partidos con capacidad y eficacia gestora. Lo cierto es que los países peor situados ahora en la Unión Europea son Grecia, Portugal y España –los tres socialistas– sin olvidar Irlanda e Italia, los PIGS. Quizás no seamos los cerdos, pero somos los más torpes, los más endeudados y con más paro estructural.
No estarán tan mal los alemanes y los británicos cuando pueden seguir mandando vacacionistas a la ribera mediterránea. Sufrirán, como todos, pero comparativamente están ya en otro mundo, muy por encima de España.
Las previsiones y quizás las reservas han aumentado en toda España. Deduzco que Ibiza está algo mejor durante los meses punta del verano, como siempre. La isla se ha convertido en un antro referente del pastillamen y de las discotecas, aunque por sí mismas no atraerían a ningún turista (como suelo decir, que abran en invierno, a ver cuántos vienen a ver nuestras fabulosas discotecas). Las discotecas, como todos, se aprovechan de que viene la gente para hacer su agosto.
Sin embargo, los alemanes prefieren madrugar y comprar sus vacaciones a comienzos de verano. Hacen bien. Eso los hace más interesantes, al menos para mí y creo que para la isla.
¿Cómo reaccionarán los italianos y los españoles? Regular, imagino que contratarán en el último momento por Internet y solo en el triángulo mágico de las Pitiusas: julio, agosto, septiembre.
Dicho todo esto, me mantengo como los años anteriores: cuidadito con la euforia, que después suelen venir unas resacas de caballo. No solo por los volcanes, huelgas, terrorismo, guerras, sino por la misma mecánica de la economía y del trabajo. La Unión Europea está muy lejos de haber sanado, por el contrario estamos sumergidos en una extraña situación de crisis muy profunda.
Por extraño que parezca a Ibiza (y más a Formentera) nos salva nuestro pequeño tamaño. En una Unión de cuatrocientos de millones de habitantes, no es descabellado captar el millón y medio de turistas, mínimo necesario para flotar y salir adelante. Para nuestra desgracia, se concentrarán en apenas cinco meses, pero esta es nuestra perversa forma de funcionar.
Vendrán jovencísimos, ruidosos, buscando droga y discotecas y gastando menos que nunca, pero todavía nos veremos obligados a dar las gracias. En momentos como estos se demuestra de forma palpable que vivimos del turismo, no del ladrillo.

sábado, noviembre 13, 2010

Hay movidas, pero sin dinero


En verano es normal que hiervan la calle, las playas, el día y la noche. El Diario recoge con generosidad de páginas y de tinta de colores el espíritu de esa Ibiza, o sea mucha morralla, famosillos, banalidades y tonterías.
Normalmente el invierno nos sumía en un aletargamiento al modo de nuestras lagartijas y salamanquesas (dragones, les llamamos, un poco exageradamente, por cierto nunca los mates: aparte de traer buena suerte, el dragón come cantidades asombrosas de mosquitos).
Si en verano no ves a nadie conocido porque está en algún almacén cargando sacos o en una oficina encerrado, en invierno no encuentras a nadie porque todo aquel que puede sale pitando de Ibiza.
Me di cuenta a finales de los 90 de que Madrid, París, Londres habían pasado de moda, no solo por las hercúleas subidas de precios. En cambio ganaban puestos y estimación Valencia, Granada, Sevilla, Córdoba, Extremadura... pero el fenómeno ya estaba extendiéndose. Los ibicencos salían en estampida a Tailandia y volvían con unas camisas floreadas muy paletas que nunca se atrevían a ponerse en Ibiza.
Tailandia, Vietnam, India, Bali y otros destinos orientales atraen cada vez a más isleños y a muchos españoles que ganan un poco de dinero en Ibiza y lo multiplican por cien al gastarlo durante el invierno-primavera en Goa o en Pukhet. Ellos sí que saben.
Pero los que nos quedamos aquí nos tenemos que comer un invierno duro, húmedo y con unos precios de atraco. Ya por Navidades, quien más quien menos anda sin un euro en el bolsillo.
El fenómeno se lo hemos contagiado, o eso dicen, a los organismos e instituciones, como Costas, que no tiene fondos para retirar los pecios varados en la bahía de San Antonio Abad o Sant Antoni de Portmany. Costas debiera saber que quien sirve para cobrar ha de servir para pagar.
Lo mismo se les podría aplicar a los políticos. No es bueno generalizar, pero si conocen muchas excepciones ya me avisarán. Qué fácil es gobernar un ayuntamiento, consejo, una generalidad o una diputación cuando el dinero entra a paletadas, fruto de las licencias de obras, tasas, etc.
Es inútil decirlo, pero lo repito o reviento: cuando todo eran vacas gordas se entró a saco con autovías, urbanizaciones, casas, inmuebles en general. Pero apenas se arreglaron los problemas seculares de las islas. Nos quedaremos sin las infraestructuras imprescindibles, avisamos unos pocos entonces. Ni caso.
Resultado: han pasado las vacas gordas, pasarán las flacas y las Pitiusas seguirán con los mismos problemas endémicos.
Es cómico, pero ahora no hay dinero –o eso dicen– para retirar dos barcazas varadas en la arena o en el mar. Tampoco lo hay para pagar los medicamentos a las farmacias. Bien, y los políticos ¿en cuánto han reducido el gasto corriente y sus sueldos? ¿Ahora es el momento de abrir escuelas de teatro?

miércoles, noviembre 10, 2010

Malos actores, peores políticos

Sinceramente uno no cree nada ya de los políticos y menos cuando dicen que Baleares tendrá las mismas rebajas en las tasas aeroportuarias que Canarias consiguió votando los presupuestos generales de ZP. Antich montó en cólera cuando lo vio plasmado, porque él venía pidiendo lo mismo desde tiempo atrás. Para que esta afirmación sea cierta hace falta que cumpla mucha gente que no suele hacerlo, desde Zapatero a Antich, pasando por el Ministerio de Fomento.
Al fenicio le encantará rectificar, pero en Ibiza y en Baleares no hay desgracia que no nos afecte.
En principio, basta recordar tan solo la subida del IVA. Nuestra Comunidad es la que más impuestos paga por habitante y a la vez la que menos recibe. Ya solo falta que nos sangren las compañías marítimas, o que Park Control se lleve presuntamente la recaudación para cubrir otros agujeros de fuera de la isla. Hace bien el PP en denunciarlos por malversación de fondos. O que la empresa pública de ferias y congresos, Fecoef, deje un agujero de más de 286.000 euros de deuda. Alguien tendrá que responder de todo esto.
Y además, las autovías quedan a deber, no están terminadas y con graves deficiencias difícilmente subsanables. ¿Quién responde?
Así que el panorama comienza a estar claro, de tan negro. Muy oscuro.
En este trasfondo Tarrés presenta un órdago al PSOE-Mallorca: o me dais más dinero para mi isla o yo no vuelvo a presentarme. Hombre, después de tantos años de ayuntamiento y de Consell ¿no es un poco tarde pedir esto unos meses antes de las elecciones? ¿Quedará algún primo que crea una sola palabra sobre sus buenas intenciones? No me sorprendería que en Mallorca ni le contesten, soltando un suspiro de alivio. Pero Tarrés no dimitirá, consiga o no consiga más financiación: es un buen hombre para el partido, lo digo sin pensar ni siquiera en Ibiza Centro, y ha sido un presidente muy flojo para Ibiza.
Entre todos son una pandilla de ineptos, a saber a estas alturas si es por interés o es por pura incompetencia. Estamos terminando 2010 y el tema de los transportes marítimos, en especial las mercancías, sigue empantanado y condenando a las islas a una sangría de recursos que nos impide competir, vivir y viajar en igualdad de condiciones con el resto de los españoles.
La mercancía transportada en el puerto de Ibiza sube un 4% respecto al 2009, pero es que en aquel año ya era sensiblemente superior a cualquier variable imaginable.
¿Por qué sigue ocurriendo esto en España? Hay responsables y hay culpables y estos tienen que pagar el daño que llevan causando a las Pitiusas. No es ajeno el sistema técnico de embarque de contenedores y otras contingencias maquiavélicas que impiden la libre competencia. Todo esto tiene que saberse y explicarse y pedir responsabilidades a los culpables.
A esto hay que sumar, pues claro, no faltaba más, el precio de los billetes de Balearia a Formentera o a la península, carísimos.

sábado, noviembre 06, 2010

Las heridas de la tierra


Al fenicio le gusta el mar, pero adora las tierras interiores de la isla. Por eso ya no entiende por qué se sigue colonizando el interior con tantas casas dispersas. Esto tenía sentido en el siglo XV, pero hoy ya es insostenible.
Tenían un Plan Territorial a punto de aprobarse, pero al final se ha abortado la maniobra. Coitus interruptus del equipo de Tarrés.
El fenicio ve cercano el final, por un exceso de ambición y de codicia: la tierra de Ibiza siempre ha dado sabrosos frutos, y en los últimos 60 años las costas también han regalado muchos arcones de monedas de plata a todos los habitantes de Ibosim.
En las costas hemos lacrado cualquier espacio con una muralla demencial y en gran parte ilegal de hormigón y de ladrillos.
Ahora le va tocando al interior, con la extraña excusa de que hay que construir una casa para cada hijo y otros inventos. Sobrarán casas y no tardaremos mucho en verlo y no me refiero a las cinco mil casas y apartamentos que quedan vacíos en invierno.
Hemos pasado de recolectar los frutos de la tierra a la herida, a la destrucción. La herida de la tierra no es un acto aislado, viene encadenado con otros, como la extracción del agua potable. Hemos roto todas las reglas del fenicio superviviente y nos hemos quedado sin agua. Una tierra con las entrañas de agua salada pierde su aura. Todo es cuestión de tiempo, pero el proceso ya está desencadenado.
Ahora mismo se hace complejo saber a qué atenerse en materia de urbanismo. Solo que cuando los bancos sigan prestando provisiones, las grúas reiniciarán la irracional campaña de agotamiento de recursos y de espacios.
Los miembros de Eivissa pel Canvi están atónitos por la decisión de Tarrés de retirar la tramitación del Plan Territorial de Ibiza. A buen seguro que tendría muchas cosas mejorables susceptibles de modificación, pero la avalancha de quejas ha sido de gran magnitud, probablemente aventada y generada por el Partido Popular, al que le gusta tanto Ibiza que la quiere toda entera para ellos, para construirla y destruirla.
¿Recomenzar la redacción? Entonces se corre el peligro de que el próximo PTI lo redacten los populares y resulte tan expansionista que no lo reconozca ni la tieta de Serrat. El fenicio no sabe, no entiende ni ve salidas. Si no se construyera ni un apartamento más en los próximos 25 años, todavía seguirían sobrando con los que tenemos construidos hoy.
El fenicio se rasca la cabeza. No parece muy feliz ante la perspectiva.
Si hemos amurallado la costas, hemos agotado el agua potable –sustituida por la salada– y ahora vamos encementando el interior, quizás nos llegue el momento en que alguien tenga la ridícula pretensión de ver el paisaje rústico, vegetal, tradicional. Y tendrá que irse a Turquía, a los Balcanes o a las islas griegas. Me gusta terminar con un dato optimista: siempre nos quedarán las discotecas y las pastillitas.

miércoles, noviembre 03, 2010

Zafarrancho de combate


El fenicio ha visto esta situación antes y se rasca la cabeza, porque no saldrá nada en claro y lo que estaba oscuro hubiera salido de todos modos más pronto o más tarde. Estamos en disposición de zafarrancho de combate. Eso nadie lo duda, pero ¿combate contra quién?
Ahora ya es de todos contra todos.
El PP no ha necesitado de ningún estratega de alto mando para descubrir que, aventando las contradicciones del Plan Territorial de Ibiza (Formentera queda al margen), conseguirían abatir varias piezas de caza mayor, algunas de carambola.
Por una parte, cultivar el descontento de los pequeños propietarios –sabiendo que eso son el 99,9% en estas islas– afectados por los vacíos, fallos o contradicciones de todo proyecto de tal complejidad, era tanto como atizar las llamas contra los redactores y valedores del Plan. En primer lugar, contra Miquel Ramón, una de sus bestias negras.
Esto derivaría contra los políticos, léase Xico Tarrés, que se presentará ante los electores de Ibiza con un bagaje desolador y además con la isla sumida en una crisis profunda como no se recuerda en los últimos 110 años, a excepción de la década de los años 40, después de la guerra civil.
Alguien habrá con mejor documentación que yo para hacer una relación de los proyectos fallidos de Tarrés, que en definitiva han significado sumas considerables de auténtico derroche. Y siguen los efectos del tiro cruzado. Además del descontento popular, de la dimisión de Ramón y el desgaste insoportable de Tarrés, la propia coalición ecolo-comunista-socialista se va al garete.
Una coalición anti-natura que grosso modo ha fracasado en donde quiera que se haya intentado. No puede decirse que en el Mediterráneo no se hayan inventado extraños amigos de cama y enemigos de campo. Italia es el paradigma de las más estrambóticas combinaciones. Ibiza no quiso ser menos y se inventó una piña o grupúsculo ecologista (¿para gobernar con el PSOE o el PP? Eso es imposible), comunista, nacionalista y socialista (o lo que sea el partido socialista que sestea por estas islas).
Dejemos aparte el futuro del PSOE, de Tarrés y del PP, que esos acaban por apañarse de alguna manera.
Pero no podemos dejar aparte las consecuencias de la retirada del PTI (o del PTE) entre las filas de ExC (Eivissa pel Canvi), coalición que ya viene muy maltrecha por los previsibles enfrentamientos entre los catalanistas de ERC y los comunistas de Izquierda Unida. Podríamos decir que usan métodos demasiado parecidos, evitar el encontronazo es imposible a medio plazo.
Así que, mientras se intenta articular un nuevo partido bajo el férreo control del nacionalismo catalanista (por supuesto esto lo obvian o lo esconden), las hilachas deshechas del Gobierno de Tarrés esperan afrontar las próximas elecciones con ciertas esperanzas.
Ciertas son muy pocas si nos paramos a repasar el estado de la isla. Que cada cual piense en conciencia, sin dejarse influir por los nuevos salvadores de Ibiza.