Al fenicio le parece excelente que en los trabajos de rehabilitación del Pereyra se respeten los espacios interiores, la columnata y por supuesto la fachada, que en su simpleza es serenamente hermosa.
Veo que el Diario abre la duda sobre la grafía correcta de este ilustre apellido. ¿Se escribe Pereira o Pereyra? Antes de consultarlo yo hubiera dicho que con la y griega, recordando además el Pereyre, apellido de un gran banquero portugués. Después de consultarlo, Pereira resulta ser procedente de Galicia y puede escribirse con la i latina. Es decir, puede escribirse de las dos maneras, aunque a mí me gusta más Pereyra.
Han explicado que se respetarán las actuales columnas y la distribución, o sea que el interior no cambiará sustancialmente. Pero nunca te fíes en Ibiza de ningún restaurador, aunque jure en arameo que respetará escrupulosamente el original. Basta ver el Castillo y otras genialidades perpetradas bajo la égida de Lurdes Costa.
Normalmente los veranos y el otoño suelen dejar algunas noticias divertidas. Me gusta la gente –sin hacer daño al prójimo, esto es sagrado– con un punto de locura genial, creativa. Ibiza siempre ha sido un buen sitio para las excentricidades y los acontecimientos sorprendentes.
Nunca se me olvidará el proyecto agrario de aquel buen ciudadano que decidió aprovechar los calveros de los jardines en el Parque de la Paz para sembrar melones. Eso es tener arte.
Si no tuviera un punto de morboso proceder, ilegalidades administrativas aparte, para este verano yo escogería el episodio entresacado de una novela de Mario Vargas Llosa, es decir, este burdel ecologista que instaló varias carpas o tiendas de campaña (jaimas las llamábamos en El Aaiún) para ejercer la coyunda. En 'Pantaleón y las visitadoras' se narran divertidas escenas de aquellas prostitutas peripatéticas que seguían al ejército en plena selva. La prostitución verde, nunca mejor dicho.
Como Ibiza tiene mucho de selva en verano, no me parece mala idea ir acondicionando estas carpas móviles en distintas partes de la isla, según lo vayan requiriendo las necesidades y las urgencias del momento.
Otras hechos curiosos ya no sorprenden a nadie porque van con la monótona canturía de la Ibiza mística: ovnis, espíritus turbulentos, güijas, ángeles, conjuros, masajes. ¿Qué es lo sorprendente? Que no se agota este universo mendaz y evanescente. ¿Qué es lo que no se agota? La credulidad, la ingenuidad, el papanatismo.
Me gusta que una moderna vikinga quiera buscar el tesoro de Sigurd (si pide los pertinentes permisos de exploración, supongo).
Me gusta que una rubia alemana atractiva nos notifique secretillos de la vida de los ángeles y de los arcángeles. Incluso puede aportar un toque feminista que no se le hubiera ocurrido ni a Bibiana Aído: «El arcángel Gabriel es mujer».
Otros, más modestos, simplemente te venden la película de los colores del aura. En fin, esto es la Ibiza tradicional ya desde los años 60. En muchas cosas, somos únicos.