sábado, junio 27, 2009

Demasiados trenes perdidos


Soy partidario de ayudar en lo que se pueda y, siempre que sea razonable, a los sectores necesitados. Pero no creo que sea el hotelero, precisamente, el peor dotado, aunque le estética, la limpieza y el buen orden es algo que nos concierne a todos, haya turismo o no.
Pero no hay que dejarse llevar por el síndrome de siempre: el lloriqueo estadístico. Siempre se quejan, cuando de los hoteles de Ibiza se han extraído fortunas. Siempre piden más.
¿Por qué no hacemos lo mismo los escritores? Quiero que me compren diez mil libros. ¿Las panaderías, los talleres mecánicos, los vendedores de artesanía, los bailadores de flamenco? Aquí siempre se ayuda a los mismos, con la extraña coartada de que se ayuda a Ibiza.
Ignoro cuánto promociona Ibiza un hotel propiedad de una sociedad francesa, suiza, catalana o cretense, por un decir, y que encima vende el Todo Incluido.
Pero en fin, cosas buenas tendrán y es necesario prestarles la atención necesaria.
Hogaño siguen con sus lloriqueos. El vicepresidente de la Alianza para la Excelencia Turística, José Luís Zoreda, ha dicho bien claro que el sector turístico español está inmerso en una guerra de precios, lo cual supone serios peligros para todo el sector a medio plazo.
O sea, que están como cada año, unos años más y otros menos. Parece que la bajada de precios ya va por el treinta por ciento, pero seguro que es más en muchos casos. Y no me parece mal, porque ir contra las leyes del mercado no conduce a nada. Hay que pensar otras estrategias, remodelar hoteles o incluso cerrarlos cuando se hicieron mal y en ubicaciones aberrantes. Pero eso no ocurrirá, se seguirá pidiendo a la Administración, se seguirá creciendo y lloriqueando.
En una relación siempre hay que ceder algo, pero es difícil que ocurra en este tema. Lo veremos en un aspecto que afecta a algunos hoteles que deberán dejar libre la zona ahora ocupada por piscinas y terrazas. Lejos de agradecer los treinta o cuarenta años de explotación, ahora claman al cielo. Por lo demás ¿alguien les ha prohibido que construyan piscinas y terrazas?
Si se quiere conseguir un paseo modélico desde es Viver hasta el final de la playa d´en Bossa habrá que expropiar, ceder y negociar.
No me cansaré de repetir que lo queremos todo a la vez y esto es imposible. Llevamos demasiados trenes perdidos.
Llevamos al menos treinta años de retraso. O Ibiza se adecenta, y no hablo solamente de las zonas turísticas, o seguiremos permitiendo que lo urgente usurpe el sitio a lo importante. O sea, camino a ninguna parte.

Diario de Ibiza

miércoles, junio 24, 2009

La cesta de la compra



Uno de los problemas más descorazonadores a la hora de plantearse vivir en Ibiza es el altísimo nivel de la cesta de la compra. Dejemos al margen las pastillas, la cocaína, las entradas a la disco, los taxis, las hamacas o la ropa de las boutiques.
Me refiero casi concretamente a aquellos artículos de primera necesidad, básicos para llevar una vida pasablemente digna: detergentes, jabón, café, frutas, pan, verduras, legumbres, carne y pescado. Y pocos más.
Me extraña (o no, depende) que el Govern o el Consell Insular no hayan sabido ni siquiera plantear el problema con cierta corrección. Pasan los años, el dinero sale de Ibiza a espuertas y por el contrario somos la comunidad que menos aportación recibe del Estado. Del Estado de bienestar, que debe ser muy útil para los andaluces, los extremeños y los vascos (por cada euro que pagan al Estado, perciben 8) y ahora para los catalanes.
Pero para los baleáricos vivir en Ibiza o Formentera es como una condena a galeras. Sólo se recuerda una etapa tan desequilibrada en el siglo XVI (¿por cierto, dónde estaban los catalanes y la ayuda de los señores feudales entonces?), aunque ahora de momento nos salvamos de las plagas.
Vivir en Ibiza es casi imposible. Aquí somos una de las comunidades donde se perciben las pensiones más bajas, los sueldos son bajos y escasos y los alquileres y la cesta de la compra están inaccesibles.
Se nos ha dicho hasta la saciedad que el problema es el precio del transporte. Una tonelada de Tarragona a Ibiza cuesta más que una tonelada desde Londres a Sydney. El Diario de Ibiza publicó un estudio comparativo hace al menos una década. También se hablaba entonces del estatuto especial de las islas europeas. No es de ahora.
Han pasado los políticos, se han subido el sueldo diez veces, pero el problema ¿se ha solucionado? No. Y sería sencillo: si el problema estriba en que el transporte es muy caro, la solución está en que el transporte sea más barato. ¿Verdad que es sencillo?
Yo comprendo que ustedes querrían que un columnista del Diario de Ibiza se lo diera masticadito, potitos al bebé, con números, planos, gráficos, pero miren ¿para qué vamos a perder esta oportunidad de que el Consell encargue otro informe que apenas nadie leerá? Informes, informes.
Pero no olviden que Mallorca también es una isla y los precios son sensiblemente más baratos. Las Canarias son siete islas, y no existe ni una sola en la que los precios no sean mucho más bajos que en Ibiza.
A partir de aquí ya podemos empezar a considerar que los precios son susceptibles de bajar. Los altos precios de Ibiza no es una condena eterna, sino una contingencia fruto de unas relaciones económicas viciadas y de unos políticos ineptos.
Hay otra solución más eficaz: irse cuanto antes.

Diario de Ibiza

sábado, junio 20, 2009

No es basura, son barcos hundidos


Un fenómeno nuevo que ya está afectando a Ibiza: muchos propietarios abandonan su barco y nunca más lo reclaman; otros lo hunden para cobrar el seguro. Hace unos días salía una noticia al respecto. Hundir la radiobaliza, camuflar el barco y darle otra matrícula ya es el colmo de la desfachatez, pero dejar el barco –cual pecio o pirata del Caribe– a la ventura de Dios es algo muy habitual.
O eso parece: cientos y quizás miles de nuevos ricos no saben cómo seguir pagando los gastos ni los amarres. La mejor opción suele ser llevarlo a alta mar y abandonarlo, una vez desprovisto de sus señas de identidad.
Eso es un peligro, por los materiales de fibra y por los metales pesados o productos muy tóxicos que indefectiblemente acaban en el fondo. Desmantelar un barco cuesta bastante dinero y no son todos los dispuestos a apoquinar. Así que el Mediterráneo seguirá siendo el mar más transitado del mundo, el que soporta más derrames y limpieza ilegal de sentinas y, encima, el mayor cementerio de productos tóxicos.
Y después nos quejamos de las medusas.
Antes, al menos en los años 70, sobraba arena en todas nuestras playas. No era raro encontrarse en nuestra primavera con decenas de barcos semihundidos en la playa, a menudo hincados en la arena.
Nadie los retiraba. Hacían bonito. Sólo quedaba el costillar y muchas veces eran el motivo preferido de nuestros tópicos paisajistas y de los fotógrafos alemanes que vestían el maderamen con hermosas modelos desnudas.
Ibiza, a su manera, vivía su propia película de piratas del Caribe, con muchos fantasmas, náyades, ninfas y pulpos que las fotografiaban.
Éramos bastante más naturales, porque yo hablo de barcos de madera, no de los emplastos de hoy.
Todos los ibicencos los hemos visto en las Salinas, en es Cavallet, y a veces en la playa d´en Bossa (menos, muchos menos y en cualquier caso los debían de retirar en verano).
Ahora no encontramos barcos clavados en la arena, porque ya no queda arena.
Lo dice un informe del Consell, pero no hacía falta pagar ningún informe. Hace al menos 20 años que nuestras playas no reciben aportes de arena, porque desde tierra hemos cegado los torrentes, las hondonadas y hemos cambiado el curso de las aguas pluviales. Y al retirar precipitadamente los depósitos de posidonia, tampoco permitimos que las mareas vayan depositando las arenas de los fondos marinos. Quizás lleguen a la costa, pero no permanecen, nada las retiene.
Así que al fondo no van sólo nuestros ahorros, también muchos barcos desaparecidos misteriosamente. Las aseguradoras están temblando.

Diario de Ibiza

miércoles, junio 17, 2009

Patrimonio, un balance pobre diez años después

Ibiza aportó un buen informe alternando biodiversidad y cultura patrimonial, de modo que en diciembre de 1999, en la cumbre de la Unesco en Marruecos, se nos premió con una declaración mixta de ´biodiversidad y cultura´ como Patrimonio de la Humanidad.
Diez años después, un reportaje del Diario intenta sintetizar una valoración encuestando a algunos de sus protagonistas, precisamente en un momento donde la crisis turística ya ha anunciado su protagonismo, y cuando se está perpetrando una barbaridad histórica con el empedrado o adoquinado de algunas de las calles de Dalt Vila.
Una administración capaz de hacer esto, defenderlo y mantenerlo, en los sitios más visibles ¿de qué no será capaz en aquello que no está tan visible al ciudadano? Para echarse a temblar.
Pero sería mezquino si no se apreciaran algunos logros. En Dalt Vila se han enterrado muchos millones, sin aparente orden ni concierto, y desde luego con resultados muy modestos, casi pobres, desoladores.
La museización y algunos detalles epidérmicos no pueden mover a engaño: diez años después el balance es muy decepcionante.
Al menos tendremos que esperar cómo se formulan los hallazgos de la ciudad fundacional, la Ibosim púnica (en el museo) y otras obras comenzadas.
¿Ha servido para algo la declaración de Patrimonio a la hora de promocionar turísticamente nuestras islas? No. Y es explicable, cuando hemos visto como en cada invierno los políticos ibicencos se iban a las ferias europeas haciendo de guardia pretoriana a las discotecas.
Esto ha remitido, pero parece más una maniobra de disimulo que una apuesta seria por la isla en todas sus potencialidades culturales.
Y a estas alturas ya parece muy clara otra verdad: cultura y discotecas no son compatibles. O una cosa o la otra. Son dos formas opuestas de percibir la vida, la realidad, el tiempo, el descanso.
Me muero de envidia cuando veo el desfile de coches de alta gama que a partir de los jueves llenan los paradores y los hoteles de Cuenca, Mérida, Toledo, Cáceres, Córdoba… puede que sólo sea turismo de media semana o de fin de semana, pero justamente este turismo en concreto es el que nos perdemos en Ibiza.
A Ibiza se viene de marcha, pastillas, discos y si queda energía un poco de playa o de lancha.
Puede que yo polarice un poco la situación para visualizarla mejor, pero es así. Y una vez más recuerdo que no se puede tener todo al mismo tiempo. Quien lo crea así se estrellará contra la realidad.
Por cierto ¿cómo habrá empotrado el Think Tank balear en el Libro Blanco del Turismo nuestro patrimonio, el éxtasis, las discotecas, la arqueología DJ-mix, el flaón y las catalinarias de los catalanistas?

sábado, junio 13, 2009

Otra vez el modelo

Ya está otra vez aquí el modelo. Cuando no vienen los suficientes turistas o cuando no sabemos lo que ocurre echamos mano de la muletilla: es el modelo. Puede ser.
Pero ¿qué modelo? El modelo turista-hotel-apartamento-sol-playa-sala de fiestas funcionaba a las mil maravillas en los 60 y 70. La distorsión de los últimos años no funciona ni a tiros.
Es más, a lo largo de los últimos años, «el turismo se precipita cuesta abajo desde hace ocho años» (Diario de Ibiza, 2 mayo). Hala, bien, ya podemos respirar, ya sabemos qué nos ocurre… es el modelo que flaquea.
Pero de ser el modelo habría que remontarse a los orígenes cuando se comienza a vender un nuevo tipo de isla distinta: la noche. En Ibiza, a veces también se duerme. Léase Cañellas, Partido Popular, discotecas, y sin olvidar que, paralelamente los servicios hoteleros se iban empobreciendo progresivamente.
Este tipo de turismo apenas dormía, así que iba tomando pastillas, pero como prefería agua antes que alcohol (y hace muy bien) se empezó a cobrar hasta las humedades del rocío.
¿Hemos cambiado el modelo o sólo le hemos quitado el sueño?
Es importante dar con el diagnóstico, si lo que se busca son soluciones. Si se busca alargar el negocio de una veintena de empresarios, seguid así, echando la culpa al modelo y qui dia passa, any empeny. Es importante, porque «crisis es la manera en que la incertidumbre hace que cambiemos el modelo», dice Jorge Wagensberg (Diario de Ibiza, 23 mayo).
De paso recordemos que el nivel de gasto de recursos pitiusos es deficitario siete a uno. Es decir, para mantener unas Pitiusas necesitaríamos los recursos de siete Pitiusas. ¿Y de dónde sacamos lo que consumimos? No pregunte, si usted ya lo sabe. Incluso sabe quién los transporta y que nos cobra los fletes más caros del Planeta. Si lo sabe ¿por qué echa la culpa al modelo?
Tantos informes hinchan mucho la cabeza. Menos mal que le han puesto un título a vista de lejía: Libro Blanco. Avisa: el modelo turístico de Ibiza ha de cambiar antes de diez años. Vaya. ¿Y por qué diez y no doce o siete? Si es que me son muy apremiosos.
Leo las claves en el Diario del 22 mayo y quedo estupefacto. ¿Cuánto habrán pagado del dinero de los contribuyentes para engendrar y parir tamaño embeleso? El Libro Blanco: Govern balear, la Cámara de Comercio de Baleares, la Universidad de las islas y Sa Nostra.
Me gustaría leerlo a fondo; lo que he visto publicado es de una simpleza y de una superficialidad difíciles de superar. Modélicas, en realidad. Mucho me temo que estamos ante otra suma imponente de dinero derrochado y de un estudio que anuncia generalidades banales que nadie leerá.

miércoles, junio 10, 2009

De día y de noche


De los damnificados por la noche nos dice el Diario que fueron atendidas 1.723 personas por sanitarios de discotecas, que ejercen una gran labor al haber reducido en un 96% los ingresos en los centros de urgencias o en los hospitales.
Estos casi dos mil ´pasados´ se consiguen en apenas unos meses. La cifra espanta un poco y ante el volumen sólo cabe reflexionar qué demonios hacen los turistas en Ibiza durante el día y durante la noche. Más o menos se sabe: mezclas de alcohol y pastillas, deshidratación, intoxicación y caída en KO incontestable. Todo ello en un ambiente asfixiante, ruidoso por encima de los decibelios mínimos tolerados y en unas aglomeraciones que hacen poco ejemplificante el término mismo de vacación. Si esto son las vacaciones ¿cómo será el trabajo?
Bueno o malo este es el turismo que ha ido arrinconando todas las posibilidades de lograr otro tipo. Siempre habían tenido Ibiza y Formentera una gran variedad de gente, de edades, de estilos: éste era uno de sus encantos. La mezcla. Esto se acabó, ahora hay zonas turísticas que parecen un enfebrecido patio de recreo con niñatos cada vez más jovenzuelos.
¿Y el futuro? El futuro será cada vez peor. Y a todos aquellos que afirman que sin discotecas no habría ningún turismo les recordaría, que ahora sí, porque el turismo más o menos normal ha salido huyendo por pies. Y remato: si están seguros de este argumento, estamos salvados. Para mantener un grado aceptable de turismo durante todo el año, nos bastará con dejar abiertas las discotecas.
Pero… ¿verdad que no cuela esta bobada?
Por el día nos aconsejan desde la consejería de Sanidad el uso sistemático de cremas protectoras. Ha aumentado el cáncer de piel, que es uno de los más agresivos. Se explica poco, pero «con el sol… no se debe jugar con fuego», como nos dice un lema reciente.
No sé si el carcinoma será un cáncer benigno, pero al parecer Baleares es la región del mundo donde se diagnostican mayor número de afecciones de este tipo. Se registran entre 750 y 800 nuevos casos anuales (450 hombres y el resto mujeres), de los que mueren siete hombres y cinco mujeres.
Mucho peor es el melanoma, aunque afortunadamente es el menos común, pero es el más agresivo, se extiende por la epidermis y causa la muerte. Anualmente se producen unos treinta casos (13 hombres y 17 mujeres) de los cuales mueren 9 (5hombres y 4 mujeres).
De manera que no sólo son las serpientes, la antipática pelagia noctiluca (nuestra medusa de siempre), la carabela portuguesa o los accidentes.
Nosotros tenemos que poner un poco de nuestra parte, por poco sea.
(PS. Escrito lo anterior, leo en el Diario los datos del doctor Cross: 5 casos en 2007 y 21 en 2008. Una progresión alarmante).

Diario de Ibiza

sábado, junio 06, 2009

Mosquitos


Ya que no sabemos arreglar nuestra situación en el mercado turístico, hablemos de bichos. Además, hay que ir con mucho cuidado en solucionar nada, porque quizás arreglarías los problemas de la mayoría, pero se corre el peligro de hundir a unos cuantos que ahora viven la mar de bien dominando el cotarro.
Y mira que sería fácil. Siempre nos recriminan que no damos soluciones, pero es debido a que no nos pagan para dar soluciones, sino para desvelar problemas, sugerir críticos y para ir contando los años que hace que el Museo Arqueológico del Puig des Molins está cerrado.
Y mira que sería fácil, decíamos: Bajar los impuestos, control de calidad, de precios y del práctico monopolio de los transportes. Poner accesos para llegar y salir de la isla. Y quitar a la mitad de los políticos y de los funcionarios. Un plan de urbanismo de toda la isla con una moratoria momentáneo para los próximos 50 años.
Pero nadie nos dejará hacer esto. Así que, a seguir cultivando el estupor y el yo no sabía nada. Y con el alma en un puño.
Pero hoy vengo cargado de buenas noticias. Bueno, en realidad sólo una.
Pero antes quiero animar a seguir catalogando a nuestras especies dañinas y a nuestros invitados sorpresa, como la terrorífica ´carabela portuguesa´.
Nuestras antiguas medusas sólo vendrán a andanadas, es decir, como han hecho siempre.
Las abejas melíferas tampoco molestarán a los turistas; apenas quedan colmenas después de las fumigaciones para matar la oruga asesina o procesionaria. Sigamos con las fumigaciones drásticas: si en Ibiza hubiera pájaros como hubo antaño, apenas habría mosquitos, pero la cadena trófica se ha roto. Así que ahora ya están fumigando los caladeros de mosquitos, que en determinadas épocas son muy agresivos.
En Ibiza no se habían visto tantos animales ponzoñosos hace tres mil años. Aquel cronista romano o estaba atontado o vivió en otra Ibiza o se lo contaron, que es lo que nos suelen ocurrir a todos.
Remontaremos esta fase primaveral llena de bichos, alergias, suicidios bárbaros, accidentes, serpientes que se van desperezando y recurren al calorcito de las baldosas de las terrazas de algunas casas de campo. No las matéis, que os buscáis una ruina: dadles lo buenos días y hacedles un sitio en vuestra cama si os lo pide. Si andamos sobrados de ranas, adoran las ancas al natural. Hay que hacer amistades nuevas.
Precios, accesos imposibles, medusas payesas, carabelas portuguesas, mosquitos, serpientes y víboras, la peste porcina o americana… ¡basta! Tengo una buena noticia: no pesquéis las salpas, porque se están comiendo los brotes de Caulerpa taxifolia, que es el alga tóxica que iba a terminar con nuestras praderas de posidonia. ¿Taxis? Ahora vienen.

Diario de Ibiza

miércoles, junio 03, 2009

Un mercado muy alterado


La evolución de los últimos meses nos recuerda algo que ya sabíamos: en Ibiza no decidimos nada. Dependemos del exterior en casi todo.
Como mucho un empresario hostelero puede decidir el color de la camisa del camarero o la marca de lejía para fregar los suelos. Todo el resto queda al albur de los dioses nórdicos. A excepción de hoteleros de cuatro y de cinco estrellas, que tienen un margen muy superior de maniobra.
Pero el grueso de nuestras plazas turísticas, algo menos de noventa mil, sin contar la oferta alegal que campa a su aire, ha de someterse a las reglas bastante claras del mercado.
La última visita del operador TUI UK (Thomson y First Choice) a los empresarios de Ibiza no aportó ninguna noticia y esperanzas, pocas. Ahora mismo el cambio de la libra al euro es muy desventajoso para los británicos, que son nuestro principal proveedor de turistas.
En consecuencia, no es raro que la familia exija un presupuesto cerrado, a ser posible con el Todo Incluido. Los ibicencos sabemos que este mismo visitante, con un dinero equivalente, hubiera sido un turista rico en los años 70, pero los tiempos han cambiado y las Pitiusas han subido mucho en cantidad de plazas y en precios.
¿Y en calidad? Hemos bajado. Los hoteles recién inaugurados en los 70 ahora tienen 40 años o más y las nuevas aportaciones tampoco deslumbran. Así es como hemos llegado a una situación fatal: la tan cacareada relación calidad-precio de Ibiza y de Formentera no puede competir con Croacia, Italia, Grecia, Eslovenia, Montenegro, Turquía y otros destinos que han puesto en catálogo magníficas instalaciones, resorts y urbanizaciones.
Esto lo saben incluso Riera, Hortensius, Pedro Matutes y los jóvenes empresarios, como saben que ya ocurría lo mismo en 1988 y desde entonces el ritmo de remodelación no ha sido suficientemente alto.
Hay que subir calidad, no bajar precios, aunque en tiempos tan apretados es natural que parte de la oferta de Ibiza quede en el camino.
Otro mito recurrente es que de no ser por las discotecas a Ibiza no vendría nadie. Lejos de ser un elogio, esto es una crítica muy fuerte contra las discos. Es cierto que el tipo de turista ha ido evolucionando hacia fórmulas juveniles cada vez más extremadas; y es cierto que este tipo de turista ahuyenta otros tipos de visitantes que prefieren un ritmo menos agobiante.
Pero la culpa no es toda de las discotecas. Ellos van a su negocio y punto.
La prueba de que el turismo no somete su calendario a la apertura de las discos es fácil de conseguir: ¿por qué las cierran en octubre y no las abren hasta junio? Porque no queda ni un turista. Las discotecas simplemente han aprovechado el calendario a su favor.
Ahora la gran pregunta es ¿puede recuperarse la Ibiza abigarrada, emprendedora, creativa, sorprendente?

Diario de Ibiza