miércoles, junio 24, 2009

La cesta de la compra



Uno de los problemas más descorazonadores a la hora de plantearse vivir en Ibiza es el altísimo nivel de la cesta de la compra. Dejemos al margen las pastillas, la cocaína, las entradas a la disco, los taxis, las hamacas o la ropa de las boutiques.
Me refiero casi concretamente a aquellos artículos de primera necesidad, básicos para llevar una vida pasablemente digna: detergentes, jabón, café, frutas, pan, verduras, legumbres, carne y pescado. Y pocos más.
Me extraña (o no, depende) que el Govern o el Consell Insular no hayan sabido ni siquiera plantear el problema con cierta corrección. Pasan los años, el dinero sale de Ibiza a espuertas y por el contrario somos la comunidad que menos aportación recibe del Estado. Del Estado de bienestar, que debe ser muy útil para los andaluces, los extremeños y los vascos (por cada euro que pagan al Estado, perciben 8) y ahora para los catalanes.
Pero para los baleáricos vivir en Ibiza o Formentera es como una condena a galeras. Sólo se recuerda una etapa tan desequilibrada en el siglo XVI (¿por cierto, dónde estaban los catalanes y la ayuda de los señores feudales entonces?), aunque ahora de momento nos salvamos de las plagas.
Vivir en Ibiza es casi imposible. Aquí somos una de las comunidades donde se perciben las pensiones más bajas, los sueldos son bajos y escasos y los alquileres y la cesta de la compra están inaccesibles.
Se nos ha dicho hasta la saciedad que el problema es el precio del transporte. Una tonelada de Tarragona a Ibiza cuesta más que una tonelada desde Londres a Sydney. El Diario de Ibiza publicó un estudio comparativo hace al menos una década. También se hablaba entonces del estatuto especial de las islas europeas. No es de ahora.
Han pasado los políticos, se han subido el sueldo diez veces, pero el problema ¿se ha solucionado? No. Y sería sencillo: si el problema estriba en que el transporte es muy caro, la solución está en que el transporte sea más barato. ¿Verdad que es sencillo?
Yo comprendo que ustedes querrían que un columnista del Diario de Ibiza se lo diera masticadito, potitos al bebé, con números, planos, gráficos, pero miren ¿para qué vamos a perder esta oportunidad de que el Consell encargue otro informe que apenas nadie leerá? Informes, informes.
Pero no olviden que Mallorca también es una isla y los precios son sensiblemente más baratos. Las Canarias son siete islas, y no existe ni una sola en la que los precios no sean mucho más bajos que en Ibiza.
A partir de aquí ya podemos empezar a considerar que los precios son susceptibles de bajar. Los altos precios de Ibiza no es una condena eterna, sino una contingencia fruto de unas relaciones económicas viciadas y de unos políticos ineptos.
Hay otra solución más eficaz: irse cuanto antes.

Diario de Ibiza