sábado, octubre 29, 2011

Formentera y el efecto multiplicador de votos

Yo me he tomado en serio hasta el día de hoy al señor José Ramón Bauzá. Y seguiré hablando bien de las iniciativas que me gusten, aunque algunos progres, inasequibles al desaliento, me lo afeen, porque ellos no actúan conforme a la lógica que el cosmos exige, sino a los mandatos emocionales del catecismo socialista o nacionalista, y a veces a ambos.

Pero ya se sabe, gobernar es mancharse. Embadurnarse de porquería. Lleva pocos meses y ya son sonadas sus: excursiones a Bruselas cargado de talayóticos funcionarios o asesores; sus extrañas concesiones a los hoteleros (vamos a ver la lex nascitura), los sueldos a sus consejeros (porque trabajan más –dice– y esto es materia de fe), y ahora me entero de la última.

Si lo he he entendido bien, quieren empotrar una delegación del gobierno (balear) en Formentera. Pobre Formentera, ¿no han caído en la cuenta que la excesiva densidad de políticos nativos excluye cualquier posibilidad de que medren las serpientes y las víboras foráneas? Que en Formentera ya no cabe ni un político más, coño, y algunos hasta están por duplicado. O por triplicado, que ya ni se sabe.

Por la misma razón que quedamos pasmados cuando Xico Tarrés encargó un Plan de Gobierno, previo concurso, a una empresa de confianza –y lo criticó alguien del Diario, y yo también– ahora nos quedamos de piedra cuando nos enteramos de que Bauzá, en su cruzada por eliminar duplicidades y eliminar cargos paralelos quiere crear una especie de institución que triplicaría o cuadriplicaría las funciones que ya conocemos y las que no conocemos. Es decir, quiere abrir una embajada del Govern Balear en Formentera.

Pero bueno, José Ramón, ¿nos hemos vuelto todos locos o hay algún matiz que se me ha escapado?

¿Acaso el Consell de Formentera no es en cierta manera orgánicamente una delegación funcional del Govern Balear? ¿No es, en realidad y en el fondo, una manifestación más del Govern?

Aparte de esto, me parece recordar que ya no se pueden sacar fotocopias de las fotocopias, porque salen muy borrosas. Los consellers del Consell de Formentera, ¿no son ya los mismos concejales del Ayuntamiento de Formentera?

Cabe señalar aquí que podría existir un ayuntamiento de al menos dos habitantes. De uno solo no, porque uno solo no puede ayuntarse consigo mismo, por egocéntrico, solipsista o masturbatorio que sea el personaje. Como mínimo, cabe ayuntar a dos carpetovetónicos para constituir asamblea ayuntada. Bromeo, claro.

Mire, señor Bauzá. Puede existir un ayuntamiento como el de Valencia, Madrid o Barcelona para un millón o seis de habitantes y que se rijan por el mismo estatuto que un ayuntamiento como el de Formentera de 5.000 censados. En la forma todo es posible.

¿Puede haber un ayuntamiento en Formentera y cinco en Ibiza? ¿Seguro? ¿Podemos pagarlo? Mire y fíjese bien: veremos maravillas antes de tres años, y usted lo sabe.

De momento, hágame un favor. No cometa tropelías ni insolencias de partido. No lo haga. Nadie, pero menos usted ni el PP en Baleares puede comenzar otra carrera de tropelías derrochadoras. Léase su propio manual. Y por Dios, no nos falle.

miércoles, octubre 26, 2011

Vivir en Ibiza, ¿un misterio o un milagro?


España recibió 45,8 millones de turistas en los nueve primeros meses del año, lo que representa una mejora del ocho por ciento con respecto al mismo periodo de 2010 y nuestras Pitiusas están entre los más gratificados, aunque paradójicamente asistamos a esta economía de Jobless Growth, es decir, que por mucho que crezca no aumenta el beneficio hotelero ni consigue crear más empleo.

No solo esto, sino que residir en estas islas comenzará a ser mucho más caro. Ahora nos quejamos, pero lo que nos espera a partir de 2012 es realmente serio. Sin miedo, vamos a reflexionarlo juntos.

Probablemente la apertura de grande superficies como Mercadona ayudarán a paliar la presión de la cesta de la compra, si la empresa de Juan Roig sigue con su política de calidad-precio conocida en gran parte de España. Sólo puedo decir que durante todo este verano he comprado en el Mercadona de Can Picafort (Mallorca) y que he constatado que la línea de precios coincide y a veces incluso es menor que en los establecimientos de la misma cadena en Valencia, en Cuenca y en Tarragona.

Pero la presión inflacionaria no solo nos llega por vía de precios en la cesta de la compra, aunque lógicamente esta sea significativa. Ya nos podemos poner manoplas para pagar los recibos de la energía que consumamos, sea cual sea la forma.

Y nos afectará en los transportes, máxime porque la política de Antich ha sido ineficaz (incluso, de haber existido tal política, se podría pensar que colaboradora necesaria) a la hora de neutralizar la brutalidad de las tarifas de las navieras. Y aquí escribo punto seguido: ignoro lo que piensa Bauzá al respecto, pero es un tema que nos afecta mucho a los ibicencos y a los formenterenses, y mucho menos a los mallorquines.

Bauzá: ya sé que el día no tiene suficientes horas para cubrir las deudas que te han dejado tus amigos progres, pero espero que en tu calendario de prioridades esté la revisión, el estudio y la mejora de las condiciones del transporte marítimo pitiuso y balear. Que yo sepa, hasta ahora el único que lo ha abordado con claridad y lucidez ha sido Juan Luis Calbarro, de Unión, Progreso y Democracia.

De todo lo que he leído y corríjanme si me equivoco, ha sido Calbarro el único que ha denunciado el funcionamiento de los puertos de Baleares con este sistema que evita la libre competencia, lo cual encarece los precios. Es más, lo acaba de explicar, el famoso Corredor Mediterráneo, una línea férrea de mercancía diseñada para sustanciar y dar vida al transporte por tierra, apenas afectará a las Baleares... si no se cambia el funcionamiento estructural del puerto de Palma. Yo le añado, y el de Ibiza y, por supuesto, el de la Savina.

Creo pertenecer a una inabarcable masa social que resume su sentimiento político con una simple frase: estamos hartos. Indignados no lo sé, hartos seguro que sí.

La última esperanza es que Bauzá haga suyas estas preocupaciones y venza las reticencias de estos empresarios (del PP en su mayoría, aunque cuando interesa son muuuuuuy amigos del PSOE) para conseguir ya de una santa vez que mandar una tonelada de mercancía de Ibiza a Barcelona no sea más caro que mandarla de Ibiza a Hong Kong.

sábado, octubre 22, 2011

Demasiado calentamiento electoral


No estamos en período de precalentamiento, como iba a titular. Más bien estamos ya en un calentamiento excesivo. Tantas elecciones seguidas pueden alterar la salud del más fornido y socavar la resistencia del mejor amueblado.
Las elecciones del 22 de mayo crearon tal conmoción, en un vuelco histórico, que han dejado seriamente alterados a nuestros protagonistas. La parasitaria casta política, que tanto daño está haciendo a este país, no sabe en qué árbol cobijarse ni a quién hay que escuchar: de todas partes les llegan patadas, sean del partido que sean.
El fracaso del nacionalismo es estrepitoso y el socialismo cañí, aún pertrechado con sus mejores armas, prefiere ni oler las encuestas que ellos mismos cocinan.
Por lo tanto la situación de Ibiza no es anormal, en el sentido de que en todo el Estado los actores políticos están buscando desesperadamente un personaje para su papel en esta obra de teatro. O viceversa.

Así, la oposición del PSOE –tan lógicamente enamorada de sus propios proyectos– encuentra una formidable oposición de la alcaldía y del Consell. Ya da lo mismo el apoyo de la prensa o de los medios: la gente tiene más o menos formada la cuadratura del círculo y me temo que son muy pocos los indecisos. Incluso los abstencionistas ya lo tienen decidido, y nadie parece despertar el entusiasmo suficiente. No saben cuánto y cómo les entiendo, aunque yo sí votaré.
El Gobierno hace oposición, y algunos como Rubalcaba (tres cargos en el mismo Gobierno del que ahora pretende despegarse) se hacen oposición incluso a sí mismos. Un poco loco, francamente.
Otros creen haber encontrado un polvorín de munición contra Pepe Sala. La decisión de Bauzá de no permitir presentar ningún candidato imputado ha sido alterada;como dicen ellos mismos «es un asunto meramente formal, sin más recorrido». Pero pretenden darle recorrido, seguramente porque los otros candidatos prevén la fuerza de un tanque en esta candidatura de Sala al Senado. En realidad, estar imputado o no, no debiera ser un argumento de peso. Será más ético no presentarse, pero una imputación como la que afecta al exalcalde Sant Antoni es muy diferente a la carga de artillería contra José Blanco, aunque no lo esté. ¿Duda alguien de que Blanco irá en las listas del PSOE? Es un ejemplo, ya los hay a cientos.

Por lo demás, la imputación había sido archivada. Bauzá actuó. Y cuando el juez vuelve a imputar, la decisión ya estaba tomada. Así lo entiendo yo.
De cualquier manera, da lo mismo. No será el último requiebro de Bauzá ni el primer sapo de su prometedora carrera de obstáculos. Y además da igual.
Los electores ya veníamos empachados por las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Y unos pocos meses después va a llover sobre mojado. ¿Lo único positivo?
Que nadie piense que llegará el PP y repetirá la solución Aznar ni su ritmo de mejoras. Esto está destrozado, el país endeudado hasta la quiebra, la oposición parece acariciar la idea de trabajarse la calle y España ya solo pide deuda para pagar la anterior deuda. Lo positivo será poder romper la pinza diabólica del socialismo con el nacionalismo. Y precisamente porque lo veo todo en el aire iré a votar o votaré por correo. Es el único grito que se nos permitirá en un país de políticos sordos.

miércoles, octubre 19, 2011

Silencio, se trabaja


No seamos cicateros ni nos recreemos en un pesimismo que solo puede conducirnos al nihilismo más estéril. Aceptemos que hemos disfrutado de un verano magnífico. Claro que hemos de ser conscientes de nuestras debilidades y de nuestros fallos: nuestra estructura económica tiene un umbral de resistencia que se sobrepasa cada año en julio y en agosto. Nuestras infraestructuras revientan, se resienten y a menudo fallan. A esto se añaden algunas pautas que no por conocidas son evitables: la delincuencia está mucho más y mucho mejor organizada que nuestra policía y que nuestros políticos. La mafia, las mafias (en plural es más preciso) van muy por delante de cualquier acción coercitiva y esto es lo normal. En nuestro ordenamiento constitucional no cabe la represión preventiva. Nadie es sospechoso, o si lo es no puede ser detenido por un simple indicio. De esto se aprovechan las mafias de delincuentes, muchas veces auténticos criminales sin entrañas que no se detienen ante nada ni ante nadie.

Los delitos de sangre que, en general, rodean al mundo de las discotecas y de la droga son muy espectaculares, pero hay otros delitos mucho más silenciosos y tanto o más dañinos: los delitos ecológicos, por llamarlos de alguna manera. Estos pirómanos o estos inconscientes que incendian el bosque para crear situaciones de distracción de las fuerzas de seguridad y de protección civil, ellos que de todas formas ya van estresados y estragados en estos meses punta. O estos árabes de cuello blanco que se acercan con sus megayates con grifería de oro y con todos los medios de galleo a su alcance. Acostumbrados a a avasallar cuanto tocan en el ámbito de sus países totalitarios entran a degüello en nuestras frágiles costas: no van a detenerse por una simple pradera de posidonia. Además, ¿quién va a delatarles?

Y en esto tienen razón: una vez más es la Guardia Civil la que ha actuado y solo en nueve, 9, nueve ridículas denuncias a yates que incumplían la ley vigente.

No vale la pena lamentarnos para seguir de manos cruzadas. Uno recomienda silencio, mientras alguien intenta trabajar.

Ya comprendo la frustración del nacionalismo-socialismo, que acaba de recibir una tan merecida como sonora patada en el trasero, pero hay que dejar margen a quien trabaja. Se recomienda no pasarle llamadas al sacerdote mientras dice misa, no pasarle el teléfono al cirujano mientras está operando en el quirófano ni ofrecerle un polvito al delantero centro cuando está precisamente rematando un balón de cabeza ante la portería contraria.

El PP no será lo mejor del mundo, pero ahora mismo es lo que tenemos. Ya hemos aparcado a los anteriores gobernantes. Cálmense. Vamos a recomendar que cada cual cumpla con su función y que Gabriel Company, el conseller responsable de estas posidonias, desarrolle su plan de defensa integral de nuestras costas. Dejemos a Bauzá que pierda medio año buscando el dinero –¡para pagar nóminas!– que dilapidaron los de Antich. Dejémosles, por nuestro bien.

Y que, en paralelo, sus equipos de trabajo –bien pagados y bien valorados– trabajen sin desmayo. De aquí al próximo mayo queda mucho por hacer. Denunciar en Bruselas, como pretende RIP, patalear y sabotear no nos conducirá a nada bueno. Trabajar en silencio el Gobierno y una oposición atenta y constructiva, probablemente sí. Dejemos de enturbiar lo que ya está muy oscuro, vayamos a la claridad. Venga.

sábado, octubre 15, 2011

El ´broll´ mana, el ´uial´ absorbe

Los ibicencos de cierta edad tienen un mapa mental con los puntos negros donde pudieras encontrarte con un uial (ullal, en catalán normativo), encuentro que podría ser fatídico, como expliqué en mi anterior artículo.
El uial puede ser la puerta final, el ojal por donde el agua te arrastre en un remolino que te absorbe y te transporta Dios sabe dónde. Yo lo he oído desde niño, y quizás sea ésta una razón por la cual los ibicencos nunca, jamás, iban a bañarse a determinadas playas o calas de Ibiza. Yo no voy a nombrar ninguna, porque están en la mente de todos, y además el uial, por propia definición, aparece y desaparece como quiere, como los famosos ojos del río Guadiana.

Remarquemos aquí la segunda acepción de la palabra, o sea, el uial como laguito o charca con aguas emergentes del subsuelo. En las zonas pantanosas está sembrado, en las albuferas no hay otra cosa: las aguas descienden de las cordilleras y emergen formando lagos. Recuérdese el lago de Bañolas (ahora Banyoles), o la Albufera de Alcudia (Mallorca), o la de Valencia, zonas húmedas de incalculable valor ecológico y agrícola. O nuestro Estany Pudent (Formentera).

En la fantástica albufera valenciana hay más de 50 ojales censados. En el delta del Ebro hay al menos 40. En es Pujols (Formentera) había uno casi dentro del agua (Pozo de los Frailes). En es Pou des Lleó hay otro. En la bahía de Portmany, varios.
Obsérvese aquí una gran diferencia entre ambas acepciones. El idioma ibicenco, una vez más, es bien explícito y exuberante: para aquellas aguas que absorben hacia adentro en forma de remolino tenemos la palabra uial; pero para las aguas que salen de la tierra o del mar hacia afuera tenemos la palabra broll. ¿No es fantástico?

Por cierto, el voluntarioso José Luciano Ruiz ha recurrido a consultar libros catalanes para explicarse fenómenos ibicencos. No suele dar resultado ni en los hechos ni en el habla. ¡Qué pena que desaparezca el ibicenco!

Los ibicencos, al menos que yo sepa, no empleamos la palabra ullals para definir los incisivos. Decimos claus, clavos. Y es que por mucho que se irriten los ubicuos sociolingüistas catalanistas, Ibiza es un mundo aparte, los ibicencos somos distintos y hablamos de otra manera.
Y ciertamente, al menos hasta comienzos del siglo XXI, aquí predominaba nuestra herencia fenicia y cartaginesa, por supuesto sin obviar la gran impronta ibérica, romana, visigoda y de otros colonos musulmanes llegados del norte de África, incluso una cierta influencia catalana, mucho menor de lo que pretenden vendernos estos nuevos colonizadores del nordeste peninsular español. La colonización catalana fue muy tenue, a pesar de la opresiva imposición de la superestructura política y de la dependencia casi medieval del arzobispado de Tarragona. Fatal para Ibiza, por cierto, como también opina el catedrático Bartolomé Escandell y como dejó dicho en estas mismas páginas y en sus libros.

Lo cierto es que todo esto ya no importa. Todo el Estado de las Autonomías está en el aire, nos han arruinado entre unos y otros. Incluso los folletos turísticos se cuidarán mucho de hablar de los uials, o de las simas en nuestras cuevas, o de las medusas terribles. Y sin embargo hablamos todos los días de las discotecas y de los auténticos venenos asesinos como las drogas, que se consumen inconsciente y alegremente, verdaderos uials para muchos desavisados que ignoran el peligro que corren. Ojo.

miércoles, octubre 12, 2011

Uials (Ullals)


No quiere llegar el invierno, pero observo que en las cartas al director ya emergen cuestiones interesantes , aunque quizás no importantes, no sé. Un lector ibicenco lleva impreso en su subconsciente un temor que ha afectado a todos los navegantes desde, al menos, diez mil años antes de que naciera el Nazareno, semita también, como los ibicencos fenicios o cartagineses.

Este temor que espolea a ese fenicio es el mismo que ha angustiado a muchos y a grandes navegantes: que se lo trague el mar. Y pregunta qué son los uials (ullals, escrito en catalán normativo).

En propiedad, del mar se temían los grandes monstruos (ay, este kraken, que sale hasta en los tebeos del capitán Trueno), pero el terror más intenso se debía a un accidente físico indeterminado: se terminaba el mundo y te despeñabas por un abismo, el mar se acababa y caías hacia la Nada. Joder, la Nada. La angustia no es otra cosa y no en vano medicamentos como el Orfidal son de los más vendidos del Planeta. Al jefe de la tribu de Obélix y Astérix solo le preocupaba que el cielo se derrumbara sobre su cabeza (aunque no ocurrirá mañana, añadía con más timidez que astucia, para disimular su ansiedad). A los antiguos Pueblos del Mar sólo les preocupaba no caer en el Averno, no despeñarse en el último escollo donde no te recogería ni Poseidón, ni Melkart.

Non Plus Ultra, decían ellos, una vez sobrepasadas las columnas de Hércules, o sea Gibraltar. Non Plus Ultra, es decir, no hay nada más allá de este punto.

Muy listos nuestros primos fenicios. Ellos no solo sabían que existía un más allá, sino que llegaron a Gran Bretaña, dieron la vuelta a África y casi con toda seguridad llegaron a América del Norte. Pero esto no lo contaban los astutos navegantes-comerciantes fenicios ni cientos de años después los ebusitanos cartagineses.

La información vale dinero y si quieres ser rico mejor guardártela, no como los periodistas que la largamos por cuatro chavos. Pero el terror de los pescadores y los payeses ibicencos cuando hablan de los uials es muy justificado. Un uial es un agujero dentro del mar y si caes en su zona de arremolinada influencia puedes darte por perdido. En tal caso, si llegara a ocurrirte, dicen que lo mejor es entregarse sin ofrecer resistencia y mucho antes emerges en otro lugar, o vaya a saber qué. Lo que yo he oído es que los uials te absorben y no pocos isleños han desaparecido así.

Alguien contesta que un uial es una emergencia de agua, un ojo en el cual mana agua y se citan los casos del delta del Ebro (que conozco, pues soy un invitado fijo discontinuo de Sant Jaume d´Enveja, en el mismo centro del delta) y de la Albufera de Valencia, que también conozco bastante bien, y he podido observar la destrucción de amplias zonas entregadas a la especulación estéril de las urbanizaciones, como en Ibiza mismo.

Pero hay más casos y más cosas y están mucho más cerca. Están en Formentera (yo los fotografíe en 1970), en el Estany Pudent, por ejemplo, y en algunos otros sitios de Ibiza. Si se trata de huir del ruido pre-electoral, me encantaría seguir contándolo en mi próximo artículo.

sábado, octubre 08, 2011

Diccionario secreto del verano 2011


Éste título es dulce y almibarado, por un simple motivo: no quiero añadir más ansiedad ni angustia complementaria al asunto, que ya vamos servidos. En realidad debiera titularse: ´Verano 2011, diccionario de la infamia´ o algo parecido.

A modo de ejemplo lúdico, porque la vida seguirá de todos modos, he escogido unos cuantos términos, a los que se podrían ir añadiendo otros muchos. Que cada cual elija los peores a su libre albedrío.

Ahogados: Ibiza y Formentera han recuperado uno de los sistemas más tontos de acabar la existencia, aunque los accidentes no son tontería, son esto, accidentes. Hacía muchos años que no se contaban tantos accidentados ni tantos con un desenlace fatídico.

´Balconing´: No es cierto que se haya puesto de moda en 2011, pues en todas las Baleares es modalidad ya conocida que escogen, con preferencia los británicos, para saltar del balcón a la piscina. A menudo la trayectoria parabólica resulta fallida y acaban estampados como una pintura al óleo (o al huevo) sobre el cemento. Hogaño ha rebrotado la fiebre por saltar del balcón.

Condohotel: Un nuevo sistema para que quien ya tiene mucho dinero siga ganando mucho más. Los hoteleros han ordeñado sus instalaciones durante 50 años y ahora que ya están obsoletas llega el Govern y les redime y les facilita una reconversión en habitaciones o pequeños apartamentos privados. La competencia desleal a los promotores inmobiliarios será atroz, aunque acabarán por formar una alianza connatural.

Estramonio, Éxtasis: Renacen con pujanza las imbecilidades propiciadas por descerebrados sin conciencia, que no otra cosa es esta práctica de hervir estramonio y repartirlo por ahí forma en chupitos, delitos penales al margen. Y a lo mismo y con lo mismo el éxtasis: auténticos delincuentes y desalmados están vendiendo veneno y estos jovenzuelos y estas granujillas se atiborran sin tener conocimiento de lo que están ingiriendo.

Garreo: Práctica vandálica que iguala a moros y a cristianos, aunque sea bajo el mar. Se trata del movimiento de vaivén que sufren las anclas de los grandes yates cuando fondean sobre las praderas de las posidonias. La reacción del delincuente suele ser echar a correr y silbar. La del consejero, negar los daños. Y los ecologistas y otra gente normal y de buen yantar están que se suben por las paredes, porque la posidonia es sagrada para nuestro mar, nuestros peces, nuestro turismo.

Incendios: Pues eso, que en el mar garrean (sobre la posidonia) y en la tierra pegan fuego a los pinos. Este 2011 ha sido el año de las gran Cruzada de Fuego contra Ibiza. Al menos tres inabarcables extensiones de pinares han ardido a sus anchas, a pesar de los denodados esfuerzos de Protección Civil, voluntarios, militares, bomberos, etc. 'De la mar el mero y de la tierra el cordero' ya tiene un equivalente en nuestro catálogo de desgracias: En el mar, destrozos de posidonias; en la tierra, de los pinares.

Oxy Shots: De locos, de ingleses locos. Vas a la barra y pegas un lingotazo de alcohol volatilizado, aspirado, lo cual según dicen, te destroza la nariz, los bronquios y los pulmones. Los prohibieron de manera fulminante. Pero el hecho es ¿a quién diablos se le ocurre? ¿El año que viene esnifaremos cola o pegamentos? Lo llaman ´borrachera exprés´ por la velocidad con que se puede llegar a... la tumba.

Porteros: Los hay buenísimos, discretos y serios en Ibiza, como los ha habido siempre. Pero en 2011 ha destacado un brote de mutantes cuasi-asesinos (y al menos uno no sólo en potencia, también en acto, en acto criminal). Responsables, las empresas contratantes.

Ushuaïa: No sé de qué va, pero leo que hace mucho ruido durante el día. Esto es como los campos de golf, los puertos deportivos y las discotecas. Dicen que ellos son los salvadores de Ibiza, que sin ellos nunca llegaremos a nada.
¿Y ustedes que opinan?

miércoles, octubre 05, 2011

Delicias turcas hoteleras


Turquía está viviendo con una ilusión adolescente la explosión y el crecimiento de plazas turísticas: para el año 2012 han anunciado la apertura de otras 10.000 en una curva ascendente que no cesa de crecer. Su optimismo nos recuerda inevitablemente el crecimiento salvaje de estas islas en los primeros años de los 70, cuando el propio ministro de Información y Turismo venía a Ibiza y declaraba que lo importante era la cantidad de plazas.

Turquía parece estar buscando la cantidad desesperadamente y no es descartable que tropiece con los mismas errores garrafales que los baleáricos. ´Balearización´ le llamó a nuestra locura el diario Le Monde en 1974.

Daba igual, la vida era maravillosa y sólo cabía la posibilidad de crecer hacia arriba, porque partíamos casi desde cero. El turismo fue tan repentino como voraz.

Hoy, 40 años después de aquella volcánica efusión de lava turística, nos encontramos con una resaca descomunal. Las plazas turísticas, superexplotadas, ya no ofrecen ningún encanto y los hoteles desvencijados –con una capa de pintura para disimular los fallos estructurales– son ofrecidos a los jovenzuelos británicos para que se explayen haciendo balconing o saltando de balcón en balcón. Ni siquiera el metro de reja nos sirve para protegerles de su propia euforia.

Pero en Turquía se encuentran encantados con el turismo que les va llegando, en su mayor parte de la CEI, Confederación de Estados Independientes, o lo que quedó de aquella súbita descomposición de la URSS. Turquía es uno de los destinos preferidos de estos ex-rusos, y también de los rusos propiamente dichos. Además se sienten muy felices de recoger a los alemanes que va perdiendo Ibiza. El alemán siente una gran atracción por Turquía, que en toda su costa sur ofrece unos paisajes inmaculados, limpios. Ya solo falta que los precios sean más bajos... y resulta que lo son. Ya veremos hasta cuándo.

En Baleares, plenamente amazacotados por un equipamiento turístico imbatible, nos encontramos de vuelta. Muchas miles de plazas hoteleras debieran ser retiradas del mercado, pero lejos de estos, las maquinaciones de los empresarios han encontrado en Carlos Delgado a su mejor valedor. Y estas miles de plazas pasarán al mercado a engrosar el catálogo de inmuebles ofertados y haciéndose la competencia de una manera atroz.

¿Convertir las habitaciones en apartamentos es la mejor forma de recuperar a los empresarios? Se supone que será un atractivo para los empresarios hoteleros, pero será una maldición y una condena para los miles de propietarios que pretenden vender sus inmuebles. A veces es peor el remedio que la enfermad.

Como sea, Carlos Delgado tiene un gran reto ante sí. Y los hoteleros jamás habían tenido el viento tan a su favor. Ya tienen a todo un señor gobierno a sus pies. Sobre el resultado final tengo muchas dudas.

sábado, octubre 01, 2011

Turismo, la ofensiva de Delgado


Quien más quien menos está fijando su atención en el consejero Carlos Delgado, que probablemente sea en estos momentos (no se fíen de quien emplee la boba expresión ´a día de hoy´) el más activo, el más clarividente y el más resolutivo, según saben unos y otros.

Pero no pocos le temen, o al menos desconfían ante la posibilidad de quedar en evidencia. Los nacionalistas, por sus declaraciones sobre el mallorquín y el catalán; los socialistas, porque saben que con su eficacia y austeridad les dejará poco menos que con el culo al aire; y los ecologistas están temblando ante la ya concebida, pero no alumbrada Ley General Turística, que en teoría ha de ser un manual de instrucciones para aplicar toda una batería de actuaciones muy concretas en el proceloso cosmos del turismo y del urbanismo.

Poco se sabe de esta ley, salvo lo que ha ido adelantando el propio Delgado. Habrá un antes y un después, dice. Ha de servir para varias legislaturas, por lo que se expondrá ampliamente al debate y al consenso: los políticos –dice él– no han estado a la altura de los empresarios, a quienes se les tienen que facilitar los medios técnicos y jurídicos para que puedan volver a invertir en Baleares. Los empresarios han huido del archipiélago y quiere recuperarlos, para lo cual hace falta arbitrar ciertas herramientas que ayuden a recuperar la confianza.

Y en general es un canto a la iniciativa privada. A mí no me suena mal, después del despilfarro y de la ineficacia del nacionalismo-socialismo que nos ha conducido a un estruendoso fracaso.

Pero no todo serán parabienes. Hay algunas medidas muy concretas que levantarán ampollas en algunas partes de las islas. En fin, que quien pueda se acoja a las ventajas y quien no quiera se aleje de las desventajas.

Estoy hablando del polémico condohotel, por ejemplo, este sistema de multipropiedad inventado en Miami y que da buen resultado en algunos sitios, incluso en España.

Cualquier habitante europeo (o mundial, se supone) puede comprar un apartamento o una habitación y usarla a discreción o ponerla en el mercado de alquiler. En fin, los hoteleros han logrado con Delgado el amor perfecto, el contacto adecuado.

Los campos de golf empezarán a crecer en las tres islas principales, aunque en realidad donde ya los hay en abundancia no han servido para paliar la crisis ni para atraer más turismo.

«No habrá barra libre», añade, pero todo aparenta lo contrario.

La conversión de los hoteles en grupos residenciales añadirá a un mercado saturado varios cientos o quizás miles de estudios, habitaciones y apartamentos. Uno cree que los empresarios se lo pensarán mucho antes de iniciar grandes inversiones, por mucho capital (ventas anticipadas de apartamentos) que acumulen.

En cualquier caso, Delgado no parece dispuesto a soltar el dinero de la promoción. Es más, ha reducido el gasto promocional drásticamente. Esto sí, no deja de repetir que escuchará mucho. Escuchar es gratis, en principio.