miércoles, octubre 12, 2011

Uials (Ullals)


No quiere llegar el invierno, pero observo que en las cartas al director ya emergen cuestiones interesantes , aunque quizás no importantes, no sé. Un lector ibicenco lleva impreso en su subconsciente un temor que ha afectado a todos los navegantes desde, al menos, diez mil años antes de que naciera el Nazareno, semita también, como los ibicencos fenicios o cartagineses.

Este temor que espolea a ese fenicio es el mismo que ha angustiado a muchos y a grandes navegantes: que se lo trague el mar. Y pregunta qué son los uials (ullals, escrito en catalán normativo).

En propiedad, del mar se temían los grandes monstruos (ay, este kraken, que sale hasta en los tebeos del capitán Trueno), pero el terror más intenso se debía a un accidente físico indeterminado: se terminaba el mundo y te despeñabas por un abismo, el mar se acababa y caías hacia la Nada. Joder, la Nada. La angustia no es otra cosa y no en vano medicamentos como el Orfidal son de los más vendidos del Planeta. Al jefe de la tribu de Obélix y Astérix solo le preocupaba que el cielo se derrumbara sobre su cabeza (aunque no ocurrirá mañana, añadía con más timidez que astucia, para disimular su ansiedad). A los antiguos Pueblos del Mar sólo les preocupaba no caer en el Averno, no despeñarse en el último escollo donde no te recogería ni Poseidón, ni Melkart.

Non Plus Ultra, decían ellos, una vez sobrepasadas las columnas de Hércules, o sea Gibraltar. Non Plus Ultra, es decir, no hay nada más allá de este punto.

Muy listos nuestros primos fenicios. Ellos no solo sabían que existía un más allá, sino que llegaron a Gran Bretaña, dieron la vuelta a África y casi con toda seguridad llegaron a América del Norte. Pero esto no lo contaban los astutos navegantes-comerciantes fenicios ni cientos de años después los ebusitanos cartagineses.

La información vale dinero y si quieres ser rico mejor guardártela, no como los periodistas que la largamos por cuatro chavos. Pero el terror de los pescadores y los payeses ibicencos cuando hablan de los uials es muy justificado. Un uial es un agujero dentro del mar y si caes en su zona de arremolinada influencia puedes darte por perdido. En tal caso, si llegara a ocurrirte, dicen que lo mejor es entregarse sin ofrecer resistencia y mucho antes emerges en otro lugar, o vaya a saber qué. Lo que yo he oído es que los uials te absorben y no pocos isleños han desaparecido así.

Alguien contesta que un uial es una emergencia de agua, un ojo en el cual mana agua y se citan los casos del delta del Ebro (que conozco, pues soy un invitado fijo discontinuo de Sant Jaume d´Enveja, en el mismo centro del delta) y de la Albufera de Valencia, que también conozco bastante bien, y he podido observar la destrucción de amplias zonas entregadas a la especulación estéril de las urbanizaciones, como en Ibiza mismo.

Pero hay más casos y más cosas y están mucho más cerca. Están en Formentera (yo los fotografíe en 1970), en el Estany Pudent, por ejemplo, y en algunos otros sitios de Ibiza. Si se trata de huir del ruido pre-electoral, me encantaría seguir contándolo en mi próximo artículo.