España recibió 45,8 millones de turistas en los nueve primeros meses del año, lo que representa una mejora del ocho por ciento con respecto al mismo periodo de 2010 y nuestras Pitiusas están entre los más gratificados, aunque paradójicamente asistamos a esta economía de Jobless Growth, es decir, que por mucho que crezca no aumenta el beneficio hotelero ni consigue crear más empleo.
No solo esto, sino que residir en estas islas comenzará a ser mucho más caro. Ahora nos quejamos, pero lo que nos espera a partir de 2012 es realmente serio. Sin miedo, vamos a reflexionarlo juntos.
Probablemente la apertura de grande superficies como Mercadona ayudarán a paliar la presión de la cesta de la compra, si la empresa de Juan Roig sigue con su política de calidad-precio conocida en gran parte de España. Sólo puedo decir que durante todo este verano he comprado en el Mercadona de Can Picafort (Mallorca) y que he constatado que la línea de precios coincide y a veces incluso es menor que en los establecimientos de la misma cadena en Valencia, en Cuenca y en Tarragona.
Pero la presión inflacionaria no solo nos llega por vía de precios en la cesta de la compra, aunque lógicamente esta sea significativa. Ya nos podemos poner manoplas para pagar los recibos de la energía que consumamos, sea cual sea la forma.
Y nos afectará en los transportes, máxime porque la política de Antich ha sido ineficaz (incluso, de haber existido tal política, se podría pensar que colaboradora necesaria) a la hora de neutralizar la brutalidad de las tarifas de las navieras. Y aquí escribo punto seguido: ignoro lo que piensa Bauzá al respecto, pero es un tema que nos afecta mucho a los ibicencos y a los formenterenses, y mucho menos a los mallorquines.
Bauzá: ya sé que el día no tiene suficientes horas para cubrir las deudas que te han dejado tus amigos progres, pero espero que en tu calendario de prioridades esté la revisión, el estudio y la mejora de las condiciones del transporte marítimo pitiuso y balear. Que yo sepa, hasta ahora el único que lo ha abordado con claridad y lucidez ha sido Juan Luis Calbarro, de Unión, Progreso y Democracia.
De todo lo que he leído y corríjanme si me equivoco, ha sido Calbarro el único que ha denunciado el funcionamiento de los puertos de Baleares con este sistema que evita la libre competencia, lo cual encarece los precios. Es más, lo acaba de explicar, el famoso Corredor Mediterráneo, una línea férrea de mercancía diseñada para sustanciar y dar vida al transporte por tierra, apenas afectará a las Baleares... si no se cambia el funcionamiento estructural del puerto de Palma. Yo le añado, y el de Ibiza y, por supuesto, el de la Savina.
Creo pertenecer a una inabarcable masa social que resume su sentimiento político con una simple frase: estamos hartos. Indignados no lo sé, hartos seguro que sí.
La última esperanza es que Bauzá haga suyas estas preocupaciones y venza las reticencias de estos empresarios (del PP en su mayoría, aunque cuando interesa son muuuuuuy amigos del PSOE) para conseguir ya de una santa vez que mandar una tonelada de mercancía de Ibiza a Barcelona no sea más caro que mandarla de Ibiza a Hong Kong.