domingo, abril 15, 2007

Un centro mundial de la música


Deambulaba por Ibiza en 1980 un personaje muy peculiar, con melena rizada, una túnica blanca inmaculada y que decía ser mentalista o parapsicólogo. Y encima, brasileño.

Claro, salía todos los días en Diario de Ibiza. Era muy hábil y sabía cómo sacar petróleo de cualquier situación. Las pocas veces que yo hablé con él ya detectó que a mí me gustaba mucho el arte, la música, las músicas del mundo… y me dijo algo que yo, evidentemente, quería oír: “Ibiza llegará a ser un centro mundial de la música”.

Han pasado 27 años, y ahora me reencuentro con esta profética aseveración en un librito mío ya inencontrable, editado en 1982: ‘Tanit y las niñas de purpurina’, en el cual dedico un capítulo a la música de Ibiza.

Entonces los músicos que llegaban dejaban huella, uno a uno. Vivían en Ibiza. Pero ya desde 1990, han venido tantos y por motivos tan superficiales (salir en las fotos de los paparazzi en las discotecas) que no vale la pena ni siquiera hacer la relación.

Pero durante los años 70 las músicas del mundo confluyeron en Ibiza y Formentera, donde King Crimson compuso casi un Longplay entero, con una canción central titulada Formentera Lady. Los Pink Floyd compusieron la banda sonora de More, la película de Barbet Schroeder. Yo oí por allí que Bob Dylan había vivido en el molino de La Mola. No hay ni una sola prueba, pero yo lo dí por bueno. Y a partir de ahí, muchos han copiado algunas de mis metáforas, exageraciones o errores. Bueno.

Desde los estudios de Ibiza Sound Ibiza se ha creado mucha música. Música enlatada. Aquí no hay músicos o compositores de clásica, no hay orquestas (bueno, ahora hay una), no hay teatros que ofrezcan ópera o zarzuela, ni conciertos. Por ahí se podría mejorar.

Y sin embargo, la música está presente en todas partes, a veces demasiado: DJ,s, Ibiza Remix, son habituales, pero en general no son de Ibiza. Y de ahí la pregunta: ¿Ha acertado Ivan Trilha?



Publicado en Diario de Ibiza (Suplementos-Dominical)

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