La caótica y vertiginosa realidad de Ibiza, sobre todo en verano, hace muy difícil la comprensión y la síntesis. Ibiza es difícilmente comprensible a primera vista y quizás por ello son muchos los que se sienten tentados y retados a escribir su librito teorizando sobre el fenómeno Ibiza. Poco importa que al final haya poco sedimento sobre el que teorizar.
Los números pueden ayudarnos a descarnar tanto michelín veraniego. Desde agosto empiezo a fijarme en los resultados estadísticos que suele publicar el Diario y no siempre consigo descifrar las causas profundas.
Pero al menos que sirva de acicate y de invitación para los lectores más inquietos. Aquí van algunas cifras que me han dejado un poco intrigado, cuando no desasosegado:
La tasa alemana. Hace meses que les hablé de la tasa de 8 euros que a partir del 1 de enero del 2011 tendrá que pagar todo aquel que salga del país usando sus aeropuertos.
Afectará mucho al turismo de Ibiza y al de Mallorca, pero ¿quiénes somos nosotros, que impusimos la Tasa Ecológica hace unos años, para criticar a los tedescos? Recuerden que les hablé en el mismo artículo de la tasa para veranear en Roma. Veremos. Y pagaremos.
TUI, Thomas Cook, REWE, Alltours están de acuerdo en que será mucho más gravosa que la ecotasa balear del año 2002. Esto nos pasa por dar ideas. Anoten: esta cadena de tasas no acabará aquí.
Pocas cifras se pueden dar cuando se habla de la ocupación del aparcamiento subterráneo de Santa Eulalia: casi cero. Fácil predicción: ya se llenará.
Unas cifras muy alarmantes y muy tristes son las de Manu San Félix al referirse a la superficie de posidonia destruida en el puerto de Ibiza y alrededores: unas 45 hectáreas de pradera han desaparecido desde que se construyó el espigón de Botafoc. No se conoce ninguna agresión tan grande sufrida por el fondo marino del litoral y mira que se conocen destrozos sobre las algas, en general por el abuso de fondeos de barcos en las playas y en las costas.
No acaba aquí la alarma. Bajo el Mirador del Ayuntamiento hay otras 21 hectáreas en serio peligro de desaparición, ante las próximas obras del puerto. En total 66 hectáreas. Compárese con el total de superficie quemada en Benirrás (475 Ha).
Estas obras de ampliación de Botafoc debieran responder a una necesidad de trabajar con comodidad y holgura en la actual situación insular, unos 120.000 habitantes. Pero no se construyen para esto, sino para plantarse en unos 500.000 habitantes.
No me extraña que los ibicencos que no se han podido exiliar de su propia isla se muestren muy furiosos por las sucesivas andanadas de crecimiento y de ampliación de algunas infraestructuras. Seguiremos con las matemáticas.