Nos quejamos, denunciamos nuestra incomodidad y sin embargo, en general, los datos son positivos. Al menos a primera vista, los turistas extranjeros han aumentado o se han mantenido cuando han fallado o flaqueado los nacionales. Seguimos sin poder enganchar de pleno al turismo ruso que, a pesar de todo, también sigue creciendo.
En Baleares hemos conseguido once meses consecutivos de subidas y en agosto tenemos el mayor gasto turístico por persona entre los extranjeros. El gasto turístico en las islas en ese mes fue de 2.030 millones de euros, con un gasto medio por turista que alcanza 957 euros (analizado hasta los primeros ocho meses del año).
Incluso en nuestro propio Diario de Ibiza de 11 de septiembre se mostraba una indisimulada alegría al anunciar que «el aeropuerto bate en agosto el récord histórico de pasajeros con 1.142.547», esto quiere decir más o menos que por el aeropuerto pasaron en agosto casi 600.000 personas (ojo, los resultados se dividen por dos, la ida y la vuelta; mucha gente suma ida y vuelta y piensa que este es el número real de turistas que han venido. He visto este error con frecuencia en gente importante que no debiera equivocarse). Más de medio millón sobre la isla en 30 días, sumados a los que ya estamos aquí, nos da una bonita suma que debieran conocer en profundidad quienes establecen los cupos de ayuda o las partidas cuando se redactan los presupuestos para Ibiza. Lástima que este récord conseguido por el aeropuerto desde que se abrió en 1958 (ampliado en 1963, creo recordar), venía precedido por un año sin tono o con un tono a la baja. Así pues, los máximos históricos conseguidos en julio y agosto no compensaron las pérdidas de todo el año, un 0,3%.
Pues bien, llegó septiembre y el turismo siguió eligiendo Ibiza, con lo cual nuestro aeropuerto marcó otro hito histórico. Fue utilizado en septiembre por 861.549 pasajeros, lo que representa otro récord histórico en un mes y un incremento del 1,1% con respecto al año 2011. Bien, son datos positivos y esto debe alegrarnos, Ibiza sigue atrayendo y consigue un alto grado de fidelización de sus turistas, sean del poder adquisitivo que sean. Algo habremos hecho bien. Tres meses consecutivos de récords históricos. Pues no, señor. No.
Quiero decir que el fenómeno no se circunscribe a Ibiza ni tiene en la isla su epicentro. Ibiza es Europa a estos efectos y hemos recibido los benéficos efectos colaterales de una economía europea que nada tiene que ver con la española ni con la italiana. Es decir, no todo el mérito es de Ibiza, sino de Europa. Lo compartimos con Mallorca, Cataluña, etc. Una cosa hemos mejorado: hemos conseguido esquivar las nefastas incursiones en ingeniería económica y social de los nacional-socialistas o nacionalistas a secas. Mientras en Cataluña los hoteleros están al borde de la rebelión por la tasa turística que comienza el 1 de noviembre (sobre la cual se aplicará el aumento de IVA, lo que no es muy ortodoxo), en Baleares los hoteleros vislumbran un futuro lleno de facilidades. Quizás demasiadas.