Caulerpa racemosa un peligro en aumento imparable.
Las algas (posidonia) no solo son un bien en sí mismas por cobijar los alevines de los peces, oxigenar y clarificar la aguas, también las podemos usar como un termómetro o un indicador para deducir la salud de nuestras costas.
Hace al menos diez años que no he hablado con ningún buzo ni pescador, pero las últimas noticias que tengo sobre la salud de las aguas costeras pitiusas no son halagüeñas. Los destrozos de los campos de posidonia superan cualquier expectativa, tanto por factores mecánicos (anclajes de barcos de recreo, según hemos comprobado estos días en Formentera) como por factores químicos como la eutrofización de las aguas (contaminación por exceso de nutrientes).
Dedico unas horas a buscar algo sobre el tema y la hemeroteca no me deja mentir. Ya sabemos que las aguas costeras emiten CO2 a la atmósfera, mientras que las oceánicas la reciben y la fijan. En nuestras costas ocurren otras cosas muy negativas, tanto en los fondos arenosos cuanto en los rocosos: Caulerpa racemosa, Caulerpa taxifolia, eutrofización, etc. Demasiados vertidos orgánicos y demasiados detergentes, y el mar, aunque es una depuradora muy eficaz, no consigue regenerarse.
Por ello «prolifera un alga filamentosa que ahoga la posidonia en el Parque Natural de Ses Salines» (17 agosto 2010). La acinetospora se encuentra confortable cuando hay calor y los barcos limpian sus letrinas en los fondeaderos, aunque esté prohibido. Como si fuera una telaraña o un mucus, va envolviendo las hojas de posidonia y las deja sin posibilidades de recibir la luz y el oxígenos necesarios. ¿Para cuándo un control de yates? Existen instalaciones para el vaciado en los puertos deportivos Marina Ibiza y Marina de Formentera y encima es gratis. Se les da un tíquet de control con la fecha, y nada más sencillo de controlar, pero hay que tener voluntad de hacerlo. De momento, ses Illetes, s´Espalmador y otros puntos se están quedando sin grandes zonas de posidonia y esto se pagará en claridad de las aguas y en otras cosas.
Miles de toneladas de mierda se evacuan durante cinco meses en nuestras costas. Nos estamos disparando en nuestro propio pie. Y todavía quedan buitres que quieren seguir rellanando los pocos huecos que queden con más puertos y clubes náuticos. Ya les vale.
Más: en 2009 (Diario de Ibiza del 22 abril) los científicos advierten de que la posidonia sufre una regresión continuada desde hace diez años. Hacia atrás sin cesar. Datos más recientes, creo que muy optimistas: un 45 por ciento de las praderas de posidonia de Baleares crece y el 15 por ciento está en regresión. ¿Cuáles en regresión? Todas son zonas de Ibiza y Formentera. ¿Alguien se extraña?
En los fondos rocosos de es Vedrà hay otro peligro: parece que la temida y temible Caulerpa taxifolia, que fue la primera en arraigar, ha estabilizado su crecimiento. Ahora el peligro viene de la Caulerpa racemosa, mucho más agresiva y con un ritmo de crecimiento que no parece tener límites. Se detectó su presencia en el Mediterráneo en el año 1991 y desde entonces no ha parado de extenderse. El problema es que se lleva por delante la Posidonia y la rica zona vegetal y animal de las aguas de nuestros islotes.
Así que la situación de nuestras aguas costeras está en un perfecto estado de mala salud. Demasiados políticos y funcionarios, pero resultados pocos o ninguno.