sábado, octubre 18, 2014

Benditos sean los malditos turistas

Después de un verano demencial, unos de los más pesados de nuestra historia, seguro que quedan pocas ganas de recordarlos. Ni en pintura. Pero ellos son quienes posibilitan llenar nuestra despensa para el invierno, así que benditos sean los estruendosos visitantes.
Hoy me he tomado cierto tiempo ojeando prensa de procedencias muy dispares. Menos mal que el turismo tailandés acogerá a nuestros ibicencos con los brazos abiertos y las armas al hombro. Aseguran que la tranquilidad es total, 24 horas al día y en todo el país. Sigue vigente la ley marcial tras el golpe de Estado de marzo de este año. Tras el asesinado de dos jóvenes británicos en la paradisíaca isla de Tao, el ambiente se enrareció con casos denunciados de violaciones de turistas, robos y asaltos. Hace unas semana han detenido a dos birmanos, acusados del doble asesinato. El hecho es que el turismo significa el 7% del PIB de Tailandia y harán cualquier cosa por reconducir la situación. Alegrará mucho a los cientos de ibicencos que cada invierno se largan a sus maravillosas playas para pasar uno o dos meses.
Marruecos es otro país vecino que acoge a cientos de pitiusos, a cientos de miles de españoles cada año. Como país cercano maravilloso, emblemático, tiene a sus fijos discontinuos, que suelen elegir ciudades de la costa atlántica o del interior, donde la vida lleva otra cadencia y los precios son mucho más asequibles. Pero también tienen problemas. La reciente decapitación de un turista francés en la vecina Argelia ha atemorizado a los galos, que precisamente suponen el turismo mayoritario en el Magreb, de modo que han sido afectados Marruecos, Argelia y Túnez. Libia ya sabemos que está bajo el volcán ardiente, incluso esperando una posible intervención bélica de Occidente. Y Egipto solo se recupera por zonas.
Túnez perdió en 3 días un tercio del turismo francés esperado. En Marruecos han sufrido anulaciones por un 50%, cifra escandalosa si sabemos que el turismo galo significa el 35% del total. El yihadismo está causando daño profundo a estos países y todo parece calculado para manejar los tiempos y para extorsionar a todo los niveles. Es decir, aquello que más teme el turista. Solo en 2014, Túnez lleva 1.600 detenciones de yihadistas, pero no parecen suficientes. Tenemos suerte en Ibiza, de momento.
A salvo del yihadismo, sin el terrorismo de ETA que intente poner explosivos en los ferries, como ocurrió en su día con el Almudaina, ni algaradas callejeras que causen 30 muertos, como en Tailandia. Nuestro máximo peligro es que nos salga el ideólogo local del PSOE y compile unas decenas de fotos de borrachos, las edite en video y las saque como precampaña de choque. Pero incluso esta maniobra de estrategia pedestre ha sido neutralizada por la costumbre: ya conocemos a los socialistas de Ibiza y los turistas extranjeros ya conocen a los suyos propios. Quiá. Benditos sean nuestros turistas.
En Twitter: @MarianoPlanells