miércoles, octubre 01, 2014

Los peligros de la dulce Tailandia

La isla de Koh Tao, centro del Buceo en Tailandia, foto MundoNómada
La escandalosa e inasumible escalada de precios de la cesta de la compra ha impuesto en los últimos años la costumbre de las cigüeñas: la emigración estacional. Al finalizar cada otoño cientos, quizás miles de ibicencos salen de las Pitiusas para invernar (que no hibernar) en lejanos destinos. Quien tiene familia o casa en Valencia, Madrid, Sevilla, Granada, Extremadura o Barcelona se cobija en suelo nacional, pero no son pocos los que recalan en la India, Marruecos, Tailandia, Vietnam, Nepal, Corea o algún país americano. Y no solo los torrescosta o ribasvingut: muchos hippies fosilizados en nuestra isla han recuperado la necesidad del viaje que habían abandonado en los años 70. On the road again. Han recuperado la mochila y ahora, equipados con su tableta y su teléfono, reconquistan las altas montañas de la India.
Ya ni siquiera van a la tradicional Goa, que también ha subido los precios. Conozco varios casos, algunos de los cuales se están instalando en la India profunda, donde no les va a encontrar ni el diablo. Pero en estos momentos, numerosos ibicencos están cambiando de planes. Saben que Tailandia es un destino muy peligroso, al menos desde el 22 de mayo, en que el general Prayuth Chan-Ocha dio un golpe de Estado, tras un año de violencia callejera que ya había perjudicado enormemente el flujo habitual de turistas. Hace un mes, una pareja de jóvenes británicos fue asesinada brutalmente en una isla paradisíaca, Koh Tao. Fue la gota que colmó el vaso. Todas las alarmas saltaron en Australia (principal país emisor de turismo en Tailandia) y en Europa.
Los turistas creen que pueden hacer lo que quieran, vestidos de cualquier manera o en bikini», comentó el gorila antes mencionado en un programa televisado. Desde entonces la demanda de plazas turísticas se desplomó. Varios países, entre ellos España, recomendaron no visitar el 'País de las Sonrisas' bajo ningún pretexto. Incluso los más avezados decidieron darse un respiro y salir de inmediato. Pero no solo los hippies mineralizados, también los visitantes del paquete turístico –en gran parte de Ibiza y de Baleares– han anulado las reservas. Tailandia quedará en el programa de visitas pendientes, mientras los tailandeses observan con desesperación como el mundo se hunde bajo sus pies y no es un tsunami, sino la ineptitud de las actuales autoridades y la inseguridad, celebrada incluso por los mismos que gobiernan. O esto parece. No pocos ibicencos hacían su temporada con las inevitables compras de bisutería, quincalla, y otros productos artesanales que embarcaban por toneladas hacia las Pitiusas, donde se venden en verano como genuina creación de los hippies en Ibiza. Ahora, en busca de alternativas, viendo como incluso el país de las sonrisas lleva años cabreado. Siempre nos quedará Vietnam.