miércoles, octubre 08, 2014

Descuartizamiento y relleno

Primero hemos descuartizado la isla, ahora ya solo se trata de rellenar los pocos huecos que vayan quedando y si la costa ya no admite más mazacotes, vamos a atiborrar los faros de los islotes. Con lo cual se cargarán los faros y, consecuentemente, los islotes. Por supuesto, dirán que las instalaciones hoteleras sirven para todo lo contrario.
Toda la cadena trófica, la secuencia de vida natural y la belleza sana de la isla ya se ha ido al carajo, aunque, por sorprendente que parezca, todo puede empeorar. Desde el espacio físico, ahora un horror en el cual todo el mundo molesta a todo el mundo y donde no cabe nadie con cierta flexibilidad. Pero también empeorará nuestra salud mental, con jornadas agotadoras, contratos basura y una mayor presión y vigilancia por parte de los controles tan sibilinos del Estado y sus corruptos socios.
Por supuesto, empeorará nuestra salud, nuestra salud a secas. Estos achaques de alergia inexplicables muchas veces pueden deberse a una combinación infernal entre el polen y el diésel y otros agentes químicos contaminantes: vehículos, barcas de recreo, ferries e industriales, emisiones de gases de industrias, la planta central eléctrica y etc. En este aspecto no se va a salvar nadie. No he mencionado los ruidos, una de las contaminaciones más agresivas que terminan por minar la salud física y mental. Ibiza es uno de los sitios europeos que se las da de civilizado pero que genera la mayor polución acústica imaginable. Con la generosa ayuda de los políticos que han sido votados por sus víctimas desgraciadas. San José es un paradigma.
Por fin, después de varios años de desoír las quejas del vecindario de San Jorge y Platja d´en Bossa, parecen decididos a dar la cara y marcarán como zonas de locura ruidosa las mencionadas. «Zona de máximo ruido». Toma del frasco, Carrasco. Pero no entiendo a qué ruido se refieren si el ayuntamiento lleva años diciendo que no existe tal cosa. ¿Lo ven? Son así.
Mientras, siguen los récords de la vergüenza, los récords apocalípticos.Hemos vaciado cinco montañas, hemos desdentado la isla y todavía queremos más. No es el ébola, no es el sida: es la codicia, la estupidez y la ceguera en maridaje suicida. Cinco grandes montañas fundidas. Ahora van a por el relleno final de los faros. Al islote de Tagomago, un prodigio natural virgen, ya se lo han pasado por la piedra, nunca mejor dicho. ¿Van a quedar así las cosas? El mismo día que nos cuentan estos traumáticos recuentos al menos nos enteramos de que los propietarios forestales de Ibiza confían en instalar pronto los depósitos anti-incendios. Lo cual significa que todavía no están construidos. Harán como el Gobierno balear, que destina una partida para limpieza de torrentes, cuando las lluvias torrenciales ya han arrasado media Ibiza. A buenas horas. Miren, ustedes sobran. 

@MarianoPlanells