sábado, agosto 08, 2009

Asombroso verano


Un verano muy asombroso, aunque se repite el tipo de visitante: asombrados de ver engendros, pero cuando no los encuentran se los inventan, como esta chica que se ha gastado 600 euros en dos días de fiesta. Bueno, en general quien se gasta esta cantidad no suele decirlo, y quien lo dice no suele gastarlo.
Otros son más freaks y esta es una hermosa cualidad que hemos acuñado en Ibiza. No sé si vienen a la isla con alto poder adquisitivo o si vienen posthippies que han abandonado la ejecutiva del PSOE de algún pueblo de Zamora o los estudios de permacultura, pero es evidente que vienen los más extraños. Al final, tanta gente que viene a ver rarezas nos convierte en un sitio único e insoportable.
Pasan los años y las Pitiusas no suben de prestigio, pero expanden la fama de locos, excéntricos y recompuestos en todo el Planeta. ¿Y de eso se vive?
Quiero decir que si estás trabajando en Ibiza en una cocina, de camarero, de policía, celador, sanitario o algo así, lo más probable es que para el mes de septiembre necesites ayuda psiquiátrica y quizás de la otra.
«Vi a tres chicas desnudas paseando por el puerto», dice uno. Pues claro, no hacemos otra cosa en todo el día. El otro, a un perro que iba de paquete en una moto y con el casco como el piloto. Eso, ¿no lo manda la DGT? Ponga un casco homologado a su acompañante, sea perra o sea un genovés.
Algo ha cambiado: no es cierto que en San Antonio vayan a prohibir las puestas de sol, porque carecen del preceptivo informe de impacto ambiental, pero sí que es cierta una cosa: están crujiendo a multas a todos los locales que se pasen un milímetro. Y no cederán, porque se avecinan malas noticias para las arcas municipales. No me gustaría pagar los impuestos en la villa de Portmany. Incluso algunos se preguntan por qué se concedieron tantas licencias de venta a los artesanos.
Esto nos ocurrirá a todos y en varios sectores: hay demasiados proyectos, demasiada gente haciendo lo mismo. La crisis aclarará por si sola el sistema, aunque dudo que aprendamos ahora la lección que tampoco aprendimos en 1992-96.
Desde luego no tendrá ningún efecto la inversión de cien mil euros en The Daily Telegraph. Le irá bien a la prensa inglesa, pero nada, esto es fer cadufos, tirar bengalas a la desesperada, más cuando sabemos ya lo que anticipamos a finales del 2008: la libra esterlina tiene un cambio muy desfavorable con el euro. Y esto nos daña mucho. Lo sabíamos hace ya ocho meses.
La patronal de hostelería –también se sabía– tiembla sólo de pensar que apenas quedan dos meses de temporada y a un ritmo muy suave. Pero tiembla sobre todo al pensar que en el 2010 habrá más ´todo incluido´.
Un verano en el que nada nos viene de nuevas, pero incluso así duele.

Diario de Ibiza