Cuando leo el análisis de Fajarnés Ribas, número dos del PP al Congreso por Baleares, confirmo mis sospechas: el PP no tiene arreglo mientras no se desprenda de los protagonistas que lo han hundido en las oscuras profundidades del averno.
Dice que no ha calado el mensaje de Rajoy en Ibiza, porque en la isla no se acepta la crispación. Que diga esto alguien que ya ha pasado por media docena de elecciones asombra. Rajoy es una monjita comparado con ZP o con Alfonso Guerra o con Felipe González.
Todo ello me hace pensar que Fajarnés sigue cultivando la rara habilidad de salir presto y siempre que puede en ayuda del vencedor.
Pero ojo, Rajoy no está vencido. A saber lo que ocurrirá en junio, porque este país se ha convertido en un disparate lleno de mecanismos imprevisibles. Y efectivamente, vamos a una destrucción colectiva y no porque lo diga yo. Apuntadlo bien, porque dentro de tres meses tendremos la confirmación.
«Habrá que analizarlo profundamente», concluye el diputado del PP. Coincide con Miquel Jerez en la necesidad de profundizar, lo cual viniendo de un partido político que ha profundizado una zanja desde Sant Antoni hasta es Codolar lo convierte en una expresión temible.
No, no profundicen ustedes más, que se van a herniar. No piensen tanto.
Pero no dicen ni una palabra de la causa real, o de las causas naturales que han hundido al Partido Popular de Ibiza para varias legislaturas.
A mí me da vergüenza seguir diciéndolo, y me imagino que a ellos les da vergüenza reconocerlo en privado.
Repito: ustedes no han perdido dos elecciones seguidas en las Pitiusas por el hecho de que Rajoy crispara (Rajoy, una `yemita de santa teresita´), ni porque les haga falta un comunicador ni «personas con ideas para ganar las elecciones».
¿Ahora? El PP y sus dinosaurios siempre han despreciado a la prensa. Y eso se hereda. Ahora, amigos míos, cobrad la cosecha que con tanto esmero habéis sembrado.
La comunicación y el marketing son muy útiles siempre que haya una materia prima que moldear. Pero en su caso, habiendo arrasado la isla en una especie de estructura de poder caciquil anacrónica y letal, no ha calado en el electorado ibicenco su imagen de creadores de riqueza ni herederos del paraíso.
En el pecado llevan la penitencia y del PP depende que se solucione: deshacerse de los santos patrones que usan el partido como correa de transmisión de unas empresas. Y dirigir las instituciones de cara a la gente. De cara a la gente he escrito. No he dicho de culo.
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