La herida de Ibiza es tan profunda que se ha llevado por delante al Partido Popular. Ya no se trata sólo de las autopistas, que en sí mismas constituyen una aberración que no cabe en ninguna cabeza excepto en la suya. Se trata de los modos y de la prepotencia con que se barrieron casas, se destriparon fértiles fincas rústicas, se diseñaron caprichosas curvas, etc.
Ni la más mínima intención de disimular: hay que cortar el bacalao y lo hacemos por vísceras y porque nos toca a nosotros estar muy cabreados.
Bueno, se les avisó en cientos de artículos. Mucha gente y de distinta ideología se lo advirtió: la isla ya no soporta este crecimiento urbanístico, pero menos todavía esta bestialidad en las infraestructuras que, como mal necesario deben construirse, pero minimizando los efectos colaterales.
No atendieron a razones. No puedo saber cómo se llama esto: prepotencia, chulería, ambición caciquil aliada con el nepotismo, venganzas personales. No lo sé, lo dejo en un amplio paréntesis.
Pues bien, esto es lo que dijeron los delfinatos y los ballenatos y los cabestros del PP cuando perdieron el Consell Insular de Ibiza y vieron los dientes del enemigo en otros ayuntamientos, tradicionalmente gobernados, desde hace miles de años por los diplodocus o caciques.
«No lo sé, no entiendo, no sabemos lo qué ha pasado». Ni siquiera en este momento dieron pena a la gente, porque todo el mundo sabe que esta táctica la han empleado desde antiguo: hacerse el desentendido, pasar por tontos para que la gente se confíe y poder escoger la mejor parte del pastel. Y quedar indemne e impune.
Parece que ya se van enterando. Atender la propia voz interior, leer las hojas de ruta o repasar la agenda es el primer paso para entender y entenderse. No han perdido por una eficaz propaganda del PSOE (eficacia y PSOE no van muy unidos, si no es en casos concretos de listas B, Eivissa Centre, etc.), sino por la contumacia zafia y casi pornográfica del propio PP.
Entre estas concausas está el control de los medios. Nadie se atreve a decirlo en público, pero veo que los confidenciales en Internet echan humo.
El Partido Popular (antes Alianza Popular) de Abel Matutes Juan tenía la prensa de Ibiza totalmente a sus pies, hasta extremos ridículos. Desde 1972 he visto la evolución y sin necesidad de romper secretos profesionales (a los que por otra parte no estoy sujeto, en este caso) puedo decir que cualquier voz discordante era silenciada.
Hoy esto ha cambiado, si no ¿de qué y cómo va a ganar el PSOE? Mientras la prensa de Ibiza sea objetiva e imparcial, el PP estará desconcertado y el PSOE saldrá beneficiado. Diciendo sólo la verdad, o lo más aproximado. Ni unos ni otros estaban acostumbrados en las Pitiusas a una prensa medianamente oxigenada.
A Mariano Digital ... >>