martes, marzo 11, 2008

Lo pide el mercado, o sea nadie

Ya tenemos nuevo conseller de turismo, Buils. Me gusta su estilo, el Todo Incluido no lo piden los hoteleros, lo pide el mercado.
¿Cuál? ¿El mercado nuevo, el mercado de verduras, el mercat pagès, el mercado de pescado...? No he visto ningún mercado que pida nada.
Lo piden los touroperadores que están viendo desparecer un mercado sabroso delante de sus narices y quieren que los demás sigan pagando la factura.
Hay un tipo de clientes que demanda el All Inclusive porque tienen una capacidad de consumo tan baja que mejor sería que se fueran a Chipre, Turquía o Albania. Pagan una cantidad y durante el mes de julio y agosto (que esta es otra) consumen espacio y agua en una isla que no da más de sí.
Ya saben los operadores alemanes e ingleses que una tercera parte de nuestros turistas son españoles y que son mucho más rentables que estos depauperados europeos. Encima pretenden que les reservemos los dos meses punta, que les bajemos el precio y que desplacemos a los potenciales españoles que llegarán por libre y pagando más.
Demencial. Dice Buils que el mercado lo pide, no los hoteleros. Más les valdría a los hoteleros dejar de pedir y ponerse ellos a arreglar sus instalaciones, cobrando lo que se tenga que cobrar.
Una oferta complementaria desplegada y con grandes inversiones está esperando que vengan clientes, pero en una sociedad abierta, en un mercado abierto, donde el cliente pasee, compre y consuma a su gusto y en todas partes.
Pero Ibiza siempre escoge lo peor: por una parte la avalancha de mochileros apocholados. Ellos han hecho caso de la política de Cañellas/Palau («En Ibiza también se duerme») y vienen a Ibiza sin reservas. Duermen o no duermen. Estos jovenzuelos envidiables por su energía, son clientes presumiblemente muy limitados.
Pero si en la franja diurna y de mayor edad no sabemos vender sesenta días a un precio apetecible y en un mercado libre (no intervenido y pervertido como es el Todo Incluido), entonces podemos pensar en una derrota definitiva de la oferta complementaria.
Ibiza tiene un argumento fuerte, porque estamos en una situación de fuerza: tenemos 90 días en los que hay mucha demanda. Poner Todo Incluido en junio-julio-agosto es una auténtica aberración. Una barbaridad.
En cambio es una modalidad muy plausible cuando en Ibiza hay menos movida: abril, mayo, medio junio, octubre, noviembre. Ya digo, es una opinión. Habrá otras, pero no debiera el gobierno patrocinar siempre las peores soluciones.
Mal, funciona cualquiera y encima gratis. Para funcionar mal no necesitamos tantos políticos.



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