sábado, agosto 16, 2008

Lo que va de un mes a otro


Sí, lo que va de mayo a julio por ejemplo. ¿Se imagina alguien que el Consell hubiera puesto en práctica un impuesto sobre el alquiler de vehículos?
De cualquier manera, basta leer las previsiones de crecimiento que van dando los gabinetes (cajas de ahorros, o el mismo Govern) para ver que aquí no se está midiendo la realidad sino intentando influir sobre nuestro estado de ánimo.
Que no te desanimes, hombre, aunque esto irá mucho peor de lo que yo te estoy contando. Pero como eres inmaduro y no entiendes las cosas, ¿cómo te voy a contar la verdad?
Sinceramente, la conclusión es ¿para qué necesitamos estos gabinetes?
Para que nos hagan informes.
¿Qué sería de la alcaldesa y de Tarrés sin los informes? ¿Qué sería del PSOE sin tantos informadores? En realidad ocurre como en la CIA: nadie está preparado para entender estos informes, ni siquiera leerlos. No digamos ya coordinarlos y llevar a la práctica la parte funcional del asunto.
Lo importante es derrochar el dinero del contribuyente que asiste impávido a una catarata de datos negativos ante la mirada pánfila del Solbes convertido en Don Tancredo, aquel torero loco, precedente estático y estético de José Tomás.
¿A qué viene esta comedia de pedir un puerto de sólo sesenta mil metros cuadrados en vez de los ochenta mil previstos? Puro teatro.
Yo comprendo que alguien se oponga al dique. Y al puerto. Pero una vez construido el dique (¿para qué piensan que se ha construido, para dejarlo así, sin la explanada portuaria?) ¿por qué no vamos a terminar un puerto?
Ciertamente, una isla que se pone en 300.000 habitantes necesita metros operativos. No veo ninguna diferencia conservacionista entre 60 y 80 mil metros.
Yo veo una gran diferencia entre construirlo o dejar de construirlo.
La pantomima de la izquierda -y ya llueve sobre mojado- sólo parece reducirse a un problema de orgullo, de cabezonería, de confirmar una presencia que en cualquier caso es fantasmal. Y que casi nadie ha votado.
Una isla de dos millones y medio de turistas anuales, que debe importarlo todo para los residentes y turistas que se acumulan, debiera disponer de este puerto (y de otras infraestructuras) hace veinte años.
Aunque lo que haría yo, hablando de corazón, es imponer una moratoria de 3.500 años. Ni una casa más. Naturalmente, los deseos y los sentimientos, a menudo debemos mojarlos con el agua fría del razonamiento y de la negociación. De Ibiza, me sobra más de la mitad de lo hecho y la otra mitad de lo deshecho.

A Mariano Digital

.