domingo, agosto 03, 2008

Cambio climático, mucho peor en Baleares


Ponerse paranoicos no nos augura
nada bueno. Hablo del cambio climático,
algo que preocupa poco al personal,
quizás porque pensamos que esto está
previsto para dentro de mil años.
Pues no: para dentro de mil segundos.
Ya hace años que ha comenzado el proceso
y está tomando una velocidad inesperada.
Hoy mismo acabo de oír por televisión
(siempre le apago el stand by, la lucecita
roja para ahorrar) las 31 medidas
de esta curioso ministro plenipotenciario
pero del que no se conoce una mala
palabra ni una buena acción.
Aparte de intrigar para jugar al monopoly
con ZP con las empresas privadas,
ahora nos ofrece 31 medidas. Dice
que regalará dos bombillas de bajo consumo
por cada hogar. Nada, no me creo
nada, ni he cobrado los 400 euros ni conozco
a nadie que los haya cobrado.
Tonterías a mansalva.
Me creo más las previsiones de nuestro
meteorólogo (y no todas), Agustín
Jansá, según el cual el ascenso de las temperaturas
de nuestro archipiélago ha sido
mucho más pronunciado que en el resto
del planeta.
En los últimos treinta años nuestras
temperaturas (0.7º) han aumentado a un
ritmo incomparablemente mayor que las
del resto (1.5º).
Quizás sí, quizás sea cierto que nuestra
situación estratégica nos puede jugar
una mala pasada antes de muchos años.
Ahora mismo no sabemos si se debe a
un fenómeno coyuntural, pero el aumento
de temperaturas casi puede palparse
por la simple sensación térmica. Y
falta hablar del calentamiento de las
aguas, lo cual convierte el Mediterráneo
en una caldera dotada de energía muy
poderosa. Ya hay quien asegura la llegada
de grandes huracanes, lo cual sumado
a nuestros habituales temporales de
Levante puede hacernos los inviernos imposibles.
Ni turismo de invierno ni salir
a Palma a curarnos el cáncer. Encarcelados,
todavía más si cabe.
Algunos políticos se sienten obligados
a tomarnos el pelo ahora, con las bombillitas
y con el show de quitarse la corbata.
El fenómeno es profundo y el mecanismo
diabólico ya está rodando. No
tiremos la corbata, que puede hacernos
falta en el momento menos esperado.


A Mariano Digital



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