sábado, abril 19, 2008

Tácticas biológicas sin dañar a las abejas




Cómo se puede combatir la expansión de estas desagradables y peligrosas orugas de la procesionaria? Parece que el método más agresivo sería por fumigación de productos químicos sintetizados, que deben ser especialmente autorizados por el Ministerio de Industria y manipulados con sumo cuidado por los especialistas.
Si no me equivoco, esta práctica es muy dañina, o puede serlo potencialmente, para las abejas melíferas que antaño tenían en Ibiza un paraíso por la variedad y cantidad de flores disponibles. ¿Están en peligro nuestras colmenas? Todo indica que sí, al menos están en recesión, pero me fío más de las últimas noticias o seguimientos de los especialistas. Ignoro si las abejas de Ibiza se han rehecho o siguen sufriendo agresiones ambientales.
En cualquier caso, las medidas contra la procesionaria han de ser varias y complementarias. El Diario indica que existen 23, siguiendo las declaraciones del responsable de sanidad forestal, y las más eficaces tienen un cariz biológico (trampas sexuales con feromonas) o mecánico (simplemente extirpando uno por uno y de forma manual los bolsones colgados en los pinos). La fumigación de un bacilo que las ataca no ha sido suficiente en Ibiza, por lo que algunos técnicos han solicitado la aplicación de productos sintéticos muy poderosos, aunque ya hemos dicho que pueden afectar colateralmente a otros insectos, y por lo tanto a los pájaros, etc.
Existe la idea de implantar rodales de pino canario que puedan servir de cebo a las orugas; introducir en Ibiza nuevos parásitos con los peligros que ello puede conllevar; facilitar la nidificación de aves y pajarillos insectívoros. Otra medida sería prohibir los accesos a las cuevas, que sirven de refugio a los murciélagos, los cuales son grandes consumidores de las polillas o mariposas.
No parece muy prudente destruir los bolsones con disparos de escopeta, en vez de recogerlos y quemarlos cuidadosamente. Huelga decir que la manipulación de bolsones y orugas es delicada, pues los productos urticantes de los pelos de las orugas son peligrosos.
Que se lo digan a los perros, que al tragar parte o una oruga entera han de ser tratados con urgencia. Muchos no salvan la vida, otros sufren necrosis en las mucosas o en el tejido muscular, incluso pierden parte de la lengua.
Es importante no ser derrotista: la procesionaria tiene muchos enemigos naturales, parásitos (dípteros e himenópteros). Hay otros depredadores: hormigas, avispas, carboneros, abubillas, urracas, cuervos, críalos, herrerillos.
Es importante recordar que este recién llegado es un mal enemigo. Y no debe tocarse ni moverlo. Y cuidado con los niños y los perros.