Casi no puedo creer lo que acabo de leer en la portada del Diario: subsanar los errores de los túneles de Ca na Palleva y de Can Sifre costará 5,5 millones de euros, es decir mil millones más de pesetas.
¿Nunca tendrá fin esta orgía de despilfarro, de errores políticos, de informes, de derroche sin sentido?
Hiela la sangre saber que un conseller de la Generalitat acaba de ordenar el comienzo de las obras del trasvase del Segre. Por huevos, hechos consumados. Casi lo mismo y no muy distinto fue la aprobación del comienzo de estas malditas carreteras.
Mal concebidas, mal ejecutadas (hasta el momento y en gran parte, al menos) y carísimas de costo de realización... ¿No ha terminado aquí la pesadilla? Pues miren, no: ahora hay que ir al dentista, y sin anestesia, y después pagarle 5,5 millones.
Esto ya suena a tomadura de pelo.
Me desayuné muy optimista, rodeado de cigüeñas que cloquean, bajo un enorme aguacero en una feraz vega del Guadiana, escuchando las sonatas de Bach. Y cometí el error de abrir Internet y leer el Diario.
En realidad ya nada puedo hacer por racionalizar un hecho al que no veo vuelta de hoja: la calidad de vida de Ibiza es infame. Sólo vive aquí quien no tiene más remedio, por trabajo o porque no puede vender su propiedad.
Me refiero a los fijos. Claro que después hay una nueva clase de nuevos residentes (segunda residencia) que son los fijos discontinuos.
Hace unos días miré de reojo otras noticias del Diario, que vienen a confirmar lo que ya es una certeza: apenas hemos estrenado una sociedad del bienestar en Ibiza y unos servicios a los que no estábamos acostumbrados y ya han quedado insuficientes, se han deteriorado o están para el arrastre. Claro que tienen derecho a hacer huelga. Ya no les queda otro remedio. Y harían bien en decirlo claramente: queremos más dinero, lo necesitamos, y aparte de esto, déme usted el traslado en la primera oportunidad: no quiero vivir encerrado en una isla que me paga mal, me hace la vida imposible y donde apenas se puede dormir, ni beber el agua del grifo, ni aparcar en la ciudad ni en la playa, etc.
Justicia: después de este impresentable ministro que hace unas semanas gritaba `coño´ y `pijo´ a grito pelado pensando que los murcianos son tan brutos como él, se ha llegado a un acuerdo después de dos meses de huelga.
No están obligados ahora a mentir los enlaces sindicales diciendo que dentro de cinco meses estarán al día. Miren, mejor callen y trabajen: antes de la huelga ya caminábamos como los cangrejos. Con el atasco, ni en cinco años nos pondremos al día.
¿Y qué decir de la sanidad? Mejor otro día. O no, casi me quedo con Bach.
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