sábado, abril 26, 2008

Construir para poder construir


Hace años que lo vemos y lo oímos: no queda espacio, por mucho que los políticos pretendan fortificar sus posaderas, apoyándose en cifras. No hacen falta.
Vila, Eivissa o Ibiza es un municipio muy pequeño y para lo que estaba pensado le sobraban metros cuadrados. Toda la isla estaba pensada para otra cosa. El tipo de urbanización de la isla es propia del siglo XV y siguientes, es decir, un extraño estilo sui generis, donde cada unidad familiar era una ciudad-estado, un castillo autárquico. Era una isla rural.
Esto de rural les ha gustado a los nuevos ricos que buscan arrabales ajardinados (fáciles de atracar, por cierto y dicho sea de paso) y grandes urbanizaciones. Una garden-city, una ciudad jardín, una isla jardín.
Pero esto no es sostenible. Se han publicado ponencias, conferencias, entrevistas, se han publicado las cifras con las toneladas de basura que se van acumulando en vez de reciclarse... etc.
No se aguanta por ninguna parte y de ninguna manera.
Una isla pensada para otros usos y otro número de habitantes sigue rigiéndose por las mismas pautas que en el siglo XVII. Y salvo algunos artículos sueltos no he visto nada. En los años 70 ya lo escribí en algún sitio, pero me tildaron de visionario o de inoportuno.
Bien: aquí está la visión. Un ayuntamiento de 11 kilómetros cuadrados de superficie tragado por la codicia, la especulación y la ineptitud prolongada y mantenida por los políticos. Tienen pánico a manifestar una idea propia.
Miren, no hace todavía unos meses, el alcalde de Santa Eulalia se negaba a facilitar un solar para una depuradora porque no lo entenderían sus votantes.
Así funcionan los políticos. ¿Qué le parecería al señor alcalde de Santa Eulalia si la Policía Local de Vila se colocara en las rotondas y cobrara una entrada de 30 euros a la ciudad? A las bibliotecas sólo acceden con carnet y previo pago. Al Hospital de Can Misses sólo los de Vila. Mejor aún que el segundo hospital se construya en Corona o en Denia. Lo mismo para el matadero, cárceles, y todo tipo de instalaciones.
No digamos ya quien quiera desembarcar su cemento: a pagar, como a los señores de la guerra en Somalia o Eritrea.
¿Ven? ¿Comprenden? Pero así están las cosas. El municipio es pequeño, los políticos del Ayuntamiento de Vila son bastante más que ineptos (y del Consell ya se hablará). Y no hay espacio, de manera que más madera, es la guerra y cada vez será peor, como ya sabe todo el mundo.

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