Los estudios económicos que van siendo publicados no son palabra divina ni de interpretación “ex catedra”, pero siempre que puedo los sigo y leo al menos las conclusiones.
Por regla general todos dicen lo mismo y casi coinciden. Pero después los políticos no siguen los pasos en consecuencia y a veces incluso, hacen todo lo contrario de lo aconsejable.
Pero es evidente que nos interesa remarcar que ahora ya, por fin, hay algo nuevo bajo el sol.
Hay unos mercados emergentes que ya no son proyectos intangibles expresados sobre plano o en una pantalla virtual: los hoteles están construidos, tienen aeropuertos y la gente está comprando vacaciones en estos nuevos mercados mediterráneos.
No nos repitamos. Ya los conocemos todos.
Ahora tengo acceso a un resumen que difunde la agencia Efe del estudio sobre expectativas turísticas de la universidad CEU San Pablo, dirigido y coordinado por la geógrafa Blanca García Henche.
Remarca su asombro por el hecho de que España sigue siendo el segundo país del mundo en recepción de turistas, después de Francia. Como sabemos, los Estados Unidos nos siguen los pasos desde cerca. La situación de España es fenomenal. No imaginamos qué ocurriría si restáramos del Producto Interior Bruto los ingresos por turismo.
Pero explica claramente que ya hay muchos destinos que ofrecen lo mismo que España, pero mucho más barato.
No es difícil colegir que más pronto o más tarde el mercado que demanda plazas turísticas se enterará de estos desfases y tomará en cuenta otras opciones.
Sin embargo, la potencia de España viene consolidada por algunos rasgos de nuestra personalidad que nos otorgan un valor añadido:
Naturalmente, habla de las islas. Carísimas. La más cara de todas, lo dice expresamente, es la de Ibiza.
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